ADVIENTO: para el buscador de la luz, las resistencias que encuentra en la vida durante el Tiempo de
Adviento, deben constituir un criterio especial. Tiene que esforzarse en conseguir separar la persona de la
actividad, pues el sufrimiento y las dificultades nos son enviadas como pruebas, y los hombres a través de
los cuales nos acontecen estas dificultades representan solamente herramientas para ello.
Debemos llegar a acomodarnos, estando presentes en cada situación, reposando en ella sin perdernos. El
contenido de la gran exigencia de este tiempo es incorporar realmente en sí mismo lo divino (estado del
nacimiento), y no solo vivenciarlo en condiciones especiales.
Todo lo relacionado con aquello que constituye la personalidad terrenal, debemos excluirlo. Debemos
adquirir las cualidades propias de los niños, permaneciendo frente a los demás completamente relajados.
Todo lo que se habla y se opina, las discusiones, irritaciones, todos estos lastres, hemos de dejarlos a un
lado. Ante cada gran celebración se encuentra una oportunidad para vencer algo dentro de uno mismo: el
sacrificio.
En el primer domingo de Adviento, el hombre debe aplicarse a una lucha interior encaminada a adquirir la
disposición al sacrificio, al servicio y al amor. Tiene que verse a sí mismo con los ojos interiores y
vivenciar este día como la celebración del anhelo del nacimiento. La consagración de la fiesta es: YO ME
CONSAGRO AL SERVICIO DEL ESPÍRITU DEL AMOR que debe nacer en mí. Los pensamientos se dirigen a
Cristo venidero en el hombre…
En el segundo domingo de Adviento: el hombre empieza a buscar y siente en su búsqueda que solo no
puede hacer nada. Así prepara su corazón para que pueda entrar en él lo divino, pues debido a que va
suprimiendo lo negativo, se llega a formar un espacio para lo divino.
Cuarto domingo de Adviento: el hombre ha encontrado el sendero y se prepara a caminar por él. Esto trae
como condición el dominio del cuerpo terrenal, solo entonces puede despertar el Hijo de Dios en el
hombre. El esfuerzo ha realizar durante este tiempo consiste en hacer visible el Reino de Dios a través de
sí mismo, de su actitud y de su obrar. Nosotros somos tambien portadores de este Reino Espiritual eterno.
Las etapas del Adviento son grados de consciencia en el alma.
El 24 de Diciembre empiezan LAS DOCE NOCHES SANTAS. Son símbolos para las doce fuerzas del alma
que debemos vivificar en nosotros. Y así este criterio, este modo de obrar, se torna válido para siempre, y
no solamente para LAS DOCE NOCHES SANTAS.
El 1 de Enero a las doce del mediodía tenemos situado el Sol en el lugar mas cercano a la Tierra y es
justamente por eso que hay cinco días y medio antes y cinco días y medio después (once, mas el día
central suman doce), formando el conjunto de LAS DOCE NOCHES SANTAS. Durante estas, las mas oscuras
del año, tenemos al Sol del Espíritu en la posición mas cercana posible a nosotros.
Atravesando la Tierra con su luz, desde su interior, volviéndola translúcida; todo lo hace translúcido pero
desde el interior, como mas tarde, cuando ilumina la Tierra desde lo alto…
Hay que entrar a estas DOCE NOCHES SANTAS muy despierto en la consciencia. En la primera noche
permaneceremos despiertos hasta la una o dos de la madrugada. En las otras noches acostarse en lo
posible siempre a la misma hora. Principalmente consiste en vivenciar durante este tiempo un ritmo
regular. Si esto no fuera posible en la vida exterior, hay que intentarlo interiormente. Quien no puede
guardar la quietud en el ritmo exterior, debe procurar siempre ser consciente de lo sagrado de la época.
