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Venus de Willendorf.
El arte prehistórico es un fenómeno artístico de alcance geográfico global y una
amplitud temporal suficiente como para afectar a las épocas más diversas. El
concepto es mucho más extenso que el fenómeno rupestre cuaternario, principalmente
circunscrito a Europa occidental, y comprende además las manifestaciones del
llamado arte paleolítico.1
Con base en ello, se puede apreciar que, en las artes plásticas y visuales de los
pueblos primitivos, el realismo es algo excepcional, frente al simbolismo, la
abstracción, la estilización y el esquematismo, que parecen una constante mundial.
Por último, está el hecho de que, a pesar del innegable significado religioso del
arte prehistórico, este no solo se asocia al mundo funerario o mitológico, sino que
los temas abarcan todas las facetas de la vida social de los humanos (caza, guerra,
trabajos, ceremonias, jerarquías, sexo, familia, incluso, diversión...) y, sobre
todo, a medida que las sociedades humanas evolucionan, la glorificación del poder y
de los poderosos.
Índice
1 Introducción
1.1 Reconocimiento del arte prehistórico
1.1.1 Orígenes
1.2 Arte prehistórico en otras regiones
1.2.1 Arte africano
1.2.1.1 Arte africano en la edad de Piedra
1.2.1.1.1 África del norte
1.2.1.1.2 África oriental
1.2.1.1.3 África austral
1.2.1.2 Arte africano antiguo
1.2.2 Arte americano
1.2.2.1 Arte americano preclásico
1.2.2.2 Los testimonios más antiguos del arte americano
1.2.2.3 América del Norte hasta el periodo formativo
1.2.2.3.1 Hohokam y Mogollón
1.2.2.4 Anasazi
1.2.2.4.1 Los constructores de montículos
1.2.2.4.2 El arte monumental de los indios del noroeste
1.2.3 Iberoamérica hasta el periodo formativo
1.2.4 Asia
1.2.5 Europa
1.2.5.1 El arte paleolítico europeo
1.2.5.2 El Arte Neolítico europeo
1.2.5.2.1 El arte mueble neolítico
1.2.5.2.2 El arte levantino
1.2.5.3 Los megalitos
1.2.5.4 El arte europeo en las Edades del Metal
1.2.5.4.1 El fenómeno rupestre esquemático en Europa
1.2.5.4.2 La escultura
1.2.5.4.3 La arquitectura
1.2.5.4.4 El desarrollo del arte metalúrgico
1.2.5.5 El fin de la Prehistoria en Europa
1.2.6 Oceanía
1.2.6.1 Australia
1.2.6.2 Melanesia
1.2.6.3 Micronesia
1.2.6.4 Polinesia
1.2.6.4.1 Nueva Zelanda
1.2.6.4.2 Islas Hawái
1.2.6.4.3 La isla de Pascua
2 Véase también
3 Referencias
4 Bibliografía
5 Enlaces externos
Introducción
Los prehistoriadores consideran obras de arte a todas las referencias gráficas
realistas o esquemáticas realizadas en el marco de sociedades pretécnicas y no
literarias. El arte prehistórico tiene constantes técnicas, temáticas, de
ubicación, y variantes producidas por tradiciones compartidas entre grupos vecinos
o en periodos limitados de tiempo.
Es muy poco lo que se conserva del arte prehistórico: solo grabados, pinturas y
esculturas que han resistido el paso del tiempo y que la Arqueología ha conseguido
recuperar. Se desconocen las intenciones de los autores y destinatarios del arte
prehistórico, ya que no se dispone de informaciones contemporáneas ni orales ni
escritas.
Orígenes
Muchos pueblos primitivos dibujaron figuras y signos sobre soportes que resisten el
paso del tiempo, como la madera, la corteza, las fibras o el cuero, y estaban
hechas con tierras de colores, pinturas o tatuajes sobre el cuerpo. Como no se han
conservado, no han podido ser estudiados por la Arqueología.
Al hombre de Cro-Magnon se debe un progreso del utillaje con trabajo muy cuidado
del sílex, asta, hueso y marfil y del dispositivo funerario. Es autor también de
imágenes relacionadas con el mundo que le rodea, como pequeñas figuras de animales
esculpidas sobre marfil en el Auriñaciense antiguo del sur de Alemania, entre 33
000 y 26 000 a. C. Más tarde se desarrolló el arte rupestre en la Cornisa
Cantábrica y al sur de Francia, con trazos hechos con los dedos sobre el barro de
la cueva de Pech Merle, así como signos y siluetas animales y humanas realizados
tanto en cuevas como sobre utensilios, como una pieza de Georges Laplace obtenida
de la cueva de Gatzarria.
