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Fecha: 06 de Octubre de 2019

Título del Sermón: El poder que Dios nos da


Versículo Bíblico: Salmos 8:3~9

Sal 8:3~9 3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas
que tú formaste, 4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y
el hijo del hombre, para que lo visites? 5 Le has hecho poco menor que los
ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. 6 Le hiciste señorear sobre las
obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: 7 Ovejas y bueyes,
todo ello, Y asimismo las bestias del campo, 8 Las aves de los cielos y los
peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar. 9 ¡Oh Jehová,
Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

1. Poder humano

Primero, necesitamos saber qué es el poder, y que la fuente del poder proviene de
Dios, el Soberano Absoluto del universo. Si vemos 1Cronicas 29:11~12, David
confesó de esta forma:

1Cr 29:11~12 11 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la


gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos
y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso
sobre todos. 12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre
todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el
dar poder a todos.

Dios es el dueño absoluto de todas las cosas, es la fuente de toda autoridad, y solo
Dios enaltece y humilla al hombre. El pasado, presente y futuro dependen de la
autoridad de Dios. Por lo tanto, toda la autoridad es de Dios.
¿Cuál es el poder humano? En Génesis 1:27~28, dice:

Ge 1:27~28 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;


varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar,
en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

El salmista escribió que los seres humanos son ligeramente más bajos que Dios,
pero se les dio la autoridad sobre todas las cosas. En Salmos 8:5~6, dice: Sal
8:5~6 5 Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y
de honra. 6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste
debajo de sus pies.
2. Pérdida del poder humano

El poder dado a los humanos está acompañado por la responsabilidad. Los seres humanos
recibimos el poder de Dios, por lo que debemos servirle y obedecerle con autoridad
absoluta. Desafortunadamente, los humanos abusaron del poder de Dios, y finalmente
fueron privados de él. Dios específicamente ordenó no comer del fruto de la ciencia del
bien y del mal, pero los humanos fueron más allá de la autoridad de Dios, simpatizaron con
el diablo comiendo el fruto del bien y del mal, y se rebelaron contra Dios, el poder absoluto.
Como resultado a la desobediencia, el hombre fue juzgado y privado del poder de la cuarta
dimensión. Se perdió el poder de crear y cambiar. Como el Espíritu pertenece a la cuarta
dimensión, y el hombre muerto perdió su espíritu, la relación con Dios también se perdió.
Por lo que, los humanos se convirtieron en ateos y esclavos de la codicia.

Además, se hicieron incapaces de gobernar el mundo tridimensional, sino al contrario,


se volvieron esclavos en el mundo tridimensional.

3. Utilice el poder dado por Dios

Jesús, en forma de hombre, vino a este mundo lleno de vacío, confusión y oscuridad.
Jesucristo sufrió un sufrimiento indescriptible en la cruz y abrió el camino para salvar a la
humanidad del pecado, enfermedad, maldición y muerte.
Si vivimos sujetos firmemente a la cruz de Jesús, quien es nuestro camino, seguiremos el
camino de felicidad llegando al cielo.
Todos los descendientes de Adán están muertos a causa del pecado. No obstante, si
creemos y le aceptamos a Jesús, nacemos de nuevo, por el Espíritu Santo. La
espiritualidad de la cuarta dimensión significa el mundo espiritual. Dios pertenece a la
cuarta dimensión, y el mundo a la tercera dimensión.

El hombre muerto por el pecado debe nacer en el Espíritu Santo para restaurar el mundo
de la cuarta dimensión. Si creemos en Jesús, seremos restaurados espiritualmente.
Utilizando el nombre de Jesús, el poder de la sangre y de la Palabra, nosotros podemos
vivir una vida poderosa y victoriosa.

Testimonio de un doctor.
Cuando fui a Malasia, un médico chino me contó su testimonio diciendo: “Pastor, hace
unos días fui bautizado por el Espíritu Santo. A partir de ese momento, cuando algún
paciente ingresa a mi consultorio, el Espíritu Santo me dice el nombre de la enfermedad
que sufre. Y mientras examino al paciente, efectivamente, es la enfermedad que el Espíritu
Santo me dice. Por eso, hay muchas veces que oro y les evangelizo a mis pacientes
diciendo: ‘Si Ud. cree en Jesús, será sano’. Yo me doy cuenta pastor Cho que Dios está
conmigo y me ayuda a curar a los enfermos. Yo receto medicamentos, pongo inyecciones,
oro y hago que todo sea un gran conjunto. Es por eso que cada persona que viene a mi
hospital sale creyendo en Jesús y recupera su salud. Y lo mejor es que los miembros de
nuestra iglesia han aumentado”.

