Está en la página 1de 20
Archivos del CAIA 1 Desde la otra vereda Momentos en el debate por un arte moderna ‘en la Argentina (1880-1960) Diana Beatriz Wechsler (coordinadora) Laura Malosetti Costa, Miguel Angel Mufioz, Marina Aguerre, Rail Piccioni, Maria Teresa Constantin, Gabriela Siracusano, Andrea Giunta Ediciones del Jilguero Disefo de tape: Paola Pavanello Imagen de tapa! Xul Solas, detalle de “Bri, pafs y gente” Acuarcla (1983) coleccién George y Marion Heltt Argentina ©1998 Diana Beatriz Wechsler, Laura Malosetti Cost ta, Miguel Angel Moz, Marina Aguere, Rail Piccioni, Marfa Teresa Constantin, Gabriela Siracusano, Andrea Giunta Bciones del Hlguero Salta (2074) : “Teléfono 305-2281 ISBN 987-95786-7-8 ‘Queda hecho el depésito que marca Ia ley 11.723 IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA NTS NK ala 82, Seguramente sea un error de imprenta por: “vicioe” (nota deM. A. M.) 2 Br A ¢ Eduardo Schiaffino y “el monito titi” del Parque 3 de Febrero, o Ia introduccién de una estética moderna en la empresa monumental portefia Marina Aguerre Ratil Piccioni* Cuerpos de piedra y bronce, brazos elevados al ciclo y miradas que otean elhorizonte, escondidos discretamente entre la vegetacion urbana 0 expuce tos.a la mirada de aquellos que los desvisten de su apariencia mitica y heroi- «a, habitan la ciudad de Buenos Aires descle hace més de tn siglo. Este capi- tulo propone echar una mirada acerca de la presencia de los monuimentos conmemorativos en la ciudad de Buenos Aires y el problema de su emplaza- miento en el ambito especitico del espacio piblico. En funcién del ejeteméti- 0 de esta publicacién nos detendremos puntualmente en aquellos aspectos. que determinaron novedades estéticas en el Ambito monumental portefio y, con selacién geste iltimo, en las teflexiones y polémicas que se generaron en torno de los temas relacionados con la urbanizacién portefa Uno de los responsables de la introduccidn de olementos wiodernos eri el medio artistico nacional fue Eduardo Schiaffino, primer historiSgrafo del ar- te argentino; quien a través de la publicacin de sus textos presenta notasro- vedosas respecto de las tendencias estéticas hasta el momento imperantes en la Buenos Aires de finde siglo. -2p¢ Buand6 Schai0 nai en Buenos Aires en 1858 y maison le ema ‘Guudad en 1935,De profesién pintor cronista, historidgrafo del arte argentino Y extico de arte, desarrollé actividades de animacién cultural que resultaron Jnaugurales: dirigié el Museo Nacional de Bellas Artes y fund6 significativas ‘importantes asociaciones de arte. ‘Su formacién como pintor es bastante conocida. Como primer maestro lo tuvo al acuarelista veneciano José Aguyari, quien le aconseé viajar a Venecia a seguir su carrera. Esto lo logra en 1884 gracias a una beca ototgada por el ‘inistro de Instrucci6n Pablica Eduardo Wilde. ‘Su viaje por Europa, primero en Venecia y finalmente en Paris, a lo largo des afios qued6 registrado en parte a través de los ariculos que escribid, pa- ralelamente a estos estudios, desempefiindose como corresponsal de EI Dia. rio, De esta manera sabemos que en marzo de 1884 se encontraba en Venecia, previo paso por Paris Allfestudié en el taller de Lancerotto, sin que ello le im. Pidiera al mismo tiempo también viajar por diferentes ciucadesitalianas co. * Lsoutores fornn pat del Subsiio Ubagy “Arcivo documenta cro dees marumentos dela Repub Argeting” digido pore rot Histor Schenone a Desde a fra vere J mo Padua, Génova y Turin. En diciembre de ese afto viajé finalmente a Paris, 1). previo paso por Suiza. Esta ciudad y su ambiente cultural es la que més cau- tivé a Schiaffino. in ella perfeccioné sus estudios de pintura asistiendo a la academia Calarossi, entre cuyos profesores se encontraba Puvis de Chavan- ‘nes, com cuyo encuentro queds impresionado. Es importante la descripcisn de su viaje, porque en él quedan registrados sus paseos por