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I. Su Persona
a. Hijo Amado de Dios (1:3, 13) en estos pasajes Pablo declara la posición de
Jesucristo como hijo Dios.
b. Es Dios mismo (2:9) en este pasaje Pablo nos muestra, que Cristo es parte
de la trinidad y que al mismo tiempo es Dios.
c. Creador del Universo (1:15-16) nos indica en estos pasajes, que Cristo es
parte fundamental como está escrito en el evangelio de Juan 1:1
d. Sustentador del Universo (1:17) como Cristo es desde el Principio y por el
todo el universo es su dominio en Mateo 28:18
e. Cabeza de la Iglesia (1:18) la cabeza de la iglesia, así esta comparada con el
matrimonio en Efesios 5:23 indicándonos que él es quien guía y dirige a la iglesia.
f. Cabeza de todo principado y potestad (2:10) quien sino él tiene la autoridad
para otorgarla a su pueblo como está escrito en Lucas 10:19
II. Su Obra
a. Perdona Pecados (2:13-14) el único que puede hacerlo pues el pago el
precio por nuestros pecados.
b. Redime (1:14)
c. Reconcilia con Dios (1:20) el único mediador 1 Timoteo 2:5
d. Bendice (1:2)
e. Recompensa (3:24)
f. Regresará y Glorificará a los creyentes (3:4)
g. A través de sus apóstoles y ministros
i. Proclamando su evangelio (4:3)
ii. Enseñando a los creyentes (1:28-29)
Conclusión:
Por lo que el Señor Jesucristo es y ha hecho, hemos de vivir como es digno
agradándole
en todas las cosas que hagamos y en todas las relaciones que tengamos. Nuestro
modo de
vivir ha de manifestar al Cristo en quien creemos, su preeminencia y su vida en
nosotros.
CRISTOLOGIA FILIPENSES
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a
sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz. (Filipenses 2:5-8)
En ninguna otra carta o libro del nuevo testamento se encuentra un pasaje tan
glorioso como éste. Un pasaje con una profundidad teológica que sobrepasa todo
entendimiento y al mismo tiempo con una sencillez de palabras únicas y típicas del
apóstol Pablo. Filipenses 2:5-8 nos presentaba Cristo como el modelo de la vida
cristiana, es un llamado a la humildad, escrito para que los miembros de la Iglesia
de Filipos se unieran en un mismo sentir, ya que algunos de sus miembros
(Evodia y Síntique) tenían algunas diferencias. En éste nuevo estudio sobre la
persona de Jesucristo, entraremos al pasaje critológico más hermoso de toda la
Biblia, incluso se cree que fue un himno de la iglesia primitiva.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
(Filipenses 2:5)
Este versículo deja claro que su propósito primordial es animar a los cristianos a
vivir como su Señor y Salvador. Pablo no quiso describir la encarnación para
revelar sus verdades teológicas, el presenta un ejemplo supremo e inigualable de
humildad que sirva como la motivación más poderosa de humildad en los
creyentes.
El apóstol desea que los filipenses anhelen ardientemente la disposición que se
describe en los versículos 1–4, disposición que caracteriza a Cristo Jesús. Esta
admonición concuerda con otras muchas normas parecidas que nos instan a imitar
el ejemplo del que es el Ungido Salvador. En verdad, hay cierto aspecto en el que
Cristo no puede ser nuestro ejemplo. No podemos copiar su obra redentora, ni
sufrir y morir vicariamente. Fue obra suya, fue El solo quien satisfizo a la justicia
divina y trajo su pueblo a la gloria. Pero, con la ayuda de Dios, podemos y
debemos imitar el espíritu que fue el móvil de estos actos.
La negación de uno mismo en favor de los demás debe estar presente y crecer en
la vida de cada discípulo. Esa es obviamente el asunto aquí (véase v. 1–4). La
concordia (unidad), la humildad, y la solicitud se manifestaron en nuestro Salvador
(Jn. 10:30; Mt. 11:29; 20:28), y ésta ha de ser también la característica de sus
discípulos. Juan dijo: El que dice que permanece en él, debe andar como él
anduvo (1 Juan 2:6). Otros pasajes que nos presentan a Jesús como ejemplo son,
entre otros, los siguientes: Mt. 11:29; Jn. 13:12–17; 13:34; 21:19; 1 Co. 11:1; 1 Ts.
1:6; 1 P. 2:21–23; 1 Jn. 2:6. Es precisamente porque El es nuestro Señor que
también puede ser nuestro Ejemplo; y si no lo es, nuestra fe es estéril y nuestra
ortodoxia está muerta.
