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2.

El pedernal y el acero

El pedernal, al ser golpeado por el acero para hacer fuego, se sorprendió y comentó
enfadado: 

- ¿Por qué me hieres? Yo nunca te he molestado, ni a ti ni a nadie, no me molestes.

- Si tienes paciencia, verás la maravilla que sale de ti - contestó el acero. 

El pedernal le hizo caso y se calmó, con gran valor aguantó los golpes y vio como nacía de
él un maravilloso fuego, que sirvió para muy distintos fines.

Moraleja: trabajar con firmeza y paciencia puede dar un maravilloso resultado final.

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