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Como he hablado antes en múltiples ocasiones, la mentalidad es el mayor elemento a

desarrollar después de la vitalidad. No obstante, una mentalidad superior,


masculina, se conforma de varias partes derivadas primariamente de la filosofía de
vida. Definitivamente, uno de los conocimientos más importantes que puedes saber es
cómo tener una mentalidad de abundancia.

Puedes ser tan mentalmente fuerte como quieras, o tener la mayor disposición de
crecimiento, saber aventajarte de la soledad, o reconocer que la mayor satisfacción
está en la superación, pero de no poseer una mentalidad de abundancia jamás serás
un hombre completamente feliz y, posiblemente, tampoco tan exitoso—al menos no
tanto como podrías.

Es fácil creer que podemos ir tras la vida persiguiendo metas constantemente—lo


cual es lo mejor, pero, más veces que no, en esto, como en todo lo demás, el “cómo”
importa tanto o más que el “que.” En este caso, todo comienza primeramente
distinguiendo entre una mentalidad de escasez y una de abundancia.

Mentalidad de escasez y mentalidad de abundancia


¿Existirá diferencia entre 2 personas cuyas van por la misma meta pero una lo hace
desde una posición de escasez mientras otra lo hace desde una de abundancia? Si la
existe, y esta es inmensa.

Dependiendo de donde te encuentres dentro del espectro escasez-abundancia, esto


puede hacer la diferencia entre alcanzar los resultados que esperas o no, más
importante, de que tanto disfrutas del camino hacia tu meta y que tan rápido sea tu
progreso.

Partiendo de una mentalidad de escasez, cuya no es más que decir que te sientes con
la necesidad de obtener eso que buscas—el no obtenerlo no es una opción, te dará un
sentimiento de extrema insatisfacción y una alta dependencia del resultado—si el
único resultado para ti es obtener lo que buscas estarás aterrado de que no sea
así. Esto derivara en resultados deficientes e inseguridad durante el proceso
siempre.

El miedo, el cual fue diseñado primariamente para activar la respuesta “pelear o


volar” asociada con situaciones peligrosas—en ocasiones de vida o muerte, nos envía
a un estado mental en el que nuestro lado más instintivo y animal puede tomar
posesión de nuestra persona y, por lo tanto, de nuestra manera de actuar. En esta
posición, nuestro desempeño mental, nuestra razón y masculinidad—la razón es a lo
masculino como la emoción es a lo femenino, se van por la borda al tomar
precedencia nuestro lado reptiliano—emocional.

Es por esto que, aunque el coraje significa acción a pesar del miedo, siendo
irónicamente nuestros mayores miedos inútiles e infundamentados en la sociedad
actual, no es sobrellevarlos con coraje la mejor manera de manejarlos, sino
eliminarlos al superarlos. En otras palabras, la búsqueda de metas desde una
mentalidad de escasez proviene del miedo—de perder o de no obtener.

Contrariamente, una mentalidad de abundancia conlleva a ambición y provisión—tener


más, hacer más, ser más, dar más; la misma definición de masculinidad. En este
estado, queremos un buen resultado, pero no lo “necesitamos.” Nuestras acciones son
realizadas desde una posición de expansión, fuerza, poder y amor—por
crecimiento/evolución, no de necesidad y, por lo tanto, actuamos y nos mostramos
independientes de resultado—lo que deriva en el mejor resultado.

Aunque tal vez a primera instancia no lo parezca, siendo la meta la misma, el


perseguirla desde una mentalidad de abundancia en lugar de una de escasez hace toda
la diferencia—en resultados finales, velocidad de progreso, y experiencia durante
el proceso. Centralmente, en toda ocasión, abundancia es poder, pero esto es más
evidente en cuanto a relaciones se refiere.

Una ley fundamental e inquebrantable de las relaciones es la de “aquel a quien le


importa menos tiene el mayor poder;” y esta aplica para todo tipo de relación—
laboral, amistad, intergénero, etc.

En una situación de negociación, generalmente aquel que toma el objetivo de ganar


en lugar de no perder, es el que suele ser exitoso al final. En relaciones de
pareja, aquel que puede querer todo con el otro, pero que no tiene miedo de
perderle, será quien tomará el control de la interacción. En otras palabras, aquel
que tiene menor necesidad del otro, es quien posee el mayor poder—y gana al final.
Aquel que quiere al otro, pero no le necesita, no tiene dependencia.

La dependencia es una característica femenina y, por ende, anti-masculina. Ningún


hombre que se jacte de serlo, exceptuando casos especiales incontrolables—ej.,
enfermos/lisiados, debería ser dependiente de nadie ni nada. No solo eso, la
independencia es el camino principal para activar la mentalidad de abundancia.

