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Murcia, 2017
Doctorado en Filosofia con acentiación en educación. Universidad Autónoma de Nuevo León, Facultad de Filosofia y letras.
Resumen
El presente trabajo aborda concepciones que dan forma al termino acuñado por Herbert Marcuse
referente a la “cultura afirmativa” como un elemento constitutivo del sistema hegemónico en la
era actual, así como el soporte al concepto de cultura que apoyada en el ideal del arte y la
praxis, otorgan fundamento y sentido a la clase burguesa y resulta paliativo para las fracciones
oprimidas, estructurando así manera “indirecta” los ideales del paradigma capitalista para el
cual trabajan, no de manera manifiesta, subsistemas involucrados como el sentido de “bienes
artísticos” para en apariencia mitigar el deseo inmaterial del espíritu de las mayorías. Es de esta
manera que el alma y los valores siendo los más importantes componentes de la cultura, se
perfila dentro de un ciclo al servicio de la afirmación de la nueva clase burguesa, que si bien
está posicionada en los bienes materiales, promueve indirectamente la exaltación de la pobreza.
Abstract
The present work deals with conceptions that give shape to the term coined by Herbert Marcuse
referring to "affirmative culture" as an essential element of the hegemonic system in the present
era, as well as a foundation to the concept of culture that is supported in the ideal of art and it´s
praxis, giving foundation and meaning to the bourgeois class and is a palliative for the
oppressed fractions, structuring in a manner "indirect" the ideals of the capitalist paradigm, for
which they work, perhaps unknowingly. They are subsystems involved in the sense of "artistic
assets" in their ability to mitigate the immaterial desire of the spirit in the majority. It is in this
way that the soul and values are the most important components of culture, entering into a
circle that is at the service of the affirmation of a new bourgeois class, but still exalting the
marginal condition.
1
* Autor para correspondencia:
alejandro 4074@outlook.es:
1
Cultura afirmativa
El término “afirmativa” hace alusión a la forma en que la cultura se ha consolidado como un bien
material de afirmación, esto es, que ha pasado de ser un bien inmaterial y espiritual, a un objeto
de consumo y propiedad[ CITATION Doy08 \l 1034 ]
De lo anterior es posible inferir que se asume que hay una separación concreta e ideológica entre
los valores ideales y los materiales, y estos valores, como representantes de la cultura, van
adquiriendo una magnitud universal, ahora la obra de arte lleva una belleza, entendida o no
efímera y estrechamente ligada a las variaciones del mercado, se disfraza de un bien
democratizado, por lo que debe gustar a todos.
Arte y belleza
Otros autores observan lo contrario, al considerar que el arte por fin ya no es un elemento
“evidente” de la cultura[ CITATION Aba02 \l 1034 ], ya que en la medida que la humanidad de
“deshumaniza”, el lugar del arte ha quedado incierto, pero con la oportunidad de ser autónomo
perdiendo su “evidencia” lo cual invita a abordarlo desde nuevas perspectivas, a través de la
reflexión y el descubrimiento, tal criterio ha sido evidente, especialmente a partir de la segunda
mitad del S. XX, resultado de las rupturas y vanguardias que se manifestaron y que redefinen la
apreciación de la producción artística, alejándole de la imitación de la realidad, exaltando la
belleza.
2
división que a prevalecido hasta el día de hoy solo con modificaciones superficiales, lo útil y
necesario por un lado, y lo bello y placentero por el otro.
Desde la antigüedad fueron sentadas las bases ontológicas entre civilización y cultura, dando al
la primera el conjunto de elementos materiales que sirven para un uso y la cultura con el
progreso intelectual y científico, el término «cultura» adquirió una connotación humanista,
conectada con una idea aristocrática y personal del cultivo de sí, la vitalidad del pensamiento
intuitivo, cultivación del alma, que se hacía derivar de su origen latino; mientras que
«civilización» se asoció con la dimensión social del individuo (civis), adquiriendo una
connotación preferentemente política (Marrades Millet, 2008).
Tal dualidad lleva a la reflexión sobre un separación que puede volver incluso antagónicos
ambos términos, de donde se deriva la pregunta, puede existir una cultura sin civilización, la
respuesta en la que muchos autores coinciden es que si, y por el otro extremo una civilización
puede estar conformada por muchas culturas.
Dentro de la idea de una civilización, como contenedora de varias culturas surge el siguiente
cuestionamiento ¿existe aquí el inicio de la cultura hegemónica? probablemente si. La tendencia
global para agrupar grupos de poder genera la dicotomía:¿Revalorización de las diferencias o
afirmación de las desigualdades? [ CITATION Doy08 \l 1034 ].