Sobretodo hay que cumplir tambien conscientemente las obligaciones, recordando que las realizamos en
un tiempo sagrado. No consintiendo en nosotros mismos la aparición de algo impropio, no teniendo
ninguna agitación anímica desfigurada, desagradable, siendo consigo mismos crecientemente severos…
Durante la vivencia de la Navidad, con sus DOCE NOCHES SANTAS, ponemos el germen para los siguientes
doce meses del año; por esta razón son tan importantes estos doce días. Si por ejemplo nos apartamos, de
lo dispuesto durante el primer día, sembraremos una semilla que durante el primer mes germinará
negativamente en la sangre (como vehículo portador del yo).
Tenemos que intentar vivenciar los doce días adecuada y correctamente, porque necesitamos cada nuevo
año para trabajar en nuestro renacer espiritual, y no debemos perder así ninguno de ellos…
Del 24 al 25 de Diciembre: la Noche Santa en la que nace Cristo en el alma, y esta pregunta…
¿puedo llegar a ser liberada, salvada, redimida con todas mis debilidades, defectos y pasiones?…
Símbolo: el establo de Belén, pues en medio de aquella humildad y pobreza nació la Luz del Mundo. La voz
de la calma se abre paso hacia el alma y la enseña a afirmar con alegría lo bueno que hay en nosotros y en
los demás.
Misterio: el alma buscadora en la oscuridad de un bosque sin caminos.
Capricornio: Signo zodiacal entre diciembre y enero: El Espíritu Divino nace en la materia. Espíritu y
Materia el Alfa y el Omega se tocan y se hacen vida. Virtud: Valor, Fuerza Redentora. Parte del Cuerpo:
rodillas y codos.
Filosofía “Espiritualismo”: Es la doctrina que enseña la realidad de seres espirituales. El espiritualismo
metafísico considera todo ser partiendo del espíritu. Desfigura esta verdad aquel espiritualismo según el
cual no hay más que espíritu y así niega la existencia de lo corporal.
SENTIDO DEL EQUILIBRIO. Del que recibimos la información de nuestra situación espacial pero de una
forma estática, sin movimiento, situado en el órgano vestibular nos permite convertirnos en
verdaderos hombres erguidos.
Del 25 a 26 de Diciembre: la Noche de Juán. El águila del alma alza el vuelo aleteando y
contempla, mirando hacia atrás desde una elevada atalaya, su propia vida. El hombre reconoce en ello la
ley del karma.
Misterio: elección del camino escarpado o del camino ancho. Para lo nacido en la carne, es difícil
encontrar el sendero del espíritu. Dice el Baghavad Gita: una vida egoísta o una vida consagrada a la
humanidad.
Acuario: Discreción, facilidad de meditación. Pantorrillas y antebrazos.
Filosofía “Pneumatismo”: En la filosofía griega, principio espiritual que unas veces designa la divinidad,
otras el alma o la inspiración de los profetas o los oráculos.
SENTIDO DEL OLFATO. Con él que recibimos las impresiones olfativas, las sustancias, la materia
comienza a penetrarnos en nuestro organismo.
Del 26 a 27 de Diciembre: ahora siguen las tres noches del lirio blanco.
El alma reconoce que no puede permanecer en lo alto, que de nuevo es atraída hacia abajo, porque
todavía queda en ella mucho elemento terrenal. El alma se dispone conscientemente a purificar el cuerpo
terrenal, al ver en cada alimento algo semejante a un viático sagrado.
Yo Soy el Pan (de Vida) (Palabras de Cristo Jesús)…Nosotros venimos del Pan, vivimos del Pan (en el
sendero de evolución) y volvemos al Pan…
Misterio: nunca olvidar la meta de las metas en el largo y ancho caminar en el reino de la Tierra (Piscis).
Piscis: Generosidad, amor. Pies y manos.
Filosofía “Psiquismo”: Basado en el concepto de que todo existe y brota de nuestras almas y que todos
los acontecimientos de la vida tienen que convertirse en destino.
SENTIDO DEL GUSTO. Sentido con el cual recibimos la materia externa, la química y nos hacemos una con
ella, lo que percibimos como sabores.
