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El Rexurdimento fue un movimiento social, literario e intelectual, localizado en el

tiempo en la segunda mitad del siglo XIX. Vería su inicio este período de la
literatura gallega en 1863, con la publicación del poemario de Rosalía de Castro
Cantares Gallegos. Su final, sin embargo, habría que situarlo en la década de 1880.

Cuando hablamos del Rexurdimento literario, nos estamos refiriendo sobre todo a un
movimiento poético, puesto que la prosa y el teatro aparecerán más tarde.

Contexto histórico y cultural

Con Alfonso XII vuelven al reinado los Borbones


El Rexurdimento, como la segunda fase del Prerrexurdimento, surge por influencia
del ideal romántico, lo cual llega con retraso a Galicia. Fruto de las ideas
derivadas del Romanticismo y de la Revolución Francesa, se extenderá por toda
Europa un sentimiento de afirmación nacional, que se culminará en la independencia
de países como Grecia, Bélgica o Polonia (pese a que la independencia de este
último Estado fue muy breve). En territorios como Occitania o la propia Galicia,
sin embargo, esta corriente permaneció en su inicio sólo en la reivindicación y
defensa de las lenguas y culturas propias.

Sólo cinco años después de la publicación de Cantares Gallegos (1863), de Rosalía


de Castro, tiene lugar en España la Revolución Liberal de 1868, que culminó en el
exilio en Francia de la reina Isabel II. Y es que fue esta una época de gran
agitación política. En 1869, los republicanos federales de Galicia y Asturias
firman el Pacto de la Coruña y, en 1872 tiene lugar en Ferrol un levantamiento
republicano. En 1870, Amadeo de Saboya sube al trono de España, pero abdicará en
1873.

De hecho, la proclamación de la Primera República tuvo lugar en 1873, pero sólo


durará unos meses (concretamente once). En 1874, el pronunciamiento del general
Martínez Campos provocará la restauración borbónica y la consecución de la corona
por parte de Alfonso XII (guiado por el conservador Cánovas del Castillo).

El historiador Manuel Murguía


En cuanto al galeguismo (fundamental en el desarrollo literario del Rexurdimento),
se ha de decir que el Provincialismo de la década de 1840 morirá para dejarle paso
al Regionalismo, antecedente directo del Nacionalismo. Y se decía arriba qué el
Regionalismo fue fundamental para el desarrollo de la literatura gallega en esta
época, no solo porque esta fue cultivada mayoritariamente por regionalistas o
personas vinculadas a este movimiento, sino porque fue el propio ideal regionalista
lo que propició el ambiente necesario para su desarrollo. Además, la literatura se
convertía en el instrumento idóneo para llevar a tenérmelo la dignificación del
idioma y de la región que perseguían los regionalistas.

Por otra parte, en esta época proliferarán los Juegos Florales por toda la
geografía gallega, los cuales son de vital importancia para el progreso de este
movimiento literario.

Finalmente, es de destacar el hecho de que va a ser en este momento cuando surjan


los primeros estudios historiográficos sobre Galicia (subrayando entre todos ellos
los trabajos de Benito Vicetto y los de Manuel Murguía). A partir de este momento
(y sobre todo a partir de Manuel Murguía), surgirá el movimiento del celtismo, lo
cual anega e influye fuertemente la poesía de Eduardo Pondal.

La poesía del Rexurdimento


Cuando hablamos de la literatura del Rexurdimento, nos estamos refiriendo
fundamentalmente a la poesía. Y es que el Rexurdimento es un movimiento
fundamentalmente lírico, ya que tanto la narrativa como el teatro gallego van a
aflorar a partir de la década de 1880 (al fin del Rexurdimento y al inicio del
período intersecular). Estos dos géneros, pues, van a vivir su (re)nacimiento con
casi veinte años de retraso con respeto a la poesía.

Debido a las características del género, los regionalistas consideraban la lírica


como el más idóneo para la literaturización del idioma y la dignificación de la
lengua.

Normalmente, tendió a decirse que los autores del Rexurdimento parten completamente
de cero, carentes de una tradición literaria culta, y con base en la literatura
popular (la única tradición que conocerían estos poetas). Mas, en realidad, habría
que matizar esto. Sí es cierto que los escritores del Rexurdimento desconocían la
lírica profana trovadoresca y gran parte de la prosa medieval, pero sí sabían de la
lírica religiosa y de la galaico-castellana. De hecho, uno de los argumentos más
utilizados entre los regionalistas (sobre todo por Manuel Murguía) para defender la
validez literaria (y no sólo) de la lengua gallega radicaba en el hecho de
recordarle a los gallegos que en su idioma trobó Alfonso X (uno de los más
prestigiosos reyes castellanos) o Macías o Namorado (poeta gallego, una de las
figuras más importantes de la lírica gallego-castellana).

