Está en la página 1de 1

¡LE DICEN DEMOCRACIA Y SÍ LO ES!

LA DEMOCRACIA ES LA DICTADURA DEL CAPITALISMO SOBRE NUESTRAS VIDAS

Durante los últimos meses Carabineros ha reforzado su flota de carros blindados, la Armada gastó
$211.000.000 en equipos antidisturbios, nuevas cámaras de reconocimiento facial serán instaladas
en las calles en marzo, se promulgó el mes de enero la Ley antibarricadas y antisaqueos, se
planifica un proyecto de ley para regular el derecho a reunión, otro para proteger aún más a los
policías, uno para darle mayores atribuciones a la ANI y muchas más medidas represivas. Hay 2500
compañerxs en las cárceles, cientos han sido mutiladxs, miles torturadxs y heridxs. Y todo esto ha
ocurrido bajo el alero de la democracia.

La democracia es la separación y atomización como individuos de los seres humanos, la ausencia


de una verdadera comunidad, la agonía de la explotación cotidiana en el trabajo, nuestra
reducción a “ciudadanxs iguales” que deben seguir lo que dicta la ley agachando la cabeza, la
depresión y el estrés, la destrucción de la naturaleza, y en definitiva, la lógica que hace posible que
el capitalismo se siga reproduciendo. No es que “falte”, “haya que profundizar”, “completar”, o
luchar por la “verdadera” democracia, la brutalidad que ha demostrado el Estado para aplastar la
revuelta es la democracia: la dictadura del capital sobre nuestra existencia y todo lo viviente.
Cuando negamos en la práctica el rol de ciudadanx obediente que nos impone la sociedad, y ya
“no vamos de la casa al trabajo y del trabajo a la casa”, todo empieza a tambalear: ahí la
democracia como parte del sistema capitalista hace todo lo necesario para mantener su orden. Y si
eso no resulta, la dictadura termina la tarea. Sin embargo, bajo ambas formas de gobierno, los
capitalistas nos explotan y llenan sus bolsillos a costa nuestra. Lo hemos experimentado en las
calles y en nuestros cuerpos durante estas jornadas.

El 18 de octubre y la explosión social que continua, afirman la convicción de que solo por la fuerza
podemos mejorar nuestras vidas. La violencia masiva, las ocupaciones, las tomas de terrenos, el
sabotaje, los bloqueos y barricadas en las calles, las huelgas salvajes, las asambleas
autoorganizadas y nuestros espacios de asociatividad que ha llevado adelante el movimiento, pese
a sus contradicciones, límites y errores, constituyen nuestros puntos fuertes ¡Y no tienen nada de
democrático! Es nuestra clase, el proletariado, constituyéndose en comunidad de lucha, en
oposición a sus enemigos y a quienes quieren liquidar la revuelta con falsas perspectivas de
superación e ilusiones estatales.

¡Vamos hacia la vida!

¡La dignidad no se mendiga, se impone!

También podría gustarte