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MAAMAR
– DISCURSO JASÍDICO –
LEHAVÍN INIÁN
TEJIÁT HEMEITÍM – 5746
de Rabí Menajem Mendel Schneerson
extraído de “Sefer HaMaamarím Melukat”, vol. 3, pág. 33
— traducción libre —
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9. Maamarím que comienzan con las palabras Ki Ishaljá de los años 5679
(Séfer HaMaamarím 5679, fin de la pág. 351 y ss.) y 5700 (Séfer HaMaama-
rím 5700, fin de la pág. 44 y ss.).
9*. Como se verá a continuación, el orden de la existencia es en términos
generales el siguiente: 1) Olám HaZé (“Este Mundo”): la vida física en el pla-
no terrenal, almas investidas en cuerpos. 2) Gan Edén: después de la muerte
física, el cuerpo vuelve a la tierra y el alma asciende al Gan Edén. 3) Iemot
HaMashíaj (“Era del Mashíaj”): al final del exilio diaspórico, viene el Mashíaj
y comienza una etapa de abierta manifestación Divina; se cumplen las pro-
fecías mesiánicas (entre ellas, la construcción del tercer Santo Templo de
Jerusalén, y la reunión de las diásporas). 4) Tejiát HaMeitím (“Resurrección
de los Difuntos”): todos los fallecidos vuelven a la vida para un mundo per-
fecto de constante elevación espiritual. Véase Torat Menajem, vol. 2, pág.
228, y referencias allí de nota 46.
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12. Torá Or, Itró 73b; véase también Séfer HaMitzvot del Tzemaj Tze-
dek, 15b; maamarím Ki Ishaljá de los años 5679, principio de la secc. 2 (Sé-
fer HaMaamarím 5679, fin de la pág. 353 y ss.) y 5700, secc. 4 (Séfer HaMa-
amarím 5700, pág. 48).
13. Véase Tania, Séfer Shel Beinoním, cap. 35 (folio 44a en el texto he-
breo y ss.); ibíd., cap. 37 (49a-b), etc. Véase también el maamar Kol Israel
5733, en el vol. 2 de la presente obra, secc. 4.
14. Eruvín 19a; Jaguigá 27a.
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3. LA EXPLICACIÓN ES la siguiente:
En la revelación Divina que tendrá lugar en la Era de
la Resurrección de los Difuntos que es consecuencia de
dos virtudes: 1) el cumplimiento de mitzvot, y 2) la virtud inna-
ta de cada judío, ser “un retoño de Mi plantar”, hay dos as-
pectos o etapas:
En primer lugar está la recompensa por el servicio a
Di-s mediante el cumplimiento de las mitzvot (o sea, el
concepto de “Tu pueblo, todos son justos (tzadikím)”
pues están “colmados de mitzvot, llamadas tzedaká, tal como
la granada lo está de semillas”). Es decir, en ese momento se
revelará, se volverá manifiestamente visible, la energía Divi-na
que los judíos atrajeron al mundo por medio del cum-
plimiento de mitzvot pero que en la era presente se en-
cuentra en el mundo de un modo velado.
424 SEFER HAMAAMARÍM
22. Véase la Serie de Maamarím Iom Tov Shel Rosh HaShaná 5666, pág.
507, donde se afirma que “El máximo ascenso a ser logrado en la Era Futura
consiste en que los judíos alcanzarán su verdadera raíz y fuente; no hay na-
da más alto que ello... como expresa la declaración de nuestra Liturgia de
Shabat: ‘y no hay nada similar a Ti, nuestro Salvador, en la Era de la
Resurrección de los Difuntos’, cuando se revelará la verdadera raíz y fuen-
te de las almas tal como se encuentran en la autenticidad de la Esencia
Divina”.
23. Véase el maamar Ki Ishaljá 5700 (Séfer HaMaamarím 5700, pág. 45):
“El aspecto común de ellos (del Gan Edén y la Era de la Resurrección) es...
ellos son el pago de la recompensa y la retribución de bondad por las accio-
nes de uno en este mundo”.
426 SEFER HAMAAMARÍM
23*. La Torá, que es la Sabiduría Divina, tal como se estudia en este mun-
do físico está investida en cuestiones materiales, “prendas” que ocultan su
verdadero carácter interior. En el Gan Edén, se la estudia libre de estas vesti-
mentas. Por ejemplo: la ley de bahéret (véase Levítico, cap. 13): en el mun-
do terrenal, son las manchas de tzaráat en las que crece cabello blanco; co-
mo se estudia en el Gan Edén, bahéret es cuando el flujo Divino es restringi-
do, y el cabello blanco alude a la nutrición que de ello derivan las fuerzas
opuestas a la santidad (véase Dérej Mitzvotéja, del Tzemaj Tzedek, 15b).
23**. Véase arriba, nota 25 en el maamar Bati LeGaní 5710, pág. 186, y
la nota 10 en el maamar Ein HaKadosh Baruj Hu Ba Bitruniá, pág. 311.