diferentes ciuda- des europeas, decisivos en su formacién como “urbanisia”. Schiaffino vuelve 1 Buenos Aires en 1891, después de haber expuesto en Paris y haber descu- bierio su vocacién no sélo de pintor sino también de experto en arte. Enlo que a actividad publica respecta, hay que mencionar por un lado que ya antes de partir a Buropa fund6 con otros colegas Ia Sociedad Estimulo de Belias ‘Artes y porel otro que a su regreso a Buenos Aires contribuy6a formar El Ateneo. ‘Dos institucionesmuy importantes y de enorme trasoendencia alo argo del siglo, tanto en a formacién como en la difusidn de las ideas aristices, que enfatizan el rol pedagégico que Schiatfino y sus colegas asignaban al arte en esta sociedad. ‘En lo que a su actividad periodistica se refiere ya hemos mencionado su trabajo como cronista de El Diario desde 1884 hasta 1885, tarea que le permi- te mantenerse econdmicamente en Europa dado los pocos fondos que le pro- a eseribir articulos para el diario La Nacién, actividad que en ica seguitd hasta 1926. ida el Museo Nacional de Bellas Artes, insttucion que dirigi- 14 hasta el afio 1910, fecha en que fue obligado a renunciar por presién dela Comisién Nacional de Bellas Artes que contaba con el apoyo del ministro de InstrucciGn Piblica y ademés objetaba su politica de adquisicién de obras de arte. Schiaffino contaba con el apoyo de algunos politicos, en especial del se- nador Gonzélez, peromno fue suficiente para evitar su alejamiento. Enel afio 1910 forme parte del jurado del concurs internacional convoca- do para a realizacién de un monumento en la plaza de Mayo en conmemora- cién del Centenario de la Revolucidn. A su trayectoria debemos agregar las nu- rmerosas exposiciones que organi24, tanto en nuestro pafs como en el exterior. Su libro mas importante os La pintura y la escultura en Argentina, obra fun- damental en el campo de la historiografia arlistica de nuestro pais. Breve panorama de los monumentos erigidos ‘en Buenos Aires en el siglo XIX Aboquémonos ahora a nuestro objeto de andlisis, es decir a los monis- Eduardo Schaing y“elmrit ti” co :mentos conmemorativos y su emplazamiento en el espacio urbano, Més alld i deos valores estos aportado , lap ms delas veces, de a ausencn dno verades etlisticas que éstos proponen, el esti del hecha one norativa se justifica ampliamente por su signilicativa actuacion en la ~cotiecién de la identidad nacional. Foentl ~~ Desde'al comietize'y apreciar la necesidad de las diferentes civilizaciones y culturas de erigir obras {que —independientemente de la escala utilizada— se caracterizan por un de- seo de permanencia, destinaclas a recordar hechos significativos de st his rica y precisa, son medins de transmision propagandisticas-de ideologies y :,.. | ‘rientaciones foliticas. No podemos obviar el hecho de que estén destinados —a ger emplazados en un espacio piblico, vale decir a ser observados cotidia- ¢ ramente por miles de personas; y este emplazamiento es lo que les confiere tuna funciGn pedagégica y propagandistica que esté muy lejos de poseet.al- sin leve rasgo de ingensidad. Su aparicién en un determinado contexto his-.. | *, {6rico-politico de una nacién no es casual, como tampoco lo es la proliferacién de este tipo de homenajes a determinadas personalidades y Ia ausercia 0 la ppostergacién de los mismos respecto de otras. Porlo anteidicho, queda claro que estas obras merecen, y a la vez.exigen, 1am andlisis especifico que exceda los estudios limitados al mecenazgo, al au- tory ou camara ation o aque ques poyan simplemente en os clemen- tos iconogréficos utilizados en las obras. ‘Consideramos apropiado adentrarnos ahora, aunque sea de manera so- ‘mera, en la historia de los monumentos de la ciudad de Buenos Airés. El ob- ta, y de manera insoslayable, esta necesidad de creacién de simbolos pro- pos que les permler na efidaienfcain yal vena marcas di snciaciGn con respecto a