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Se acerca un nuevo ocho de marzo.

Claro que, en esta ocasión en un contexto totalmente distinto


al de los años anteriores.

Es imposible negar la repercusión internacional que el movimiento de la región ha tenido en


distintos territorios, esto ha supuesto, por una parte, una internacionalización de la revuelta local
desde un discurso feminista, recordemos todas las réplicas de la performance del colectivo Las
tesis, y, por otro, ha evidenciado el carácter universal que tiene aún hoy la violencia de género.

La masividad del movimiento feminista no es algo reciente ni espontáneo, tiene sus bases en un
trabajo constante y continúo de distintas organizaciones y, más que eso, es una manifestación
más de cómo la humanidad en una resistencia, muchas veces intuitiva, le disputa la vida al capital,
en este sentido, no es absurdo afirmar que el feminismo es la manifestación evidente de la pulsión
de vida de las mujeres que ven amenazadas su sobrevivencia de una forma latente solo por ser
mujeres como se plantea en distintas consignas, ´porque es cierto, vivimos en un sistema asesino,
asesino de la tierra y todos los seres que habitamos en ella, cuyo una finalidad es acumular valor,
dinero, en donde la totalidad de la vida está gobernada por la economía y la acumulación rige
todos los aspectos de nuestras vidas.

Sin embargo es necesario, analizar la capacidad de este movimiento separado de apaciguar el


descontento con las formas de existencia que nos impone la estructura en la que estamos
insertos.

Al contrario de otros análisis que se plantean, las mujeres no hemos sido relegadas a una espacio
reproductivo de poca importancia social, por el contrario, es el capitalismo en su empeño por
mercantilizar la vida que separó, primero que todos los aspectos de la vida, para luego arrebatarle
la trascendencia al lugar donde siempre se han sorteado las necesidades humanas y claro, las
mujeres quedamos relegadas exclusivamente por mucho tiempo a ese espacio, aunque sea de
forma ilusoria, porque las mujeres pobres siempre han deambulado entre esta doble explotación.

Entonces, cuando el feminismo enarbola la bandera del trabajo asalariado o el voto como el
camino de la emancipación, hace varios años atrás, comienza una disgregación que llega hasta
nuestros días. Por qué acaso no es el mismo efecto perpetuador del orden al que aspira el
feminismo de la deconstrucción y el discurso intersecciones aún a pesar de su cosmética etiqueta
anticapitalista, antiespecista y un centenar de otros epílogos que utiliza para mencionar distintos
frentes de lucha de una misma realidad, perpetuando la fragmentación de la vida a la vez que
invierte el análisis con una clara proyección en sostener una formadevidaconsciente pero también
paralela y funcional al capitalismo, traducida simplemente y muchas veces exclusivamente en una
forma distinta de consumo, apostando por un cambio cultural que obvia las bases económicas de
la realidad una ceguera ideológica y moralista negadora de todo lo que no es parte de sí.
Necesitamos un feminismo revolucionario. Un feminismo que se decida a superar la
fragmentación de la vida: la separación de lo público y lo privado. Un feminismo que supere la
jerarquía que posiciona a los aspectos de la vida que quedan fuera de las lógicas del valor, como
carentes de importancia, que apueste por reintegrar la realidad.

Con todo lo anterior no queremos afirmar que no es Imperioso asegurar la sobreviviencia de las
disidencias, niñas y mujeres o por lo menos su no descenso en manos de hombres que dicen
amarlas o de engranajes de la más letal maquina cortahumana como es el mercado de la trata, sin
embargo, el inmediatismo no puede ser el camino, puesto que la historia ya nos ha demostrado
que nos lleva donde mismo.

Pero la solidaridad no solo puede ser con las mujeres víctimas explicitas de la violencia machista,
qué pasa con la presas, con lxs hijxs de las presas, ese segmento más empobrecido y violentado en
todos los sentidos de la población, muchos de ellos se convertirán los victimarios de las mujeres,
por muchos que se nos plantee que el patriarcado trasciende las clases sociales.

La solución no está en la exclusión, sin embargo, es aberrante que se les exija justamente al
feminismo llevar a cabo esta labor.La comunidad humana en su conjunto debe idear formas
colectivas de sanación de las heridas psíquicas que estos siglos de imperio de la mercancía han
dejado en la humanidad.

Esta revolución feminista de qué se trata, es una ola que busca avanzar en las arenas del
capitalismo para aumentar la presencia de la mujeres y disidencias en la normalidad esclavizante
de la vida asalariada, intenta crear nuevas divisiones de la realidad con ficticios espacios seguros o
apunta a la emancipación de la humanidad en su totalidad.

El encuentro plurinacional de mujeres que luchan fue un intento de hacer confluir distintas
perspectivas de feminismo en una reunión masiva en donde ___ problemáticas fueron debatidas
por decenas de mujeres y disidencias en un esfuerzo por hacer confluir diversas miradas
feministas en torno a la coyuntura actual del país. Este último se llevó a cabo durante enero y en
un contexto nunca antes vivido como es el que hemos experimentado desde mediados de
octubre.

A pesar de esta gran muestra de voluntad es evidente la imposibilidad de alcanzar a todas las
mujeres que habitamos el territorio, debido a los límites culturales y sociales profundos que
dividen a la sociedad ya en espacios geográficos totalmente segmentados, vivimos en una
sociedad sumamente dividida en pedazos de formas de vida que van desde suntuosas
posibilidades a la marginalidad más voraz. Al mismo tiempo, un gran segmento se ha restado de
este encuentro por objeciones políticas sobre la coordinadora 8M.