Si creemos en Jesús, recibimos el poder del Espíritu Santo para vivir una vida victoriosa.
Al creer en Jesús, todos nacemos de nuevo como hijos de Dios. Por lo tanto, podemos
utilizar la autoridad que Dios nos dio.
Ilustración de tomar autoridad.
Cuando de pequeños íbamos al supermercado, agarrabamos los productos y nuestros
padres pagaban por ellos, nosotros los tomábamos con autoridad y los llevábamos. Del
mismo modo, Dios pagó todos nuestros pecados por medio de Jesucristo y nos hizo sus
hijos, por lo que como hijos de Dios debemos utilizar la autoridad y el poder que nos dio.

Creer en Jesucristo significa más que tener una religión. En Colosenses 1:13, dice:
Col 1:13 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y
trasladado al reino de su amado Hijo.

Todo aquel que cree en Jesús es liberado del poder del diablo, y es trasladado para
vivir bajo el poder de Dios.

En el momento que Ud. y yo creemos en Jesucristo, la vida de Dios reina en nuestro


ser. Cuando la vida de Dios está en nosotros, Ud. y yo podemos someter al diablo
bajo nuestros pies y vencerle con la autoridad dada por Dios.

Ilustración de comparación.
Así como se supone que el gato, desde que nace, debe vencer al ratón; el águila,
desde su nacimiento, a otros pájaros; Ud. y yo, desde el momento que nacemos
como hijos de Dios, con su autoridad y poder vencemos al diablo.

En San Marcos 16:17~18, dice:

Mr 16:17~18 17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre


echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán.

En el nombre de Jesús reprendemos demonios, sanamos enfermedades y


resistimos a las tentaciones del diablo.

No obstante, muchos cristianos hoy en día ni siquiera saben que tienen poder y
autoridad, por lo que no lo saben utilizar. Si hubieran utilizado el poder dado por
Dios y se opusiesen al diablo, muchas familias no habrían sido destruidas.
Nosotros debemos saber claramente la respuesta a esta pregunta: ¿Qué tipo de
poder y autoridad tengo como cristiano?, y utilizarlos bien a nuestras vidas.
¿Qué autoridad nos ha dado Dios a través de Jesús?

Primero. El Señor nos ha dado autoridad sobre el pecado. Jesús no solo llevó
nuestros pecados del pasado, sino también los del presente y los del futuro, en la
cruz, venciendo al pecado. Por lo tanto, como hijos de Dios en Jesús, nosotros
tenemos autoridad sobre el pecado. Con poder y autoridad debemos reprender todo
pecado de nuestras vidas.
En Génesis 4:7, dice:
Ge 4:7 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado
está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
Los cristianos de hoy, nunca deben ser influenciados por el pecado, al contrario,
debemos gobernarlos.

En San Lucas 10:19, dice:


Lc 10:19 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y
sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.

Aquí podemos ver que el demonio tiene fuerza, pero nosotros tenemos el poder
de controlar la fuerza del enemigo.

Hay una diferencia entre las personas con poder y las personas con fuerza.

El poder viene por la posición, y la fuerza es algo físico.

Ilustración de Poder y fuerza


Por ejemplo, la policía de tránsito es físicamente débil, pero tiene poder del
gobierno. No obstante, los camiones volquetes son muy potentes, pero se detienen
tan pronto como la policía de tránsito los señale con su dedo. Por lo tanto, la fuerza
obedece al poder. El diablo tiene mucha fuerza, por lo que no le podemos hacer
frente con la fuerza.

No obstante, nosotros tenemos poder y autoridad, y le ordenamos al diablo


diciendo: “En el nombre de Jesús de Nazaret, te ordeno y reprendo en este
momento”. En Santiago 4:7, dice:

Stg 4:7 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Si nos oponemos y resistimos al diablo con el poder que Dios nos dio, él huirá.

