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HERIDAS TIPIFICADORAS EN EL AUTOR DE

DISPAROS DE ARMA DE FUEGO.

Por

MAXIMILIANO G. RIOS.

Tema: PERICIA BALÍSTICA – MEDICINA LEGAL.

2004

© 2004 – Maximiliano Ríos


Todos los Derechos Reservados.

Maximiliano Ríos 1
TABLA DE CONTENIDO

Portada.
Tabla de contenido.
Presentación y resumen.
Introducción. Desarrollo: 1° parte “Signo pellizco de martillo”, 2° parte “Signo de la
corredera”.
Conclusiones.

Agradecimientos:
A mi Madre.
A Roberto Fernández (Técnico Superior en Balística Forense) por su amistad, sus consejos y apoyo.
A Elido Cividini (Medico Legista Criminalista) por su amistad, por el material aportado, y por su
paciencia para responder mis eternas preguntas.
A Mariano Fiasche y Juan La Palma por su amistad, que los obligo a someterse a mis experimentos
cual conejillos de indias.

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HERIDAS TIPIFICADORAS EN EL AUTOR DE DISPAROS DE ARMA DE FUEGO.

Por MAXIMILIANO G. RIOS.

"Investigar es ver lo que todo el mundo ha visto y pensar lo que nadie mas ha pensado"

Werner Heisenberg - Físico Alemán (1901-1976)

Cuestión principal: Describir y tipificar heridas, no descriptas anteriormente por otros autores,
estudiando e interpretando su mecánica o etiología y evolución las cuales, son de importancia en el
esclarecimiento de la autoría de disparos de arma de fuego.

Importancia: El aporte de una nueva prueba fehaciente en la determinación de la autoría de


disparos de arma de fuego, aun ante la ausencia de los indicios ordinarios (restos de deflagración).

Hipótesis: Verificar la formación de heridas típicas identificables al producirse el disparo.

Resumen

Mi actividad como tirador deportivo y como instructor nacional, amen de perito en balística, me
llevo a una atenta observación de los hechos que rodean el disparo de armas de fuego y a prestar
especial atención a ciertas heridas que aparecían con cierta frecuencia en las manos de los tiradores.
Estas observaciones, que he estudiado y relevado en los últimos dos años, me permitió arribar a la
conclusión de que era posible sindicar al autor de disparos de arma de fuego por medio de la
identificación de heridas típicas en sus manos.

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HERIDAS TIPIFICADORAS EN EL AUTOR DE DISPAROS DE ARMA DE FUEGO.

Introducción:
Empezare la exposición haciendo la salvedad al lector de que toda investigación
joven es necesariamente incompleta, característica que se ve acrecentada por no ser este autor
medico legista. Posiblemente estos profesionales puedan hacer nuevos aportes. Sepan Uds.
disculpar las insolvencias.

Mi actividad como tirador deportivo e instructor nacional de tiro, junto con la atenta
observación de todo lo relacionado con las armas y mi condición de perito en balística me llevó, a
observar e identificar la formación de algunas heridas en manos de los tiradores que, respondiendo a
ciertos patrones que describiremos mas adelante, podrían atribuirse inequívocamente al fruto del
accionamiento de armas de fuego.
Esta interesante particularidad me llevó a centrar la atención en los mecanismos de
producción de tales heridas, Por ello, me dedique a la tarea de documentar y realizar investigación
de campo y bibliográfica. Como resultado de esta investigación pude constatar una total ausencia de
referencias al respecto en los libros especializados.
Con el fin de aportar un nuevo elemento de valor pericial en la evaluación de la
autoría de disparos de arma de fuego, voy a someter estos hallazgos a vuestra consideración.

Desarrollo:
Al ocuparse de las lesiones encontradas en las manos de los tiradores, los buenos
autores de libros de medicina legal, normalmente describen la aparición de lesiones y ahumamiento
en manos de los suicidas que utilizan revolver. El doctor Vincent Di Maio lo denomina “tatuaje y
ahumamiento del espacio de tambor” en su libro “Heridas por arma de fuego”.
Estas lesiones se originan cuando, en momentos previos al disparo, el individuo,
dirigiendo el arma sobre su cuerpo de un modo antinatural, utiliza la mano contraria a la que
empuña para guiar o sostener el arma envolviendo la misma con su palma sobre la zona de escape
de gases entre el tambor y el cañón. Al producirse el disparo parte de los gases generados fugan a
gran velocidad y temperatura acompañados de restos incandescentes de pólvora y partículas
metálicas provenientes del proyectil.
Estos gases y partículas suelen dejar sus rastros característicos y coincidentes con la
ubicación del arma, en las palmas y dedos del individuo, pudiéndose apreciar, en casos extremos, la
aparición de laceraciones. Este signos solo los ilustraré por estar perfectamente descritos en la
bibliografía especializada.

