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TRATADO DE LA ARGUMENTACIÓN

De acuerdo con la teoría de perelman desarrollamos las nociones de persuadir y convencer


determinando sus diferencias y alcances.

PERSUADIR: es la argumentación que solo pretende servir para su auditorio determinado y


nominar convincente a la que se supone que obtiene la adhesión de todo ente de razón, el orador
se forma de la encarnación de la razón.

La persuasión y convicción son para Kant dos tipos de juicios.

a) Cuando es válido se llama convicción.

b) Cuando solo es de índole especial del sujeto se llama persuasión; persuasión la cual tiene una
mera apariencia objetiva.

La convicción por otra parte está fundada en la verdad de su objeto y por siguiente es válida para
todo ser racional, puede probar ser por si sola tener un alcance individual constituyéndose el
campo de elección de la retórica.

La distinción, que se propone entre persuasión y convicción descienda de modo indirecto del
vínculo que amesura se establece, aunque de forma confusa entre persuasión y acción por una
parte y entre convicción e inteligencia por otra.

Auditorios para saber si una argumentación es convincente o no.

1. Constituye toda la humanidad y por todos los hombres adultos normales y se les llama
universal.
2. Formado por el dialogo y por un único interlocutor al que nos dirige.
3. Integrado por el sujeto cuando se delibera sobre o evoca las razones de sus actos.

Conclusión:

Convencer y persuadir sirven por lo tanto a un mismo objetivo, el de conducir al interlocutor a


adoptar un punto de vista.

Solo cuando el hombre en las reflexiones con sigo mismo y el interlocutor del dialogo encarnan la
auditoria universal, estos adquieren el privilegio filosófico que se le otorga a la razón en virtud de
la argumentación que se dirige a ellos y ha quedado asimiladas con frecuencia a un discurso lógico.

Convencer a alguien significa hacer llegar a una persona a cierta conclusión usando argumentos
lógicos, mientras que la persuasión se basa en aspectos emocionales. Diríamos por lo tanto que
para convencer nos dirigimos a la cabeza de la otra persona y para persuadir nos dirigimos al
corazón

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