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"Yo había dicho en mi temor: <<Estoy rechazado de tu presencia>>, pero Tú oíste la voz de
mis plegarias cuando clamaba a Ti".
(Salmo 31, 23).
“Llamo desolación todo el contrario de la tercera regla; así como escuridad del ánima, turbación
en ella, moción a las cosas baxas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones,
moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como
separada de su Criador y Señor. Porque así como la consolación es contraria a la desolación, de
la misma manera los pensamientos que salen de la consolación son contrarios a los
pensamientos que salen de la desolación”.
(San Ignacio de Loyola, EE 317, 4ª regla).
“El alma se halla toda perezosa, tibia, y como separada de su Creador y Señor”.
(San Ignacio de Loyola, EE 317).
"En tiempo de desolación nunca hazer mudanza, mas estar firme y constante en los propósitos
y determinación, en que estaba el día antecedente a la tal desolación, o en la determinación en
que estaba en la antecedente consolación.
Porque así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen spíritu, así en la desolación
el malo, con cuyos consexos no podemos tomar camino para acertar".
(San Ignacio de Loyola, EE 318).
“Dado que en la desolación no debemos mudar los primeros propósitos, mucho aprovecha el
intenso mudarse contra la misma desolación, así como es en instar más en la oración,
meditación, en mucho examinar y en alargarnos en algún modo conveniente de hacer
penitencia”.
(San Ignacio de Loyola, EE 319).
“El que está en desolación considere cómo el Señor lo ha dejado en prueba... para que resista
a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo, pues puede con el auxilio divino, el cual
siempre le queda, aunque claramente no lo sienta”.
(San Ignacio de Loyola, 7ma regla de discernimiento espiritual, Ejercicio Espirituales N° 20).
"Una onza de oración en desolación pesa más ante Dios que cien libras de consolación".
(San Francisco de Sales).
"Un bendito sea Dios dicho de corazón, en tiempo de desolación, es más estimado por Dios que
los 150 salmos del salterio en el tiempo de la abundancia".
(Venerable Madre María de la Trinidad, del Carmelo de Francia).
"En desolación es bueno gritar a Dios nuestros padecimientos, como desahogo, como una
oración".
(P. Nelson Barrientos S.J. “Contemplativos en la Desolación”, CEI, Cuadernos de Espiritualidad
Nº 78).
“En desolación, la acción del mal espíritu, su trabajo específico, es ahondar la desolación”.
(P. Nelson Barrientos S.J. “Contemplativos en la Desolación”, CEI, Cuadernos de Espiritualidad
Nº 78).
“La desolación es la sustracción temporal del fervor espriritual, pero Dios sigue estando ahí y
continúa con la asistencia necesaria”.
(P. Nelson Barrientos S.J. “Contemplativos en la Desolación”, CEI, Cuadernos de Espiritualidad
Nº 78).
“En desolación es bueno gritar a Dios nuestros padecimientos, como desahogo, como una
oración”.
(P. Nelson Barrientos S.J. “Contemplativos en la Desolación”, CEI, Cuadernos de Espiritualidad
Nº 78).
“Es una experiencia amarga, dolorosa, que Dios no le ahorra a los que ama”.
(P. Nelson Barrientos S.J. “Contemplativos en la Desolación”, CEI, Cuadernos de Espiritualidad
Nº 78).
“En esta experiencias Dios provee a nuestro espíritu el remedio adecuado, nos hace
experimentar nuestra radical pobreza y nos orienta a vivir en la humildad”.
(P. Nelson Barrientos S.J. “Contemplativos en la Desolación”, CEI, Cuadernos de Espiritualidad
Nº 78).
“La desolación espiritual, que no hay que confundir con la depresión o la melancolía, aunque
evidentemente lo psicológico influye en lo espiritual, es descrita en términos de <<oscuridad
del ánima, turbación en ella, moción a las cosas bajas y terrenas, inquietud de varias
agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda
perezosa, tibia, triste y como separada de su Creador y Señor>> (E.E. Nº 317)”.
(P. Tony Mifsud S.J. “Cuando El Día Se Hace Noche: Dejarse Seducir por Dios en La
Oscuridad”).
“Dios permite la desolación, pero no la manda”.
(P. Larry Yévenes S.J. Taller “Consolación y Depresión” 26 de agosto de 2004).
“Invitar a la persona a mantenerse en paciencia, porque este tiempo no durará <<si toma los
medios para luchar contra tal desolación >> (EE. 321)”.
(Brigitte-Violaine Aufauvre, “Desolación Espiritual y/o Depresión”, en CEI Cuadernos de
Espiritualidad Nº 145).