En regiones como África, América y Oceanía los modos de vida primitiva o aborigen
han perdurado hasta fechas recientes, ofreciento un "arte ahistórico" que ha tenido
que clasificarse por la apariencia de su evolución formal o recurriendo al modelo
de estilos reconocidos en la prehistoria europea.
Arte africano
Artículo principal: Arte africano
Existen pueblos rurales en África que hasta la actualidad conservan antiguas
tradiciones estilísticas de arte rupestre a pesar de la influencia de los patrones
preestablecidos de Arte y belleza de las culturas occidentales contemporáneas. En
ese sentido, han logrado salvaguardar dichos patrimonios culturales a pesar de la
presión de los colonizadores extranjeros que trajeron consigo ideologías artísticas
discriminantes entre las que tenemos, por ejemplo la tendencia iconoclasta
islámica. No obstante en este epígrafe nos centraremos en el arte prehistórico en
sí, es decir, hasta la llegada de los europeos, en los siglo XV y XVI, cuando los
yoruba, los benín, los sao y otras grandes culturas estaban en su apogeo, cortado
de raíz debido al comienzo de la explotación colonial.3
El resto del arte africano prehistórico conocido es mucho más tardío, seguramente
posterior al Neolítico. Durante la Edad de Piedra distinguimos las siguientes
regiones:
Estaciones rupestres en el Sáhara, con cierta influencia del arte egipcio y otras
artes posteriores
Escena de pastoreo
Escena chamánica
Jirafas pintadas
Monta de camellos
África oriental
En África oriental, el propio Louis Leakey ha estudiado una serie de pinturas en
diversos roquedos de la zona del lago Tanganika y del lago Victoria, donde se
representan elefantes rinocerontes y búfalos. Son obras mal datadas y poco
conocidas. También destacan, en Centroáfrica, el Refugio de Tulu y el Refugio de
Kumbala, con personajes estilizados, unos en azul y otros en blanco muy diferentes
a los del Sáhara meridional.
África austral
Esta zona mantuvo una serie de tribus del grupo llamado san cuyo nivel estaba en
plena edad de Piedra cuando llegaron los europeos. Los san convivían con los
diversos grupos bantúes que, aunque, coetáneos, ya conocían los metales y, por
tanto, se estudian en el siguiente epígrafe. Los san o bosquimanos desarrollaron un
rico arte rupestre en toda esta zona (destacando Namibia, Drakensberg y Transvaal),
en numerosas grutas y covachas, cuya antigüedad máxima es discutida, pero podría
situarse en el quinto milenio y que perduran hasta tiempos históricos muy
recientes. Su arte es estilizado y fresco, aunque no tan vivaz como el sahariano, y
sus motivos son escenas rituales y animales del entorno, pero su policromía la más
rica y brillante (sobre todo en las obras más tardías):
Twyfelfontein 7 (SqueakyMarmot).jpg
Cultura nok: Es una cultura que se desarrolló en el norte de Nigeria entre el siglo
V a. C. y el III d. C. Eran conocedores de la metalurgia del hierro y,
artísticamente, destacan por ser los iniciadores de la estatuaria africana, en este
caso, de terracota. Las esculturas nok son de una elaboración técnica y estilística
muy madura, lo que hace sospechar que debió haber precedentes (por el momento
desconocidos). Se trata de obras estilizadas, de una elaboración exquisita y con
una iconografía basada en la figura humana. se ignora su función, pues hasta el
momento los ejemplares mejor conocidos proceden de poblados estables (por ejemplo,
Samun Dukiya y Taruga, junto al río Benué), pero sin duda fueron realizaciones
religiosas. Las terracotas nok se consideran antecedentes de las esculturas yoruba
y benín.
Civilización del sao: se dio en las orillas del lago Chad, concretamente en los
valles de Logon y Chari; inmediatamente después de la desaparición de los nok,
aunque su apogeo tiene lugar entre los siglos IX y XVI. Casi todo el arte sao es
funerario, concretamente se trata de vasijas y copas decoradas con representaciones
antropomorfas y zoomorfas; pero también se conservan brazaletes, colgantes y
pectorales fundidos en bronce por la técnica del moldeo a la cera perdida. Cabe
destacar la simplicidad de su arquitectura, que ha llegado hasta nuestros días: se
trata de chozas y graneros de planta circular y alzado en cúpula ojival, realizadas
en tapial y adobe y con la superficie exterior curiosamente decorada con resaltes
de diversas formas, los más comunes, son en uve invertida (musgus) o en forma de
anillos (massas), que no solo mejoran la estética de la construcción, sino que
sirven par trepar por estos salientes y reparar los deterioros fácilmente.