Ins otras naciones. Eno relative al caso que nos | \ Deseo vera 71 cape, podemos considera tg) tas en el desaailade Leip cup, podemos considera encl dear ast mnt Frente Ke cudadlba prisiéraabbres dl poten comprcncice eae a — ip 1810. yer de lao guerras de la indeperdien- izacién Nacional. La afios del Centenario, imer monumento conmemorativo erigido dentro det , Wisinidede Maun claborada pore sate El objeto de este montmento era conmemorar I ro, y fue elabor: ‘se ve com- olftico enel yop mentablemente—realizadas por el ingeniero-arquitecto italiano Carlo Pacchi, 7 ts" hasta hace poco tiempo practicamente desconacidas para los stciedoess del arte argentino En 1878 se inaugura ef monumento que conmemors, por priméra vez.en ie hasta alrededor de > Bando Schifino y “el monitti” yer ‘nuestra historia, a un extranjero. Se trata del Giuseppe Mazzini, obra, liano Giulio Monteverde, Emplazadt tro del limitado panteén de personalida ciudad responde ala significativa presencia de la comunidad italiana en: tro pais ‘Sn ecnbargo, no muchos personajes de nuestra historia como main pu _ dleron hacerse acreedores de un tal homenaje. De hecho, hasta los afjos del “+ Cenkenao dela Revalucit de Mayo eno quesurgi una especie def: “Rif éhighew Straécién en obras conmemorativas emplazadas en el espacio. bblico de Buenos Aires. En 1887 se inauguran los monumentos a Lavalle, de is Pietro Césfa,y alsin, realizado por Aitné Malley en 1997 seemplaza el uch; obra del argentino Lucio Corsca Morales. pi voce ‘Tendencias estilisticas vigentes Coino ha sido posible constatar, la pobreza de ejemplos en el campo de Ja esculfura monumental en la ciudad de Buenos Aizes no permite tampoco suponer la existencia, en ese entonces, de rin variado o mds amplio abanico estilistic. Bn efecto cbr ete optaban arabe lo valoresysnucs dict i nica prineipios del siglo XIXTos proyec- mip ; ‘monuments conmemorativos, tanto para los construidos como para [os que quedaron relegados a la categoria de proyecto. A estas formas se adosaron, aulatinamente, figuras y elementos simbolicas que permitieran decodificar ripidayy féellmente wcién del remal original por la figar ‘Consecuentemente con los criterio estlisticos en boga en los paises cen- ‘rales, los monumentos a Belgrano y San Martin introducen, en nuestra cit- dad, el culto al grar-héroe, elemento caracterizador de la tendencia conmemo- \ Ulva det sigio XDX> Aparece asia imagen del personaje descollante por los Servicios prestadis a la naci6n. Las figuras representadas con una gran suje- Gin algeAtsmmyrettzatas con un proj tatariento tency seat fan por mbtar lemnine den iicatons dee peroona ot nsaje que se deseaba trans mente decodificables, en funcin dé las fuentes iconogtaticas que circulaban cleo yaniosens popula. “En este semlide no 66th de Taas dehalar {a presencia mportante de las cabalgacures y ene significado de ln mismas (Eiger eatin ceteetntee \detallades como trajes militares, sables y medallas acompafian este diseurso, % Deede a ote vareda Este es otro elemento caracterizador de Ia estatuaria conmemorati ve glfcamenterepresentado en los ejemplos antes mencionados: Ja funcidn pedagégica de las obras, con vistas a lograr uma répidé cidn del héroe retratado, Ubicacién y emplazamiento de los monumentos en nuestra ciudad’ surgen interrogantes respec. 2 obra conmemorativa en el es la obra la que Je otorga importancia, pres- \do espacio? O se teat _ya cargado de significatividad simbélica para que la obra aparezca connotada con valores similares? Quizds se trate ae un nterjuego de estos elementos, més aquellos apotados por el publi avés de la lectura de algun esis por la cual la ubicaci Y de las esculturas decorativas, a lo largo del siglo XIX, no fue motivo de upaciGn para Ins autoridades, los ténizos especaistas y el pico ado: (extos de Eduardo Schialfino se presen- de los monumentos conmemorativos cofauae que aun se gora lo