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LA FORMACIÓN HUMANA EN LA MUJER CONSAGRADA.
Cómo podemos ir logrando esa personalidad madura? ¿Cómo crezco en la
madurez?¿Qué es lo que nos hace mujeres maduras?
"Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y gracia ante Dios y los hombres" (Lc 2,
52)
Para una mujer consagrada el desarrollo pleno y armónico de su dimensión humana es
el primer elemento indispensable de la formación integral de su personalidad.
Constituye, además, la base necesaria para su santificación y eficacia misionera.
De esta concepción se deduce una acción formadora que valora la dignidad sagrada de
la persona, su carácter responsable, su dimensión moral y que se debe orientar a darle
pautas para el desarrollo íntegro, armónico y jerarquizado de las todas las facultades con
las que contamos.
b. Objetivos: ¿Qué buscamos con la formación humana? Sobre todo que en cada una de
nosotras se logre la madurez humana auténtica, la coherencia entre lo que se es y lo que
se profesa, hacer crecer interior y exteriormente a "la mujer" integral que sirva de base
sólida sobre la que el Espíritu Santo edifique a la Evangelizadora de Jesucris-to. La falta
de esta base humana sólida es lo que a veces nos impide avanzar en nuestra
santificación y puede frustrar todos nuestros buenos deseos e intenciones.
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Muchas veces, por no decir siempre, los grandes proyectos y programas
espirituales mueren porque falla la mujer, no la gracia de Dios, es decir, porque la gracia
de Dios no encuentra en la consagrada esa actitud de sinceridad, fidelidad y
responsabilidad; capacidad de tomar decisiones prudentes y opciones definitivas;
estabilidad de espíritu; integración serena de las tendencias emotivas y pasionales bajo
el dominio de la razón, de la voluntad, de la fe, del amor, en una constante apertura y
donación a Dios y a los demás. No fallan en la mujer consagrada, ni el ideal, ni la
ilusión, ni las ganas, ni el interés; falla simplemente la mujer, y la gracia sin la mujer no
tiene sentido, porque precisamente es a la mujer a la que tiene que elevar y santificar.
Además si damos una rápida ojeada al mundo actual, se percata uno del rango de
primacía que han conquistado en él las virtudes sociales: el don de ser mujeres
cordiales, comunicativas, capacitadas para entablar relaciones con todas las personas,
educadas, femeninas, sinceras, leales y agradecidas. Si queremos penetrar en él y
llevarlo a Cristo no podemos olvidar estos aspectos externos: debemos poner al servicio
de la misión todas las riquezas con que nos ha dotado el Creador.
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¿Qué es la conciencia? La conciencia es el sagrario interior donde Dios nos
habla (cf. Gaudium et spes, nº16) y el ámbito natural donde la mujer responde a la
llamada que Dios le hace por medio de su libertad. Constituye el centro de la persona y
la guía de su obrar natural. La base de cualquier trabajo en la formación humana se
encuentra en la conciencia. Por eso nos urge continuar formándola si queremos
progresar en la sinceridad de nuestras relaciones con Dios y con la Iglesia.
La voluntad por otro lado es la facultad que nos permite transformar las ideas en
hechos. La conciencia percibe la voz de Dios en nuestras almas; la voluntad cumple la
voluntad de Dios.
Como se ve, la meta es formar una mujer nueva, mujer de principios, mujer de
carácter, en fin, una mujer de Dios. El fundamento sobre la cual se proyectan estas
cualidades es una voluntad firme, recia, tenaz y constante.
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¿Cómo se forma la voluntad? Nos ayudará distinguir entre el nivel de ideas y el nivel de
hechos.
A nivel conceptual el objeto propio de la voluntad es el bien que le propone el
entendimiento. El acto propio de la voluntad es el amor. La voluntad se forma
polarizándola en el amor. Para nosotros Cristo es nuestro amor y todo nuestro esfuerzo
debe orientarse, entonces, a la imitación de Cristo. La formación de la voluntad es a
veces costosa, por eso es importante tener claro la meta que pretendemos; adquirir la
madurez en Cristo.
En el primer caso, tenemos que esforzarnos por conformar nuestras vidas con la
voluntad de Dios. Se logra siendo fiel, constante y tenaz en el cumplimiento de los
deberes contraídos delante de Dios; la puntualidad, la responsabilidad, la fidelidad en la
observancia de las normas de silencio y relaciones sociales. Hay mil modos de entrenar
diariamente la propia voluntad. En realidad toda actividad humana representa una
ocasión en la que la voluntad puede salir fortificada, o, al contrario, si se realiza con
pereza y dejadez, debilitada. Esta lucha por ser fiel en las pequeñas cosas va formando
cada día en nosotros una voluntad firme y constante, la base de una mujer de carácter.