Independencia
tigre Independiente

“La riqueza es la esclava de un hombre sabio. El maestro de un tonto “

—Séneca

Si existe una ley que todo hombre de verdad debería tener en su código personal, es
esta: “siempre que te estás volviendo dependiente de algo—mujeres, drogas, lujo,
etc.; déjalo por un tiempo hasta que ya no seas dependiente.” La dependencia es
una característica femenina, la independencia masculina. Como hombre, siempre
aspira a la independencia—de todo. Siempre.

La dependencia es la antítesis de la masculinidad, abundancia, seguridad, y


confianza. Aquel que es dependiente de algo no puede, por pura definición, sentirse
en abundancia, seguro, o confiado en un elemento dado. Si eres dependiente,
irremediablemente temerás perderlo. De nuevo, no se trata de no “tener” algo, sino
de no ser dependiente de ello.

Una cosa es ser altamente adinerado, pero saberte capaz de llevar una vida
igualmente contenta con una mínima porción de tu actual riqueza. La abundancia,
como la felicidad, y la maestría emocional son mentalidad.

Adicionalmente, en cuanto a independencia, el dicho “menos tengo, mas ganó” aplica


de manera fantástica, y los estoicos sabían bien esto. Entre menos cosas necesites
para llevar una buena vida, menor tus potenciales dependencias. Si estás en un
punto en que todo lo adicional a salud, alimento, abrigo y hogar consideras como
algo benéfico, pero opcional—”la cereza en el pastel,” muy pocas cosas podrán
afectar tu sensación de abundancia y por lo tanto, tu felicidad y confianza.

Además, si te lo pones a pensar, tanto salud, como alimento, abrigo y hogar están
mayormente bajo tu poder o, por lo menos, son fáciles de obtener. Para tener salud
o, al menos, optimizarla, solo necesitas cuidar bien de tu cuerpo. Para
adquirir/mantener alimento, abrigo y hogar solamente necesitas trabajar en algo que
te provea con los mínimos recursos económicos que estos 3 elementos te permitan
pagar— lo cual no es muy difícil aun sin haber podido estudiar.
Lo importante al final es reducir al mínimo nuestras dependencias—necesidades, de
manera tal que podamos llevar una vida plenamente contenta de manera perpetua y,
derivadamente, siempre con una mentalidad de abundancia en donde “no nos falta
nada,” pero vamos por objetivos extra no porque los “necesitamos,” sino porque los
queremos—sería bueno obtenerlos, pero no necesario.

Una buena manera de proactivamente fortalecer tu independencia de situaciones


externas, es mediante la práctica estoica denominada “Premeditatio Malorum,” cuya
consiste en imaginarse situaciones indeseables, en donde las cosas puedan ir mal o
pertenencias se nos puedan arrebatar. La meta de esta actividad es la preparación,
idealmente también material—ej., si visualizas que podrías perder tu trabajo te
pondrás a ahorrar dinero, pero principalmente mental—que sentirás y como lo
manejaras.

Como bien encontró Séneca, los golpes inesperados de la fortuna caen mas fuerte y
nos afectan más que los ya anticipados, por lo que lo mejor es prevenirlos mediante
la preparación mental adecuada. Esta actividad no es para nada “pesimismo,” sino
preparación y realismo en donde, tras realizarla, te sentirás listo para
enfrentarla y perderás el miedo a tener que experimentarla. En otros términos,
espera lo mejor, pero prepárate para lo peor—siempre.

La belleza de la independencia es que, para obtener la abundancia de ella, solo


necesitas reconocerla. Es por esto que en cuanto a la abundancia esta
característica es la más crítica, al ser la que mayormente está bajo nuestro
control y disposición. El resto de las formas de obtener abundancia no están
totalmente bajo nuestro control, pero la independencia si. El resto de las maneras
son queridas, pero no requeridas—o no debieran.

Solamente necesitas reconocer que muy poco es necesario para obtener la buena vida.
Ciertamente cuando hablo de independencia también me refiero a ser económicamente y
socialmente independiente, pero de nuevo, para lograr estos estados externos
primero debes ser independiente en tu mente, primero debes hacerte independiente de
todo lo no esencial.

Habiendo aclarado esto, la segunda clave de la abundancia, aunque ciertamente menos


“necesaria,” es la opcionalidad. Si te sientes con la suficiente capacidad para
obtener múltiples opciones de un elemento específico, no temerás el perder/no-
obtener una opción particular de este al saberte con otras más a tu disposición.

Opcionalidad
Jason Statham-Rosie Huntington

Después de la independencia, la mejor manera de desarrollar la mentalidad de


abundancia en un área particular es la de reconocer nuestro potencial de opciones a
nuestra disposición. En otras palabras, opcionalidad es el saber que el objeto que
quieres no es la única opción que podrías obtener, sino que existen más que podrías
adquirir con la misma o mayor facilidad.

