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Ante un desaceleramiento de la economía mundial en estas semanas debido a la pandemia

del COVID-19 los bancos centrales tomaron medidas para proteger el mercado interno y
externo. La FED volvió a implementar derivados financieros llamados “swaps” que son
contratos en este caso de divisas para ayudar a disminuir las tensiones en los mercados
mundiales de financiación en dólares estadounidenses, mitigando así los efectos de estas
tensiones en el suministro de crédito a los hogares y las empresas, tanto en el país como en
el extranjero. Sin embargo, estas medidas ya habían sido implementadas desde el 2008 ante
la crisis global.

Con estas nuevas medidas la provisión de liquidez en dólares estadounidenses es de hasta


$60 mil millones para cada uno de los bancos centrales pactados el cual tienen una vigencia
de 6 meses.

Las líneas de intercambio de liquidez en dólares están diseñadas para ayudar a mantener el
flujo de crédito a los hogares y empresas estadounidenses al reducir los riesgos para los
mercados financieros estadounidenses causados por tensiones financieras en el extranjero.

Esto nos ayuda a comprender que viéndolo desde el enfoque de la economía de a empresa
nos ayuda a comprender que actualmente los productores se encuentras con incertidumbre
lo cual esto causa que la oferta se encuentre en disminución debido a que las importaciones
decrecen por la volatilidad del tipo de cambio y esto causa a un corto plazo una escasez en
los mercados internacionales ya que la demanda a corto plazo se mantiene constante esto
provoca que aumenten los precios en los mercados nacionales y cause incremento en la tasa
de inflación a consecuencia de esto disminuye la demanda del consumidor, y provoque de
manera general una desaceleración de la economía.

Por otro lado, la inyección de dólares en la economía y una disminución de 50 puntos


porcentuales de la tasa de interés de referencia del Banco de México, genera que los
prestamos para los consumidores sean menos costosos y esto propensa un mayor consumo
en los hogares y empresas como política anticíclica y tratar de frenar el desaceleramiento de
la económica mexicana.

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