que srs, y todo efi sn ques conte opnisn ce artistas 7 In casi todos los casos se sigui6 con la costumbre ya aceptada de ubicar- Hog en el centro de las plaza Simms siguen sienda emplazadlas en los antiguas es pregnancia visual. Poe __LaPirdmide de Mayo, primer monun Ce iucerigido sgigets costume anel ne lapis dele za He ‘Mayo no era la que actualmente frente al Cabildo. Buado Schiafino y “el monito tit” ° como una unidad, sino Ja suma de dos més pequefias: la plaza 25 deMayoy ) jloria, separacas por la Recova. Al unificarse, después dela | (écada de 1880, 3e planteard la necesidad | nntro de la nueva plaza, ienoa Aires sirvi6 para ul 1 erigidas desde mediados del tina pequefia plaza. Lh Tran hac la Casa de Gobiemo, per d Tal errada fue su ubicacidn, que yaen 194, penseba tasladara a otra pla, donde seguramente ocuparfa su centro: Fs evidenie que Ia estatua ccucstre de Belgrano y la pedostre de Als ficadas en euanto a obras de arte sin. provecho alguro pat al medio en que se levanta.© Las palabras de Schiaffino dejan en claro que la bisqueda de un nuevo Ii gar para la estatua ecuestre mencionada respondia més al seguimiento de a fosttambre ya aceptada que a privilegiar la calidad artstca. En ese sentido, nuestro pintor se aleja de este pasado, pasando a una visidn moderna de laes- cultura urbana. Concepto de monumento conmemorativo para Eduardo Schiaffino 1s eseritos, divide claramente das tipos de intervenciones risticas urbanas: las estatuas conmemorativas ye escal{ura decorativa. Es- is obras poseen, segtin él caracteristicas propias queastiferenciaa, unas de Ja otras. Sir_embargo, a la hora de considerar su relacidn con el espaciade la ‘Gudad, ambos fipos de esculturas tienen une imporiancia similaren funciin desu ubieatidn en el espaciodela ciudad * Desde a ota vereda Partiendo dela clificacién de estas dos categorias diferentes de obras, es preciso sefialar cudles son, a su criterio, esas caractersticas distintivas. ‘Ya hemos: Pétrafos anteriores aquello que, consideramos, carac- teriza 4 la escultura conmemorativa en general:Schiaifito examina el tema, dde manera especial, en un primer articulo publicado en el diatio La Nacig, i tulado “Estetica de la Capital’. En el misino vemos aparecer sus prin reoespaciones-t-obsesiones sobre la helleza de la ciudad, las cuales manten- ~Tescstnateradas hasta la ima epocstde sa nna ‘que resumird en su li- ‘bro Urban Buchos Aires. ~Pero en {8947 el principal blanco de sus eriticas en materia de urbaniza- Fin, justamente una plaza con un particular valos Hotonee yy simbélico, la Plaza de Mayo, que proponia remodelar el intendente Seeber mediante wn {nuevo trazado elaborado por el director de paseos Carlos ‘Thays. Recorde hMtos que hasta cl momento era lat de Mayo. EI nuevo proyecto que mencionamos, inclufa, entre 23, el traslado de la Pirémide de Mayo hacia el centro de la misma, siguiendo de-es- ta manera la préctica usual en cuanto a la ubicacin de los los monumentos, ‘mencionada en pérrafos anteriores. La que podemos apreciar, a través de los comentarios de Schiaffino, es ‘una eoincepcién espacial imitatiasdé pasbo:ptblico. Su visién contempla no ‘s6lo la superficie recorrible del lugar, sino también los bordes que la crumar. «can. En este sentido propone todo un programa de remodelacién de las facha. das de los edificios del entomo, basandose en la. homogeneizacién estética, Afios después propondré que dicha unidad esilistica se haga en base ala ar. uitectura del periodo colonial, tomando como modelo al unico edificio 80. breviviente de esta época: el Cabildo de Mayo. ® En ese entonce: trazado més dign critica vivamente mo monumento repr ara una concebir tuna Se Pamala coe br et do come none Soars fa fapebres dees matress man los arveplos hech0s @ thediados | ‘mento original, lo que le restaria ade valor artistico, el carécter ‘de ‘montimento hist6rico, que era lo unico que continueba ustificando suas, tencia, ‘Toda esta reflexion nos no se esconde también una wad de oncagar"C ‘ tence (<7 medians conccwoy alos atts anentinos a” (2) aquellos quienes tocan de cerca”.'