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El sueno de Eichmann Personajes Kant, a hombre octogenavio Eichmann, sat hombre de cincwenta y seis. 7os Nietasche, wn hombre qutinenagenario Uncarcelero Un médica La 02 de wna mujer (que recita wr texto de Hannah Arendt) Entre ef 30.y ef 31 de mayo de 1962, en la celda de Eich mann, la noche anterior a su efecucién Eichmann duierme, Enel fondo del escenario, una pantalla (que constitu _ye un segundo escenario sobre el primero) por donde des- {ilan a cémara lensa imagenes de Hitler en su antomdvil El Fibrer parece deslizarse por encima de la multitud. Misica de Pascal Dusapin. Sobre wna mesa hay dos o tres libros, un euaderno, wo lipiz, una botella de agua y wn vaso. Mas atrés, wna cama y una mesita de noche con un libro y unas gafas y, junto a ella, wna sill Sobre el escenario pero fuera de la escena de la celda, se observa wns tumbona, En ella esta echado Nietzsche, cubierto por un tejido de color crudo hasta el mentén. Se lo reconoce por su grueso bigote. Sus intervencionestie- nen siempre un tono irdnico, lapidario, cémico, senten: ” 227 Allevantarse el telén, bay wna completa oscuridad. El expectador descubre la disposicin escenogréfica de esta situaciin poco a poco, a medida que aumenta la intensi- da dela iuinacin. Se trata de sugerir la ensomacién y Lucgo el suerio, con un habil juego de lucesy claroscures. El conjunto se muestra en wna relative oxcuridad. Los ‘personajes evolucionan en una zona de luz cenital que ‘compara sus movimientos. Un guardia realiza sus rondas por una pasarela metali- cx desde donde se domina la clde, El hombre vay viene a intervalasregulares observando lo que sucede debajo, Kant viste su ropa de época: chaleco amarillo, levita parda, medias claras, pantalin gris, zapatos de lezo, pe- luca blanca con wna coleta atada con cinta Eichmann vist el uniferme cagui de los prsioneros. Kant (casi en voz baja): Bichmann...(Elevando apenas la voz.) Eichmann, Eichmann x wuelve en la cana sin despertare Kant: Bichmann, Eichmann se despierta, asombrado, pero no dice nada Kant: Despierte, tengo que hablar con usted ErcHMann (se despierta, se sienta en le cama, re coloce las gafas que ha tomado de la mesiea de noche y se pre gute gud estésucediendo}: ;Qué pasa? :Es usted Kant? 2Emmanuel Kane? a j | | | Kaw: Si soy yo. Nuerascie (si dar crédito 2 sus ojos, divigiéndose ini. amente al piblio como lo bard de abora en adelante) ‘Pues vaya! {El mismo chino de Kénigsberg. No lo puedo creer! Kant: Queria decile. (Ui pansa. Kant busca las pal ras) Digamos que desde que supe que usted se decara eguidor de mi filosofis para explicar su pasado erimi= tal no tengo la conciencia en paz. Silencio.) Quisira hracerle algunas preguntas, realmente me gustaria com- reser Sensn) Use le dij al buna qve duran te oda sa vida habia intentado vivir siguiendo los prin- Cipios de a filosofi...(Silenci.) Eso eso que dio, zoe ta verdad? (Silencio. Eichmann no responde,) Si es 38, Gebodcie nish esos demi mer hls evisto yo semejaare concrariedad, nunca algo as Tos pass pra ea, Preoenpade rata de 0 trav las palabras. Después de vm silencio, onelve a be bar) Mientras tanto, Eichmann se incchpora en [a cams y indopea wna acid atenta esperanide a continuation xKaver: Empecemos por el principio... Algin dia ene tuted que haber tomado conocimient de mi fiosofa dno? {Cuuindo certs? (Silencio) ted verdaderamente? Excr Manne Si, silo he lefdo. “0 Kant: Pero, entonees, gqué? rio as palabras gue constivian on problem © rade pgina-Consigo a dra penas completa 0 pagi- rare deca jy ya no tengo dedos suficientes Pat! CO ee Ts owola no es un aso fc te my an vipos, Uno no se acerca a ella sin pincharse Ademis, vo pars la mayora. Me gustaria mucho he Paras no fo