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse, (Filipenses 2:6).
Jesus habiéndose hecho un auténtico ser humano por el poder divino mediante la
concepción virginal, Cristo fue visto, y reconocido como un hombre por quienes lo
conocieron y observaron encarnado. Pablo dice que estuvo en la condición de
hombre, y esto se refiere a que no era su estado original desde el principio.
Ejemplo: Cuando en el hospital dicen de un paciente que está en condición crítica
es porque ese no es el estado normal del paciente, aunque Jesús fue cien por
ciento un humano, esa no era su condición anterior, su condición primaria. El
verso sigue diciendo que se humilló a si mismo y aquí el énfasis se centra más
en la actitud personal de Jesús que en su naturaleza y forma. El se humilló tanto
ante Dios como ante los hombres haciéndose hasta la muerte. El Dios de gloria,
honra, soberano y omnipotente, quien según el evangelio de Juan 1:4 que en el
estaba la vida, se hizo blanco vulnerable de los hombres, al punto de que Pedro
en hechos 3:15 dice: Matasteis al autor de la vida.
Y muerte de Cruz.
En la epoca de Cristo (siglo I a.C hasta siglo I d.C ) se usó la cruz para ejecutar a
criminales y rebeldes. La crucifixión era un metodo muy difundido de ejecución en
todo el Imperio Romano, incluso en la India, el norte de África y Alemania. Entre el
4 a.C y el 70 d.C a veces se crucificaba a miles de personas al mismo tiempo.
Parece ser que se usaban tres tipos de cruces: la cruz que tenia el travesaño por
debajo de la cabeza del poste (cruz latina), una cruz con forma de T (cruz de San
Antonio) y una cruz con forma de X (cruz de San Andres).
La crucifixión es la forma de ejecución más cruel, dolorosa y extremadamente
vergonzosa que haya existido. Fue inventada por pos persas o fenicios, y luego
perfeccionada por los romanos, para castigar a los enemigos del estado, esclavos
y delincuentes viles, pero no será usada como castigo para ningún ciudadano
romano aunque cometiera el crimen más atroz jamás hecho.
Se ha dicho que el que moría en ella “moría mil muertes”. Es una muerte
afrentosa. Obligar al condenado a llevar su cruz, hacerle salir de la ciudad a algún
lugar “fuera de la puerta”, y allí ejecutarle por medio de una muerte que, según
sabemos por Cicerón, era considerada como la de un esclavo (Actio in Verrem. i.
5, 66; Oratio pro P. Quinto viii. 4), era ciertamente vergonzoso. Véase Jn. 19:31; 1
Co. 1:23.
La muerte sobrevenía por la pérdida de la circulación sanguínea, seguida de un
paro cardíaco. El proceso podía durar varios días, por eso a menudo quebraban
las piernas de la víctima con un palo por debajo de la rodilla, lo que causaba un
impacto tremendo y eliminaba cualquier posibilidad de aflojar la tensión de las
muñecas atadas o clavadas. Cuando los crucificados morían generalmente se
dejaba el cuerpo en la cruz hasta su descomposición, pero en algunos casos se lo
daban a familiares y amigos para enterrarlo.
Era una muerte maldita. “Maldito por Dios es el colgado” (Dt. 21:23). Y si esto era
así con respecto a un cadáver, ¡cuánto más con una persona viva! Cristo Jesús se
humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta una muerte en la que vicariamente
soportó la maldición de Dios (Gá. 3:13). Y así, cuando pendía del madero,
Satanás y todas sus huestes le asaltaban desde abajo; los hombres lo
escarnecían a su alrededor; Dios lo cubrió desde arriba con el manto de las
tinieblas, símbolo de maldición; y desde adentro rompía su pecho aquel amargo
grito: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. A este infierno, el
infierno del Calvario, descendió Cristo.
El pensamiento subyacente de los versículos 5–8 es este: En verdad, si Cristo
Jesús se humilló a sí mismo en forma tan profunda, vosotros, filipenses, deberíais
estar siempre dispuestos a humillaros en vuestra pequeña medida. Si él obedició
hasta la muerte, sí, y muerte en la cruz, vosotros deberíais ser más y más
obedientes a la dirección divina, y esforzaros por perfeccionar en vuestras vidas el
espíritu de vuestro Maestro, el espíritu de unidad, humildad y solicitud, que agrada
a Dios