Civilización munhumutapa: Se trata de un reino que floreció en el actual estado de
Zimbabue entre los siglos XI y XV, de una etnia zulú llamada shona, cuya capital
fue llamada Gran Zimbabue, probablemente la ciudad en ruinas más grande de toda
África negra y que en sus mejores tiempos debió tener 18 000 habitantes; pero
vinculadas a ella hay centenares de poblados a orillas de los ríos Zambeze, Limpopo
y, en general, por todo el país.
Su arte se caracteriza, especialmente, por una arquitectura monumental de granito,
generalmente defensiva, pero también se conocen objetos de oro, muebles y
cerámicas. Entre los restos se hallaron fragmentos de porcelana china de la
dinastía Song que sugiere el alto grado comercial de los munhumutapa, quizá basada
en el control de yacimientos auríferos.
País yoruba: Los yoruba son un pueblo del sur de Nigeria que en torno a los siglos
IX y XII constituyeron un importante reino, cuyo centro religioso era el santuario
de Ifé (o Ilé-Ifé), donde el sumo sacerdote u oni gobernaba una amplia federación
de ciudades estado. Ifé acumuló numerosas riquezas y propició el desarrollo de una
escultura cortesana técnicamente muy avanzada de prodigiosa calidad, a la par que
majestuosa, y equilibrada. Predominan las cabezas de bronce o terracota, de un
estilo sorprendentemente realista, que muchos han asociado a los ideales clásicos
europeos (lo qua ha suscitado no pocas controversias), a pesar de sus innegables
rasgos africanos. También existen cabezas talladas en Esié, otro santuario, pero su
estilo es mucho más tosco. Esta dicotomía se explica por la existencia de un arte
oficial, al servicio del reino, capaz de alcanzar altas cotas de perfección, frente
a artistas no cortesanos, más libres pero ligados a los modelos ancestrales de
religión animista de las tribus.
Terracota Nok
Gran Zimbabue
Terracota Yoruba
Bronce de Benín
Pinturas rupestres de la Cueva de las Manos fechadas en el 7350 a. C., Santa Cruz,
Argentina.
Uno de los testimonio más antiguo que se ha localizado en América está en la Pedra
Furada, en Brasil, donde, junto a manifestaciones artísticas mucho más recientes se
localizó un hogar datado por 14C en 17 000 ±400 de antigüedad junto al que había
algunos trazos rojos paralelos que incuestionablemente eran una creación artística
muy esquemática, pero intencional.5
De hecho, todo parece indicar que las primeras obras de arte americanas tienen ese
carácter esquemático no figurativo, extremadamente sencillo. Así ocurre en la cueva
de Clovis (Nuevo México) donde se exhumaron placas de arenisca con incisiones de
diferentes motivos geométricos datables en el final del Pleistoceno. Un caso
especial es el que ofrecen los yacimientos patagónicos del valle del río Pinturas
(en Argentina). Allí se han localizado dos importantes complejos rupestres de
amplia duración cronológica, siendo las fechas más antiguas obtenidas del octavo
milenio a. C. (14C), sin embargo, hay niveles arqueológicos mucho más antiguos (de
hasta 14 000 años de antgüedad) en los que se han encontrado pigmentos naturales
(óxidos de hierro, cristales de yeso, etc) que habían sido mezclados con otras
sustancias, es decir, habían sido manipulados por el ser humano. con el fin de
conseguir adherencia a la roca. Estas mezclas, al ser analizadas por el método de
la difracción por rayos X, resultaron ser idénticas a las pinturas más antiguas
localizadas en la Cueva de las Manos lo que induce a pensar que algunas de ellas
podrían ser extremadamente antiguas, es decir, del final del Pleistoceno (más de 13
000 años de antigüedad según el 14C). Sin embargo no hay pruebas directas que
relacionen los pigmentos hallados en las excavaciones con las pinturas ni se sabe
cuáles serían sus motivos o su aspecto.6
No obstante, las estaciones patagónicas del Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas
(en especial la mencionada Cueva de las Manos y el Cerro de los Indios), merecen
cierto detenimiento. Sus principales investigadores Grandin y Aschero, creen
posible establecer tres etapas en este gran conjunto rupestre: la primera y más
antigua, datada entre el 7700 a. C. y el 5500 a. C., se componene de manos y
escenas de gran dinamismo con antropomorfos estilizados cazando huanacos. La
segunda, datada entre el 5500 y el 1400 a. C., es un conjunto menos dinámico, pero
más colorido, el tema principal siguen siendo las manos, pero también hay numerosos
zoomorfos estilizados de colores muy variados (blanco, rojo oscuro, violeta,
ocre...). La tercera fase va desde el 1400 a. C. al 1000 d. C., es la más pobre, la
estilización ha sido sustituida por la esquematización y a las manos se le han
sumado diversos motivos geométricos[2]. Como se ha señalado antes, quedaría una
fase, anterior a todas las demás, deducida solo por inferencias, de la que se
desconoce casi todo excepto su gran antigüedad y solo pueden ser consideradas como
una hipótesis de trabajo, hasta que se verifique su existencia.