permiten.. Imagina sted \dido, si esti completa ‘glo ha recortido Hasta mis amigos me ceseritura. Uno de ellos yo no eset cerlo, pero 1 bien que cuar “> uno ha compre mente seguro 4e haber comprendido, sae ed camino Pues, legos bay qs Bast] 210" re ateorla, Usted conoce ti imperat “Ya ee algo y esti bien, Peso za¥é PUe> idido adecuadamente de él part 4. eet echo To que fizo? ;Millone¥ de mostrar ‘Real: me! (agotado,ivzado.) En el caso muy prec del secret de a solucién ial gqueriaalguien wave Tizar esa maxima? ajystar la prtisa Yo categorico, 8&2 de usted haber compren xeunean: Mi problema no er el contenido de lam aoe jno la mximna misma. Me daban ordenes: YO de tirabedecerlas, No tenia que exstinarlas discutrlas ni Finer Novela que examina 56 lgiiided. Yo 53 pertenecin al ejrcita y usted es quien lo dice, como me lo reptistaneas veces mii padre, el soldado no tiene que discutir la drdenes que recibe. Si parae? Por otra parte sien aquella época me hubierandi- cho: «Tu padre es un trador, debes matarlo», yo lo habria hecho... Pues hallaba en Ia obediencia una forma de reali- \d6nde ieiamos a zacién personal. Usted devia, creo, que al desobedecer ‘una persona descalifica la fuente del derecho y que, par- tirde enconces, ya nada es posible. Ni el pensamiento ni In accign. Hasta ée era su argumento para prohibir la mentira en todos los casos, sno es verdad? Kant (refimfuiiando enfadado): En efecto, en efecto. (ilencio,) Pero, aun asi, usted podria haber ejercido su juicio sobre el contenido de la maxima, gno? No se le pide que sea una miquina, que obedezca sin reflexionar. Por lo menos yo no pide eso... De todos modos! (Hace wna pausa.) {Nunca aplicé usted su inteligencia a anali- zar el contenido {hace wn movimiento con wn dedo camo para subrayar la importancia de la palabra) de esta imixinva? gNunet? ;Verdaderamente? Si yo hubiese te- ido que contemtarme con hacer el elogio de una obe- dliencia ciega y estipida, gqué necesidad \ abria tenido de eseribir tantos libros? zY de complicar tanto el razo- namiento y precisar de ral modo los detalles? EicHMaNn: jPor supuesto que pensé en el contenido, que reflexioné,.. Ademés, Io hice con mucha frecuen- cia. Pero, aun exindo desaprobara el contenido de la inxima —derecho que usted mismo me reconoce— el dleber me obligaba a obedecerla... Mi padre citaba a me- 4 nado esta frase suya que yo recuerdo exactamente: «Se~ ra muy peligroso que un oficial que ha recibido una or- den de un superior quisiera razonar en su servicio sobre {a oportunidad o la utilidad de dicha orden; debe obede- Nuerzscie (en un aparte, dirigiéndose al pablico al que toma de testigo. Enfético, acomparia sus palabras con grandes ademanes) {El funcionario como cost en si Excuniann (haciendo wn paréntesis interrogando a Kant con la mirada): Eso que hice, gno? Kawr (molesto): En cierto modo, si, en cierto sentido, sin (Reflexiona.) Excemann: Usted dice claramente que un soldado, un oficial, un sacerdote, un ciudadano pueden muy bien pensar lo que quieran, convunicarles sus ideas asus cole- 4, incluso sus desacuerdos, pero que en todos los ca- 50s deben obedecer a sus superiores, someterse a su je- rarguia y nunca desobedecer: Kant (decidlido, convencido): Eso es lo que dij, si, en fect. EICHMANN: :Entonces? Kant Ercemanss: ¢Qué ree usted? Cuando mis superiores mi ‘caviaron al logar a ver cémo se arreglaba la euestin ju fa, cque cree que sent yo? He asistido a la matanza de 55 personas que esperaban de pie en fosss comunes y a las ‘que un minoto més tarde s las epultaba. Habia nifiosen los brazos de sus madces. He visto asfixia 2 judios des- nnudos con gas earbénico dentro de las eajas de los ca- miiones que los transportaban. He visto descargar los caddveres, He visto a civilesarrancéndoles