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Las mujeres que quedan embarazadas mientras laboran encuentran dificultades para encontrar un
ambiente de trabajo estable, pues el hecho de quedar embarazadas las hace acreedoras de
permisos especiales para que puedan cuidarse durante su embarazo y no llegar a abortos
espontáneos, ya sea por el estrés del trabajo, las largas jornadas, el cansancio, la presión y así por
diversos motivos. Es por ello que “cuando son madres, necesitan un mercado de trabajo flexible
que les permita salir y volver a entrar en él o cambiar su tipo de jornada laboral sin un coste
elevado en términos de pérdida de experiencia, empleo o salario” (Daniel Fernández- Kranz,
profesor de IE Business School). Es cierto que muchas empresas ven como solución despedir a las
mujeres trabajadoras que quedan embarazadas puesto que el coste para la empresa es mayor
pues tienen que otorgarles la “baja maternal” que es un subsidio económico que se reconoce por
parte de la empresa que está afiliada al INSS (Instituto Nacional de Seguro Social) para los casos de
maternidad, adopción o acogimiento familiar.