$ Estas palabras ratifican la necesidad de crear un Programa de imagenes que conformen un verdadero sentimientirdesconctan- ey Be nocisn, para el cual el monuments cortmemorativo se canstituye en Esta defensa-tar enérgica de la primacfa en la ejecucién de la escultura ‘Comsiopanttiva por parte de looaslstasnacinales, volverd a aparécer tanto ‘en 8us escritos como en sus actitudes, a raiz. del concurso internacional para Tareatizacion det aianimentoral Centenario de la Revolucién de Mayo. Para Schiaffino no habia dudas de que los artistas argentinos eran los més eapac- tacos para materializar dicho sentimiento, Ya haba expresado en 1894 que en general Jos grandes ates europea no lomaban prt en rings concurzo que no para ‘llosnaonay de una inpertani tl qo espa ee aumento degra Lo fa que aden io concron que sebrenen elextajero son medio oda tants lo que ne es mplde a veces ser inferior cuando no mero empresas" Para remarcar atin més esta idea casi obsesiva, que tiene Sehiaffino sobre necedad dea epresniacn del series de neconalidad eno mo :mumentos conmemorativos por parte de los escultores nativos, podemos ver algtin otro de los ejemplos que ulilizé para just En los borradores de sus cartas, ita el concurso para un monumento a la memoria del rey Victor Manuel lamado por el gobiemo de Italia, en el cual tn extaneoobtavo el prime premio, arglteco anes Nenoty como epus- act ti nan ney rep Ccanr, jr etl po unanSo contae el primer presi, prt a {Spartvelzatod proyecto pemtado con cl opuo prio ese devaal ae ta aliane aceon.” Estos y otros argumentos ‘Mayo, convocado en el afo 1907. : El reclamo constante ante sts pares de que se estaba menospreciando fa calidad de los escultores locales a favor de los atistas extranjeros, que apare- 2 Desde a ota vera Edvard Schifino y “el moni f° ” cia en sug primeros articulos, se repite con reiterada insistencia en la mayor parte de sus expresiones puiblicas: Ya lo hemos visto en los articulos de 1894, Ampliados en su correspondencia particular y publicados tardiamente en st ‘diferencias que lo separaban respecto de los demas miembro de ese jurado, a los que no dudaba en descalificar por-na consideraslos capaces, Va qué no ~Pieteniectan ai medio artistico local” ranza de que el fallo fe ~ya habia comenzado a expresarla necesidad de incorporar este tipo de escul a perfecto, pero no habiendo oh el arado guano un posta gener empuwigemetodel | turas al espacio pubblico: rei Jue Gene al ayes um eran eration juemos las plazas a purificar el aire por medio de plantaciones y de grandes es- prendengin nee Pome quel sisesedoubes esta PEND Seomce Gla cr ante davortvon com jarbncn oes qulcesen hans ‘prendente:® pero reivindiquemos parala cudad propiamente dicha laeligie de sweatros héwes _jSt lmentaba de que esta comisién de casiaicionadosnohibiesenenten- | de nuestros patricios ido la importancia de defer aly el prestigio de nuestros i zi aera jai antistas, inclingndose por ls pees, pese a que \ En el ultimo capftulo de su libro volverd a hablar de las esculturas deco- Se i smo las definta: en i wsimientoen patesdealiopes | —_—ratvas es interesante ver cfmo las defi ; i Hasta 1905 fltaba en Buenos Aires la estatua decorativa,cayafuncién no es otra que poner una nota de voluble graca, en el paisaecaustal del Gudadana. recuetdo que ‘1 Concejal De Ta Cézcovay yo, fuimos los primeros comisionados por la Municipa- lidad para importaresculturas cramentales, iniciando as{entze nosotms esa forma ( de Arte Pablico® amen de a nacionalidad del artista echo i 0 | i roe significative d cde que en esta catogoria na se-pae con ales encargo conmemorsive eaeere| porla-nncionatidac'del autor, como lo expresé para fos monumentes ~~ "Pero detrés de estas