los dientes de oro, He visto con mis propios ojos surgir sangre debajo sée mis pies, como si fuera un manantial, porque me ha- bia parado sobre una fosa connin donde la presin de Jos gases de la putrefaecién proyectaba la sangre como tun géiser, He visto, en Auschwitz, las edmaras de ges, Me negué a acercar el ojo a una mirilla, como me pidieron aque hiciera, para asistie al deealle a todo aquello, pues es- taba horriblemente asqueado... (Silencio. Eichmann se sienta en el borde de la cama Se pasa la mano pore cabe- io y se coge la cabeza con ambas manos. Durante ese tiempo, el guardia continia haciendo sus rondas por la pasarela de acero, ¥ lo hace como si nada ocurriera deba jo.) ¢Cémo podria no haberme sentido conmocionado... ‘Ante semejance especticulo... (Nueoumente se produce sun largo silencio) Kant: 2¥ entonces? Exciiaww: ¥ entonces, qué? Kawr: gEntonces? Exceman (sin levancar la mirada del suelo}: Entonces sellexioné, por supuesto, pensé en todo es0, no podia quitirmelo de la cabeza. Bebs. Bebi mucho... Cofac Demasiado. (Silencio.) Luego hablé con Miller. (Mi- 36 rando a Kant.) Miller era mi superior jerérquico... (Vol viendo a fijar la mirada en el suelo.) Le dije hasta qué punto estaba conmovido, que habia caido en un estado de postracién y que ni siquiera estaba en condiciones de hacer el informe oral que me habien pedido. Kant; gCémo reaccioné él? Ercrtmann: No reaccion6... En fin, si, sonri6, se con- tenté con scnreir, como de costumbre, ¥ no dijo ni hizo rnada més, Par otra parte, ereo que él se hallaba en la misma sitaacidn que yo, También 6] obedeci. Kawr: 2¥ después? ExcuMann; Después me envié a hacer otras inspeccio- Kant: Que usted realiz6...:n0? Frcumann: Si, por supuesto. ¢Qué otra cosa podia ha- Kant: Evidentemente... (Pensativa, el filsofo recorre la celds, de un extrema a otro, cov las manos cruzadas ale espalda, mientras Eichmann permanece inmovil en ln misma posicién. Largo silencio.) EtceMann: Pero yo eambié mucho después de todo quello... Uno no sale indemne de lo que se vio alli. No, sencillamente es imposible... Es evidente que muchas co- sas cambizron en mi Kan: 2h, si? ¢Qué cosas? 57 E1cManni Antes, yo obedecia y, al mismo tiempo, consentia en hacer lo que hacta. Al menos mi concien- Kan: zAntes de qué? gn qué consent antes? EIcHMANN: Antes de Auschwitz... Antes de haber visto lo que vien Auschwitz. Antes de las cis as de gas. Antes de verlas.. (Miranda a Kant) Al pri sipio, se me habia encomendaco resolver pacificamente la cuestion judi, (Cobra vivacidad, cierto entusiasme.) Kavr: :Pacificamente? E1cHawn: Si, pacificamence Kann: g¥ e6mo era eso? Ercunmann: Yo siempre fui sionista. En todo caso, nun- ca fui antisemsita Nicrescite (sacudiendo la cabeza en sefal de denega- cidny con expresidn consternada}:;¥ ahora esto! ExcHMann: Al menos, menos antisemita que usted, porque usted eseribié cierta frases Kant (incéimado Si, lo sé, no son de las frases de las que esté més orgulloso, teniendo en cuenta como evolu Gionaron las cosas juego... No puiede uno sentirse orgu- Hoso de haber escrito contra los judios, sobre todo cecuando ve eémo esa pasidn malsana proliferd después como un cumor maligno, 58 | EICHMANN: Por mi parte, no ers antisemita, No tenia nada en contra de los judios. Tampoco tenia nada a favor. [No tenia ningun opinién formada sobre el asunto.. Nietasche sacude nuevamente la cabeza para mostrar st desagrade Excrmann (después de un silencio, continita): Al pine pio, yo tabsjaba en un plan de «deportacisn» masiva de Jos judios a Madagascar o a Palestina, un lugar donde padieran vivir entre ellos. Kant: g«Deportacin» dice usted? Brcmuans: Si pero le recuerdo que la palabra es suya Kann:

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