El eje de la discusión fue en torno al proceso constituyente que pretende ser la salida democrática
viable al conflicto social que ha tenido conmocionado al país. Junto con esto, se discutió en torno a
medidas urgentes y programáticas por las que debe apostar el movimiento feminista. Cada uno de
estos ejes fueron abordados en las distintas salas en los que conversó.
El encuentro fue masivo, lo que era esperable, primero porque hemos sido testigo un movimiento
feminista lo suficientemente fuerte como para reivindicar tomas feministas en diversos espacios
académicos durante el 2018 y segundo por la significativa presencia del discurso feminista en la
revuelta ha sido evidente y que, además, ha logrado grandes repercusiones a nivel mundial con el
ejemplo de la intervención protagonizada por el colectivo las tesis que internacionalizó la revuelta
local dotándolo de un sentido anti patriarcal teniendo eco en lugares remotos en donde las
experiencias de las mujeres están conectadas por la amenaza real y vital de su integridad,
amenaza que cada día se hace más patente. Era esperable por el cada vez más masivo
posicionamiento por detener la violencia machis

Finalmente, años de organización han derivado en dos elementos que nos parecen dignos de
cuestionar y mencionar claramente. Por un lado, la fantasía de espacios de seguridad en el
capitalismo, apostando a un separatismo esencialista y por otro lado la proliferación de funas cada
vez más superfluas que banalizan una herramienta que tiene un origen lógico.

Ante todo esto, necesitamos un feminismo revolucionario. Un feminismo que se decida a superar
la fragmentación de la vida: la separación de lo público y lo privado. Un feminismo que supere la
jerarquía que posiciona a los aspectos de la vida que quedan fuera de las lógicas del valor, como
carentes de importancia. Más que eso, el cuidado son necesidades de la vida en su totalidad y
están siendo cooptadas por las redes de la mercancía.

A pesar de las acusaciones de dividir organizaciones y situaciones de lucha, debemos comprender


la enérgica irrupción del feminismo de los últimos años y la masiva proliferación de funas como
una manifestación imperiosa de evidenciar la necesidad de vida que cada vez se torna más
peligrosa para las mujeres, y valorar como gracias a la nula efectividad de las instituciones
gubernamentales, esta necesidad ha adquirido un camino autónomo recogiendo los valores de la
clase de la que tanto han intentado ser borrados.

Ahora bien, es cierto que la presencia de discursos derechamente reaccionarios dentro del
feminismo hacen dudar de su intención transformadora. Esta revolución feminista de qué se trata,
es una ola que busca avanzar en las arenas del capitalismo para aumentar la presencia de la
mujeres y disidencias en la normalidad esclavizante de la vida asalariada, intenta crear nuevas
divisiones de la realidad con ficticios espacios seguros o apunta a la emancipación de la
humanidad en su totalidad.

El movimiento feminista debe apostar por abolir la condición de explotación y esclavitud que
produce y re-produce el estado y el capital, pues no se puede poner fin a la opresión de la mujer,
ni de nadie, bajo este sistema reproductor de mercancías que profundiza el orden patriarcal y que
nos precariza cada vez más. Por ende, no se puede separar la lucha antipatriarcal de la lucha
anticapitalista, porque la lucha es por negar lo que somos forzados a ser y hacer.

Pero la solidaridad no solo puede ser con las mujeres víctimas explicitas de la violencia machista,
qué pasa con la presas, con lxs hijxs de las presas, ese segmento más empobrecido y violentado en
todos los sentidos de la población, muchos de ellos se convertirán los victimarios de las mujeres.
La solución no está en la exclusión, sin embargo, es aberrante que se les exija justamente al
feminismo llevar a cabo esta labor.La comunidad humana en su conjunto debe idear formas
colectivas de sanación de las heridas psíquicas que estos siglos de imperio de la mercancía han
dejado en la humanidad.

El encuentro plurinacional de mujeres que luchan fue un intento de hacer confluir distintas
perspectivas de feminismo en una reunión masiva en donde ___ problemáticas fueron debatidas
por decenas de mujeres y disidencias en un esfuerzo por hacer confluir diversas miradas
feministas en torno a la coyuntura actual del país. Este último se llevó a cabo durante enero y en
un contexto nunca antes vivido como es el que hemos experimentado desde mediados de
octubre.

A pesar de esta gran muestra de voluntad es evidente la imposibilidad de alcanzar a todas las
mujeres que habitamos el territorio, debido a los límites culturales y sociales profundos que
dividen a la sociedad ya en espacios geográficos totalmente segmentados, vivimos en una
sociedad sumamente dividida en pedazos de formas de vida que van desde suntuosas
posibilidades a la marginalidad más voraz. Al mismo tiempo, un gran segmento se ha restado de
este encuentro por objeciones políticas sobre la coordinadora 8M.

El eje de la discusión fue en torno al proceso constituyente que pretende ser la salida democrática
viable al conflicto social que ha tenido conmocionado al país. Junto con esto, se discutió en torno a
medidas urgentes y programáticas por las que debe apostar el movimiento feminista. Cada uno de
estos ejes fueron abordados en las distintas salas en los que conversó.

El encuentro fue masivo, lo que era esperable, primero porque hemos sido testigo un movimiento
feminista lo suficientemente fuerte como para reivindicar tomas feministas en diversos espacios
académicos durante el 2018 y segundo por la significativa presencia del discurso feminista en la
revuelta ha sido evidente y que, además, ha logrado grandes repercusiones a nivel mundial con el
ejemplo de la intervención protagonizada por el colectivo las tesis que internacionalizó la revuelta
local dotándolo de un sentido anti patriarcal teniendo eco en lugares remotos en donde las
experiencias de las mujeres están conectadas por la amenaza real y vital de su integridad,
amenaza que cada día se hace más patente. Era esperable por el cada vez más masivo
posicionamiento por detener la violencia machis

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