2
Guillén García, Victor Alejandro
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Educación y cultura
Para lograr tales metas, primero es necesario cambiar la visión global, al menos hasta la
segunda mitad del S. XX, que describe desde su estatus de poder, existen culturas
“subdesarrolladas” con lo que se implica “carencia” o falta de un grado de avance o desarrollo,
que les ponga al nivel de satisfacción deseable, donde la educación esta al servicio de un tipo de
“desarrollo lineal”, que no contempla la importancia de las culturas inmersas [CITATION Car09 \l
1034 ].
Una estrategia que puede resultar adecuada es la de educar desde el arte o sentido artístico de
las diferentes culturas, esto si se considera a el arte como una de las máximas expresiones de
cultura, ésta es, el reflejo de la misma, a través de manifestaciones conductuales, simbólicas y/o
materiales, que le otorgan nuevas significaciones a través del arte.[ CITATION Mar67 \l 1034 ]
Arte y educación
Las artes, como la quizás más elevada forma de expresión del ser humano, que no dependen
únicamente de determinadas destrezas manuales o corporales, sino como un lenguaje para
articular y responder a una realidad valida, tiene un rol protagónico en el tema que nos atañe, el
de la Cultura Hegemónica, ya que si es una de las partes componentes de la cultura, es probable
que su relación desde el ámbito educativo, sea preponderante.
La tradición ligada a la enseñanza de las artes como destreza manual esta referida al S. XIX,
época del auge de las academias artísticas, posteriormente surgió la variación denominada
Educación Artística, con el ingreso del concepto de “creatividad”, finalmente en la segunda
mitad del S. XX, Díaz Alcaide (2011) refiere que “la Educación Artística parte de una idea de
arte amplia y general, inscrita en contenidos de cultura, fundamentada en una valoración sobre el
proceso que da lugar al hecho artístico” (p. 168).
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Dentro de la proceso descrito, en la actualidad el arte, se ha visto inscrita en el mundo global y
civilizado, atendiendo a su estrecha relación con la cultura, pero atendiendo las palabras de
Caerols (2013) donde “cada modelo de creación en las artes equivale a un modelo de
conocimiento, lo que supone entender el arte como una vía de conocimiento y, por tanto,
susceptible de ser investigado” (p. 15), es posible entender como poco a poco se ha venido
integrando no solo a tendencias globales, sino también a intereses propios de políticas
gubernamentales que en un intento por insertar la producción artística o cuando menos
equipararla con la producción científica, como función principal de la educación universitaria
[ CITATION Cai10 \l 1034 ], que atiende a la cultura afirmativa, esto es, una forma de mantener
disciplinados a los individuos, intentando subordinar también a la obra de arte con la captura de
un instante de belleza simbólica.
Conclusiones
El trascurso del presente articulo ha mostrado la trayectoria que liga el concepto de “cultura
afirmativa” con el arte y sus diferentes acepciones en la era actual, algunas de ellas poniéndole
al servicio de intereses globales, democratizándose en apariencia, pero solo para hacer más
fuerte la cadena de sujeción al esclavo-pobre, otorgando regocijo al espíritu; o quizás sea solo la
otra cara de la moneda, y se este menospreciando el carácter crítico y muchas veces subversivo
que distingue al arte frente a la realidad.
La anterior reflexión nace del análisis histórico donde las manifestaciones artísticas son el
resultado y reflejo de la realidad que las contiene, otorgando la posibilidad de quizás, cuestionar
los paradigmas establecidos por una comunidad global, permitiendo aún en medio de sistema
hegemónico, destellos de autenticidad y reflexión inmersos en las diferentes culturas y
civilizaciones que integran éste mosaico que es la humanidad.
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Bibliografía
Abadi, F. (2002). Diálogo entre Gadamer y Adorno en torno a una definición del arte.
de cairon.arte-a.org/node/915: http://www.dialnet.unirioja.es/ejemplar/252302
Caerols Mateo, R., & Arostegui Rubio, A. J. (2013). La praxis del artista como hacer
investigador: creación artistica y/o investigación en las artes. Tenerife, Islas canarias,
España.
http://ceups.educacion.unmsm.edu.pe/proyeccion_archivos/educacion-encierra-un-
tesoro.pc
Díaz Alcaide, M. D. (2011). Sobre educación en artes plástica y visuales. Ser y Tiempo (25),
163-170.
6
Marcuse, H. (1967). Acerca del carácter afirmativo de la cultura. Cultura y Sociedad (2011).
(E. c. plata, Ed.) Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina. ADDIN ZOTERO_BIBL
http://roderic.uv.es/handle/10550/33684