Donde nos ayudamos sin condiciones, Tu mesa, donde no se entra con el saco del machismo violento; Tu mesa, donde nos miramos con verdad y ternura, Tu mesa, donde no se puede llegar con armas, ni uniformes represivos; Tu mesa, no se necesita llegar con títulos jerárquicos, solo con la humilde presencia. Tú mesa, Señor, donde se cuida al indefenso y se recibe al excluido; Tu mesa, que espera acoge al migrante, al que huye, al perseguido, Tu mesa, donde el pan y el vino, servidos, esperan al migrante y refugiado, Tu mesa, donde se cura las heridas y vendan los pies del migrante. Tú mesa de humanos, y de creaturas con toda su biodiversidad, Tú mesa, está servida en esta única CASA COMÚN.