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África es el tercer continente más extenso, tras Asia y América.

Está situado entre


los océanos Atlántico, al oeste, el Índico, al este. El mar Mediterráneo lo separa al
norte del continente europeo; el punto en el que los dos continentes se hallan más
cercanos es el estrecho de Gibraltar de 14,4 km de ancho. El mar Rojo lo separa
al este de la península arábiga y queda unido a Asia a través del istmo de Suez,
en territorio egipcio. Posee una superficie total de 30 272 922 km² (621 600 km² en
masa insular), que representa el 20,4 % del total de las tierras emergidas del
planeta. La población es de mil millones de habitantes, menos del 15 % del total
mundial. El continente se divide en 55 estados soberanos siendo dos de
ellos, España y Egipto, transcontinentales, además de dos estados con
reconocimiento limitado y dos territorios dependientes
Los primeros habitantes del continente con los cuales los romanos tomaron
contacto fueron los Afri; con este término se aludia a todos aquellos que moraban
al oeste del Nilo y que no eran ni griegos, como los de Cirene, ni púnicos, como
los cartagineses.1 En ese sentido era el equivalente del griego Libia. La tribu de
los Afri parece derivar su nombre o del fenicio 'afar, que significa, "polvoriento" o
del bereber ifri (plural ifran) que quiere decir: "caverna", siendo los Afri habitantes
de las cavernas o trogloditas234
El término se expandió bajo la dominación romana a toda una provincia: Africa
proconsular y luego al continente.
Numerosas etimologías se han propuesto para este nombre; desde aquellas que
lo hacen provenir de algún epónimo, como Flavio Josefo que lo relaciona con un
nieto de Abraham de nombre Efer (Ant. 1.15), o de alguna expresión descriptiva,
siendo la más divulgada la de Isidoro de Sevilla (Etymologiae XIV.5.2) donde la
vincula a la palabra latina aprica; soleada. El escritor y explorador andalusí, León
el Africano traza el origen del nombre a un supuesto e inexistente compuesto
griego: a-phrike: "sin frío".5

Historia[editar]
Artículo principal: Historia de África
Máscara del faraón Tutankamón, en la que el rey-niño aparece tocado con el
Nemes
Se cree que África es la cuna de la humanidad y que de allí proceden las
sucesivas especies de homínidos y antropoides que dieron lugar a los seres
humanos. La teoría explica que allí se originó el Homo sapiens hace cerca de
300 000 años para luego expandirse por el resto de los continentes.
Según el historiador griego Heródoto (484 a. C.), una
expedición fenicia auspiciada por el faraón Necao II (616 a. C.) circunnavegó el
continente africano por primera vez.
Los orígenes del tráfico comercial entre el oeste y el centro de África y la cuenca
mediterránea se pierden en la prehistoria. Los primeros relatos históricos datan de
la antigüedad y versan sobre los nómadas que organizaban el comercio
entre Leptis Magna y el Chad. Este comercio vivió su primer auge en el siglo
I a. C. con el ascenso del Imperio romano. Sobre todo se comerciaba
con oro, esclavos, marfil y animales exóticos para los juegos de circo en Roma a
cambio de bienes de lujo romanos. De hecho es en esta época en la que se gesta
el propio nombre de África. Tras la derrota de Cartago por Roma en la tercera
guerra púnica se establece la provincia romana de África que abarcaría
aproximadamente el Túnez actual. Fue una generalización territorial de la
provincia lo que dio nombre a todo el continente. Una importancia crucial tuvo
también la mayor utilización del camello a partir del siglo I en el norte de África.
A partir del siglo VII los árabes invaden el África del norte. El comercio caravanero
y la expansión islámica alimentan el establecimiento de nuevas relaciones entre
las «dos Áfricas».
Gran Zimbabue
El Imperio Kanem-Bornu existió en África entre el siglo XIII y la década de 1840.
En su momento de mayor esplendor abarcó el área de lo que actualmente es el
sur de Libia, Chad, noreste de Nigeria, este de Níger y norte de Camerún.
El Reino del Congo fue un estado situado en lo que actualmente constituye la
zona norte de Angola, el enclave de Cabinda, Congo-Brazzaville y la parte
occidental de Congo-Kinsasa. Su área de influencia abarcaba también los estados
vecinos.

