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Capitulo II

extraeconómicos que acompañan la constitución del capitalismo entre Capítulo III


el setecientos y el ochocientos. Es la disciplina que acompaña, en el
proyecto de la sociedad de los individuos neoliberales, las retóricas La política de los gobernados
del capital humano y del individuo como sujeto emprendedor de sí Gubernamentalidad,
mismo7". Aquí el cuerpo -cuerpo prestacional, cuerpo hiperconectado,
cuerpo tyborg- es tomado de rehén, ya no por una función directiva y formas de vida, subjetivación
de gobierno funcional a la acumulación comandada, sino por el propio
sujeto, que se encuentra y se reconoce como soporte de su valorización
en cuanto empresa individual. Y no solo eso. El cuerpo -cuerpo mar-
cado, cuerpo rastreado por los infrarrojos de las guardias de frontera,
el cuerpo digitalizado y escaneado en cada aeropuerto- es gobernado,
filtrado, ral entizado - n o fijado- en su movilidad. Lo cual en sí mismo se
convierte en una función de valorización del capital. Lo que se mueve,
se puede decir, es cada vez más Leiber y cada vez menos Kórpern.
En la historia de la clase obrera la resistencia del cuerpo individual
y colectivo produjo extraordinarios procesos de subjetivación. "Con-
traconductas", las llama Foucault, queriendo pensarlas más allá de las
formas organizativas y las fórmulas reivindicativas del obrero-masa. Se
trata entonces, hoy también, de pensar sobre este piano; el plano de
la corporeidad móvil, flexible, precaria, global y mestiza, a la que se En este seminario me propongo analizar cómo a finales de los anos
mterconectan dispositivos gubernamentales de control y de valorización. setenta Michel Foucault radicaliza su propia analítica del poder
Pensar nuevas tácticas de resistencia y de sustracción. modificando los esquemas y las categorías interpretativas elaboradas
en Vigilar y castigan Por un parte, introduce los términos bwpoder y
biopolítica (como sabemos, esto sucede particularmente en el quinto
capítulo de La voluntad de saber y en la lección del 17 de marzo de
1976 del curso en el Collège de France, "Defender la sociedad") para
evidenciar las modalidades de captura de los fenómenos de la vida
por parte de tecnologías no disciplinarias del poder que intervienen
los códigos de la tanatopolítica soberanista; que apuntan a la pobla-
ción como un objeto de cuidado y de gestión riesgosa, aleatoria, no
previsible, dada la autonomía de las dinámicas que la recorren, con la
predisposición de redes jurídicas orientadas a construir sus condiciones
de posibilidad; en fin, que develan las transformaciones de un poder
que se descubre, en relación a los procesos que debe gobernar, cada
vez más desterritorializado, desoberanizado, desjudicializado. Por otri"
Dardot' Ch- Uval' Ltt nouvelle raison du monde. Essai sur la société neoltbérale, La parte, a partir de la cuarta lección del curso de 1977-78, Seguridad,
Découverte, Paris, 2009.

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Capítulo 111
La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivación
terrmnoypoblacún, Foucault acuña el término "gubernamentalidad"
para indicar un fenómeno mucho más complejo -cuya genealogía se Ludwig Wittgenstein escribió que solo aquel que hubiera demostrado
remonta al siglo xrx y al descubrimiento de lo "social" como efecto de i o adiciones de revolucionarse a sí mismo podría llamarse revoluciona-
los procesos de población-, por medio del cual salir definitivamente do1. "Releo a los griegos porque la revolución será ética", parece decir
del equivoco que entonces muchos de sus lectores corrían el riesgo de loucault, con la plena conciencia de la irreductibilidad del modo del
cargar sobre la entera analítica del poder foucaultiana: "biopoder" y pensamiento ético-político griego antiguo al dispositivo pastoral cris-
tiano, reconocido como el motor del hecho de gobierno.
biopolitica como términos para aludir a una ulterior extensión de la
superflue de dominio (la ampliación de sus códigos, la concreción de De aquí pues el recorrido que me propongo en estas páginas. El pro-
sus efectos el refinamiento de las estrategias en vista de una irradiación blema del poder y de cómo debe ser conducida la analítica, en primer
mas eficaz de los dispositivos de sometimiento sobre el entero campo lugar. En segundo término, ¿qué determina la irrupción que obliga a
descrito por las trayectorias de la libertad y de la vida). Se trata, vde I ;oucault a repensar la genealogía? Y en suma, ¿qué significa "aconteci-
la pena subrayarlo, de una parte significativa de la recepción italiana mentalizar" el liberalismo, bajo la modalidad que nos lo encomienda
de los términos foucaultianos "biopoder" y «biopolítica», incluso en como nuestro presente y, por lo tanto, como aquello que hay que pensar?
tiempos mas recientes1.
Lo que emerge de esta reformulación de la analítica del poder fou-
caultiana, me parece, es más bien una salida definitiva de la identifi-
I.
cación de lo político y lo estatal establecida por el concepto moderno
de soberama. Tratar el poder como gobierno significa para Foucault Hay un texto de 1978 de gran importancia, la conferencia que Fou-
cortarle a cabeza al rey" en el campo de la teoría, luego de haberlo cauít brinda en Tokio el 2 de junio de ese año y que puede leerse en
hecho -al menos alguna vez- en la práctica. Las coordenadas que reo- el segundo volumen de Dits et é c r i t f . Allí, Foucauít discute la relación
rientan la investigación de Foucault en aquellos años son dos. Primero entre filosofía y política, y explícita plenamente las nociones de "poder"
la consideración del Estado como una simple "peripecia" del hecho de y de "analítica del poder". La filosofía no puede estar separada de la
gobierno Segundo, el problema de la libertad como centro de una política y no debe cumplir un rol extraordinario y puramente directivo
producción del sujeto diferente a la individuación disciplinaria, es decir respecto a la política, nos dice. En la Antigüedad, esta doble imposibi-
obtenida como pliegue reflexivo de la vida, como "cuidado" y «gobierno' lidad (imposibilidad de la escisión, imposibilidad de la fundación) ha
de si , capaz de retranscribir el propio vínculo del individuo consigo dado lugar a las figuras de los filósofos-legisladores (Solón), a la de los
mismo y con los demás. filósofos-pedagogos que instruían al tirano contra el posible abuso del
poder del cual estos se habían apropiado (Platón), y a la de los filósofos
en apariencia antipolíticos que se mofaban del poder y que medían la
' Cf., al menos, aunque con sus respectiva diferencias: G. Agamben, Mommo sacer II potencia de la filosofía sobre su capacidad de sustraerse de la política
(los cínicos). A juicio de Foucauít, esta irrenunciable remisión entre
Emaud,,Tunn 2004 Mas general: A. Cuna, Michel Foucault. Tecnica e vita, Riopclüi a
e filosofia del hos Bibliopoli*, Ñapóles, 2004; Id, Biopolitica. Storia e JMM T Z

3 L. Wittgenstein, Vermiscbte Bemerkungen, Suhrkamp, Frankfurt, 1977. fel aforismo


data aproximadamente de 1944.
3 M. Foucault, Seguridad, territorio, población. Curso en el Collège de France 1977
4 Uso la edición en dos volúmenes deGallimard, 2001, en adelante, DEIy DEII. El texto
aparece con el número 232 en DEII, en las páginas 534-551. fM. Foucauít, "La filosofía
analítica de la política", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit.]
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Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

filosofía y política debería ser reconsiderada. En relación a la política, Sin embargo, este posible retrait de la filosofía por la política demuestra
la filosofía mantiene, en efecto, un rol que hace tiempo perdió en ser solo un efecto ulterior inducido por la particular impostación de
relación a la ciencia. Mientras que la relación entre filosofía y política la relación moderna entre filosofía y política. Como ocurre a menudo
todavía se da, de Hobbes a Marx, en términos directamente organ" en Foucault, la bifurcación anterior a la que hemos llegado puede ser
zanvos, es decir, en los cuales la praxis humana es puesta en relación eludida. A la filosofía, en efecto, se le puede asignar un rol diferente en
de dependencia bajo un proyecto teórico que se propone fiindarla, relación al poder que no sea ni el fundante, ni el pedagógico-profético-
modificando radicalmente de ese modo el cuadro de la antropología legislativo a través del cual ella se ha pensado, entre la Antigüedad y
clasica y los esquemas prudenciales, éticos, en el interior de los cuales la la primera Modernidad, como instancia correctiva o restauradora en
política había sido pensada anteriormente^; lo que a menudo termina relación al campo de la praxis. En efecto, la filosofía puede poner de
por darse es una catástrofe. Esto en particular es cierto bajo la parábola relieve el poder como una trama estratégica, nudo en torno al cual se
moderna de aquella relación. La entonación resistencia! de la filosofía combate, lugar vacío en torno al cual contienden libertad y control,
su disposición frente al poder en función de crítica -para corregirlo! alguien o aigo escapa mientras otros intentan sujetarlo6. Esta es la se-
biandirlo o bien para organizado según ideales abstractos de libertad y gunda opción que para Foucault queda a disposición, la que permite
de justicia- es consumida sin más al entrar en contacto con el poder conservar y relanzar la vocación política de la filosofía, mientras que la
y de ese modo se invierte, por ejemplo, en el resultado terrorista de especialización y la autonomización de los saberes la marginan defini-
Rousseau, en aquel pangermanista de Hegel, en el uso nazi de Nietzsche tivamente a otros ámbitos de pertinencia.
en la traducc.on/traidón estalinista de la filosofía de Marx. Fundar - o Se trata de una perspectiva por la cual la filosofía se libera únicamen-
bien contradecir- el poder quiere decir postular un lazo directo entre te bajo la condición de posicionarse en el desencanto capaz de tratar
filosofía y política; aplastar, una sobre otra, teoría y praxis De esta el poder más allá de la connotación axiológica que lo califica como
primera opción, que podemos llamar "moderna", deriva la alternativa "bueno" o "malo". Contra Sartre, pero indirectamente también contra
entre reafirmar el azo constitutivo entre filosofía y política, relegando Habermas y la utopía de una relación comunicativa "lisa", transparente,
el pensamiento a la tarea de legitimar el poder - y poco importa que sin efectos constrictivos, Foucault dirá algunos años después: "El poder
esto suceda directamente, como en buena parte de la teoría burguesa o no es el mal. El poder consiste en juegos estratégicos"7. El poder no
revolucionaria o bien indirectamente, adjudicando a la crítica un valor es entendido como algo que se pueda detentar, conquistar, eliminar,
normativo en base al cual imaginar la compostura de un poder más o fundar o refundar; él es asumido en cambio como un dato que resulta
menos justo o más indusivo-y "salvar" a la filosofía, interrumpiendo el de la pura constatación.
compr o m l s o la praxjs para as.gnarlc ^ ^ K o r é t . ^ m e t o d
Desembarazarse del fantasma del Leviatán, del espectro de la sobe-
o rúndante en relación a otros saberes y a otras prácticas ranía, con un exorcismo que libere simultáneamente a la filosofía de
la obsesión del poder y de la hipoteca de imaginación de libertad que

6 Vale la pena recordar que la analítica del poder de Foucault parte del presupuesto de
que el poder se vuelve visible solo allí donde algo resiste; la resistencia como 4 catalizador
químico" del poder. Véase, M . Foucault, "El sujeto y el poder", en Michel Foucault: más
' Véase en e S t a dirección, G. Duso (comp.), Olm ¡a democracia Un ¡timmrio attrmmo i alld del estructuralismo y la hermenéutica, op. cit., p. 244.
7 M. Foucault, "La ética del cuidado de sí como práctica de la libertad", en Estética, ética
y hermenéutica, op. cit, pp. 393-415; Cf., en particular, pp. 412-413.