Con Rosalía de Castro comienza el Rexurdimento pleno


Adiós, ríos; adios, fontes;
adios, regatos pequenos;
adios, vista dos meus ollos:
non sei cando nos veremos.
Miña terra, miña terra,
terra donde me eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei,

Fragmento Cantares gallegos


Y, por otra parte, si los poetas del Rexurdimento recurren a la literatura popular
para crear sus textos, esto no es más que un efecto del ideal romántico. Según el
Romanticismo (y esta idea va a ser seguida y fomentada por Manuel Murguía), la
literatura (y no sólo) debía recoger en sí el Volkgeist, el "espíritu del pueblo".
Debía ser una literatura hecha para el pueblo y a partir del pueblo. De ahí se
desprende el gusto popularizante de los poetas de esta época. Por este motivo,
muchos de los autores de esta época se dedicarán a recoger cuentos y cantar
populares (Xosé Pérez Ballesteros, Uxío Carré Aldao...)

Y de la literatura popular surgirá, precisamente, el libro con el que se inicia


esta etapa del Rexurdimento, los Cantares Gallegos (1863), de la autoría de Rosalía
de Castro. Este poemario será la primera obra del XIX escrita íntegramente en
gallego, de ahí su importancia. A la par, las composiciones que la forman poseen
una gran calidad lírica. Decíamos que se trata de un libro que surge de la poesía
popular porque esta será la "base" de los poemas que lo componen. Rosalía de
Castro, para su elaboración, tomó como base versos de cantares populares gallegos
(de ahí el nombre del título), los cuales aparecerán glosados. Mas Rosalía no fue
una recolectora de cántigas (cómo Pérez Ballesteros), sino que elaboró a partir de
estos cantares composiciones completamente originales.

Mas Cantares Gallegos no fue tan sólo un poemario de alto nivel, sino que es toda
una defensa de Galicia y de su lengua, expresada de forma clara en el prólogo de la
obra. Estos dos factores fueron los principales provocadores (al otro lado del
poema conocido como Castellanos de Castilla) de la polémica con la que fue acogida
tanto fuera de Galicia como entre los sectores conservadores gallegos.

Aun así, el Rexurdimento ya estaba en marcha. Así, en 1875 Valentín Lamas Carvajal
publica sus Diez Cartas ôs Gallegos y Espiñas, Follas y Froles. En 1877 Manuel
Curros Enríquez gana un certamen litetario en Orense con tres poemas que ya pasaron
a la historia de las letras gallegas y que formaron parte posteriormente de los
Aires da miña terra (1880). También en 1877 publicaba Eduardo Pondal la obra
bilingüe Rumores de los Pinos, claro ensayo para Queixumes dos pinos (1886), y en
1880 Rosalía de Castro daba al prelo (después de varios intentos) el poemario más
logrado del Rexurdimento: Follas Novas.

Retrato de Manuel Curros Enríquez


Do mar pola orela
mireina pasar,
na frente unha estrela,
no bico un cantar.
E vina tan sola
na noite sen fin,
que inda recei pola probe da tola
eu, ¡que non teño quen rece por min!
Fragmento A Rosalía
La poesía gallega contó en esta etapa, por otra parte, con tres grandes maestros,
que no son otros que Rosalía de Castro, Manuel Curros Enríquez y Eduardo Pondal. A
esta tríada, podría unirse Valentín Lamas Carvajal. Hablamos de grandes maestros
del Rexurdimento porque serán estos poetas los que influyan al resto de escritores
tanto de esta época como de tiempos posteriores. Además, el éxito de estos cuatro
autores entre sus contemporáneos (exceptuando tal vez a Pondal, puesto que, pese a
ser apreciado entre los intelectuales, su éxito entre el público popular no fue
precisamente grande) llegó incluso el punto de que muchos de sus poemas habían sido
musicados por los compositores gallegos más conocidos (Xan Montes, Xosé Baldomir,
Xosé Castro "Chané", Pascual Vega...).

