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Mientras dormíamos y nos matábamos

En Colombia apenas estamos saliendo de un conflicto armado que ha dejado


graves consecuencias sociales, políticas y económicas, y ha dejado al país
dividido e intolerante en el cual las clases políticas y los gremios económicos tan
cerrados y tradicionales siguen luchando por mantenerse en el poder, pero ¿para
qué?

Si algo caracteriza al mundo globalizado es la velocidad en la comunicación.


Como nos dice el texto de lectura: mientras los norteamericanos duermen, los
indios( Hindúes) gracias al outsourcing y a los cables de fibra óptica y a los más
avanzados programas, les hacen múltiples tareas que ellos reciben al despertar, lo
que parece ser les libera a los norteamericanos tiempo para tareas más creativas.

En cambio nosotros en Colombia carecemos de vías suficientes, de puertos para


movilizar mercancías, de infraestructura y de tecnología de punta pero tiene un
gran arraigo la violencia, la extorsión y la corrupción política.

¿Cómo podemos competir pues, en un mundo globalizado y tecnológizado, con


países tan poderos económicamente que tienen investigación de punta, mientras
nosotros vivimos del agro arrastrando los lastres de la violencia y la corrupción y
la carencia de gran infraestructura para conectar al mismo país que vive del
banano, del café, de las papas?

Impacta en el documento que nos muestra como un país sin casi recursos
naturales como la india pudo en solo 50 años subir su nivel de competitividad
porque es “eficacísimo en una cosa: explotar el intelecto de su propio pueblo,
formando a una parte relativamente grande de sus élites en ramas científicas, de
ingeniería y de medicina”. Además de escuelas de administración de empresas,
logrando así vender capital intelectual indio. Se aclara demás que se ingresaba
por mérito sin ninguna posibilidad de soborno, solo la meritocracia.
Si bien otras cuestiones fueron contribuyendo a que la India, además de vender y
exportar ese capital humano, lo pudiera luego emplear desde la misma India por
medio de las telecomunicaciones, podemos decir, entonces, que uno de los
camino para competir en un mundo globalizado es la educación de alta calidad
como política de estado. Si bien el mismo libre mercado y la globalización
contribuyen a que cualquier ser humano que haya desarrollado ciertas habilidades
y competencias puede conseguir trabajo en cualquier lugar, se trata de pensar en
el país, como un país competitivo. Vemos entonces en el ejemplo expuesto de la
India, un país que invierte en educación superior de alto nivel.

En cambio nosotros más de 50 años, creativamente, inmersos en una guerra. Y


una parte de la solución, no a todos los problemas pero si como un camino para
emprender una gran transformación lo ha recorrido la india con su inversión en
educación universitaria de alta calidad.

En ese sentido debemos trabajar en dos frentes: educación de alta calidad,


tecnología e investigación, y trabajar muy duro para conectar al país con
carreteras sofisticadas y rápidas. Sabemos que cualquier joven colombiano puede
perfectamente surgir, destacarse gracias a su propio esfuerzo y a las posibilidades
que ofrece la globalización pero lo que se requiere es que el país entero pueda
avanzar y competir inicialmente en su región, como proyecto colectivo.

Y un buen paso es dejar de matarnos para despertar.

El secreto

“Cada producto nuevo (desde programas informáticos a todo tipo de artilugios)


pasa por un proceso que empieza con investigación básica, sigue con
investigación aplicada, después se incuba, se desarrolla, se pone a prueba, se
manufactura, se distribuye, se dota de apoyo técnico y es objeto de un
seguimiento para añadir las mejores oportunidades”
Sabemos el secreto pero ¿qué podemos hacer para llegar hasta ese lugar donde
la investigación y el conocimiento, además de comprensión e innovación, le dan
poder a una nación?

¿Un país dedicado al agro cómo puede competir con un monstruo que produce
toda la tecnología que se requiere para modernizar la empresa contemporánea?

¿Mientras una caja de banano, o nuestras hermosas flores tienen un costo en


unos cuantos dólares, cuánto le vale a un colombiano un celular de alta gama o un
play station para su hijito?

Si bien la tierra se ha aplanado y un empresario puede tener éxito poniendo su


producto en cualquier lugar del mundo, o se pueden vender servicios de noche y
trabajar desde la casa, lo que han alcanzado países como Norteamérica para
hacer de la investigación aplicada una práctica que los lleva a que cualquiera de
sus “artilugios” impacten a cualquier sociedad, nos dice que la distancia es
demasiado grande pues la globalización también nos está mostrando las grandes
abismos entre países desarrollados y los que están en desarrollo; vemos las
grandes desigualdades que mantendrán, permanentemente, en desventaja a
unos frente a otros. Es el caso de Colombia que a pesar de saber el secreto ¿que
podría estarse cuajando para dentro de 50 años?

Los intocables y el talento humano

“Ahí fuera, en el mundo plano, va a haber infinidad de buenos puestos de trabajo


para aquellas personas que posean los conocimientos y las ideas necesarias para
hacerse con ellos.”

La frase es provocativa y puede generar múltiples interpretaciones pues de alguna


manera nos recuerda que los mejores, los que más tienen conocimientos y que
saben qué hacer con ellos tendrán más posibilidades que los que no. Aunque ¿no
será también un forma de recordarnos la ley del más fuerte? ¿O de lanzar a
nuestras generaciones hacia el abismo de la competencia y el individualismo?
Pero es innegable que el conocimiento, su aplicación en contextos concretos
desde saberes concretos le da un plus a un ser humano que tiene claro qué quiere
hacer con su vida profesional.

Es aquí donde entra en juego la importancia de la gestión del conocimiento y los


procesos de formación y el talento humano en las empresas. La idea sería volver
a los trabajadores en, prácticamente, intocables gracias a una gestión eficiente
que comienza con el reclutamiento, si no de los mejores, de perfiles apropiados
para la organización, el acompañamiento en proceso de formación y
especialización y en la búsqueda de incentivos que los quiere mantener
medianamente “anclados” a la empresa, gracias a una clima organizacional que
hace de la organización un lugar amable, donde es posible no solo ser muy
productivo e indispensable sino también un lugar para vivir y compartir la vida
pues es un hecho que en nuestros países debido a eso de la competencia y de los
mejores, estos terminaran trabajando para el mejor postor, el que más les paga ,
el que mejor imagen institucional posee. No creo que se trata simplemente se
dejarle a cada trabajador que se vuelva adaptable y se especialice sino de que la
organización de hoy se piense como un todo que acompaña a su gente y
contribuye a su proceso de formación.

Creo que esta sería una buen forma de competir en un mundo globalizado,
cuidando a nuestra gente, gracias a programas cada vez más eficientes de talento
humano y de realización personal donde todos aprenden y quieren seguir
aprendiendo como deseo de realización y no solo como una forma para competir,
desde el trabajo mismo

Finalmente, si la tierra es plana que bueno sería que nos interesemos todos por
volverla de nuevo verde.

ROCIO VALENCIA CASTRO código 201910009172

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