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aquellos gravan sobre la potencia de la filosofía, solo es posible bajo en suma, la filosofía puede redeterminarse como "filosofía analítico-
una consideración de las cosas capaz de aligerar la sobrecarga moral y política". Una filosofía que asume la tarea de "analizar lo que ocurre
jurídica que la constriñe a pensarse como correctivo o formalización cotidianamente en las relaciones de poder", como dice Foucault, y
de la realidad, y que se decida más bien por una simple adhesión a su que renuncia a los juicios definitivos, globales, unilaterales, absolutos,
superficie. La tarea de la filosofía no es descubrir aquello que está celado como aquellos que se han pretendido hasta ahora. Lo real es polémico
como un secreto; no es oponer una supuesta verdad de las cosas a la y la filosofía está incluida en esta batalla10. Ella no puede arrogarse el
mistificación que realiza la ideología; no es conmensurar la imperfección juzgar la realidad como un "objeto" aislado desde el exterior. Siendo
de las cosas al modelo que la filosofía está en condiciones de pensar por así, el poder que aquella batalla comporta será analizado en los juegos
ellas. La tarea de una analítica de la verdad es más bien hacer aparecer lo de táctica y de estrategia a través de los cuales se mueve como lógica
más próximo a nosotros, lo que tan íntimamente está ligado a nosotros de conexión siempre precaria, contingente y aleatoria entre elementos
como para volverse prácticamente imperceptible. Esta es la operación asignados a una heterogeneidad constitutiva e irreductible11.
que puede salvarnos, salvando la propia filosofía8. De aquí derivan tres axiomas cruciales sobre el sentido de la filosofía
Pues entonces, ¿qué es la filosofía para Foucault, en ese punto de en Foucault. Primero: la filosofía no tiene nada que comprender, pues
la relación que la liga a la política, pero colocándola más allá de las la propia mirada del filósofo está atravesada por las relaciones de poder.
declinaciones que en sus archivos la tradujeron en cada caso como El ojo del filósofo no es el del soberano, el ojo que incumbe sobre las
palabras-ley, palabras profecías o palabras-pedagogías? La filosofía antes cosas desde una absoluta exterioridad. La mirada del filósofo es la mi-
que nada es un reactivo. Así como lo son la libertad y la resistencia. rada capaz de recorrer el mundo y las cosas sumergiéndose totalmente
Filosofía, libertad y resistencia son capaces de hacer emerger las relaciones en sus vicisitudes. Segundo: la verdad es de este mundo12. Ella emerge
de poder que nos constituyen, que nos atraviesan y en el interior de las como el tensor de las relaciones entre sus componentes. Tercero: la
cuales la filosofía misma está capturada, sin la pretensión de sobrepasar filosofía no está hecha para comprender, para capturar la realidad con
ese umbral de la regularidad, del cotidiano, en el cual el poder funciona el retardo estructural del concepto, sino para tomar posición13, y esto
materialmente, actúa y circula. La filosofía, en segundo término, es para Foucault es decisivo para la ética misma del trabajo intelectual14.
un espesante, un catalizador y un intensificados Tratando aquellos que
Foucault llama, con una evidente y motivada referencia a la filosofía
analítica del lenguaje, "juegos de poder" como "juegos lingüísticos", no
solo reconduce la política, por decirlo en los términos de Wittgenstein*,
a su "uso cotidiano", al sistema de movimientos que marcan una 10 M. Foucault, "Precisiones sobre el poder: respuestas a algunas críticas", en El poder,
irreductible confrontación diaria entre la libertad y el dominio, entre una bestia magnífica, op. cit., pp. 121-122.
la resistencia y el poder, sino que multiplica, amplifica y difunde los 11 Cf. las decisivas observaciones de B. Karsenti, "La política del 'fuori'. Una lettura ilei
Corsi di Foucault al Collège de France (1977-1979)", en S. Chignola (comp.), Governare
focos de lucha y los terrenos de enfrentamiento. Precisamente por esto,
la vita. Un seminario sui corsi di Michel Foucault al Collège de France (1977-1979), Ombre
Corte, Verona, 2006. «
12 M. Foucault, "Verdad y poder", en Microfìsica del poder, op. cit., p. 198.
8 M . Foucault, "I-a filosofía analítica de la política", en Estética, ética y hermenéutica, op. 13 M . Foucault, "La función política del intelectual. Respuesta a una cuestión", en Saber
cit., pp. 116-119. y verdad, op. cit., 1991.
9 Sobre la relación entre Foucault y Wittgenstein, a mi modo de ver fundante respecto a la 14 Cf. M . Foucault, "Nietzsche, la genealogía, la historia", en Microfisica del poder, op.
analítica del poder foucaultiana, véase, F. Gros y A. Davidson (ed.), Foucault, Wittgenstein: cit., p. 21 ["El saber no ha sido hecho para comprender, ha sido hecho para hacer tajos
de possibles rencontres, Kimé, París, 2011. {trancher)"].
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II.
dialéctica entre poderes constituidos y contrapoder revolucionario,
Es conocido el modo en que Foucault identifica el sentido del trabajo sino el elemento que excede cualquier forma que aquella relación,
filosófico con la relación sagital por instituir, en términos genealógicos, considerada de cualquier modo interior al cerco soberanista del de-
entre el presente y su historia15. Decir lo que está sucediendo para que recho, pudiese asumir 1 .
sea posible tomar posición en relación a ello es precisamente la responsa- Croissant no es el militante de un posible derrocamiento revolu-
bilidad específica del filósofo. Responsabilidad que Foucault asume tan cionario del poder, el "futuro gobernante" destinado a ocupar el lugar
seriamente como para poner en discusión las amistades más estrechas. arrancado al enemigo, sino el "perpetuo disidente" que rechaza radical-
En este sentido, existe un hecho que siempre me pareció ilustrativo. mente el sistema de reglas en el que vive; aquel cuya propia existencia
En los años en los que trabaja en los cursos sobre biopolítica, Foucault desatiende el centrado jurídico, deserta el imperativo del poder y se
se encuentra rompiendo una amistad de décadas con Gilíes Deleuze. mueve más bien en relación a una pretensión de libertad, un "derecho
El motivo es, se dice, el rechazo por parte de Foucault a firmar el lla- a vivir, a ser libre", cuya gramática solo puede ser pensada en términos
mamiento que Félix Guattari había redactado contra la extradición de sustractivos y como éxodo.
Klaus Croissant, el abogado de la "banda' Baader-Meinhof. En aquel
Lo que entra en juego con el caso Croissant, nos dice Foucault, es
llamamiento, que se pronunciaba contra la extradición de Croissant,
el "derecho de los gobernados": un derecho que excede la definición
Guattari - e indirectamente Deleuze que lo había firmado- oponía
estrictamente jurídica, que escapa a las redes de la soberanía y que revoca
todavía, en el fondo etpour cause, los "derechos del hombre" al "fascis-
la "sobrevaloración" del Estado expresada (también) en el pensamiento
mo" del Estado alemán de las leyes especiales. Sin embargo, no es eso
radical que identifica en el Estado el objeto del odio a combatir, y del
lo que está en cuestión para Foucault. Lo que se organiza en torno al
cual, sobre todo, no ha sido aún formulada una teoría18. Y es el problema
caso de Croissant es ciertamente una "batalla real" respecto a la cual
de esta teoría por hacer, creo yo, lo que empuja a Foucault a concentrar
Foucault toma posición al punto tal de participar personalmente en
su propia atención sobre el hecho de gobierno. Este pasaje marca un
la manifestación frente a la cárcel de La Santé que la policía dispersará
cambio radical de perspectiva en la analítica foucaultiana del poder y
agrediéndola, y es una batalla que indica un desplazamiento decisivo,
define el punto en el que ella se liga a los estudios que le seguirán sobre
irrecuperable en el sentido de las categorías aplicadas por Guattari16.
la ética antigua19.
En Croissant -figura de la diáspora y del exilio, como lo son de Se trata de un doble movimiento. Por un lado, en la perspectiva de
otro modo los disidentes del bloque soviético o las subjetividades de La voluntad de saber, se trata de integrar a lo Político las dimensiones
la nueva composición social del trabajo liberadas como protagonistas de regulación a través de las cuales el poder intercepta y subsume los
por los movimientos radicales de los años sesenta y setenta-,Foucault
identifica algo radicalmente nuevo. No, como habrían querido algunos
de sus interlocutores, la parte de la negación en el interior de una 17 Sobre el tema, Ph. Chevallier, "Michel Foucault and the Question of Right", en Re-
readingFoucault. On Law andRights, Routledge, B. Golder (comp.), Oxford, 2014.
18 M. Foucault, "Va-t-on extrader Klaus Croissant?" (1977), en DEII, pp. 362 y 364. Sobre

la centralidad del posicionamiento foucaultiano en relación a sus vínculos con Deleuze,


15 M . Foucault, "¿Qué es la Ilustración?", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p. 346.
ver D. Eribon, Michel Foucault, Flammarion, París, 1989, p. 276. Pero véase sobre todo
16Cf., al menos, J. Miller, The Passion ofMichel Foucault, Harvard University Press, el valioso, Ph. Arriéres,M. Potte-Bonneville, D'après Foucault. Gest. Luttes, Programmes,
Cambridge Mass., 2000, pp. 296 y ss. [J. Miller, La pasión de Michel Foucault, Editorial Les Prairies Ordinaires, París, 2007.
Andrés Bello, Santiago de Chile, 1995]; J. OVsúi, Foucault, Politic andYtolence, Northwestern 1 9 Cf. P. Cesaroni, S. Chignola (comp.), Laforza del vero. Un seminario sui Corsi di Michel
University Press, Evanston III, 2012, pp. 150 ss.; M. G. Hannah, "Foucaults 'Germán
Foucault al Collège de France (1981-1984), Ombre Corte, Verona, 2012; D. Lorenzini, A.
Moment': Genealogy of a Disjunction", en Foucault Studies, N° 13, 2012, pp. 116-137.
Revel, A. Sforzini (comp.), M. Foucault: éthique et vérité 1980-1984, Vrin, Paris, 2013.

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Capitolo III
l a politica de los gobernados. Gubernamentalidad. formas de vida, subietivación

fenomenos de la vida: disciplina, anatomopolitica del cuerpo humano nure espacio y poder articula la genealogía del biopoder; ya no el te-
(docilidad, productividad, potenciamiento de sus aptitudes) y biopo- Í Í ¡torio de vigencia de la norma y la relación binaria donde se sostiene
litica de la población (los controles que intervienen no sobre el cuerpo I.. noción de soberanía que lo funda y que lo circunscribe (legal/ilegal;
individual, sino sobre el cuerpo-especie para optimizar el ciclo de inclusión/exclusión; adentro/afiiera), sino un ambiente de relaciones
reproducción social) invierten el código tanatopolítico de la soberanía ...estables, contingentes, aleatorias que escapan al ojo del soberano,
y remueven su cifra de pura extracción. Por el otro, en relación con «Instituyen su ilusión de incumbencia y de control sobre el territorio, y
el primero, desfondamiento del perímetro autorreferencial del poder; • I » u- se desarrollan como procesos marcados por una amplia autonomía,
excedencia del circuito de legitimación formal en razón del cual el sujeto l'or lo tanto, un cambio que inviste los propios dispositivos del poder.
es referido al Esrado y el Estado se presenta como el producto de la I 'na óptica de regulación, y no simplemente prescriptiva o interdictiva,
voluntad de incorporación de los sujetos según el esquema de juridi- "Migada a relacionarse con un afuera que la precede; con trayectorias
ficacion del poder propio de la teoría del contrato social que inaugura Mu«- el poder no puede anticipar bajo la forma de ley o constreñir en
la modernidad20, la época clásica de la política. los esquemas de la disciplina. Una regulación la realidad que asegum
Introduciendo el tema del gobierno ^ u y a genealogía remite al pas- .1 intercambio contra el riesgo que la propia libertad comporta, y que
torado cristiano y marca un tipo de relación que la política occidental nnerge progresivamente como campo móvil de los intereses sociales24.
incorpora, por así decir, desde afuercP-, Foucault espesa el efecto rebote ( Optimización y crecimiento en lugar de extracción y consumo. La
entre fabricación del Leviatán y fabricación del individuo en el espejo ..distribución de la relación entre soberanía, disciplina y seguridad en
de la disciplina23. Y logra, por medio de esto, marginar al Estado junto l.i gestión "gubernamental" de la población y de la sociedad25.
a la entera monopolización estatal de la decisión del modo en el que
ella se ha ido determinando en la historia filosofico-politica de la mo- Este es el segundo punto que me interesa: la introducción del
dernidad, de Hobbes a Weber. H rmino "gubernamentalidad" en lugar de la expresión biopoder, ya
.Irsde la cuarta lección del curso. La integración de la economía ai
Pero veamos los dos puntos. En lo que respecta al primero: desespa-
i'H'rcicio político como "desafío esencial del gobierno"26. Así también,
cmhzacion, d e s j u r i d i f i c a c i ó n , desoberanización del dominio. Un modo 1.« apertura del Estado, a través de la economía y lo que ella comporta,'
de hacer historia que rechaza la imputación temporal, asentarse sobre •i mi sistema de relaciones que descentra definitivamente lo Político
la conciencia y sobre la memoria, y que se sirve de metáforas espaciales ( hkonomia: estructura del "gobierno", en Aristóteles; pero aún más
para cartografiar los desplazamientos y las transformaciones de la rela- ' 11 l a e n t e r a teología cristiana, donde se conjuga con el pastorado27.
ción entre poder y los objetos sobre los cuales se apoya y hace eje para Relación que comprende hombres y cosas. Una forma de relación que
continuar circulando*. En ese sentido, el cambio radical de la relación ..traviesa al individuo, quien debe saberse conducir, y que se amplía

Milán 2003 U S ° (COmP')' B C O n m m politica moderna, Franco Angeli, M. Foucault, Seguridad, territorio, población. Curso en el Collège de France 1977-1978
"I'. cíe., 'Clase del 25 de enero de 1978", pp. 86-87.
21 Retomo aquí nuevamente las tesis de Bruno Karsenti, que comparto. Ibidem, p. 136-137.
" Sobre el tema, en una perspectiva no del todo disonante, P. Schiera, Specchi della
M. Foucault, " U gubernamentalidad"', en Estética, ética y hermenéutica, op. dt., p. 182.
politica. Disciplina, melancolía, socialità nelVOccìdente moderno, Il Mulino, Bolonia, 1999
' Véase G Richter, Oikonomia, Der Gebrauchdes Worte Oikonomia in Neuen Testament,
» V é a s e , M. Foucault "Preguntas a Michel Foucault sobre la geografìa", en Microfisica del
vv denKtrchnvater undin cUr Theologischen Literatur bis ins 20. Jahrhu,zdert, De Gruyter
poder, o y . a t . pp. 119-132. Sobre Foucault, "nouveau cartographe", G. Deleuze, Foucault,
trad. Jose Vázquez Pérez, Paidós, Madrid, 2003. IWrim-Nueva York, 2005; G. Agamben, Il Regno e la Gloria. Ptr una genealogia teologica
>• del governo. Homo sacer II, 2, Neri Pozza, Venecia, 2007.