En 1914, justo antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, Europa dominaba
toda África con la excepción de Abisinia (actual Etiopía) y Liberia, una muestra del
imperialismo europeo, que también provocó continuas tensiones entre países
durante la colonización del continente, visto como muy desfavorable para Italia y
Alemania y muy beneficioso para Francia y Reino Unido. Otros países como
Portugal, España o Bélgica tenían unas pocas colonias.
La repartición colonial de África por las potencias europeas, iniciada a partir
del siglo XVII, tuvo lugar aproximadamente en 1885, con la conferencia de Berlín y
el comienzo de la Primera Guerra Mundial, época en la que los
imperios coloniales se extendieron más rápidamente en África que en cualquier
otro lugar del mundo, si bien dos países, Liberia y Etiopía, consiguieron mantener
su independencia. Es un ejemplo del Nuevo Imperialismo generado por la
necesidad de los países europeos de obtener materias primas para el rápido
crecimiento de su producción manufacturera después de la Revolución Industrial,
iniciada en Inglaterra a fines del siglo XVIII.
Al final de la Segunda Guerra Mundial los aliados no logran ponerse de acuerdo
sobre el futuro de la antigua colonia italiana de Libia. En ese momento era un
territorio más de cinco veces mayor que la propia Italia. Sin embargo, la población
no sobrepasaba el millón de habitantes, por lo que representaba un destino
apropiado para la población desplazada de Italia por la guerra, que empezó a
buscar lugares a donde emigrar. Los recelos entre Occidente y la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) hacen que finalmente la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) decida dar la independencia al país dejándolo en
manos del rey Idris.
Aunque ya había cuatro países independientes en África
(Liberia en 1847, Sudáfrica en 1910, Egipto en 1922 y Etiopía en 1941) Libia se
convierte así en la primera colonia africana en lograr su independencia en 1951, a
la que seguirá la de Ghana en 1957. Más adelante las potencias europeas
lamentarían este hecho, pues contribuyó a desencadenar las diferentes luchas por
la independencia africana.
Véanse también: África en la era colonial, Guerras de los
Bóeres, Panafricanismo y Conferencia de Berlín.

Geografía física[editar]
Artículo principal: Geografía de África
En su mayor parte, África es una enorme y antigua
plataforma continental maciza y compacta, elevada entre
600 y 800 msnm, surcada por grandes ríos (aunque pocos)
y escasa en penínsulas. Destaca por su regularidad
orográfica y considerable altitud media.
Tres franjas climáticas sucesivas se repiten al norte y al sur
del ecuador, abarcando los
climas mediterráneo, desértico, subtropical e intertropical
lluvioso, este último, en sus dos tipos principales, tanto de
sabana como de selva. África es el continente con mayor
índice de insolación anual, lo cual podría haber dado origen
a su nombre (África, del griego "a-phrike", ‘sin frío’).
Los suelos son excepcionalmente ricos en minerales y muy
aptos para pastos. Debido al clima es allí donde evolucionó
la mosca tsetsé y donde prolifera actualmente. Las

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detalle
principales áreas cultivadas se encuentran en las tierras altas orientales y la zona
de los Grandes Lagos, algunos deltas y riberas e incluso en el Sahel.- Situación
Astronómica Continental: Norte: Cabo Blanco, Túnez (37°20′ Norte) Sur: Cabo de
las agujas, Rep. Sudafricana (35° Sur) Este: Cabo Hafún, Somalia (51°24′ Este)
Oeste: Cabo Verde, Senegal (18° Oeste)

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