palabras; no.s6lo lo que rescataes.el valor esencialde ‘conmemorativos, En ningzin momento se mostr6 partidario de privilegiar [Jazepresentacin hietérica, ue, seguin él, debe caracterizara este ipo de mo. i calidad de las obras-de-attistas angentinos por encima de las extranjeros y-jo ‘Rumento, ya que ninguna persona que no sea heredera de estas gestas hist6- ‘mis dud6 de que la mejor eleccidn era importers del algdin pais cow mayor hace br ios pe ertarlas, sino que también busca consclidar —asi como se | ———_prestgigatiohco. “ik ipacidad attain srgentina poor one } "iN, que pueda serdefendida comolohacen ao 's Un ejemplo de ello se evidencia en tarnaalcon- i Aparicidn de la thodernidad” “anol Mmumerte Cte snl cual gobierno ands opal 11900 disio La Nacén publica una breve nota en la polftcamentea sus artistas con-l objetode“(..)ananleneealiny ime el 122 de mayo de 1900, el diario La Nacién nota en ~estandare de lancusa fanecsees sa 5 | que se hace referencia ala tuminaeign en la cluded: Bn la misma, deslada St bien Schnfino dedi menos espacio en sus escritos a a eseulura “Thuminacién de la Casa de Gobierno”, se comentan los avances tecnoldgicos: e om Desde a otra vere “Después de varios meses de trabajo, hoy quedaré terminada la instalacién cléctrica inter y externa del palacto de gobierno”. Se hace referencia, tam- bién, ala creacicn de un gran. ‘mado por varios millares Evidentemente, trarse con todas sus legada del nuevo siglo, la ciudad deseaba mos- ‘todos los avances de Ia modernidad que le per- ‘mitian contarse entre las grandes capitales. Su imagen de ciudad cosmopo- lita y mod fue preparando a partir dé los designios de los hombres ‘apoyo al las reformas d osi- ‘novedosos cambios en el trazado usbano del centro capitalino, segtin claras y evidentes feferencias a las obras realizadasien Paris por elba- rén Haussmann, inft ‘nuevos saberes de la higiene sanitaria y embellecer los paseos piiblicos. Se Proyecta.astJa Avenida de Mayo, signienda la idea del boulevard francés, comenzada en 1894 y detentora de un muestrario ecléctico de estilos arqui- tectinicas europeds. Se generé asf una imagen modema del centro de la ictura hospitalaria de acuerdo a los casi a manera de una escenografia, que contrastaba con otras reali-( p= lades urbanas que Coexistigh de forma parale}a, como la existencia de los vexist "Junto al forbellino de la clectrficacién, los proyectos de grandes avenidas y los planes de émbellecimiento del centro de la ciudad se sumaba la cons. mnccidn de un nuevo puerto, més adecuado a esa urbe moderna que Boeos “Aires pretendia ser, con el objeto de adaptarse alos nuevos problemas del in ‘tercambio comercial internacional -~—larred-de frangparies, comandada por_la.extensién.de_los samales del tien y la creaciGn de una verdadera red de tranvias, permitia crear nuevos ‘asentamientos y expandir poco a poco el privilegiado centro. Se vislumbra en este accionar una caracteristica que no se limita sélo.a Tnesfera de la arquitectura, sino que también es pasible de ser percibida, un poco mas tardfamente, en el dmbito de la estatuaria monumental y decora- tiva. Se trata de un cierto desenfreno, de un interés en demostrar la per- tenencia 2 un cierto medio, que tiene caracteristicas rayanas en el exhibicio- rismo. ‘Tres dfas después del anuncio aparecido en La Nacién que encabeza este apartado, otto hito modemo hace su aparicién en la ciudad. Se trata del mo- ‘Bumento en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, realizado por el escul- torfrancés Auguste Rodin; obra que tracré aparejadas no pocas discusiones y que conforma en sf misma uno de los ejes del presente trabajo. 