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

al campo entero de relaciones que debe administrar o en las que está que ver fundamentalmente con esto. Por un lado, con una analítica
incluido en su condición de viviente. cada vez más atenta al campo de inmanencia de los juegos de poder, a
El gobierno, lo sabemos, es una metáfora marina. Kubernein, guber- las dinámicas divisorias que lo atraviesan y que evidencian la estructura
nare, gobernar, derivan de la raíz sánscrita Kubara, el timón de la nave28. relacional. Por el otro, la posibilidad de formular, en el entrecruzamiento
Pues bien: es evidente que asumir el gobierno como matriz de la política decisivo de pastorado y contraconductas, el proceso de constitución
significa dislocarla radicalmente de las estructuras de neutralización, recíproca entre tecnologías de poder, formas de saber, procesos de sub-
control y monopolio de la decisión propias de la tradición moderna del jetivación31. Cuando, con un movimiento que retoma aquel "hilo del
Estado29. Gobernar significa, en primer lugar, lidiar con el complejo presente", que es el motor de la genealogía y que lo obliga a un ulterior
descrito por las interacciones contingentes, precarias, imprevisibles, salto hacia adelante - o de lado, como tal vez él hubiera preferido-
de hombres y cosas. Lidiar con factores ambientales (condiciones del respecto a los críticos de la sociedad del espectáculo o de la sociedad
mar, los vientos, las mareas, la distribución de la bodega de carga). Pero de masas ("ya no estamos en ella", nos advierte32), Foucault habla del
gobernar significa también, y sobre todo, tomar parte en una relación "derecho de los gobernados", a propósito de Klaus Croissant, creo que
viviente que incluye la propia función directiva del capitán y la expone entiende el genitivo como genitivo objetivo^ subjetivo.
a la confrontación con aquellos que se hallan embarcados junto a él (las La época del liberalismo, universal histórico por desmantelar como
resistencias de una chusma hecha de hombres libres que siempre pueden todos los demás33, es la época en la cual los dispositivos de poder se
amotinarse y cuyos deseos, opiniones, condiciones de vida a bordo de desplazan en dirección de la administrativización y el desinterés del co-
la nave definen un riesgo insoslayable para el ejercicio del comando)30. mando, es decir, en dirección del gobierno - y para confirmarlo bastaría
El comandante debe gobernarse ante todo a sí mismo, en la relación releer a Tocqueville34- pero es también y sobre todo la época en la que
con la suma de los factores sociales y ambientales que determinan el los gobernados se hacen fuertes de una libertad subjetiva que actúa en
intercambio del que participa; él debe saberse conducir para poder llevar términos irreductiblemente críticos respecto al comando.
a puerto la navegación.
La elipse de la gubernamentalidad liberal tiene sus focos, por un lado,
En Foucault, destituir progresivamente la noción de biopoder de su sobre la constelación soberanía, disciplina y dispositivos de seguridad,
centralidad en favor de la noción de "gubernamentalidad", creo, tiene reorganizada sobre la centralidad adquirida por estos últimos, y, por otro

28 A. Arienzo, "Dalla corporate governance alia categoría politica di govemance", en


G. F. Borreli (corap,), Governance. Libreria Dante & Descartes, Ñapóles, 2004. Sobre " Lo ha puesto de relieve recientemente, ì h . Lemke, "Oltre la biopolitica. Sulla ricezione
la metáfora del gubertiare rempublicam y del gobierno como navegación del Estado, F. ili un concetto foucaultiano", en M . Cometa, S. Vaccaro (comp.), Lo sguardo de Foucault,
Rigotti, Metafore della politica. Il Mulino, Bolonia, 1989. Meltemi, Roma, 2007, pp. 85-107, con el cual sobre ese punto me encuentro en sintonía.
29 Cf, G. Duso, "Fine del governo e nascita del potere", en La logica del potere. Storia M . Foucault, Nacimiento de la biopolitica. Curso en el Collège de France, 1978-1979, op.
concettuale como filosofìa politica, Laterza, Roma-Bari, 1999, pp. 55-85. Pero véase también dt., p. 186. ["Critican algo que, sin lugar a dudas, ha estado en el horizonte explícito o
mi trabajo, "In the Shadow of the State. Governance, governamentalità, governo", en G. implícito, querido o no, de las artes de gobernar, de los años veinte a los años sesenta. Pero
Fiaschi (comp.), Governance: oltre lo Stato?, Rubbettino, Soveria Mannelli, 2008. pp. 117- hemos superado esa etapa. Ya no estamos en ella. (...) Se trata, al contrario, de alcanzar
141 [S. Chignola, "A la sombra del Estado. Governance, gubernamentalidad, gobierno", en una sociedad ajustada no a la mercancía y su uniformidad, sino a la multiplicidad y la
Utopia y Praxis Latinoamericana. Revista internacional de filosofia iberoamericana y teoria diferenciación de las empresas".]
social, 19,66, 2014, pp. 37-511. 11 Cf. R Veyne, Commenton écrit l'histoire, Seuil, París, 1971.
30 Sobre esta constelación, fuera de las referencias "clásicas", quiero recordar un libro de u Lo he querido demostrar, a veces por un largo ditour, en S. Chignola, Frágil cristallo,
historia, M . Redíker, Between the Devil and the Deep Blue Sea. Merchant Seamen. Pirates l'er la storia del concetto di società, Editoriale Scientifica, Nápoles, 2004; S. Chignola, 11
and the Anglo-American Mari time World 1700-1750, CUP, Cambridge, 1987. tempo rovesciato. La Restaurazione e il governo della democracia, II Mulino, Bolonia, 2011.

102
95
La política de los gobernados. Gubemamentalidad, fermas de vida, subjetivación
Capítulo III

lado, sobre el sistema de variables, contingentes y aleatorias, definido por Si existe algo que determine esta diferencia, no puede y no debe
el haz de conductas libres de sujetos que persiguen su propio interés, qus buscarse en la dirección en la que se mueven las críticas referidas a la
pretenden ser Ubres y que la libertad les sea constantemente restituida! rvanescencia del poder político o a la inmediatez y a la difusividad del
y cuyas trayectorias corren constantemente el riesgo de escapar a loi dominio. Para Foucault, la "estatización de la sociedad" no es tal sino
criterios de una socialización ordenada35. le contrario, es más bien la "gubernamentalización del Estado" lo que
determina el presente al que pertenecemos. Al Estado —así como al
|>oder— no se le debe atribuir la unidad funcional, mitológica, que en
general le es atribuida por sus críticos. Él no actúa desde lo alto subsu-
III.
m iendo la sociedad o bien colonizándola enteramente. El poder no tiene
\ i >1 untad ni intención. A lo sumo, lo que garantiza la "supervivencia" del
"Ya no estamos en ella": la nuestra no es la sociedad del espectáculo de 1 siado es su capacidad para saber utilizar, interceptándolos, los procesos
la que tratan los situacionistas, tampoco la sociedad de masas temida ile gobierno que siempre le han sido externos, que tienen una matriz
por la Escuela de Frankfurt. ¿Dónde estamos ubicados entonces? icológico-política precisa y que concierne al modo mediante el cual el
Problematización de la propia actualidad discursiva por parte del urden se realiza a medias pasando por la libre autodisposición de los
filósofo que habla y que solo hablando —movilizando lo que parece sujetos, el movimiento de su deseo, la fibrilación de sus intereses, las
cristalino y autoevidente, sumergiéndose nuevamente en el flujo de las dinámicas de intercambio orientado por el cual alguien o algo consigue
dinámicas de procesos en apariencia universales y necesarios, poniendo imprimir efectos, torsiones, pliegues, a la de todas formas indisponible
en primer plano el sordo rumor de la batalla que atraviesa el operoso .icción o voluntad de los demás37.
silencio de las categorías y de los conceptos— asume la responsabilidad
que le es impuesta al pensamiento. Producir diferencias, esta es la Por lo tanto, atravesar los procesos de gubernamentalización del Es-
tarea del genealogista. Una vez más: la actitud moderna, el ethos, del i.ido significa salir de la posición que "sobrevalora" sus aparatos a partir
pensamiento. La imposición de la cuestión de la "pura actualidad" del movimiento de personificación abstracta que le asigna una voluntad;
como constante reactivación del problema del presente: introducir, significa verdaderamente asesinar al monstruo frío de corazón negro,
marcar una diferencia respecto del ayer. "¿Qué diferencia introduce el gran Leviatán teorizado por Hobbes y por Schmitt, el monstruo
el hoy en relación al ayer?". La productividad de esta diferencia es el i uya imagen es tan potente que puede continuar ejerciendo su efecto
dato crucial para Foucault36. "solamente pintada sobre las paredes"38, condicionando la imaginación
de la política, incluso de la subversiva; aún más, significa aceptar el
i imfrontar con dinámicas, con tensiones y con procesos que no pue-
den ser restituidos en los términos de una transformación lineal, final,
35 Para un análisis de conjunto de la noción de liberalismo en Michel Foucault,
ile las estructuras del Estado. Creo que es también para salirse de este
M . Bonnafous-Boucher, Un libéralisme sans liberté. Du terme "libéralisme" dans equívoco que Foucault abandona los términos biopoder y biopolítica.
la pensé de Michel Foucault, L'Harrmattan, Paris, 2004; S. Reinfeldt, R. Schwarz,
"Liberalismus und Biopolitik", en R. Reichert (comp.) Governmentality Studies. Analysen
liberalerdemofikratiscber Gesellschaften in Atischluß an Michel Foucault, Lit Verlag, Münster,
2004. Ein una dirección decididamente más próxima a la mía, L. Bernini, "Foucault: una M . Foucault, Seguridad, territorio, pobhtción. Curso en el Collège de France, 1977-1978,
liberta senza liberalismo. A proposito dei Corsi di Foucault al Collège de France (1977- i>p. cit., "Clase del 1 de febrero de 1978", p. 136-137.
79)", en Filosofia politica, 1/2006, pp. 129 -141; Id, Le pecore e il pastore. Critica, politica, C. Schmitt, Der Leviathan in der Staatslehre des Thomas Hobbes. Sinn und Fehlschlageines
etica nel pensiero di Michel Foucault, Liguori, Nápoles, 2008. politischen Symbols, Hanseatische Verlagsanstaít; nueva edición revisada Köln-Lövenich,
I Ichenheim Verlag, Hamburgo, 1982.
36 M. Foucault, "¿Qué es la Ilustración?", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p. 337.
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96
Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

Biopoder y biopolítica no son los últimos custodios de un cuadro de procesos que lo exceden, que lo atraviesan y que pueden, en el mejor
categorías y de conceptos que puedan remitirse a la experiencia estatal de los casos, ser territorializados, controlados, filtrados, administrados
de la política. Ellos son asumidos como indicadores de una transición o gestionados solamente de forma parcial y siempre riesgosa41; dicho
que abre el Estado a su ajuera. A los procesos de gobierno, es decir, en otros términos, cuya excedencia a lo sumo puede ser normalizada.
aquellos donde la vida se pliega sobre sí, se hace sujeto, se articula Vivimos en la era de la "gubernamentalidad", escribe Foucault"42.
políticamente a lo otro39. Y en los cuales los conceptos de biopoder Nuevamente: la nuestra es la época de los gobernados, como dijo en
y de biopolítica sirven a lo sumo como comodines, como signos de relación al affaire Croissant. Por un lado, época de la "supervivencia"
remisión, para aludir a un orden del discurso en el interior del cual la del Estado, de la reconfiguración de sus dispositivos sobre el borde
figura panóptica del Estado como gran máquina de neutralización y de una relación que abre el gobierno al mercado como conjunto de
de sometimiento pueda finalmente ser depuesta de su centralidad, y el procesos sociales que ofrecen una superficie de inscripción a sus dis-
dispositivo de la gubernamentalidad liberal reconstruido como aquello positivos, mientras que, al mismo tiempo, blindan, obstruyen -ahora
a lo cual corresponden los procesos de subjetivación y de resistencia de definitivamente- el acceso a la supuesta "cosa en sf de lo Político43. Por
la "época" a la que pertenecemos. otro lado, época en que los gobernados —individuados por el propio
El término "gubernamentalidad" es utilizado por Foucault para interés y capaces de conducirse por sí mismos en el interior de redes de
señalar al menos tres cuestiones diferentes. El conjunto de procedi- cooperación autónomas, marcadas por la indisponibilidad del deseo y
mientos, análisis y reflexiones, ios "cálculos y las tácticas" —escribe— que de las pasiones, por dinámicas de subjetivación irreductibles al filtro de
permiten ejercitar esta forma específica de poder que tiene por objetivo la representación política- reivindican siempre mayor libertad y, por
la población, por forma principal de saber la economía política y por lo tanto, ser gobernados en la dirección de una ampliación y de una
instrumento técnico esencial los dispositivos de seguridad. Esto —nos extensión de la autonomía propia.
dice— en primer lugar. Con "gubernamentalidad", Foucault alude El liberalismo no es una teoría política para Foucault, sino el modo
luego a la "tendencia", a la "línea de fuerza" que no ha cesado jamás -concretamente una "tecnología"- a través del cual se produjo la con-
de trabajar en Occidente sobre la preminencia del gobierno y de sus figuración actual de la relación entre gobernantes y gobernados. Una
saberes respecto a otros dispositivos de poder40. En Occidente: de esta configuración que le permite al gobierno descender (sus funciones de
huella se excluye tanto el Oriente como la Grecia antigua, vale subra- tutela y de promoción del intercambio) sobre la riesgosa, inhóspita,
yarlo, focos de prácticas de subjetivación que no comportan ni toleran soziale Vmwelt de la cooperación del mercado y del conflicto de los
sometimiento, como veremos a continuación. En suma -tercera cues- intereses. Sin embargo, el gobierno no es solo eso: corresponde además
tión- por "gubernamentalidad" es posible entender el procedimiento de al proceso igualmente riesgoso que produce al sujeto, que lo hace res-
"gubernamentalización" que determina la remodulación de los aparatos ponsable de sí mismo y que lo abre a la relación ética con los demás.
de Estado hasta la transformación que los retranscribe en nodos de
41 Idem. Sobre el tema véase el importante S. Sassen, Territory, Authority and Rigbts. From
Medieval to GlobalAssemblages, Princeton University Press, Princeton, 2006.
39 Para un análisis atento e innovador de los últimos escritos de Foucault como "reescritura" 42 M . Foucault, Seguridad, territorio, población. Curso en el Collège de France, 1977-1978,
de la dialéctica hegeliana de la autoconciencia en la Fenomenologia del Espíritu, véase op. cit., "Clase del 1 de febrero de 1978", p. 136-137. Cf. I h . Lemke, S. Krasmann, U.
M . R Fimiani, Erotica e retorica. Foucault e la lotta per il riconoscimento, Ombre Corte, Broclding (comp.), Gouvernamentalitát. Der Gegenwart. Studien zur Okonomisierung des
Verona, 2007. Sozialen, Suhrkamp, Frankfurt, 2000.
40 M . Foucault, Seguridad, territorio, población. Curso en el Collège de France, 1977-1978, 43 M. Foucault, Nacimiento de la biopolitica, Curso en el Collège de France, 1978-1979,
op. cit., "Clase del 1 de febrero de 1978", p. 136-137. op. cit., "Clase del 17 de enero", pp. 65-67.
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Capítulo IH La política de los gobernados, Cubernamentalidad, formas de vida, subjetivación

