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Armónicos de
Armónicos de
"...Contra ellos, que son dueños de todo, no quedan más poderes que los de la
razón, con las armas de la inteligencia y la palabra - que por fortuna son las
nuestras - para inducirlos al último momento de reflexión que hace falta para
salvar al mundo..." (Gabriel García Márquez)
domingo, 29 de abril de 2012
EL GRAN SELLO DEL NUEVO ORDEN MUNDIAL
La dinámica de la mundialización
Todos los estados son arrastrados por la dinámica de la mundialización. Un nuevo
mecanismo de dominio mundial se acerca. Se trata en alguna manera de una segunda
revolución capitalista. La mundialización económica alcanza hasta el más recóndito
lugar del planeta, ignorando tanto la independencia de los pueblos como la
diversidad de los regímenes políticos. La Tierra vive de este modo una nueva era de
conquista, como cuando las colonizaciones. Pero si los actores principales de la
anterior expansión conquistadora eran los estados, en ésta ocasión son las empresas
y amalgamas diversos, grupos industriales y financieros privados los que pretenden
dominar el mundo. Nunca con anterioridad los amos de la Tierra han sido tan
numerosos ni tan potentes. Estos grupos provienen mayoritariamente de la tríada
Estados Unidos-Europa-Japón. La mitad de los cuales tienen su origen y sede en los
Estados Unidos. Esta concentración de capital y de poder se ha expandido de manera
inaudita durante los últimos veinte años, con el aprovechamiento de las
revoluciones de las tecnologías de la información.
Un nuevo salto hacia delante está previsto en estos inicios del milenio, con las
nuevas técnicas genéticas de manipulación de la vida. La privatización del genoma
humano y las patentes generalizadas de todo lo vivo abren nuevas perspectivas de
expansión al Capitalismo. Una gran oleada de privatizaciones de todo lo relacionado
con la vida y la naturaleza se está preparando, favoreciendo la aparición del poder
probablemente más absolutista de todos los que la historia nos ha permitido conocer
hasta ahora. La mundialización no persigue tanto la conquista de los países, como
el control de los mercados. Las preocupaciones de este poder moderno no indican, en
efecto, su interés por la conquista de territorios como en las épocas de las
grandes invasiones o en los períodos coloniales, sino el interés exclusivo por la
posesión de las riquezas existentes.
Esta conquista se caracteriza por destrucciones impresionantes. Zonas industriales
son brutalmente derruidas por completo, en todas las regiones. Con el impacto y el
sufrimiento social resultante: paro masivo, sub-empleo, precariedad, exclusión, 18
millones de parados en la Unión Europa, 1.000 millones de parados y sub-empleados
en el mundo... sobre-explotación de los hombres, las mujeres y -más escandaloso
todavía- de los niños: 300 millones de éstos se encuentran sometidos a condiciones
de gran violencia, de inadmisible brutalidad. La mundialización, es también el
pillaje planetario. Los grandes grupos saquean el entorno con procedimientos
exagerados; sacan provecho de las riquezas de la naturaleza que son del bien común
de la humanidad; y lo hacen sin escrúpulos y sin freno.
¿Qué es el ALCA?
ALCA es la sigla del proyecto "Área de Libre Comercio de las Américas", diseñado
por sectores empresariales y gubernamentales del mundo para ampliar y reforzar el
dominio sobre los pueblos y países del hemisferio y, a la vez, consolidar su
hegemonía. Su lanzamiento formal se realizó en la 1ra Cumbre de las Américas
celebrada en Miami, en diciembre de 1994. A inicios de aquel año había entrado en
vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN (Canadá, México y
Estados Unidos), de cuya expansión hacia el resto del continente, salvo Cuba, se
encargaría el ALCA.
Para las negociaciones del ALCA se conformaron nueve mesas permanentes sobre los
siguientes temas:
1. Agricultura
2. Compras del sector público
3. Inversiones
4. Acceso libre a mercados
5. Subsidios
6. Servicios
7. Derecho y propiedad intelectual
8. Política de competencia
9. Tribunal de controversias
En cada mesa participó un delegado oficial de cada país, pero el gobierno de
Estados Unidos tiene amplia hegemonía y domina las negociaciones, las cuales hasta
el año pasado se mantenían bajo un secretismo absoluto. Gracias a la presión social
y ciudadana a lo largo de las Américas, con su máxima expresión en manifestaciones
masivas en Buenos Aires y Québec, en julio de ese año por primera vez se dio a
conocer el borrador de las discusiones.
¿Dios, es capitalista?
Ningún otro período de la historia ha conocido una escalada bélica como la acaecida
durante el siglo XX. Más de cien millones de personas perecieron desde comienzos
del siglo pasado a causa de las guerras. Guerras que han tenido un trasfondo
económico, muchas veces, con apariencia libertaria. Hace cerca de 2000 años, en un
monte cercano a la antigua ciudad de Jerusalén, tiene lugar una plática considerada
por muchos como la más profunda y detallada en su género. Allí, un pequeño grupo de
buscadores del Reino de la Justicia y la Igualdad se reune en torno a su maestro,
Jesús de Nazaret. La pregunta que le formulan sus seguidores motiva una respuesta
que abarca numerosos siglos y se centra en la época actual. “(...) Y estando
después sentado en el monte de los Olivos, se llegaron los discípulos y le
preguntaron en secreto: Dinos, ¿cuándo sucederá eso?, y ¿cuál será la señal de tu
venida, y del fin del mundo?” (Mateo 24;3). Luego, Jesús les responde dicha
pregunta mencionando varias señales que indicarían la proximidad del fin.
Es de considerar, que el término “fin del mundo” empleado en este pasaje bíblico no
se refiere a la desaparición física del planeta sino a la culminación del régimen
inhumano que ha ejercido el hombre sobre la existencia en el mismo. Sin embargo, la
orientación actual de la guerra lleva en su esencia el concepto de "guerra total",
es decir, ataques simultáneos desde distintos ámbitos (diplomático, militar, civil,
informativo, climatológico, computacional, etc.), en distintas partes del mundo a
escala global, bien sea, con intervención directa de los EEUU, o apoyando a un
aliado con lo cual se pretenden generar destructivos conflictos internos o externos
en casi todos los países.