Si, puedes encontrarte en una relación con una mujer, pero de saberte con el valor
y habilidades suficientes para encontrar otra(s) rapidamente despues de perderla te
dará la mentalidad de abundancia necesaria para evitar tener necesidad de esa
persona en particular. Similarmente, el ir a una entrevista de trabajo reconociendo
tu alto valor como empleado y sabiendo que existe una amplia demanda por tu valor
como trabajador, te dará la mentalidad de abundancia requerida para negociar a tu
beneficio—no te “venderás por menos.”

Asimismo, si de algún lugar proviene la verdadera autoconfianza, ese es de nuestra


experiencia y percepción de opcionalidad. Es solo al saber que hemos experimentado,
y superado, por lo que estamos pasando, o pasaremos, que podemos estar “seguros de
nosotros mismos,” confiados de que seremos exitosos de nuevo en el evento dado. Es
solo cuando sabemos que, de no conseguir la opción inmediata a nuestra disposición
de un elemento concreto, podemos conseguir otra con la misma o mayor facilidad, que
tendremos la suficiente independencia de resultado que nos proveerá con la
confianza suficiente para no estar atados al desenlace exitoso en cuanto a la
opción actualmente presente.

En otras palabras, podríamos denominar la opcionalidad como la firme creencia de


que podemos adquirir igual o mejores opciones de un elemento dado, cuya,
derivadamente, nos confiere con una mentalidad de abundancia que culmina en
confianza. Más importante, esto nos da el poder en la relación, como comentamos
previamente—en el caso de relaciones ciertamente, o reduce ampliamente el estrés de
pérdida de la opción que tenemos actualmente o queremos obtener—esto último
aplicando tanto para personas como objetos.

La opcionalidad es una fantástica arma contra la mentalidad de necesidad, no


obstante requiere de mucho tiempo y/o esfuerzo el desarrollarla—experiencia y/o
“autosugestión.” Una estrategia más accesible, que confiere similares beneficios y,
de hecho, argumentativamente, más sólidos en el momento de aplicarla, es la
redundancia.

Redundancia
El mayor “truco” respecto a la mentalidad de abundancia es la redundancia, en cuya
la percepción de opcionalidad en lugar de partir puramente de la mentalidad,
proviene de la realidad.

En simples términos, redundancia significa tener, no “poder obtener”—opcionalidad,


varias opciones de un mismo elemento. Esto se traduce a múltiples ejemplos de
diferentes ámbitos, como por ejemplo:

Tener múltiples fuentes de ingresos—idealmente de similar nivel.


Salir con múltiples mujeres a la vez—idealmente de similar nivel.
Tener múltiples amigos masculinos.
Tener múltiples cuentas de banco.
Tener múltiples inversiones.
Tener múltiples vehículos.
Etc…

La meta con todo esto, es simplemente la de reforzar la mentalidad de abundancia


mediante opcionalidad confirmada. Una cosa es saber que puedes conseguirte otra
mujer en 2-4 semanas de terminar la relación con la que estás actualmente,
reduciendo así tu mentalidad de escasez; otra muy diferente, y que hará mucho más
“fácil” mantener tu mentalidad de abundancia, es tener ya por lo menos otra mujer
más con la que al menos este seguro podrías tener contacto sexual de así quererlo,
pero con la que, idealmente, ya estés teniendo una relación en paralelo.

Lo mismo ocurre con las fuentes de ingreso, inversiones, amistades, vehículos, y


demás elementos. Sabiendo que tienes otra opción real evitará que tengas necesidad
por una de ellas en particular. Contrario a la opcionalidad, para obtener la
mentalidad de abundancia, esto no necesitas pensarlo mucho, sino que, más veces que
no, esta se instaura automáticamente en tu mente tan pronto y cuando la redundancia
se materialize.

No obstante, como en todo, también en la redundancia existe un “balance.” Tanto


como es importante tener múltiples fuentes de ingresos, también lo es no tener
demasiadas, y lo mismo sucede con todas las demás áreas de la vida en cuyas esta
dinámica puede ser implementada. Realmente, en cuanto a redundancia, existe un
número mágico límite de opciones, en el que la mentalidad de abundancia puede ser
maximizada pero sin caer en el estrés de tener demasiadas.

4: el número mágico
múltiples mujeres

Si existe un número mágico límite en cuanto a redundancia, ese es seguro el 4.


Generalmente más de 4 comienza a ser demasiado y, por lo tanto, mentalmente más
pesado. Considerando el “rango,” obviamente menos de 2 simplemente ya no es
“múltiplo” y, por ende, ya no puede considerarse como un redundancia. Por lo tanto,
para aplicar redundancia, generalmente lo ideal es siempre pensar en términos de 2-
4.