Gobierno y praxis de una subjetivación en constante relación con lo aquella en la que Foucault trabajaba antes de que fuera definitivamente
Otro de sí. El devenir que extrae su propio ritmo de una relación infe- - y demasiado pronto- interrumpida, "la forma en que el ser humano
rida libremente de la contingencia de las relaciones inmanentes entre se convierte a sí mismo, o a sí misma, en sujeto". No es por lo tanto el
la singularidad y el mundo. poder "sino el sujeto" el tema general de mi investigación, concluye46.
En una de las pocas intervenciones en las que buscó dar razones Trabajar sobre la trama de la subjetivación significa por supuesto
de su recorrido de investigación, iluminándolo retrospectivamente, trabajar sobre los dispositivos de poder. Sobre el modo a través del cual
Foucault hizo hincapié exactamente en este punto. Jamás ha sido mi el poder incide en la materia viviente y le asigna una forma habilitán-
intención, escribe, echar las bases de una analítica del poder y de sus dola a una subjetividad normalizada, perfectamente representable. Pero
"tipos". Aunque es al menos sintomático el reflejo weberiano que actúa significa también permitirse ir más allá del perímetro determinado por
en la impostación del tema de la Lebensfiibrun^, adentro, a través y más el "momento cartesiano" del que habla en la primera lección del curso
allá del problema del poder y de la disciplina. Pero esta es una cuestión dedicado a La hermenéutica del sujeto y que marca el modo moderno de
que no puedo afrontar aquí y que atenderemos en otro seminario. "Mi la individuación47. Este modo moderno de la subjetivación —resultado
objetivo, en cambio, ha sido crear una historia de ios diferentes modos de la apropiación estatal, administrativa del hecho de gobierno- está
a través de los cuales, en nuestra cultura, los seres humanos se han con- marcado por una conducción, por una orientación que trabaja en la
vertido en sujetos", escribe Foucault; "mi trabajo ha tratado tres modos "contención" de las dinámicas de la libertad en la forma de una res-
de objetivación que transforman a los seres humanos en sujetos"45. ponsabilización individual y colectiva a propósito de su uso. Postula
Foucault busca estudiar la torsión "objetivante" por la cual la vida un acceso a la libertad bajo la forma del "conocimiento" y por lo tanto
-se podría decir retomando a Aristóteles, la pura determinación bio- de la normalización. Sin embargo, si la tarea que tenemos por delante
lógica del hombre en cuanto animal político y hablante- se ha hecho no es la de descubrir lo que somos, "sino la de rechazarlo"48, la de po-
sujeto. E identifica tres modalidades diferentes. La primera es la que sicionarnos sobre el rastro del "hilo del presente" que se desata como
se ha determinado a través de los saberes, lo que Foucault trató en Las una toma de distancia, un rechazo, el salirse del vientre del Leviatán y
palabras y las cosas. La objetivación del sujeto como animal hablante a de la subjetivación que este custodia a través del dispositivo jurídico y
través de la gramática, la filología, la lingüística. La del animal laborans,, el de soberanía, pues entonces esta recalada genealógica en el gobierno
por medio de la economía. La objetivación de la "vida desnuda" ("el debe nuevamente ser puesta en movimiento y desplegada.
mero hecho de estar vivos", había escrito entonces Foucault) en las
El tema de la contraconducta, de la revuelta antipastoral y del cuidado
ciencias biológicas o en la historia natural. En un segundo momento,
de sí articula esta perspectiva, la de una subjetivación libre, ética, puesto
la investigación foucaultiana se concentraría sobre la partición, sobre la
que se halla necesariamente referida al mundo y al otro, incluido el otro
lógica divisoria que atraviesa al sujeto o que lo separa del fondo oscuro
de sí mismo que cada uno descubre ser si fija su propio sí a la praxis
sobre el cual la subjetivación se erige ligándose a los dispositivos de
y al devenir de la verdad. "Tenemos que promover nuevas formas de
disciplina: la separación entre el sujeto responsable de sí y el loco, el
sano y el enfermo, el criminal y el ciudadano. Y luego, la tercera fase,
46 Ibidem, pp. 241-242.
17M . Foucault, Im hermenéutica del sujeto, Curso en el Collège de France, 1981-1982, trad.
44 Forma de vida, estilo de vida, guía de vida. "Modo de conducción de vida". Véase nota Horacio Pons, Akal, Madrid, 2005, p. 39.
78 del capítulo 5, en este volumen [N. del T.].
18 M. Foucault, "El sujeto y el poder", en Michel Foucault: más aiti del estructuralismo y
45 M. Foucault, "El sujeto y el poder", en MichelFoucault: más allá delestructuralismoy la hermenéutica, op. cit., p. 249. Cf. S. Luce, Fuori de sé. Poteri e soggetivazioni in Michel
la hermenéutica op. cit., p. 241. Foucault, Mimesis, Milán, 2009.

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

subjetividad en rechazo a este tipo de individualidad que nos ha sido las ideas50, no es, me parece, el dato más relevante. Al contrario, como
impuesta por varios siglos", escribe Foucault49. Deleuze supo notar, lo que estaba en juego entonces era una última
Por lo tanto, nuevamente un rechazo, pero a través del cual se articula operación de problematización. Tal vez aún más radical. En el nivel más
el desbaratamiento del último bastidor teatral donde se representa la inmediato, conducida a partir de la constatación de la permanencia de
escena del poder: rechazar lo que nosotros somos significa proceder más los códigos de la moral. Las rupturas, las discontinuidades, las pequeñas
allá de las formas de individuación "gobernadas" por una producción duraciones, son concebidas para ubicar los pasajes de articulación y de
que divide la verdad. Significa descubrir en el corazón del sí mismo rearticulación de los poderes en relación a las modalidades histórica-
el lugar de la verdad. Y articular en él, en la praxis de una libertad mente concretas de su ejercicio. Pero cuando lo que está en cuestión
inmanente que se hace investigación, curiositas, reconocimiento de la es el tipo de relación que el sujeto mantiene consigo mismo —tanto
constitución temporal y relacional del sujeto, los modos de una pro- más en la época de la "gubemamentalización" del poder, aquella en la
ducción del común, de formas de vida sustraídas definitivamente del que los antiguos esquemas de conducción pastoral de los individuos
espectro del soberano. trabajan en la recomposición de la libertad individual, con la finalidad
de un orden general, atravesando el núcleo privado, el más íntimo del sí
mismo—, los procesos por los cuales el sujeto descubre estar gravado se
muestran entonces como efectos de ciclos mucho más amplios. Foucault
IV. trabaja en una nueva genealogía de la moral, en vista de la cual se trata
de remontarse hasta la Antigüedad tardía y el primer cristianismo para
Los escritos y las lecciones de Michel Foucault de los primeros años
encontrar la torsión que el tema de la ley —de la norma más que de la
ochenta trabajan precisamente en esta dirección. Por un lado, pro-
interdicción, del desciframiento más que del ejercicio, de la confesión
poniendo una ética específica del trabajo intelectual. Reponiendo el
más que de la hermenéutica— impone a la estructura de la ética clásica.
rol —de la específica "actitud", del ethos- de la crítica. Por el otro, pro-
fundizando radicalmente la línea de problematización que tiene por Esto, sin embargo, no agota la cuestión. Para Deleuze, la razón más
centro de investigación el sujeto, leyendo sus procesos no del lado de profunda por la cual Foucault reorienta su propia investigación sobre
la "sujeción", sino del lado de la práctica, de la activación. períodos largos concierne al tema de la subjetivación y de la memoria.
En una entrevista con François Ewald de mayo de 1984, poco tiempo Memoria es el verdadero nombre de la relación consigo mismo. No
antes de morir, Foucault anuda estrechamente estas cuestiones. Se trata tanto en el sentido de la reflexión —el proceso anamnésico de Platón
de un balance y de una suerte de respuesta para los que no supieron que liga la memoria al conocimiento-, sino en el sentido de aquella
comprender en absoluto -quedando más bien sorprendidos— su última "activación" de la filosofía como práctica (conjunto de breves aforismos
fase de investigación. El hecho de que la hubiera relocalizado en una a tener en mente como ejercicio, admoniciones a repetir para mante-
especie de larga duración y reinstalado, al menos en apariencia, en un
ámbito académicamente protegido, circundado por un canon de textos,
interpretaciones, léxicos técnicos, modalidades de escritura que parecían 50 Esta crítica fue planteada con particular fuerza en Italia por E. Narducci, "L'archeologia
abandonar el brillo y la experimentación de los años sesenta para acer- del desiderio. Michel Foucault sulla sessualità degli antichi", en Quaderni di storia, XI, 22,
carse más bien a las prácticas mucho más tradicionales de la historia de 1985, pp. 185-214 y retomada por M. Vegetti, "Foucault et les anciens", en Critiques, pp.
471-472, 1986, pp. 925-932. Más general, véase: J. Moss (comp.), The Later Foucault:
Politics and Philosophy, Sage, Londres, 1989. Para una reconstrucción conjunta del cruce
49 M. Foucault, "El sujeto y el poder", en Michel Foucault: más allá del estructuralismo y foucaultlano del pensamiento clásico, cf., L. Cremonesi, Michel Foucault e il mondo antico.
la hermenéutica, op. cit., p. 249 (Cursiva de S. Chignola). Spunti per una critica dell'attualià, Ets, Pisa, 2008.

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

ner el rumbo, hypomnematd51 como sostén para la concentración) que riempo efectuado como apropiación y como reinvención de sí, como
concierne a la acción y a la navegación del tiempo que cada uno tiene relanzamiento, como imaginación. Y esto vale también para Foucault.
potencialmente a disposición como trayecto de libre subjetivación52.
"Había empezado a escribir dos libros de acuerdo a mi plan primi-
La divisa de Epicteto es "Si quieres, eres libre", vale la pena recordar53.
tivo —dice Michel Foucault a François Ewald, hablando de los traba-
Para Foucault, reemprender las secuencias largas, cambiar radicalmen-
jos posteriores a La voluntad de saber-, pero muy pronto comencé a
te el "estilo" de trabajo y de escritura, no solo significa abandonar la
aburrirme. Era imprudente por mi parte y contrario a mis hábitos". El
analítica del poder a través de la genealogía de sus dispositivos (todos
i rabajo intelectual —término que Foucault reivindica con orgullo— solo
modernos, pues el poder en la modernidad representó la solución más
puede ser interpretado como el desarrollo lineal de un proyecto cla-
eficiente para resolver el problema de la conducción de los hombres),
ramente anticipado en sus líneas fundamentales cuando estamos muy
sino recuperar el núcleo mismo de la temporalidad por a cual ella se
cansados, muy viejos, o se es todavía desmesuradamente presuntuoso.
sustrae a la operacionalidad de los dispositivos. El tiempo puede ser
O bien, como el continuo roturar un campo muy bien atrincherado
memoria en cuanto recuperación del problema del sujeto en el corazón
de competencias académicas. "Trabajar—dice Foucault— es proponerse
de la filosofía luego de un "olvido" de siglos, como nos dice justamente
pensar algo diferente de lo que se pensaba antes"5\ Este pensar de otro
Deleuze, y puede serlo justamente por las modalidades con las cuales
modo, este valorar las desviaciones, la diferencia, implica una ética del
el viviente se subjetiva por medio de un proceso de a-propiación de sí
trabajo intelectual. Es decir, el modo en el cual, a través de lo que está
que trabaja con la memoria (este es el resultado de la interpretación
hecho, pensado o escrito, un hombre, una mujer afronta su propio
foucaultiana del estoicismo). La duración aquí no es la duración de la
límite y los límites de la propia actualidad (la crítica: un trabajo con-
historia de las ideas. Es más bien la duración en la que se hace actual
ducido al límite de lo que somos, escribirá en aquel período Foucault
aquel trabajo sobre sí que conquista el tiempo como una posibilidad y
hablando de Kant y de una "actitud" hipermoderna del pensamiento;
como una potencia. Y la memoria, por lo tanto, no es simple memoria
una actitud tan paradojal como para volver a utilizar aquí un "estilo"
histórica: aquí la memoria se vuelve reactivación del cuidado de sí como
clásico56) para estrechar un vínculo intenso de problemarización con
tarea y como responsabilidad del acontecimiento que en el fondo cada
el mundo, coincidente con el acto que libera la potencia de creación
uno descubre ser, respondiendo a sí mismo por la elección de la vida
del pensamiento.
filosófica que ha cumplido y continúa cumpliendo54. La memoria es
"¿Qué puede ser la ética de un intelectual sino esto: volverse per-
manentemente capaz de desprenderse de sí mismo (cosa contraria a la
actitud de conversión)?'"'7. Apartarse, desengancharse, liberarse de las
5 1 "En sentido técnico, los hypomnemata podían ser libros de cuentas, registros públicos, formas disciplinarias y pastorales de la individuación. Esta es la ética del
cuadernillos individuales que servían de libretas de apuntes. Su uso como libros de vida y
guías de conducta parece haber sido algo bastante corriente entre todo un público culto.
(...) Constituían una memoria material de las cosas leídas, escuchadas o pensadas, y hacían
55 M . Foucault, "El cuidado déla verdad", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p. 369.
de ellas un tesoro acumulado para la relectura y la meditación ulteriores". Cf. M . Foucault,
"Acerca de la genealogía de la ética", en La inquietud por la verdad, trad. Horacio Pon*! 56 M . Foucault, "¿Qué es la Ilustración?", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p.
Siglo xxi, Buenos Aires, 2013, p. 149. [N. del 'I'.] 341-342: "Por actitud quiero decir un modo de relación con respecto a la actualidad, una
elección voluntaria efectuada por algunos, así como una manera de obrar y de conducirse
" H t e ™ a d e I a dislocación de la memoria (de la anamnesis platónica a la activación que, a la vez, marca una pertenencia y se presenta como una tarea. Un poco, sin dttda, como
"practica") es tratado por Foucault en La hermenéutica del sujeto, op. cit., "clase del 10
lo que los griegos llamaban un ethos". (Cursivas de S. Chignola)
de febrero", p. 212.
57 M . Foucault, "El cuidado de la verdad", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit.,
53 Epicteto, Disertaciones, I, 17,28.
pp. 376-377. Sobre el tema, algunas observaciones verdaderamente importantes en, P.
54 G. Deleuze, Foucault, op. cit., p. 140-141.
Cesaroni, La distanza da sé. Política e filosofía in Michel Foucault, Cleup, Padua, 2010.