Por otra parte, en este período del Rexurdimento surgirá la necesidad de la


revisión (y creación) de los mitos gallegos, con la finalidad de crear un
imaginario propio para Galicia. Y la poesía y más la historiografía, se prestaban
especialmente para esta labor. Así, Manuel Murguía difundió la idea de que el fondo
étnico del pueblo gallego proviene de los celtas, antiguos moradores del territorio
gallego. Esta corriente recibió el nombre de celtismo, y será defendida por los
intelectuales de la Cova Céltica. Esto será determinante para la literatura, puesto
que la poesía de Eduardo Pondal estará marcada profundamente por el celtismo,
aunque este celtismo está influido por el ossianismo de McPherson y más por una
cierta tendencia helenizante, derivada de la formación clásica de Pondal.

Además, había que elaborar el gran canto épico gallego, la gran epopeya del pueblo
gallego. Y esa labor, en teoría, recayó en Eduardo Pondal. Este escritor es, pues,
el autor de Os Eoas, canto épico en el que se narra el descubrimiento de América, y
que estaría inspirado en obras como Os Lusíadas de Luís de Camões o la Jerusalén
Liberada de Torquato Tasso. De todas formas, esta obra acabó inconclusa y no tuvo
una edición definitiva hasta el año 2005.

Eduardo Pondal
Non cantes tan tristemente,
Probe e desolada nai;
Non lle cantes cantos brandos,
Pr' adormecer o rapaz;
Onde 'stá a cova do sono,
No céltico carballal;
Cántalle cantos ousados,
Q' esforzado o peito fán;
Cántalle o que já cantára,
O nobre bardo Gundar:
A luz vírá para a caduca lbéria,
Dos fillos de Breogán!

Fragmento Queixumes dos Pinos


Por este motivo, habrá que aguardar incluso al período intersecular para que
Galicia tenga su primero canto épico "completo", y este no será otro que Os
Calaicos (1895) de Florencio Vaamonde Lores.

Finalmente, hace falta hacer alusión a los poetas del Rexurdimento. Según Ricardo
Carvalho Calero, en su Historia da Literatura Galega Contemporánea de 1963, los
autores de esta época podrían dividirse en dos grupos:

Diádocos: son los poetas más próximos a los tres grandes maestros del Rexurdimento,
ora por ser "compañeros de edad" de Rosalía de Castro, Manuel Curros Enríquez y
Eduardo Pondal; ora por publicar de manera contemporánea a esta tríada de maestros.
El propio Carvalho reconoce que se trata de un "criterio flexible", puesto que la
fecha de nacimiento de Eduardo Pondal (1835) dista dieciséis años de la de Manuel
Curros Enríquez (1851), y el acontecimiento de la muerte de Rosalía de Castro
(1885) tuvo lugar veintidós años antes que la del poeta de la Ponteceso (1917).
Algunos de estos diádicos son: Galo Salinas, Xoán Cuveiro Piñol, Emilio Álvarez
Giménez...
Epígonos: son los escritores que siguen sin ningún tipo de aportación esencial a
obra poética (temas, estilo...) de Rosalía de Castro, Manuel Curros Enríquez y
Eduardo Pondal. Se trataría de autores nacidos entre 1860 y 1870, entre los que
encontramos a: Manuel Lugrís Fraile, Manuel Lago González, Francisco Álvarez de
Nóvoa...
La prosa y el teatro del Rexurdimento

Valentín Lamas Carvajal fundó el primero semanario en gallego.


Estos dos géneros participan tarde de este movimiento o, lo que es los mismo,
surgen cuando el Rexurdimento está dando sus últimos coletazos. De hecho, los
parecen más apropiado hablar del "rexurdimento de la prosa" que de la "prosa del
Rexurdimento". Por lo que al teatro respeta, este presenta una particularidad
esencial con respeto a la poesía y a la prosa. En esta época surgirá, a partir de
1882, el teatro gallego para minorías, aunque ya existía con anterioridad un teatro
gallego popular, que viene desde los Siglos Oscuros (véase Literatura gallega de
los Siglos Oscuros) y que no fue interrumpido en ningún momento. De hecho, esta
dramática de corte popular sólo sufrirá una especie de crisis a partir de 1867. En
este año, como señala Manuel F. Vieites, el Gobernador de la Coruña publicó en el
Boletín de la Provincia una Real Orden de Isabel II que prohibía llevar a la escena
piezas escritas en otra lengua que no fuera el español, sino que tenían que ser,
por lo menos, bilingües. Aun así, autores como Laura Tato Fontaíña apuntan que este
hecho apenas tuvo repercusión en este teatro, el cual continuó a existir hasta
finales del siglo XIX.

Debido la este surgimiento tardío de la prosa y de la dramática, y a la


particularidad periódica de estos dos géneros con respeto a la poesía, consideramos
oportuno tratar la prosa y el teatro de finales del siglo XIX dentro de la
literatura gallega del período intersecular.

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