Probablemente podrás ampliar el rango a 3-5 en ciertas áreas, esto dependiendo de


tu nivel de desarrollo en cuanto a mentalidad de independencia y opcionalidad en
adición a tu capacidad y tolerancia para mantener múltiples opciones. Pero mi
recomendación general es dejarlo de 2-4.

Piénsalo, salir con 4 mujeres, viendo a cada una 1 vez por semana, es muy posible,
pero 5 ya comienza a entrar en el área de la imposibilidad si tu enfoque de vida es
el adecuado—tu propósito. Tener 4 negocios, o una carrera y 3 negocios—aunque yo
tal vez lo reduciría a 1 carrera y 2 negocios, es posible, pero 5 ya lo vería como
algo casi imposible amenos de que dejes el quinto negocio “manejarse solo” o en
periodo de “mantenimiento” en lugar de activo crecimiento.

Lo mismo sucede con cuentas de banco, vehículos, y amigos—amigos, no “conocidos.”


Simplemente llega un punto en el que, dejando de lado las excepciones—cuyas prueban
la regla, comienza a ser demasiado esfuerzo direccionado a un área en particular,
lo cual, inherentemente, desbalancea todas las demás. Asimismo, en que parte del
rango caiga un determinado elemento de tu vida, dependerá totalmente de tu
situación y preferencia particular.

Por ejemplo, puede que solo con 3 mujeres en tu rotación estés más que contento,
que solo quieras/puedas tener 2 vehículos—ej., camioneta y motocicleta, que quieras
mantener 2 fuentes de ingresos—ej., carrera y arte/negocio, o que solamente te
guste invertir en bienes raíces y la bolsa. Lo importante en todos estos casos,
como en todos los posibles mas, no es en qué punto exacto te encuentres dentro del
rango, sino que en ese rango establecido te mantengas.

Si por cualquier cosa una de tus opciones se pierde, de cualquier elemento, trabaja
todo lo necesario por obtener otra tan pronto sea posible, o tu mentalidad de
abundancia causada por la redundancia se esfumara—especialmente si esto te deja con
una sola opción. De hecho, esta es la mayor debilidad de la redundancia respecto a
la independencia y la opcionalidad—está a la expensa de situaciones externas.

Verdaderamente, la redundancia es más simple de alcanzar en términos de practicidad


pero, contrario a desarrollar independencia y/o opcionalidad, esta te deja
completamente a merced de lo que “pueda pasar.” Lo puedes tratar de prevenir, no
obstante, aunque improbable, realmente no existe nada que evite puedas perder todas
tus opciones actuales de un día para otro y, con ello, tu mentalidad de abundancia.
En cambio, bien desarrolladas, la independencia y opcionalidad no se irán tan
fácilmente de ti y, por lo tanto, tampoco tu mentalidad de abundancia y auto-
confianza.

Por lo tanto, en cuanto abundancia, lo mejor es no aspirar a obtener solo uno de


los factores que la fomentan—independencia, opcionalidad, o redundancia; sino
todos. Lo ideal es si, tener esas 2-4 opciones de cada elemento—ingresos, mujeres
atractivas, amigos masculinos, pasatiempos, etc.; pero también el saber que puedes
crear otras en cualquier momento desde cero—un nuevo negocio o relación, por
ejemplo; y, mejor aún, ni siquiera necesitarlos para estar contento. La combinación
de las 3 estrategias es lo que te brindara una mentalidad de abundancia completa.

Conclusión
En materias de mentalidad, aquella de abundancia es una de las más necesarias si se
quiere desplegar la mayor masculinidad, desempeño, confianza, y poder que nuestra
capacidad nos pueda brindar. Sin esta, simplemente nos estamos obstruyendo a
nosotros mismos y nuestro potencial.

Existen 3 estrategias para desarrollar la mentalidad de abundancia, siendo estas,


por orden de importancia, independencia, opcionalidad, y redundancia. Si tienes que
elegir, enfócate en la independencia, luego en la opcionalidad, y finalmente en la
redundancia. Sin embargo, lo ideal, y que recomiendo, es siempre tratar de
potenciar no solo una, sino las 3. Solo esto te brindara una mentalidad de
abundancia casi-inquebrantable y completa.

Como casi todo en la vida, la “manera fácil”y los “caminos cortos” no son la
respuesta real. Similarmente, en cuanto a mentalidad de abundancia, el camino
difícil—el camino del guerrero, es el camino correcto. Aquel que opta por la
dificultad en lugar de la “facilidad” es quien gana al final.

Ultimadamente, quien se encuentra y, por ende, actúa desde una posición de


abundancia, está “jugando para ganar,” mientras que aquel que lo hace desde una de
escasez lo hace para no perder. ¿Quien crees que ganará al final? ¿Quién prefieres
ser? Decide bien. Esto definirá tu vida.

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