Segundo. Nosotros tenemos poder de sanidad, pues Jesús ya ha pagado por


nuestras enfermedades. Jesucristo se hizo cargo de nuestras debilidades y
enfermedades, por lo que en el Señor somos sanos. Con poder y autoridad
debemos reprender toda enfermedad diciendo: “Por sus llagas soy sanado. En el
nombre de Jesús, reprendo toda enfermedad de mi cuerpo y vida”. Mientras más
vivamos siendo obedientes a Dios y bajo su autoridad, más poder tendremos para
luchar contra las enfermedades.

Testimonio de un hombre de riñon.


Cuando fui a dirigir una cruzada de evangelización en Karlsruche, Alemania, un
hombre viajó en ambulancia desde los Países Bajos. Era una persona con
problemas renales, por lo que tenía hemorragia y, ni siquiera podía ponerse de pie.
Este hombre pudo asistir a la cruzada de evangelización gracias al apoyo de la
gente, y él no tenía ni pensado que podía sanarse ese día, y mientras oraba por la
sanidad, repentinamente de mis labios salieron estas palabras:
“Hay una persona que tiene el riñón muy dañado”, y ese hombre gritó diciendo:
“Esa persona, soy yo”. Esta persona, en ese mismo instante fue sanado de su
enfermedad.
Luego de terminar la cruzada, fui a un restaurante con otras personas, y mientras
llegamos al lugar, este hombre estaba ahí y me dijo: “Pastor, míreme. Cuando vine,
llegué en camilla, pero ahora vuelvo a mi ciudad natal caminando como una nueva
persona. Puedo subir y bajar escaleras, puedo comer lo que quiera, no voy a volver
a tener sangrado o hemorragia, pues ahora soy una nueva persona. Y además me
ha ocurrido otro milagro. Yo, pastor, desde el momento que abro la boca, miento, y
hasta la mentira fue sacada de mi boca”.

Hermanos, si creemos y nos sujetamos en la sangre de Jesús y la Palabra de


Dios, y usamos su poder, nuestros cuerpos y mentes están sanos y fortalecidos.

Tercero. Tenemos poder para resistir a las maldiciones. Jesús tomó la cruz para
limpiar los cardos y espinos traídos por Adán y Eva, librándonos de todas las
maldiciones de la ley, y ya no vivimos en un mundo de maldiciones, sino nos
dirigimos hacia la tierra de leche y miel preparada por el Señor.
Si estamos seguros de este poder en nuestras vidas, y aunque las maldiciones nos
asalten, no debemos dejarnos llevar ni someternos a ella.

Debemos decir:
“En el nombre de Jesús de Nazaret, te ordeno en este momento, espíritu de
maldición, que te vayas y sal fuera de mi familia y mi entorno. Soy libre de toda
atadura de maldición. Oremos con poder y autorizad y reprendamos a los
demonios.

Cuarto. Nosotros tenemos poder para entrar al cielo. La paga del pecado es la
muerte, pero sabemos y creemos que Jesús murió en la cruz, en lugar de cada uno
de nosotros. Por lo que, ya no tenemos miedo a la muerte, al contrario, vamos al
cielo.
Hermano/a, desde el momento que le recibimos a Jesús como Salvador persona,
recibimos poder de Dios. En San Juan1:12, dice:
Jn 1:12 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Si creemos en Jesús como Salvador y nacemos como hijos de Dios, tenemos el


poder y la autoridad de disfrutar todas las bendiciones que Dios ha preparado para
nosotros. Si estamos desanimados y desesperados es porque no conocemos estos
poderes. Al contrario, si conocemos el poder que Dios nos ha dado, tenemos poder
y autoridad, debemos hablar y actuar como hijos de Dios, y aunque el diablo venga
por un camino, por siete huirá.
Cuando conocemos y usamos el poder y la autoridad que Dios nos da, esto hace
que nuestras almas estén bien. La maldición se va y llega la bendición.

Sin importar dónde estemos, tenemos vida, y la podemos tener en abundancia.


Espero que cada uno de nosotros usemos el poder y la autoridad que Dios nos da.

Oremos: Padre Celestial. Gracias te damos por hacernos hombres y mujeres

para tu obra. Sin importar nuestra condición y estatus social, sabemos que

en ti nacemos con poder y autoridad. Aunque el enemigo, con su fuerza,

quiera luchar y herirnos, sabemos que con tu ayuda y poder, nosotros le

reprendemos y le echamos fuera. De igual manera, reprendemos en el

nombre de Jesús toda enfermedad, para disfrutar de la gloria de tu

bendición. Todo esto te lo pedimos en el nombre de

Jesús. Amén

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