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Capitolo III la politica de los gobernados. Gubernamentalidad. formas de vida, subietivación

intelectual, la actitud moderna de la crítica. Trabajar en la modificación roso en la inmanencia de una práctica, ergorP*. La relación constitutiva
del pensamiento de los otros y con ello trabajar en la modificación del entre verdad, problematización y subjetividad está en el corazón del
propio. Doble inversión del código pastoral de conversión. No repri- trabajo —incluso en ese trabajo en primera persona y llevado sobre sí
mir la curiositas embridándola y reteniéndola en un penoso trabajo de mismo- del último Foucault61.
"desciframiento" dirigido a esculpir la coherencia de un perfil autoral,
en el caso de Foucault. No ejercitarla en la confrontación con ios otros
para inducir en ellos un cambio, una tras-formación, que no se está
dispuesto a determinar primeramente en uno mismo. Al dépris¿\ que V.
es el elemento que dinamiza la subjetivación, no se accede por ilumi-
nación. Tampoco por la concesión sin reservas a cualquier fibrilación ¿Qué es un sujeto? Un sujeto no es una sustancia. A lo sumo es una
de la coyuntura. Requiere del tiempo necesario. La tensión y la cons- "forma", y jamás es igual a sí misma. Foucault ya había señalado esto
tancia de la memoria que continuamente nos reconduce a aquello que, pocos meses antes en otra entrevista62. Una de esas entrevistas que —
justamente, hemos decidido ser. en el motivado juicio de Deleuze63— forman parte integral de la obra
foucaultiana, pues prolongan su investigación más allá del "laboratorio
Si es cierto que la actitud moderna del pensamiento es la crítica, y histórico" de sus libros para llevarla a impactar la realidad e intentar
que la crítica solo puede ser ejercida en los términos de una problema- realizar en ella el efecto de dinamización que le pertenece. El hecho
rización de la actualidad a la cual se pertenece, lo que Foucault llama de que un sujeto, al igual que el poder, no sea una cosa, no sea una
la ética del desapego, la ética del déprise, no puede entonces coincidir sustancia, no sea un ser primigenio, no significa solamente, desde el
con el simple perseguir de los procesos que cada tanto definen la punta punto de vista de Foucault, salirse de la línea que en los marcos in-
de lanza de la contemporaneidad. Este "desprenderse de uno mismo", ternos de la transmisión de una filosofía "a la francesa" como la llama
este rechazo de la individuación disciplinaria que grapa al sujeto a un Pierre Macherey64 conjuga Descartes con fenomenología, y motivar
registro o lo identifica a un curriculum, lo vincula a una bibliografía, una vez más las razones del propio alejamiento de Sartre y de lo que
puede interpretarse únicamente como una "elaboración de sí, por sí este había representado en términos de ejercicio de la función inte-
mismo", "una transformación estudiosa", "una modificación lenta y lectual; significa, sobre todo, reivindicar las razones de lo múltiple,
ardua en constante cuidado de la verdad"5y. Exactamente en los términos lo temporal, lo heterogéneo en el campo de inmanencia dentro del
de la askesis filosófica de los antiguos, de la cual Foucault se ocupa en cual se produce el sujeto.
las lecciones que realiza en aquellos años en Berkeley y en el Collège
de France: no ascesis, sino trabajo artesanal de producción, hacer rigu-

60 M . Foucault, El gobierno de si y de los otros. Curso en el CoUége de France, 1982-1983,


trad. Horacio Pons, FCE, Buenos Aires, 2009, p. 231. Cf. E. Mcgushin, Foucault's Askesis.
8 Derivado de dé-prendre-.
An Introduction to Philosophical Life, Northwestern, UP, Evanston, 2007.
desprender, desapegar, apartar. El término alude al dépnse desoí
6 ! En una perspectiva no muy lejana, 'Ih. R. Flynn, "Truth and Subjectivation" en 7he
de Foucault, traducido habitualmente como "desprendimiento de sT, "desprendimiento
de uno mismo", " a l e j a m i e n t o . . . S o b r e el sentido de dépnse en Foucault: "Se trata de la Late Foucault, «Ihe Journal of Philosophy», 1985, pp. 532-540.
curiosidad, esa única especie de curiosidad, por lo demás, que vale la pena practicar con 62 M . Foucault, "La ética del cuidado de sí como práctica de la libertad", en Estética, ética
cierta obstinación: no la que busca asimilar lo que conviene conocer, sino la que permite y hermenéutica, op. cit., p. 394.
alejarse de uno mismo (se déprendre de soi-meme)". C£ la Introducción a su Historia de la 63 G. Deleuze, Foucault, op. cit., p. 149.
sexualidad II. El uso de los placeres, Siglo xxi, México, 2005, p. 12. [N. del T.]
64 R Macherey, Études de philosophie "française". De Sieyès à Barni, Publications de la
59 M - Foucault, "El cuidado de la verdad", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p. 377. Sorbonne, París, 2013.

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

Ninguno tiene consigo mismo la misma relación cuando se cons- rior a la realidad o libre de ella...), sino para tras-formar el efecto de
tituye en sujeto político yendo a votar o tomando la palabra en una superficie individuado por los dispositivos disciplinarios y reinventar
asamblea, y cuando se constituye en sujeto de deseo en el interior de relación de la conciencia consigo mismo, "liberándolo" del esquema
una relación sexual, dice Foucault. Y la misma observación se puede históricamente limitado de la subjetividad por sujeción realizada en la
hacer en relación al multiversum de funciones afectivas, lingüísticas y época clásica de la política europea.
relaciónales mediante las cuales entramos en relación con los demás y De aquí se desprende una consecuencia decisiva. El sujeto —simple
con los códigos disciplinarios de los dispositivos de poder para estabilizar forma y no sustancia, lo recordaba poco antes- es solo una de las posi-
de manera contingente, parcial y siempre revocable una experiencia bilidades a través de las cuales se actualiza, o se organiza, la "conciencia
del mundo. Si es cierto que se determinan efectos de interferencia, de sí mismo". El sujeto no es el fundamento ni el último refugio de
de intercambio y de pasaje entre las múltiples formas asumidas por la una "autenticidad" a la cual sería posible referir para salvar un espacio
subjetividad en relación a cada uno de los distintos baricentros en torno sustraído a la invasividad de las máquinas disciplinarias o a las leyes del
a los cuales gravita su campo de expresión, es igualmente importante valor. Buena parte del poco feeling que Foucault tiene con la Escuela
que "en cada caso, se juegan y se establecen consigo mismo formas de de Frankfurt en aquellos años —si bien en ocasiones reconoció que
relación diferentes. Y precisamente lo que me interesa es la constitución haberla conocido mejor le hubiese ahorrado mucho trabajo-, deriva
histórica de estas diferentes formas del sujeto en relación con los juegos exactamente de esta posición.
de verdad", concluye Foucault65.
La subjetividad es un proceso que se desarrolla en el interior (no
Sobre el costado más externo, la polémica con la noción cartesiana en alguna "otra parte") de los circuitos de saber y de poder que están
de sujeto opera evidentemente en Foucault66. El objetivo de Foucault constitutivamente entrelazados a la vida y al lenguaje. Ni la primera,
es sortear el acontecimiento fundacional de la filosofía moderna, es ni aquellos circuitos están asignados a condiciones universales. El saber
decir, el punto de incidencia descrito en Descartes entre pensamiento es la forma que asume el diagrama en el cual, en un momento deter-
y realidad independientemente de las cualidades personales del enun- minado, lo visible y lo enunciable se relacionan uno y otro; el poder,
ciador de la proposición verdadera: una racionalidad que se despliega la relación de fuerza variable, contrastable, en cualquier caso reversible
con pretensión de universalidad y que autoconvalida el propio orden que atraviesa las singularidades y las compone en un orden (siempre
sin encarnarse en una conciencia concreta, en la trama de una vida67. parcial y provisorio) de la regulación. Y el "sujeto", o mejor dicho, el
Sobre el lado más interno, a Foucault le interesa, por el contrario, en- "uno mismo", el "ser uno mismo", no es más que el efecto del proceso
contrar el punto de torsión por el cual las redes de poderes y de saberes de subjetivación a través del cual el dehor/,R por el cual está tomada la
que atraviesan y que constituyen al sujeto (lo que define su "memoria") vida (trabajo, reproducción, lenguaje, retomando las escansiones inter-
se pliegan ya no para delimitar una interioridad (un "yo pienso" ante- nas de Las palabras y las cosas) puede ser plegado, no para suturar una
identidad, sino más bien para des-plegar una posibilidad, una potencia.
Un "sujeto" no tiene nada de universal: marca una constelación de
6 5 M. Foucault, "La ética del cuidado de sí como práctica de libertad", en Estética, ética posiciones (históricamente) singulares en el interior de un "se habla",
y hermenéutica, op. cit., p. 404. de un "se vive"6ÍJ, que describe un puro recorte de inmanencia.
6 6 Cf. R Guenancia, "Foucault/Descartes: la question de la subjetivité", en Archives de
philosopbie, 65, Cahier, 2, 2002, pp. 239-253.
67 M. Foucault, "La vida: la experiencia y la ciencia", en Gabriel Giorgi y Fermín Rodríguez
(comp.), Ensayos sobre biopolitica. Excesos de vida, trad. Fermín Rodríguez, Paidós, Buenos " 8 Afuera. {N.delT.]
Aires, 2007, p. 43. 69 G. Deleuze, Foucault, op. cit., p. 149.

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubemamentalidad, fermas de vida, subjetivación

"Llamaré subjetivación -escribe Foucault- al proceso por el cual vi.


se obtiene la constitución de un sujeto, más exactamente de una Los griegos no tienen siquiera la palabra "sujeto" {sujet) porque en
subjetividad, que evidentemente no es sino una de las posibilidades ( ¡recia (y en relación a la operación que sobre ella conduce Foucault,
dadas de organización de una conciencia de sí"7ü. Remontar el proceso no expresa ninguna filosofía por "rehabilitar" o por "restaurar"73) el
moderno de individuación disciplinaria, organizar la resistencia a las viviente, calificable en los términos de Aristóteles como zoon politikon
técnicas de gobierno pastoral, significa ir más allá de la memoria del kai logon echón, como el hablante político espacializado en el vínculo
poder, reactivar la memoria de la "vida" a la que él está constantemente entre verdad, discurso y hecho de gobierno, no cede a la ilusión de un
interconectada, branchée7\ como aquello que siempre ha forzado al s;iber de sí depositado bajo alguna forma ajena al koinon de la relación,
poder a transformarse y a redirigir sus dispositivos. Lo que le interesa .»I común. Lo que la modernidad llama "sujeto" -lo recuerdo una vez
a Foucault, en el curso de su última investigación, no es el acceso a un más: efecto de una "sujeción" (,assujettissement) integral al código que
vocabulario y a un "saber" tan diferente al nuestro como para repre- lo unlversaliza como abstracción, como aquel puro in-diferente que se
sentar una herramienta o una vía de fuga ("dado que ningún pensador determina como correlato de las modernas tecnologías del derecho o
griego ha encontrado nunca una definición del sujeto, ni la ha buscado de la normalización clínica, psicológica y moral74—; lo que la moderni-
jamás, diré simplemente que no hay sujeto" en aquella fase de la cultura dad llama "sujeto", decía, el pensamiento ético y filosófico antiguo lo
occidental72), sino más bien la identificación de un ulterior terreno mantiene en el sistema multilateral de prácticas a través de las cuales
en disputa -el que corresponde al "sí mismo" y a su elaboración-, allí una libertad es reflexivamente plegada en un "estilo" y continúa des-
donde el sistema moderno de los saberes traza en cambio un cuadro plegando su propia potencia en un contexto atravesado de otras fuerzas
pacificado de individuación objetivada. y de otras trayectorias de la singularidad. "La libertad es la condición
ontològica de la ética", sostiene Foucault. "Pero la ética es la forma
reflexiva que adopta la libertad"75.
Obviamente, lo que le interesa a Foucault no es la relación que tra-
dicionalmente se da entre libertad y ética. La de la moral cristiana ha
sido en el fondo una solución a este problema. Lo relevante, más bien,

" * En cambio, para aquella que se presenta explícitamente, con cierta influencia en Europa
70 M. Foucault, "El retorno de la moral", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p. en los primeros años ochenta, como una "rehabilitación" de la filosofía práctica griega,
390. Sobre el tema, F. Gros, "Sujet moral et sujet éthique chez Foucault", en Archives véase M . Riedel (comp.), Rehabilitierung derpraktischen Philosophie, Rombach, Friburgo
de Philosophie, 65, Cahier 2 , 2 0 0 2 ; J. Revel, Experiences de la pensé, op. cit. pp. 207 y ss. I. B., 1972-1974, voi. 2. Sobre el sentido de la operación realizada entonces, F. Volpi, "La
71 Conectada, enchufada. Vale considerar del téimino en el sentido de "estar a la moda", riabilitazione della filosofìa pratica en Germania e il suo senso nella crisi della modernità",
constantemente actualizada. [N. del T.] eia II Mulino, 35, N° 308, 1986, pp. 928-949; Id. "Rehabilitación de la filosofìa práctica
7 2 M. Foucault, "El retorno de la moral", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p y neo-aristotelismo", en Anuario filosófico, voi. 32, N° 63, 1999, pp. 315-344.
n Sobre la lógica de abstracción, inmanente al dispositivo, de los conceptos fundamentales
391. Para un reconocimiento de conjunto de la lectura foucaultiana déla Antigüedad, M .
Daraki, "Le voyagee en Grèce de Michel Foucault", en Esprit, 100, 1985, pp. 55-83; F. de la política moderna, S. Chignola y G. Duso, Storia dei concetti efilosofia politica, Franco
Gros (comp.), Foucault et la philosophie Antique, Kimè, Paris, 2003. Más específicamente, Angeli, Milán, 2008.
para el tema que nos ocupa, R. Devos, "The Return of the Subject in Michel Foucault", 7S M . Foucault, "La ética del cuidado de sí como práctica de la libertad", en Estética,

en American Catholic Philosophie Quarterly, vol. 76, N° 2, 2002, pp. 255-280; B. Hahn, ética y hermenéutica, op. cit.,p. 396. Un desarrollo útil de este punto, A. Pandolfi, "L'etica
"The Analytic of Finitud and the History of Subjectivity, en G. Cutting (comp.), The como pratica riflessa delia liberta. L'ultima filosofia di Foucault", en A. Pandolfi (comp.),
Cambridge Companion to Foucault, CUP, Cambridge, 2005, pp. 176-212. M. Foucault, Archivio III. Estetica dell'esisstenza, etica, politica, Feltrinelli, Milán, 1998.