Las manos son el tema principal del complejo de Río Pinturas (Argentina).
La caza de guanacos, la fase más antigua del complejo de Río Pinturas (Argentina).
Motivos esquemáticos de las fases tardías del complejo de Río Pinturas (Argentina).
Hohokam y Mogollón
Ambos son indios de la tradición cochise: los mogollón y los hohokam. La tradición
cochise recibe el nombre de un lago epónimo (conocido actualmente como Willcox
Playa); se dio en Arizona y Nuevo México y es la antecesora de la cultura mogollón.
Este pueblo habitaba la sierra, así llamada, de Nuevo México, hacia el 200 a. C.
Sus componentes eran agricultores sedentarios y se les considera los primeros
alfareros del Oeste americano. Al ser una cultura longeva, fueron perfeccionando su
técnica cerámica, hasta alcanzar una finura exquisita, con una decoración entre
naturalista y estilizada, llena de movimiento (casi totdas las piezas conocidas
aparecieron en tumbas y, por lo visto, eran inutilizadas en la inhumación). Además
de la cerámica, en algunas tumbas aparecieron collares de concha, pulseras y
cascabeles de hueso.
Anasazi
Artículo principal: Anasazi
Las siguientes cuatro fases son las propiamente dedicadas a los indios pueblo o,
más adecuadamente anasazi, habiendo una última fase considerada ya histórica. La
característica más llamativa de los anasazi es su arquitectura y, en concreto sus
poblados, que surgen en su periodo de apogeo (entre el año 800 y el año 1000).
Destacamos dos de ellos porque muestran dos morfologías diferentes:
Pueblo Bonito (cañón del Chaco en Nuevo México8) es un tipo de poblado diferente,
no está en la pared del acantilado, sino en su base. Construido en adobe, con forma
de media luna amurallada, tiene varias plantas superpuestas, escalonadas, sin
calles ni callejones y con un doble patio central. Las terrazas semicirculares le
dan una característica forma de anfiteatro. A las viviendas, semihundidas, se
accedía dese arriba, desde una terraza común donde se realizaban la mayor parte de
las activididades citidianas y sociales. Repatidas entre las viviendas aparecen,
también, las kivas (más de 50), similares a las de Meda Verde: circulares, con
acceso desde lo alto (aunque han perdido la techumbre): eran lugares de reunión
social o ceremonial.
Hay, por supuesto, muchos más yacimientos importantes, como la necrópolis del
pueblo de Pecos (Santa Fe, EE. UU.), con más de dos mil inhumaciones; los
petroglifos y pintuas rupestres de Utah; las cerámicas primorosamente decoradas,
las flautas de hueso, las pipas de piedra, los collares, pendientes y brazaletes de
hueso, coral, azabache o turquesa.
La cultura adena: se da en el valle del río Ohio entre el 1000 y el 200 a. C. Los
adena construían montículos funerarios, es decír, túmulos. En ellos, los restos
eran depositados en pequeñas cámaras mortuorias de madera, después de haber dejado
los cadáveres a merced de los buitres (es lo que suele conocerse como enterramiento
secundario y se da en numerosas culturas); el ajuar lo componían figurillas de
animales y otros objetos. También levantaron lo que se conoce como montículos-
efigie (Effigy Mounds), es decir, con formas concretas. El más famoso es el
Montículo de la Serpiente, cuya forma sinuosa de más de 300 metros de longitud,
comienza en una espiral y termina con la cabeza en la que parece que hubo un altar.