Del 29 al 30 de Diciembre: ahora siguen las tres noches de la espada. Noche de Pedro: noche de la
consagración de la espada. Cada uno tiene que forjarse la propia espada del discernimiento. Cada persona
tiene que unir, forjándolos con la fuerza volitiva del espíritu ambos fragmentos: lo inmortal-eterno y lo
perecedero, para así conocer la verdad.
Misterio: unir (fusionar) el Hijo de Dios con el Hijo del Hombre (Ser uno/Géminis).
Géminis: Fidelidad y Perseverancia. Los pulmones y hombros.
Filosofía “Matematismo”: Tendencia de algunos filósofos modernos a tratar los problemas filosóficos
según el espíritu y métodos propios de la matemática en términos cuantitativos de masa y movimiento.
SENTIDO DEL HABLA. Sentido del lenguaje propio y ajeno.
Del 1 al 2 de Enero: ahora siguen las tres noches de la corona. Desprenderse del solo intelecto o el
desprendimiento del intelecto de sus ataduras terrestres y pragmáticas. Es la triple noche santa en la que
el yo inferior cae y queda el deseo de servir y poder entregarse (Virgo).
Virgo: Cortesía, discreción de corazón y tacto anímico. Vientre.
SENTIDO DE LA VISTA. Sentido por el que percibimos la luz y sus tonalidades, las cuales forman la
gama diferenciadora de los colores.
Del 2 al 3 de Enero: es la noche en la cual nace, desde el servicio, el sacrificio mas grande…
Obedecer-Escuchar. Aprender a escuchar la voz interior y las señales de lo divino.
Misterio: el que clama en nosotros a través de las distintas encarnaciones. Su claridad aumenta con el
sacrificio y la decisión (Libra).
Libra: Gozo y serenidad. Caderas y riñones.
Filosofía “Realismo”: Es la doctrina que enseña que lo real existe independientemente de nuestro
conocimiento y puede ser comprendido, por lo menos dentro de ciertos límites, tal como es en sí.
SENTIDO DEL TACTO. Sentido que nos pone en relación con el exterior y marco los límites entre
nuestro cuerpo y lo externo a través del contacto y las sensaciones que llamamos texturas.
Del 4 al 5 de Enero: en esta noche se coloca la corona alcanzada en la lucha a los pies de lo divino.
Pues nosotros, en verdad, hemos conquistado la corona, pero el hecho de que lo hayamos logrado es
Gracia, es Ley del Espíritu.
Pues la Gracia es una corriente que fluye desde una fuente a la que el hombre, desde sus fuerzas
humanas, no puede obligar. Ahora principio y fín devienen un tiempo sin espacio y un espacio sin tiempo;
ahora todo es eterno, santo, sagrado…
Las fuerzas orientadas firmemente hacia la meta del arquero (Sagitario), hay que emplearlas de tal modo
que pueda recibir el bien espiritual.
Sagitario: Sentimiento y percepción de la verdad. Muslos y brazos.
Filosofía “Monadismo”: Concepto de la filosofía de Leipniz (monadología). La mónada es el primer
elemento simple y animado del ser sustancial. La mónada primaria, infinita –Dios- crea las mónadas
finitas. Siendo estas absolutamente cerradas en sí mismas, no influyen más en otras, pero coinciden en sus
actividades porque Dios las ha puesto en una armonía preestablecida.
SENTIDO DEL MOVIMIENTO. Sentido musculo-esquelético-ocular que nos permite movernos y percibir
el movimiento, a través del mismo percibimos las formas de las cosas y somos conscientes de nuestro
volumen en el espacio.
Lo que hemos conocido y recibido en las Doce Noches Santas, debemos llevarlo a la vida y espiritualizar
así la materia y lo anímico. Las Doce Noches Santas tienen importancia para la vida y el destino de todo el
año entrante. En ellas se puede haber colocado una buena semilla de nuestra voluntad. Sobre todo es muy
importante lo que emprendemos en la noche del año nuevo (San Silvestre). En esta noche nos libera el
Espíritu del Pueblo, por unos momentos; lo que pensamos ahora será tomado por las jerarquías más altas y
lleva en sí la fuerza de la realización.