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Capitolo III la politica de los gobernados. Gubernamentalidad. formas de vida, subietivación

es el modo en que el grado cero de la problematización, la parte que


corresponde a la individuación nunca está separado de la dimensión
en general representa su detonante y que se atrinchera en su debors, es
inventiva y creativa, o es ajeno al juego de íuerzas que describe el campo
aquí a su vez enteramente problematizada. Pensar, para Foucault, es
de inmanencia de las prácticas singulares de libertad.
experimentar, poner a prueba. "Soy un experimentador y no un teórico",
En otros términos: la individuación clásica nunca es pasiva, pacifi-
dirá en varias oportunidades76. Y la problematización -como señala en
cada u objetual. Se determina en un cuadro agonístico y belicoso, en
las líneas conclusivas del curso que mantiene en Berkeley en octubre de
cuyo interior cada uno existe en función de los otros, bajo la mirada y
1983- es una respuesta a una situación concreta que es real77.
a través de los ojos de los otros, donde los fundamentos de una persona
¿Qué empuja entonces a Foucault a trabajar sobre la ética antigua son tanto más firmes cuanto más se extiende su reputación.
y tardoantig ua? Son varias las observaciones que se pueden hacer al
Para un griego, la verdadera muerte no es la extinción física a la que
respecto. La más simple concierne obviamente a las transformaciones
rodo viviente en cuanto mortal está obviamente destinado, sino el olvi-
más recientes de las tecnologías del poder. Su inserción directa en la
do, el silencio, la falta de lama. Como ha relevado Jean-Pierre Vernant,
vida. Si el modo del ejercicio de la gubernamentalidad es engancharse
si bien es cierto que los griegos -tanto en la Grecia arcaica, como en la
al núcleo volitivo del sujeto, lo que en la forma moderna de la indivi-
clásica, que depende mucho de la primera— tienen una experiencia de
duación coincide con la autodisposición "libre" de la voluntad (de la
sí, de su persona y de su cuerpo, esta experiencia se articula de modo
gubernamentalidad se podría decir en el fondo lo siguiente: ella repre-
diferente a la nuestra. El yo griego no está delimitado ni unificado; no
senta un diagrama de orientación de la libertad, de valorización, que
está "sujetado" a la soberanía de una síntesis formal. El yo es un "campo
la compatibiliza con finalidades generales pero que, ciertamente, como
abierto de íuerzas múltiples". Y su experiencia, lejos de coincidir con
hemos podido ver, nada tienen que ver con el dispositivo soberanista
una interioridad protegida, sustraída a los factores sociales, está ente-
de la interdicción, de la prohibición y del control), es de algún modo
ramente orientada hacia el exterior. Se liga al campo agonístico en el
evidente que el trabajo de problematización conducido sobre el terreno
cual se explican las prácticas sociales y políticas.
de esta nueva modalidad de ejercicio del poder tiende a asumir como
blanco al sujeto, la forma que el proceso de subjetivación asume en el El individuo se busca y se encuentra en los otros, en los espejos
cuadro de la gubernamentalidad liberal, la noción de libertad, abstracta, reflectantes de su imagen que son sus alter ego: padres, amigos, hijos,
subjetiva y formal, o viceversa, inventiva, creativa, que le corresponde. compañeros, rivales. El sujeto no define un mundo interior cerrado
donde deba caer para hallarse o para descubrirse. El sujeto es extrovertido;
Desplazar el análisis sobre el terreno de la antigüedad significa, en así como el ojo no se ve a sí mismo —se trata del conocido argumento
este sentido, procurar un laboratorio al interior del cual no solo no se del Alcibtades platónico78—, el "individuo", para poder experimentarse
produce la subjetivación por sujeción (como hemos visto, en Grecia mira más allá, a su "afuera"79. Podríamos decir, no se re-pliega en tér-
ni siquiera tiene lugar el término "sujeto"), sino donde aquello que minos conciencíales, sino que se des-pliega en términos existenciales.

76 M . Foucault, "El libro como experiencia. Conversación con Michel Foucault" 78 Platón, Alcibindes, I, 132d-133c. Sobre la complejidad de la lectura foucaultiana de
(Entrevista de D. Trombadori), en U inquietud por k verdad, op. cit., p. 34. [Llamo
Platón, E. Wolff, "Éros et logos. À propos de Foucault et de Platon", en Revue de philosophie
teórico a quien construye un sistema general, sea de deducción, sea de análisis, y lo aplica
ancienne, VII, I, 1989, pp. 47-78.
de manera uniforme a campos diferentes. No es mi caso. Soy un experimentador en el
sentido de que escribo para cambiarme y no pensar lo mismo que antes".] 79 Cf. J.-P. Vernant, L'individu, la mort, l'amour, Gallimard, Paris, 1989. Véase también,
H. Frânkel, Dichtungund Philosophie des fruhm Griechentums, Beck, Munich, 1962; B.
77 M. Foucault, Fearless Speech, J. Pearson (ed.), Semiotext(e), Los Angeles, 2001. Las
Snell, Die Entdeckung des Geistes, Claassen & Goverts, Hamburgo, 1948; J. Redfield,
lecciones de M . Foucault trascriptas y publicadas bajo este título pueden ser escuchadas
"Le sentiment homérique du moi", en Le Genre Humain, N" 12,1985, pp. 93-111; J.-P
directamente en: www.lib.berkeley.edu/MRC/foucault/parrhesia.htmI.
Vernant, "Catégories de l'action et de l'agent en Grèce ancienne", en Langue, discours,

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

El curso de los años 1982-1983, que aborda el tema del gobierno de vida que confiere autoridad, por el riesgo que debe asumir el locutor
sí y de los otros, asume exactamente esta dinámica como núcleo orga- ,d afrontar sus propias inclinaciones y la resistencia del otro. Foucault,
nizador. Para gobernar a los otros no es posible asentarse en la posición ( reo yo, retoma de otro modo la antigua discusión con Derrida: "Lo
aislada o protegida del nomoteta*ü. Gobernar a los otros requiere de un que hay que descifrar en ese rechazo de la escritura no es en absoluto
duro trabajo sobre sí mismo, que sea capaz de lograr la atención dd l.i aparición de un logocentrismo, sino el advenimiento de algo muy
otro desafiando el riesgo que ello comporta. La conquista de la relación distinto. Es el advenimiento de la filosofía, de una filosofía cuyo real
en el juego agonístico del reconocimiento es la prueba de la realidad mismo sería la práctica de sí sobre sí"83.
para la filosofía, cuya verdad, en Grecia, es la puesta en juego no de En suma, justamente, la comprobación de qué es la filosofía: no
una estructura proposicional, sino de un apretado enfrentamiento entre discurso, sino forma de vida, práctica de sí, ejercicio en el cual el saber
quien habla y quien escucha, en cuyo interior es la ejemplaridad de la y el poder, el "se puede" y el "se dice", los marcos internos donde cada
vida, no un sistema de reglas dado, lo que determina la posibilidad del i viente-político se mueve y respira, son im-piegati (no sobrepasados,
círculo de veridicción. no abandonados, no invertidos) como instrumentos, tecnologías del
En su comentario a la Carta VII de Platón (aquí no interesa si el ) o8\ las llama Foucault, de una subjetivación que es una fuerza entre
texto es más o menos auténtico), Foucault expresará con claridad este otras fuerzas, acontecimiento de verdad86. El juego "serio" de la filo-
punto. Ante todo: insuficiencia del logos y rechazo de la escritura. sofía no consiste en decir o en mostrar a los hombres cómo deberían
Platón —quien confiesa "la vergüenza experimentada por el pensa- conducir sus propias relaciones según un esquema de socialización ideal
miento de ser solo un hacedor de palabras"81—, como apertura de un (la calípolis platónica, por ejemplo), sino en recordarles sin cesar (una
horizonte filosófico-político que rechaza todo conocimiento que pase vez más: la activación de un circuito de memoria; es la continuidad
simplemente por nombres y por definiciones. Luego: el riesgo de la del socratismo al menos hasta los cínicos) que lo "real" en la filosofía
praxis. La denuncia de los límites del logos (y por lo tanto de la logica- es la práctica: "son las prácticas que uno ejerce sobre sí" y sobre los
lización de la política, que será su clave moderna a partir de Descartes
y Hobbes, justamente), y el hecho de que no se puede inducir la acción
convenciendo al interlocutor en base a un discurso que pretenda ser M . Foucault, El gobierno de si y de los otros. Curso en el Collège de France, 1982-1983,
"más verdadero". La praxis es empujada sobre todo por la tribé82, por op. cit., p. 263.

un arduo trabajo que el sujeto conduce sobre sí, por la práctica de la M Conservamos el término italiano impiegati (empleados), derivado de impiegare
(emplear), pues en él persiste la riqueza del sentido que trae consigo el latín implicare
verdad como diagrama de subjetivación, por la ejemplaridad de una
(plegar en) del cual deriva: -in (dentro, en) y piteare (hacer pliegues). El castellano emplear,
a través del francés employer, pierde en parte el matiz que refìere al modo en que se "hace
liso" de algo, al modo en que se lo implica. Se trata, en todo caso, de plegar (cursiva de
société. Pour Emile Benveniste, bajo la dirección de J. Kristeva, J.-C. Milner, N. Ruwet, S. Chignola). [ N . d e l T . ]
Seuil, París, 1975; luego en, J.-P Vernanc, Religions, histoires, raisons, Maspero, París, s s Para la traducción del italiano tecnologie del sé (technologies of the Self; techniques de
1979, pp. 85-95.
io i),tecnologías del uno mismo, hemos optado por acompañar el criterio convenido
80 Legislador. [N. del T.] en variadas publicaciones y traducir simplemente por "tecnologías del yo". Cf. Miguel
81 Platón, Carta VII, 328c. Morey, "La cuestión del método", en M. Foucault, Tecnologías del yo y otros textos afines,
irad. Mercedes Allendesalazar, Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 35: "Debe sin embargo
82 "La palabra tribé es importante. Desde un punto de vista material, es el roce, la fricción.
recordarse en todo momento que eseyo traduce self o soi, y que ese yo no es el sujeto, sino
Tenemos aquí un eco y un recordatorio de la imagen del fuego que debe encenderse en
el interlocutor interior de ese sujeto: uno mismo". [N. del T.]
el alma como en una lámpara. En un sentido más general y abstracto, tribé es asimismo
todo lo que es ejercicio, entrenamiento. Todo aquello por lo cual nos habituamos, nos 86 G. Deleuze, Foucault, op. cit., p. 154: "Pensar es plegar, es doblar el afuera en un
ejercitamos en algo". M. Foucault, El gobierno de si y de los otros, op. cit., p. 260. [N. del T.] adentro coextensivo a él".

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

otros, si se tiene el coraje de afrontar la prueba de la escucha87. H Lo real de la filosofía está en el círculo de escucha, en la potencia
riesgo de la relación. performativa de una palabra concreta capaz de provocar reacciones,
i oncatenar prácticas, codeterminar el "gobierno" (Foucault llama a esto
"arres estocásticas", "artes de confluencia" ya que nunca ha dejado de
hacer referencia al vínculo del gobierno con las artes náuticas y con la
VII. medicina, y la relación insuperable que mantiene con la ocasión, con el
Para Foucault, decíamos, lo que asigna realidad a la filosofía es su kairós^) y, simultáneamente, internamente, en la resistencia a volverse
capacidad de encontrar y sostener una atención, de instalarse en una adulación, retórica vacía, pensamiento blando; y también está en el co-
escucha. La capacidad (que implica también asumir materialmente raje mediante el cual, para poder alcanzar ese grado de incandescencia,
el riesgo de un fracaso) de dirigirse a alguien o a algo capaz de entrar el filósofo se pone a prueba a sí mismo: la coherencia de su discurso, en
a su vez en relación con la aguda mordacidad de la que es capaz la primer lugar, y luego la de quien tenga responsabilidad sobre los otros92.
veridicción de la filosofía. "La realidad, la prueba a través de la cual la Que la filosofía pertenezca a los pragmatdy que por ello no pueda
veridicción filosófica va a manifestarse como real, es el hecho de que ser considerada un puro logos\ que sea una práctica, es decir, que esté
se dirija, pueda dirigirse, tenga el coraje de dirigirse a quien ejerce el I igada a una forma de vida específica en la cual el enunciador se pone a
poder", dice Foucault88. prueba de la escucha y donde el juego de la verdad y de la veridicción se
Lo que saca a la filosofía de su inactividad (chachara vacía, especula- cumple primero como arduo trabajo sobre sí para luego expresarse como
ción clásica, prestación académica asalariada, retomando los términos coraje, como responsabilidad de la verdad ante sí mismo y ante quien
con que Joseph Ferrari ataca en un célebre texto el eclecticismo de Victor gobierna; en suma, todo este sistema de consideraciones que conduce
Cousin y la filosofía académica de La Sorbonne8"5) es su capacidad de progresivamente a Foucault a focalizar sus estudios sobre el tema de
determinar las condiciones de su correlación con el campo de la politica. la parresia, sobre el "hablar franco" y sobre "el coraje de la verdad"lj4,
Si es cierto que un discurso marcado por el signo de la intervención determina, creo yo, una serie de consecuencias decisivas.
como el de la filosofía —"un decir verdadero irruptivo", lo define Fou- La primera de ellas, sobre la relación entre política y filosofía. Una
cault; una forma del discurso que abre una discontinuidad en el pleno relación de correlación y de exterioridad. La filosofía extranjera en el
de la enunciación—, se define por su oposición al poder, al régimen de campo de ilusiones, delirios y ¿laxas*5, que amenazan con constituirse, en
normalidad del discurso, bajo dicha consideración entonces una toma la vida del filósofo, en discurso verdadero. De allí deriva que la filosofía
de palabra que se sostenga en la forma del "grito", de la "contestación" no tenga por tarea decir lo que se debe hacer. Su veridicción no es del
o de la "protesta", en los términos de Pierre Rosanvallon90, no estaría en
condiciones de sostener la tensión específica que definiría a la filosofía.
91 M . Foucault, La hermenéutica del sujeto, op. cit., "Clase del 10 de marzo de 1982".
1)2 Véase en particular, M . Foucault, El gobierno de sí y de los otros, Curso en el Collége de
87 M . Foucault, El gobierno de si y de los otros, Curso en el Collège de France, 1982-1983, France, ¡982-1983, op. cit., p. 256.
op. cit., p. 264. 93 Los actos, lo (que ha sido) hecho. fN. del T.]
88 Ibidem, p. 239.
'M M . Foucault, El coraje de la verdad. El gobierno de si y de los otros II. Curso en el College
89 J. Ferrari, Les plnlosophes salariés (1849), Payot, Paris, 1983. de France, 1983-1984, trad. Horacio Pons, FCE, 2010. Sobre el tema: F. Gros, "Laparrhésia
90 Estas formas de "protesta" han sido consideradas recientemente por Rosanvallon, y lo chez Foucault" (1982-1984), en F. Gros (comp.), MichelFoucault, Le courage de la verité,
creo de interés como eje para una posible institucionalización de la "contrademocracìa". PUF, París, 2002.
Véase, La contre-démocratie. La politique à l'âge de la défiance, Seuil, París, 2006. Opiniones, pseudoconocimientos. Vía incierta al conocimiento. [N. del T.]