La cultura hopewell (200 a. C.-500 d. C.) es sucesora directa de la adena, por lo
que se parecen bastantes, aunque sus montículos son mayores y su cultura material
más avanzada y rica. Construyen enormes túmulos funerarios y montículos-efigie con
forma de aves, osos, hombres, etc. Entre los objetos hallados en las inhumaciones
destacan las piezas de mica. las de obsidiana, los colmillos de oso y los objetos
de cobre martilleado y repujado. También tienen una rica cerámica y figurillas de
barro.
Se supone que cahokia tenía una compleja jerarquización social, con un jefe tribal
y una poderosa casta de sacerdotes (también había jefes militares, guerreros y, más
abajo el pueblo llano). Una de las tumbas hallada parece ser que pertenecía a un
gran sacerdote (llamado hombre-pájaro), pues descanzaba sobre un lecho de millares
de perlas y otros objetos típicos de los cahokia, como discos y cruces solares
grabados sobre conchas y piedras.
Asia
Existen diversas evidencias de arte prehistórico desde el Paleolítico, una de las
más significativas es la Venus de Berejat Ram, descubierta en los Altos del Golán.
Europa
Por las noticias que tenemos hasta ahora, el arte nació en Europa occidental hace
más de 30 000 años y se desarrolló especialmente durante el Paleolítico Superior en
Francia, España y otros países, con una calidad portentosa. Sin embargo, al
terminar la última glaciación y comenzar el periodo Holoceno, por causas totalmente
desconocidas, se produjo la desaparición casi total del arte europeo, de modo que
podría decirse que el reloj se puso a cero y se sincronizó con el resto del mundo,
llevando, desde entonces un desarrollo paralelo. En este artículo se ha decidido no
incluir el arte de la Edad del Hierro en Europa por dos razones: la primera es que
la extensión sería excesiva, la segunda es que la mayor parte de las culturas
europeas de la Edad del Hierro son Protohistóricas o, incluso, históricas, y de la
mayor parte de ellas tenemos noticias escritas directas o indirectas.
Los megalitos
Artículo principal: Megalitismo
El fenómeno megalítico podría considerarse como la primera manifestación
arquitectónica monumental en Europa occidental. Su nacimiento parece tener lugar al
final del quinto milenio en varios focos simultáneos a lo largo del Atlántico,
desde Huelva (en España), hasta las islas Shetland y Jutlandia, y su cronología
sobrepasa ampliamente la fase neolítica, perviviendo durante la Edad del Bronce,
especialmente en el norte (lógicamente también se produce una evolución de las
formas constructivas). Un megalito podrá definirse como una construcción de piedras
gigantescas (megas: gigante y, lithos: piedra), toscamente trabajadas. Aunque en
periodo posteriores la tipología se diversifica, durante el Neolítico hay cuatro
clases de monumentos megalíticos: el menhir (que no es más que una gran piedra
hincada sin labrar), este puede aparecer aislado o en grandes hileras. A veces
también forma círculos, recibiendo entonces el nombre de crómlech (en las edades
del metal, estos círculos de piedra llegan a desarrollarse mucho en las islas
Británicas, recibiendo el nombre de henges). En cualquier caso, los menhires,
aislados o en grupos, señalarían santuarios al aire libre. Por último está el
dolmen: una tumba megalítica colectiva que al menos consta de una cámara funeraria
cubierta por un túmulo, que a menudo se ha perdido (este esquema es el más común,
pero pueden encontrarse variantes más complejas, o más sencillas). La cámara
funeraria solía albergar los restos de multitud de cadáveres junto con su ajuar
funerario.
Menhir
Alineamiento
Crómlech
Dolmen
La decoración de los megalitos suele ser abstracta, aunque, como algunos parecen
tener una larga vida como santuarios, también poseen temas figurativos de tipo
esquemático. Hay tres grandes núcleos donde sobresalen los dólmenes decorados,
Bretaña (por ejemplo, los dólmenes de Barnenez y Mane Kerionez), Irlanda (con New
Grange o Loughcrew, entre otros) y, por supuesto, la zona galaico-portuguesa en la
península ibérica (con Antelas y Padrão en Portugal; la Granja de Tiñinuelo y El
Soto en España). Las primeras fases decorativas suelenser abstractas (formas
culvilíneas y geométricas, cúpulas), a veces grabadas y otras pintadas. Con el
tiempo aparecen formas esquemáticas reconocibles (armas, antropomorfos,
zoomorfos...). La cronología de esta decoración parece ser neolítica, sin embargo,
en algunas representaciones es posible reconocer objetos metálicos con lo que hay
que suponer una larga pervivencia cronológica.