“Sabiduría” (que en el plano espiritual es la fuente de la Torá) es en el hom-
bre una facultad interior del alma, dado que se inviste en un órgano determi-
nado. De ahí su correspondencia con la Luz Interior, o “inmanente” de Di-s.
“Voluntad” (que es el origen Divino de los preceptos, las mitzvot) es en el
hombre una facultad global del alma, abarcando por igual al refinado cere-
bro y el tosco talón, correspondiéndose con la Luz Abarcadora, trascenden-
te, de Di-s.
24. En hebreo: Guilúi Elokutó habiltí báal guevul; terminología emplea-
da por el Rebe Tzemaj Tzedek en Séfer HaMitzvot de la nota 12.
MAAMAR LEHAVÍN INIÁN TEJIÁT HAMEITÍM — 5746 427
25. Obsérvese que la revelación de la Luz Infinita (Or Ein Sof) que el
pueblo judío atrajo mediante su observancia de las mitzvot se manifestará
también en el mundo en general (sólo que en el pueblo judío, esta revela-
ción será colosal; véase la conclusión del cap. 36 y el cap. 37 de Tania (des-
de el fin del folio 47b del texto hebreo en adelante)).
También de esto —que esta revelación se relacione también con el mun-
do en general— resulta evidente, aparentemente, que no es éste el aspecto
principal del ‘Mundo por Venir’.
26. Berajot 34b.
27. Isaías 64:3. Véase allí el comentario de Rashi.
27*. Génesis 2:15.
27**. Ibíd. 2:10.
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37. Véase Zohar I, 219a; II, 211a. Véase también Maamaréi Admur Ha-
Zakén, Parshiot HaTorá, vol. 2, pág. 773, y fuentes adicionales citadas en la
sección de referencias (pág. 984).
38. Véase en detalle la Serie de Maamarím 5666, pág. 15. Un ejemplo
de estas dos formas de anulación: antes de la plegaria, el hombre reflexiona
cuán insignificante es frente a Di-s y se siente nulo. Luego, en la plegaria mis-
ma, brilla en él una inspiración Divina que le provoca humildad.
39. Torá Or, Mishpatím 76a. Véase también Likutéi Torá, Vaikrá 2d, etc.
40. Bereshít Rabá, comienzo del cap. 44, y referencias allí.
MAAMAR LEHAVÍN INIÁN TEJIÁT HAMEITÍM — 5746 433
40***. Es decir, tal como una analogía, un ejemplo dado para facilitar la
comprensión de una idea, hace uso de conceptos totalmente diferentes para
ilustrar el objeto de la analogía, y no obstante ello puede observarse, con cier-
to esfuerzo, el mismo modelo en ambos —y por eso es un ejemplo—, así tam-
bién este nivel inferior de existencia creada es de una forma enteramente dife-
rente, pero no obstante ello refleja veladamente el modelo del modo superior.
41. Véase en detalle Séfer HaMaamarím 5679, pág. 315 y ss., y en varios
lugares.
42. I Reyes 5:12. Véase Torá Or, Meguilat Ester 98b, y en varios lugares.
42*. Esto se interpreta como refiriéndose a tres mil niveles de descenso
desde el plano original, o sea, desde el plano más superior en el mundo de
Beriá hasta nuestro mundo material, pareciendo cada nivel, por el grado en
que la idea original es reconocible, como si fuera no más que una parábola
y analogía del nivel que está por encima de éste.
En el plano de la creación en la forma de “algo a partir de la nada”, hay
tres niveles, o Mundos: Beriá, Ietzirá y Asiá, y cada uno de estos puede ser
descripto como teniendo 1000 niveles. Pues 1000 es diez elevado al cubo
(103), un número que resulta de la interrelación de las Diez Sefirot (jojmá de
jojmá de jojmá, biná de jojmá de jojmá, y así sucesivamente).
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43. Véase la Serie de Maamarím Iom Tov Shel Rosh HaShaná 5666, ibíd.
44. Séfer HaMaamarím 5654, pág. 220; Serie de Maamarím Beshaá She-
Hikdímu 5672, ibíd., (comienzo de la pág. 780); Séfer HaMaamarím Kun-
treisím, vol. 2, 412a, y otros.
436 SEFER HAMAAMARÍM
46. Para explicar esta idea con un concepto similar: Es bien sabido que
el alma no puede lograr la revelación de la Resurrección de los Difuntos sin
recibir antes la revelación de Gan Edén (véase en detalle el maamar Haio-
shévet BaGaním 5713, secc. 8, impreso en Séfer HaMaamarím Melukat, vol.
2, pág. 235). Algo análogo sucede con la revelación de la Era de la Resu-
rrección de los Difuntos propiamente dicha: primero debe tener lugar la re-
velación asociada a la observancia de las mitzvot, y es por medio de ello que
puede revelarse la raíz de las almas judías tal como éstas están arraigadas
en la Esencia de Di-s.
47. Tania, Séfer Shel Beinoním, cap. 49 (fin de 69b y ss.); véase también
Torat Shalom, pág. 120 y ss.