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Capítulo III La política de los gobernados. Gubemamentalidad. formas de vida, subjetivación

orden del proyecto o de la ideología. Ella no debe - y no puede, si quiere La tercera consecuencia me parece determinante. Foucault describe
continuar siendo el detonante del juego de veridicción que la corre- una dinámica de la libertad, el proceso de una subjetivación que se liga
laciona a lo Político-, alinearse al discurso de quien gobierna. "Tiene .i una forma de vida, a la práctica de una relación, de forma tal que,
que ser exterioridad permanente y reacia con respecto a la política, y de aún admitiendo que los griegos tuviesen alguna noción de subjetividad
ese modo será real", dice Foucault, Ella debe ejercer permanentemente -y sabemos que niega esta posibilidad, y en el fondo con razón—, no
su crítica "con relación a lo que es embuste, engaño e ilusión, y de ese os ciertamente para recuperar el laboratorio de una nueva "teoría" del
modo practicará el juego dialéctico de su propia verdad" y solo así ella sujeto98 que él hace uso de los materiales de la filosofía antigua. Deleuze
podrá ayudar a cumplir el rol dialéctico de la verdad*6. La forma de la lo observa con total claridad: "del mismo modo que no hay un retorno
correlación - n o superposición, no captación, no organización lineal a los griegos, tampoco hay en Foucault un retorno al sujeto"99.
entre una teoría, patrimonio del filósofo, y una praxis, concesionada
Foucault no usa la palabra "sujeto" cuando interpreta a los griegos. No
al político- delinea nuevamente una figura que ya habíamos tenido
solo por la dificultad de recuperar en los textos una copia adecuada. Por
oportunidad der ver, la de la elipse. Una figura en la cual cada uno de
ejemplo, en otros casos no tiene problemas en hablar indistintamente de
los dos focos se mantiene frente al otro, y en el interior de la cual se
"gobierno" o de "poder", incluso en relación a las polis griegas o a Roma,
espacializa un tensión.
en cuya estructura institucional no es posible realmente recuperar algo
La segunda, igualmente importante, concierne a la ontologia del semejante a lo que la modernidad identifica como "poder". Foucault
discurso verdadero. El discurso verdadero se organiza como una prác- habla de un "proceso", en este caso de un proceso de subjetivación, y
tica. Práctica de la palabra, estilo de una vida filosófica, riesgo de la habla de un "sí mismo" investido de aquel que describe la forma de
escucha. Una serie ininterrumpidamente sostenida en movimiento por una relación. De una "relación consigo mismo", evidentemente. ¿Qué
la libertad, matriz de la ética. La libertad se pliega en la forma de la significa esto? Deleuze lo dice claramente: el proceso y la relación des-
elección de vida filosófica; la vida filosófica es tal si demuestra el coraje criben el arco de torsión, la línea de pliegue de una fuerza. El modo en
de la verdad; y el coraje de la verdad se demuestra al afrontar el riesgo el que la libre creatividad del viviente inventa nuevas modalidades de
del hablar libre, franco y abierto frente a quien detenta el poder, que a existencia y nuevas posibilidades de vida.
la vez es libre de escuchar o no, y de llevar su propia indiferencia hasta En este punto, creo yo, se esclarece definitivamente el porqué de esta
consecuencias extremas, la persecución, el exilio, la muerte (este es el última fase del recorrido de investigación de Foucault, y el porqué de
destino de Sócrates) de quien esté a la altura del desafío y lo viva como
ocasión de la filosofía. Las características coyunturales del hecho de
gobierno (en otros términos, el hecho de que la elipse no pueda ser 98 En cambio, esta es una hipótesis muy extendida y ampliamente discutida entre los
deshecha), hacen que la relación entrefilosofíay gobierno, entre parreste estudiosos. Cf., como ejemplo, F. Evrard, Michel Foucault et l'histoire du sujet en Occident,
Bertrand-Lacoste, París, 1998; P Dews, "The Return of the Subject in the Late Foucault",
y "poder" deba ser pensada como una invención singular, y la libertad en Radical Philosophie, 51, 1989; pp. 37-41; R. Devos, The Retum of the Subject in
-nunca reducida a un "derecho"- sea vivida como una potencia, como Michel Foucault, op. cit, En otra dirección: K. Hebel, "Dezentrierung des Subjekts in
"una capacidad de hacer"97. Capacidad de trazar las modalidades de un der Selbstsorge. Zum ästhetischen Aspekt einer nich-normativen Ethik bei Foucault", en
encuentro singular entre veridicción filosófica y gobierno, entonces. G. Gamm y G. Kimmerle (comp.), Ethik und Ästhetik: nachmetaphysische Perspektiven,
Edition Diskord,Tubinga, 1990, pp. 226-241;A.Alien, "Theanti-subjectivehypothesis:
Michel Foucault and the death of the subject", en The Philosophical Forum, 3 1 , 2 , 2 0 0 0 ,
pp. 113-130; A. Nehamas, The Art of Living. Socratic Refleections from Plato to Foucault,
9 6 M . Foucault, El gobierno de si y de los otros. Curso en el Collège de France, 1982-1983, University of California Press, Berkeley, Los Angeles, 2000.
op. cít., p. 359.
99 G. Deleuze, "Hender las cosas, hender las palabras", en Conversaciones 1972-1990,
97 Ibidem, p. 316. trad, Jose Luis Pardo Torio, Pre-Textos, 1999, pp. 135-152.

n8 119
Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

la recuperación, al interior de El gobierno de sí y de los otros, del texto pensar el "cultivo de sí" —una vez más: la torsión específica que las tec-
kantiano sobre el ¡luminismo1™. La de Foucault no es una actitud nologías del yo imponen como "saber" y "poder" apropiándose de una
restauradora, ya lo sabemos. Mucho menos nostálgica, defensiva, de trascendida imposible en función del proceso de subjetivación- como
un "retorno" capaz de remontar el rastro de la modernidad. De lo que "una especie de relación política permanente"103.
se trata aquí es de la actualidad. Con los griegos se hace visible una
modalidad de la relación consigo mismo que valoriza el aspecto creativo
de la libertad. Y no lo hace en el retrait de un estilo privado - en más
de una oportunidad Foucault deberá defenderse de la acusación de
VIH.
haber sido víctima de la fascinación del culto del yo californiano101-,
sino en la práctica de una relación dentro de la cual, siguiendo reglas Tal vez el sentido de esta "política" de sí es lo que con frecuencia se
facultativas, revisables, siempre adaptativas, que suponen condiciones ha escapado a los comentadores que se dejaron despistar por el uso
para escapar de la captación, se constituyen formas de vida, se inauguran foucaultiano de términos extraídos de la estética104. Una "estilística de
nuevas posibilidades existenciales, se abren vías de fiiga sobre las cuales la existencia", una "ascética" del sí mismo, no tiene nada que ver con
construir otras formas de relación, otras formas del común. un retrait en relación a lo que somos, a las relaciones de poder que nos
atraviesan, ni con una búsqueda romántica de la autenticidad. Se trata
Ethopoiesis en el corazón de la actualidad: este es el modo en el que por el contrario, al menos eso creo yo, de la modalidad mediante la
Foucault conjuga Plutarco y Kant. Si la subjetivación es un proceso, cual Foucault comienza a pensar la posibilidad de una "política de los
este proceso evidentemente no es una individuación. Entonces, una gobernados", para retomar los argumentos de los que habíamos partido.
vez más Deleuze: "los modos de existencia o las posibilidades vitales se
Foucault busca mostrar con sus investigaciones sobre la ética antigua
recrean constantemente, surgen constantemente nuevos modos y, por
-lo dice abiertamente hablando con Hubert Dreyfús y Paul Rabinow-
muy cierto que sea que Rieron los griegos los inventores de esta dimen-
el hecho que solo el largo détour cristiano dejó entrever, es decir, que
sión, no es un retorno a los griegos lo que hacemos cuando buscamos
la moral es un hecho exclusivo y concerniente al individuo, un código
cuáles son los modos de existencia que hoy se esbozan, cuál es nuestra
de control ligado a la introspección, a la culpa y a la confesión, y que
voluntad artística irreductible al saber y al poder"102. Lo que Foucault
en realidad no tiene nada que ver con lo ético. "Quiero mostrar que el
tiene en mente, tratando el proceso de subjetivación en los antiguos, es
gran problema griego no era una técnica de sí -observa Foucault— era
la posibilidad de reinventarlo en el cruce con la actualidad. No como
una tecbne de vida, la techne tou biou, la manera de vivir." De lo que se
estilo "privado", como vía de fuga de lo político, sino como politización
trata, para los griegos, no es de la vida monástica, la ética individual
radical de la relación de uno mismo y como detonante para la creación
de formas de vida radicalmente nuevas. "Debemos autogobernarnos
como un gobernante que gobierna a sus súbditos", dice Foucault. Y
103 M . Foucault, "Acerca de la genealogía de la ética", en La inquietud por la verdad, op.
cit., p. 148.
104 Cf-, como ejemplo, S. Wolin, "Foucault's Aesthetic Decisionism", en Tebs, 67,1986,
100 M. Foucault, El gobierno de si y de los otros. Curso en el Collège de Frunce, 1982-1983
op. dr., "Clase del 5 de febrero". pp. 71-86. Contra la interpretación de R. Rorty, en varios sentidos análoga, expresada
(entre otros lugar) en una reseña a la "Volonté de savoir, Beyond, Nietzsche and Marx",
IC1 Véase su respuesta a esta acusación en M . Foucault, "Acerca de la genealogía de la
en Londres Review of Books, vol. 3, N° 3, 1981, pp. 5-6; véase Ch. Taylor, "Foucault on
etica", en La inquietud por la verdad, op. cit., 132.
Freedom and Truth", en Philosophical Papers, II, CUP, Cambridge, 1985, pp. 152-184.
1 0 - G. Deleuze, "Hender las cosas, hender las palabras", en Conversaciones 1972-1990 Sobre el tema, J. J. Abrams, "Aesthetics of self-fashioning and cosmopolitanism: Foucault
op. cit. p. 150. and Rorty on the art of living", en Philosophy Today, 46, 2, 2002, pp. 185-192.

102 121
Capitolo III
l a politica de los gobernados. Gubernamentalidad. formas de vida, subietivación

ligada a la autodisciplina y a la interioridad de la Antigüedad tardía'«


sino ligar el tipo de relación consigo mismo que uno puede tener a una
H ^ C r o c o „ l a a o S o f í a antigua pone de relieve J a s bien d m d o
actividad creadora"108.
en el que se organiza u n , , « * una práctica que innova y que crea sus
La segunda consecuencia que Foucault extrae es todavía más impor-
lante. Un sujeto no es una sustancia —ya lo hemos dicho- a lo sumo
::nX/x:r r o s ' y q u e i m p r i m e n u C T a s i ^«a es una forma, el efecto de tecnologías, de saberes y de poderes que lo
rodean y que lo constituyen. Para Foucault no existe un sujeto soberano,
Por un lado, el\ bios, la inmanencia de la vida como sustrato del fundador, que sea posible recuperar como forma universal. El sujeto
proceso crean™. Por el otro, la idea de que la ética, la estrucru^ de puede ser constituido por medio de prácticas de sujeción, como en la
modernidad jurídica y disciplinaria del Estado, o bien puede consti-
decisiva para la oastencia sin tener que ligarse a un fulcro jurídico o tuirse de modo autónomo, como en la antigüedad clásica, trabajando
disciplinario106. Es decir, sin hacerla depender necesariamente de una creativamente sobre sí, im-piegando reglas, estilos, convenciones que
soberanía, de un código o de la habilitación de un conjunto de derechoT son las que cada individuo estipula con la cultura a la que pertenece,
como lo será muchos siglos después. «TCUXM,
porque no hay libertad sin gobierno109. Ligar la relación consigo mis-
A mi modo de ver, este pasaje será decisivo. En primerlugar, Foucault mo a esta dimensión productiva, inmanente, de la libertad, significa
puede aquí considerar nuevamente su propia distancia de W y «rZ constituir el sujeto a través del pliegue que es posible imprimir a una
definitivamente distancia de Heidegger, no obstante las concesion" fuerza. Un pliegue que relanza la libertad y que no la traduce ni la
hechas elegantemente a él. En el pensamiento clásico lo relevante " trasfiere en otra cosa.
p ee,sámente a posibilidad de cambiar el canon de la autenticidadLo
que Sartre realiza en sus análisis de Flaubert y de Baudelaire ^ s decir Dicho entre paréntesis: cuando Foucault habla del movimiento gay
ligar, incluso en relación a la estética del dandis™ y de U j t o J ^ d es absolutamente coherente sobre este punto (y creo que es posible
traba fo m v e n t i v o d e l a c s c r i m r a g , a ^ ± ^ ^ extender esta idea a la totalidad de los movimientos sociales de los
años sesenta y setenta a los que Michel Foucault acompaña y cuya
elÍroce/oT " T ' ™ . ™ ' « n por parte de Foucault. absoluta novedad asume como descriptor de época -"signo caracterís-
t i c w L T , S U , b f m C I Ó n , C e M r a 1 , n ° 56 m t l d e l " * 1» - t e n - tico", Auszeichnung, habría dicho Kant...- en el momento del affaire
u i d a d que va del sujeto al sujeto, el mecanismo de develamiento de Croissant). Hablar de la cuestión homosexual a través del léxico del
derecho significa embridar el potencial de la situación y reforzar el me-
pp T a d osino
s i Zde una acnvtdadt b Tcreadora,
d ? q U e l ¡naUténdCO ° t0da™ - P -y
ado, \zfrerza que despoja al sujeto canismo de soberanía que estos derechos podrían reconocer y exigir. Se
que lo incluye en una forma de vida: "no deberíamos l ¿ r la actividad trata más bien de subjetivar la condición homosexual creando nuevas
creadora de un individuo a la relación que mantiene cfnsigo m i m o formas de vida instauradas por medio de elecciones éticas, sexuales y
políticas libres. Se trata de activar procesos libres de transformación
radical, no de alinearse en posición de defensa para reclamar derechos
que no son reconocidos. Está en juego una potencia de afirmación,
una "fuerza creadora" que se da en términos irreductibles ampliando

d , , ^ 132 ' 3 d e l a g e n K l l , 8 Í a d e la é t k a " - op. 108 Ihidem, p. 135.