4 1 { dua Scbifino y “el mono ti" 35 El Sarmiento de Rodin ‘Mes bustes ont souvent déplu parce qu’ils furent toujours E125 de mayo dé 1990) as: horas segrin Jas erénicas perioditias, se Tnaugure el monuintd Domingo Fausino Sarmierte> EL ine macro ~fngebune quite sli ol seplembse de 1888 DOW als de eoperssoparanel deceso def homenajeado con el pa ‘de la caida del velo que descubrie- faelaonumento ergo en su honor Hl lagorelogio para su emplazamient ose Parque ‘hes de Rebser, creado por inieativa del propia Sarmiento, tomando como base la resi- ! toconmemorativ. iano de los eleme: oslayables, como lo viéramos anteriormente, que coadyuvan en la definieién y construccién del hecho monumental conme- morativo. pacio piiblico de la ciudad result cedi6 en relacién a la figura de S. bastante prolongado. La gestacién de eata obra resulta har desde la perspectiva de andlisis de los intereses politicos qu tm hecho como el ae agus presenta. Detongétanos en cocupa, A pesar del proyecto aprobado a los pocos dias de acat So por el Honorable Concejo Deliberante con el objeto de“ sanciGn de la Ley Nacional 2540 del 1! de septiembre de 1889. Relacionado con este hecho, conviene destacar que ala muerte del Sarmiento el gobier- no de Juéner.Celman, frecuentemente atacado por Sarmiento, intent mini- mizarlos honores que normalmente le hubiesen correspondido teniendo) fdadel paisa. ee et % Deadelsotaveede — | Edad chino 4a Comisn Popular confomada para conaretar el homenaj estaba pre iia "pesar de quo en cl origen del Rome- Jas representacion¢ los Burgueses ES ia figaas dramas dla Pera de Inert testsacose (tice, = Dende i qu Ta cones ors poses" ‘Monumento a Sarmiento de Auguste Rodin, Parque Ties de Febrevo (Busnos Ales). Be, Desde a otra vereda Fin el caso portefio sucedié algo similar. La figura de Sarmiento, ataviado { corilevita y capa, y realizada en bronce, se afirma sobre una base de piedra y maérmol de Carrara. En el frente del basamento, trabajado en relieve, la figit- rade “Apolo” domina una hidra, simbolizando el saber que despeja la igno- | rancia. En Ja parte posterior del mismo se ha plasmado la represenfacién que hizo el artista del Escudo Nacional. La figura de nuestro précer se halla en tina actitud muy dinémica, aparentanclo un movimiento de marcha. Arropa- do en una capa que cae sobre uno de sus hombros se dirige con impetu y en- tereza hacia el frente, como prosiguiendo st andar firme y seguro en la histo- ria de nuestra nacién. ‘Sucede que, ¥ esto eso que nos interesa recalear en esta ocasi6n, en tor- no ala inauguracién de la obra se stcedieron no pocos comentarios periodis- tcos que contribuyeron a generar una polémica novedosa en el terreno de la estética. Preariunciando el evento, durante 1895 el diario La Nacidu fue prepa- spcidn de le obra.a.través de dos enn / redactadias desde Paris par Ernesto. Garcia Ladeve: re. En Tos mismos se presentaba al escultor y su prolifica obra, auguran- “do el momento en el cual los portefios descubrieran finalmente la obra esperada: 7 rando ef a )Blescultor Rodin ha ferminado el proyecto del monument que ai va elevare 8 Samia. Se tata de ura aber composici a figurn de Seen en nble ac (tid con ara mano apoyada en cl pecho y mostréndonos (ea ora mane) an do { eumeato que guza ser su obra.) Dentro de tres aos podrén emir yas a Y gentine soba de Ron terminada* ‘Uno de los gestores de la polémica a Ta que hactamos referencia fue Euando Shatin, con dos nolasaparecida, también en Let Nec, en Jos -Gfias previa a a mselacisn del monument ante los ojos —jcdididos ojos oo SS Ti ou articalo del 24 de mayo de (dO Bchiatfino presenta una pégina completa que lleva por titulo “Auguste Rodin. ELhombre y la obra” * En el ‘mismo, el autor presenta una breve resefia biografica, en la Gial se hace refe- rencia alos estudios y la adquisicin de dominio téenico y artstico por parte culm de su produccidn artistica, Kata crénica da a suy io, por su parte, pareciera enorguillecerse del aporte que este ar~ ‘eulo significa, por dos razones diferentes: en primer término porque se tra- ta de una erinica realizada por Schiaffino; por otro lado, por la relevancia del del escultor, para luego explayarse mas ampliamente en una suerte decurri- | ‘Eduard Schiafino y “el montos? 