Para interiorizar y comprender más la importancia del señorío que la voluntad debe
ejercer sobre las pasiones y sobre los sentimientos, tenemos que robustecer la voluntad
para que siga y esté sometida- perfectamente a la voluntad de Dios. Es así como la
voluntad, sometida a la luz de la fe y a los criterios de la recta razón, logra ejercer un
señorío sobre los instintos, sentimientos y pasiones. Se trata entonces de encauzar todas
nuestras potencias al servicio de la misión.
Naturalmente todo esto cuesta. Sería mentira pretender decir que no cuesta, pero
sabemos a dónde vamos y por qué luchamos: identificarnos con Cristo y construir el
Reino de Cristo en la sociedad. Con las miras al Ideal tenemos que luchar con
tenacidad.
PROYECTO DE VIDA
Para que el hombre pueda construir su proyecto de vida, debe cumplir con ciertas
condiciones básicas, de tal suerte que asegure la conservación y el desarrollo de sus
potencialidades. Esas condiciones surgen de la interacción hombre-mundo.
Este trabajo intentará comprender la temática desde una mirada sistémica que integre la
unidad estructural persona-contexto. De lo contrario nos parcializaríamos y correríamos
el riesgo de disociar aquello que se da como totalidad.
El otro parámetro utilizado para el análisis ha sido el considerar el proyecto de vida
como “construcción”, es decir, el proyecto no sería algo dado o recibido como
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transmisión o herencia en un individuo pasivo en la recepción, sino que resultaría más
conveniente comprenderlo como el ir siendo el hombre en su ser.
El análisis del modo en que los proyectos de vida van siendo construidos, así como la
consideración de los rasgos fundamentales de las variaciones en tal estructuración, dará
lugar a una clasificación de tipos de proyectos vitales.
A continuación, se presentan los aspectos a considerar y los pasos a seguir, en la
estructuración de un proyecto de vida.
COMO ELABORAR UN PROYECTO DE VIDA
La elaboración de un proyecto de vida, debe considerar aspectos tales como: el entorno
y conocimiento de la persona; la búsqueda de información para satisfacer las
inquietudes y posibilidades que nos rodean para alcanzar las metas propuestas; y la
flexibilidad, que no debe faltar, pues los seres humanos poseen múltiples intereses,
habilidades y la capacidad de rectificar, además los resultados no dependen sólo de la
persona.
Al definir un proyecto de vida las personas podrán defender lo que piensan, sus
intereses y formarse un carácter menos vulnerable al medio.
1. El punto de partida Mi situación
1. Mis fortalezas.
2. Mis debilidades.
2. Autobiografía
1. ¿Quiénes han sido las personas que han tenido mayor influencia en mi vida y de
qué manera?
2. ¿Cuáles han sido mis intereses desde la edad temprana?
3. ¿Cuáles han sido los acontecimientos que han influido en forma decisiva en lo
que soy ahora?
4. ¿Cuáles han sido en mi vida los principales éxitos y fracasos?
5. ¿Cuáles han sido mis decisiones más significativas?
3. Rasgos de mi personalidad
Enuncie 5 aspectos que más le gustan y 5 que no le gustan con relación a:
1. Aspecto físico
2. Relaciones sociales
3. Vida espiritual
4. Vida emocional
5. Aspectos intelectuales
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6. Aspectos vocacionales
4. Quién soy
1. ¿Cuáles son las condiciones facilitadoras o impulsadoras de mi desarrollo (tanto
personales como las existentes en el medio).
2. ¿Cuáles son las condiciones obstaculizadoras o inhibidoras para mi desarrollo
(tanto personales como las existentes en el medio).
A. Es posible el cambio
B. Es factible el desarrollo
C. No es posible cambiar (justificar porque no)
3. Organice la información obtenida teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
4. ¿Cuál será el plan de acción a seguir?
5. ¿Quién seré? Convertir sueños en realidad
1. ¿Cuáles son mis sueños?
2. ¿Cuáles son las realidades que favorecen mis sueños?
3. ¿Cómo puedo superar los impedimentos que la realidad me plantea para realizar
mis sueños? ¿Cómo puede potenciar o enriquecer mis condiciones que las
facilitaras? ¿Cómo puedo enfrentar las condiciones obstaculizadoras?
4. ¿Cómo sé que logré realizar lo que quería? ¿Cuáles serán las soluciones?
¿Cuáles serán las acciones derivadas a seguir?
6. Mi programa de vida
1. El propósito de mi vida. es…
2. Analizo mi realidad para realizar el plan de acción: ¿Cuál es mi realidad? ¿Qué
tengo? ¿Qué necesito? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué voy a hacer?