107 Errancia. Vagabundeo. [N. del T.] 109 M . Foucault, "Una estética de la existenda", en El yo minimalista. Conversaciones con
Michel Foucault, trad. Graciela Staps, La Marca, Buenos Aires, 2003, p. 136.
122
107
Capítulo III La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

siempre nuevamente lo existente que se refiierza con los procesos de sobre el otro foco de la elipse gubernamental, como fulcro de una re-
subjetivación que la sostienen. «No se trata solo de defendernos, sino sistencia ineliminable capaz de pasar tanto por el individuo, como por
también de afirmarnos y no únicamente como identidad, sino como
A puro múltiple de sus relaciones. Se trata de obstaculizar el dominio
tuerza creadora , dice Foucault1'
encontrándolo en el diagrama de fuerzas dentro del cual se producen
El análisis que conduce sobre los ordenamientos de la üse de los los enfrentamientos y las dinámicas que alimentan los procesos de
anos sesenta y setenta que introducen a la época de los gobernados subjetivación. Para mantener su invasividad al mínimo y retraerlo en
es muy daro. Y no se resume exclusivamente en los movimientos de su tarea de regulación.
liberación sexual. En la elipse de gobierno se estabiliza una relación No es posible pedir al gobierno que diga la verdad. Lo posible más
entre resistencia y poder que para Foucault representa la única vía de
bien es pedirle que rinda cuentas de la finalidad que persigue y de cómo
fuga posible del efecto espejo por el cual la liberación tiende a imitar
lo hace. Se trata de interpelarlo, forzarlo al debate; se trata de imponer a
a la dominación No se trata de contrapoder, en Foucault. Ni de auto-
quien gobierna la prioridad y las agendas políticas del gobernado, expre-
nomía de clase. Aque la relación elíptica, sin embargo, tampoco puede
sando en estos términos el poder, a la vez destituyeme y constituyente,
ser disuelta con una liberación inmediata de la instancia de gobierno
de la libertad. Para hacerlo es necesario modificar radicalmente la idea
que se forma sobre uno de los dos polos de la elipse. Es aquí, sobre este
de sujeto y de ageney política. Nadie representa más a nadie. Tampoco
punto que Foucault toma distancia del irenismo democrático y liberal
es posible pensar en la decisión como aquello que cala verticalmente,
Aquello que le parece importante decir lo explícita de modo muy claro
a través de la jerarquía ejecutiva sobre la sociedad y sus procesos, sin
contra Habermas, por ejemplo. Que los ¡uegos de veridicción puedan
circular libremente en un circuito de comunicación «sin coacciones y encontrar resistencias u objeciones.
sin efectos coercitivos», en otros términos, que pueda existir verdad sin "Pienso que una de las grandes constataciones que hemos tenido
poder, le parece una utopía o una ingenuidad. El problema que está por desde la última guerra mundial", dice Foucault a Gallagher y a Wilson
delante no es el de disolver el hecho de gobierno "en la utopía de una en Toronto, en 1982, "ha sido el rotundo fracaso de todos los programas
comunicación perfectamente transparente", dice, sino más bien el de sociales y políticos". No existe programa político o plan administrativo
procurarse las reglas de derecho, las técnicas de gestión y también la (y esto vale también para los más progresistas) que no esté caracterizado
moral, el eéos, la practica de sí, que permitan en estos juegos de poder por su falibilidad o la imposición de una hegemonía o un dominio,
aunque solo sea el de un aparado o una burocracia, dice Foucault.
jugar con el mínimo posible de dominación""1 Y prosigue: "pero una de las novedades de los años sesenta y setenta
Se trata entonces de considerar el poder no como un mal, sino más que considero positiva es que ciertos modelos institucionales han sido
bien como un juego estratégico en el interior del cual posicionarse, experimentados sin un programa"112.
Esta acción sin programa -que es la práctica innovadora de los movi-
mientos sociales en aquellos años, tanto en Europa como en los países
del Este o en los Estados Unidos-, no quiere decir, obviamente, no
organizada. Esta práctica de la ausencia de programa como práctica
organizada, puede sin embargo ser útil, original y extremadamente
castellanas del ingles y del francés. La traducción de « t e pasaje es nuestra ]
creativa, precisamente porque está calada puntualmente en el juego
" M _ Foucault "La ética del cuidado de sí como práctica de la libertad» en Estética

S t o í S T í rv ' P" 4 I 2 " S ° b r e U d ¡ S C U S Í Ó n — Habermasy Foucaut Í K


« ^ - d D.agreement: Habermas, Foucault and Democraric Disco r í 112M. Foucault, "An interview, Sex, power and the Politics ofldentity", op. cit., p. 1565
en Htstory ofEuropean Ideas, vol. 20. nro. 4-6, 1995, pp. 909-914. ' [M. Foucault, "Sexo, poder y políticas de identidad", op. cit.].
124
102 124
Capítulo III
La política de los gobernados. Gubernamentalidad, formas de vida, subjetivacióri

estratégico de la actualidad y está animada por un coraje de la verdad que No es el gobernado quien debe decir lo que se debe hacer. La ob-
no se ocupa de lo imposible. "Considero que una de las cosas que hay lación por la cual sería el gobernado, instalado por un instante en la
que preservar -continúa Foucault- es el hecho de que ha existido, por posición de quien gobierna, quien debería asumir la responsabilidad
fuera de los grandes partidos políticos, por fuera del programa normal de ofrecer las soluciones, es una objeción inconsistente que cancela
U °v r r ™ " P ° I í t Í C a j C í e a d Ó n P° l í t i c a r experimentación de un solo golpe la asimetría informativa y posicional que marca la
política . Un efecto de innovación, este, que se produce por fuera de comunicación política en la época de la governance posdemocrática11B.
los esquemas de la representación política y de su referencia soberanista. Y es la objeción mediante la cual la inventiva, la potencia creativa del
El coraje de la verdad del que habla Michd Foucault -el coraje de gobernado, es constreñida bajo el canon de un realismo político -este
una franqueza de palabra y de acción que él mismo tuvo la fúerza de aquí sí— en verdad cínico'19.
sostener en varias ocasiones públicas, junto a los prisioneros políticos,
Lo que el gobernado, como tal, debe hacer -admitiendo que se pueda
a los detenidos, a los migrantes, en fkvor de la disidencia en el bloque
hablar de deber en el terreno de la creatividad que produce directamente
del Este o de las revueltas anticoloniales en Túnez y en Irán"<- es una
sus instituciones-, es asumir subjetivamente el derecho de plantear
hincion que se enciende como una forma específica de una "política
aquellas "cuestiones de verdad", como Foucault las llama, que barren
de os gobernados" capaz de acosar al poder en una fase en la cual este
la rutina burocrática e interrumpen los circuitos de la operatividad del
incluso para responder a la sobrecarga de claims™ que lo invisten,
gobierno. Es una tarea que concierne a la ética del trabajo intelectual
descentra, desoberaniza, flexibiliza, "gubernamental^" sus propios
dispositivos"6. En la época del anonimato de las multitudes, laparresia —su necesario posicionamiento del lado de la libertad y no del poder;
no es una prerrogativa del filósofo. Aquello de lo que habla Foucault aquella posición que salva a la filosofía de la torsión ideológica que la
es de la parresia de los gobernados"»?. La interpelación que el gober- traduce en teoría política, saber del príncipe, vacía legislación ideal-, y
nado agita en la confrontación con el poder por el solo hecho de estar es la tarea que incumbe a cualquiera que se ponga de frente al gobierno
incluido en la relación de gobierno. obligándolo a justificar el sentido de su acción y de las estrategias que
él persigue, obligándolo al mismo tiempo a reconocer como sujeto a
quien le resiste.
No se trata, creo yo, de una simple posición política. De una retórica
113 Idem.
del compromiso extendida más allá de su tiempo máximo. Lo que está
! " ,En d i r c c c i ( 5 n - e n el marco de una reconstrucción más amplia del recorrido
en cuestión es el destino de la filosofía. Releamos a Paul Veyne, pues.
.ntelectual de Foucault, F. Carnevale, «La parrhesia, le courage de la r é v l T d la
v f n t e , en P. M.chon, Ph. Hauser, F Carnevale, A. Brossat, Foucault dans ZZéclan
¿Para qué sirve la filosofía? ¿Para convencer a los hombres de aquello de
LHarmattan París, 2005, p. 141-2.0. Véase también, R. You n g , " F o u c a u l t l S n Ü ' lo que no están demasiado persuadidos? ¿Para dar indicaciones a quien
gobierna, para hacer más eficientes sus propias decisiones y, del lado de
Amesres, M. Potte-Bonneville, DaprèsFoucault, up. cit., pp. 1 8 9 y S S , i Z y n e Foucauk
los gobernados, hacerlas más aceptables? A despecho de lo que enseña el
Sa pernee, sapcrsonne, Albin Michel, París, 2008, pp. 185 y ss. y '
115 Reclamaciones, demandas. [N. del T.] irenismo de la filosofía, el espectáculo del pasado no muestra otra razón
en la historia que no sea el conflicto de lo que, ni verdadero ni falso,
T I E n WATÍ*? 5UGde ^ kíd ° C ° n d m a U t m d a d e I i n f o r m e s °bre la crisis de la
/ T ^ " 1 » dei"ocrac'as' M . Crozier, S. M . Huntington, J. Watanuki Zfe Crisis
c r u S t ^ 118

119
Cf. C. Crouch, Post-democracy, Polity Press, Londres, 2004.
Cf. Sloterdijk, Kritik der zynischen Vernunji, Suhrkamp, Frankfurt a. M., 1983. El
trabajo de Sloterdijk probablemente haya influido el análisis contemporáneo de Foucault
sobre el cinismo antiguo.
126 102 126
Capítulo III

se impone como una verdad por decir. La de Foucauir es realmente un Capítulo IV


ética, una filosofía sin happy ent?2fí.
El conflicto que inaugura la época neoliberal de la política es aquel Koinonikon zoon
entre gobernantes y gobernados. Esta lúcida adquisición no es el dato Los estoicos y la otra modernidad
de una postura "liberal" por pane dé Foucault. Es el modo de seguir
estando, con una perspectiva parcial, en el campo estratégico descrito
por la elipse entre las prácticas de la libertad y los dispositivos de captura
que las enfrentan en el tiempo post-soberano y post-representativo de
la "gubernamentalidad". Elegir de qué parte estar significa tener el co- Jeder sei aufseiner Art ein Griecher!
raje de la verdad, significa estar en el "devenir" de una transformación Aber er seis'
que atañe, todavía antes que ai poder y sus dispositivos, al sujeto y su GOETHE
capacidad de cuidar de su propio deseo. Bajo esta condición me parece
en verdad difícil sostener, como alguna vez hizo el propio Foucault, que
su estudio sobre la Antigüedad haya sido un error121.

I.

Lo antiguo, como en la cita de Goethe que aquí pongo en exergo, es


necesario, por supuesto. Pero no como modalidad expresiva de una idea
de la política que deba rehabilitarse, obviamente. Tampoco como cons-
tancia, como eternidad perenne de lo "filosófico" destinada a persistir
(presencia inquietante de la idea; excedencia que permite desestabilizar
y comprender lo real; cifra de lo especulativo) adentro y más allá de la
cesura determinada por la forma estatal de la política. Lo antiguo es
necesario por aquello que en él no se ve. Por aquello que en él fuerza
el reflejo especular —y especulativo— sobre el cual la modernidad se
liga a una proyección retrospectiva de su propia historia. A una lectura
selectiva de lo que la ha precedido.
"Al hablar de los griegos —escribe Nietzsche en un texto que resuena
silenciosamente en la apertura de Las palabras y las cosas de Foucault-
involuntariamente hablamos al mismo tiempo de hoy y de ayer: su

1 "Cada uno a su manera es un griego. Pero todos lo somos". En un registro menos literal:
120 E Veyne, "Le dernier Foucault er sa morale", en Critique, 471-472, agosto-septiembre "Se nos concederá que una y otra vez partamos de allí [Grecia] y allá volvamos." Cf. J.W.
de 1986, pp. 933-941. Goethe, "Lo antiguo y lo moderno" (1918), en Escritos sobre arte, trad. Miguel Salmerón
121 M . Foucault, "El retorno de la moral", en Estética, ética y hermenéutica, op. cit., p. 383. Infante, Síntesis, Madrid, 1999. [N. del T.]

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