8 tema presentado, al sefiala, dos péginas més atrés del escrito del ctitico, lo si- guiente: ((atezcer pigina de este minero de La Nacfneté por completo dedicada al ator ‘del monumento é Sarmiento, que 9einaugurars mafana cidn del monumento. El tono general Jue ing nen éste es olde pstiion. 6 ini ‘mismo el autor parece abocado a una respecto de a obra erigida y al lel artista, Para ello reaiiza una fencendida en Paris a partir de lainauguracién neraré—o ya se habfa generado—en el suc- _Mmismo tiempo,.amy rparacign entre la det Paloaey la que, atrioa causa del largo. de su existencia otro tipo de embates, como los que veremos maniesteds ent Prensa. A lo largo de los afios la efigie de Sarmiento fue sucesivamente des _lazada de su basa efmonumento fue rociado con alquitainy hoses ido tambien camo soporte material de leyendas acai Sis cnlsago, consideramos que est ipo de reacciones deben reladonarse no neceente mente con la obra en si, sino con la figura controvertida del En el banquillo de acusados _ Nose equivocs nuestro critico en sus apreciaciones. El monumento fue objeto de numerosas interpretaciones y discusiones que se reflejaron en la rensaescrita portes. Trdtase aqui de un caso particular en eussto eee “pei dee do Son contadas las essen Co cuales la prens: 100 Dede a tra voreda [Bduaedo Shiai y “el monitott” 10 Neo camplae frat dese hors quero nos habiames engafado cuando hicnos ‘oque pds, para quel agen el gran angen fers perpetaada en bro ‘ford gen tate de Roan (tin el destin de gran eformador gue un lampo deh de ea era ao A (odio igua pra a eetuss wengas inoninar atapoteosin® za comentarios especificos respecto de los monumentos inaugurados. La mayoria de las veces los articulos referidos a estos hechos tratan el tema desde una perspectiva mas préxima a la de los eventos sociales y politicos —~ Alo largo del articlo Schiatfino va des tos de la obra que considera valiosos, tanto por sti iovedad estética como por eT aia: tado. Asi apareceny eritonces, nienciones acerca de las urls iconograficas en las que se basé Rodin (un retrato fotografiado en Fs- | -tados Unidos y un éleo ejecutado en Chile), 0 respecto de la utilizacién de _elementos y ree iitivgs jnnovadores por parte del artista. Tati- Diets hace gala de ust aggiornamiento en pagteria de critica atistica cuando, al referirse al Balzac, ita un extenso comentario que Camille Maucait hace ddel mismo, Pero lo que més parece interesarle destacar a Schiaffino son lias cuestiones relacionadas con conceptos basales de Ia representacién hu- tatuaria monumental. En este sentido realiza nue se pretende de un retrato,hacien- fo do dees- ferna de la préctica esculldrica, Schiaffino presenta de esta facstaba tan acostumbrada.® ‘Hemos hecho referencia, enel apartado anterior, al cardcter casi defen: sivo del segundo articulo de Schiaffino en La Nacidr. No pensamios que los largumentos que esgrimiera en esta ocasién oe trataran de tna mera coinci- {manera sus reflexiones respecto a los puntos més rispidos de la polémica a como tampoco podemos pensaelo como a una especie de pitoni- ‘que se acaba de desatar: sa. Todo indica que, ya antes del corrimiento delvelo,la polémica estaba = | meidio. Consideramos que ésa es Ia razén que justifica algu- | del autor que nos oc i ntroversias generadas | | pumas tg vaso i | fombre. i | Porotra parte, cvindo contemplams}aestétua de San Mastin ode Belgrano pes su & [rst a e iniemogamos,esiasiueta monumental ida quelios de o- [ sates gue por su profesn enn acastumbrados a desea I formas mes simulades, sabems que no serfa posible al. | code una estatuaeoloeada la intemperi; lo [fade tne, Beecutoret,pueyenlo coal manknert dno dela its # Hacia 1891, cuando nosotros regresdbamos a Buenos Aires, traiamos de Francia el Saree

También podría gustarte