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TATUAJE Y AHUMAMIENTO DEL ESPACIO DEL TAMBOR

Hasta aquí la bibliografía.

En el primer inciso de esta investigación se presentarán las heridas producidas por el


martillo de las pistolas semiautomáticas sobre el dorso de la mano; el segundo inciso versará sobre
las producidas por la corredera.

1° Parte – Signo “Pellizco del martillo”.

Esta herida es producida por el violento descenso del martillo de las pistolas
semiautomáticas en el momento del retroceso. Es particularmente frecuente en armas de diseño
estructural antiguo como ser las pistolas Colt 1911- A1 y sus clones y las pistolas Browning HP –
35. Este tipo de armas pueden provocar el pellizco del pliegue de piel del dorso de la mano que
empuña, entre el martillo que desciende y el armazón o seguro de empuñadura, según sea el diseño
de arma, al producirse el retroceso del arma.
Se comprobó en la investigación que tiene mayor frecuencia de aparición en tiradores
noveles o en aquellos que desenfundan velozmente y sometidos a gran presión. Se verifica también
una mayor incidencia en aquellos tiradores de manos grandes, en los que empuñan a dos manos o
los que ejecutan un empuñe “alto”.

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Zona de compresión en la pistola Colt 1911- A1

La herida aparece en la zona dorsal de la mano que empuña. A unos 3 cm del pliegue
ínter dactilar Pulgar – Índice, copiando la forma del martillo en forma semilunar de 5 a 7 mm por 3
mm, o de línea recta de unos 5 a 7 mm de largo por 1 mm de ancho ambas en ubicación
aproximadamente perpendicular al eje imaginario de la mano en posición de empuñe, pudiendo
encontrarse en distintos intensidades en función de la cantidad de daño infligida.

El primer estadio es un enrojecimiento e inflamación leve de la zona que puede


desaparecer en pocas horas. A medida que el daño progresa puede observarse pequeñas
infiltraciones hemáticas, una mayor definición de los bordes de la herida, junto con el
desprendimiento de los estratos mas superficiales de la piel.

En el caso de continuar con vida, el individuo que experimenta una lesión de este tipo
(en la que predomina el mecanismo compresivo) la herida adquiere un color rosado con fondo
amarillento debido al hecho de que la zona afectada continua siendo irrigada, produciéndose una
capa apergaminada conjuntamente con una costra serohemática. Esto explica la variación del color
que no ocurre si el individuo fallece. En este ultimo caso, la lesión mantiene su color amarillo y
aspecto seco, por lo que la lesión recibe el nombre de excoriación apergaminada.
“La excoriación es la resultante de un traumatismo directo sobre la piel, lo que
determina la destrucción de los estratos superficiales de la epidermis sin afectar a la capa basal.
Como consecuencia de ello, se produce una costra serohemática que engloba a los detritus celulares
provenientes de la destrucción traumática.
Luego de un tiempo variable de entre una a dos semanas se produce el
desprendimiento integro de la costra con una restitución ad-integrum de la piel” (Medicina Legal –
José Ángel Patitó)
En el individuo vivo, la herida se torna perfectamente definida en las horas
inmediatamente posteriores de producida debido a la formación de las costras serohemáticas.
Posteriormente decrece su intensidad hasta la caída de la costra y desaparición de la lesión. En
casos extremos o de agresión crónica como pasa en algunos tiradores deportivos pueden quedar
cicatrices leves pero permanentes.

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PRESENTACIÓN DE LAS HERIDAS DE FORMATO SEMILUNAR

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PRESENTACIÓN DE LAS HERIDAS DE FORMATO LINEAL

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HERIDAS A LAS 24 HORAS

Su gran valor pericial reside en que enfrentada al arma en cuestión coincidirá


perfectamente en su ubicación y forma con los de la estructura y mecanismos del arma, tal como
ocurre con el signo de Puppe - Werkgartner. Y por otra parte a una mayor permanencia de los
indicios en el sujeto, que los restos de deflagración de pólvoras.

SIGNO DE PUPPE - WERKGARTNER

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SIGNO “PELLIZCO DEL MARTILLO”

Obsérvese la perfecta forma semilunar, copiando el formato del martillo.

Tanto los fabricantes de armas y sus accesorios, como los usuarios, atentos a lo
molesto de estos pellizcos han introducido una variedad de soluciones para evitarlos pasando por las
de diseño, los aditamentos y las reformas. Pueden consultarse en Internet una variedad de paginas
que tratan del tema bajo las palabras clave “hammer bite”

Dentro de las soluciones de diseño se han efectuado innovaciones en los formatos de


los martillos, según se ilustra a continuación para los diseños correspondientes a las Browning HP –
35.

En cuanto a los aditamentos, los mas conocidos son los “beavertails” o colas de
castor, encontrándose alrededor de 20 fabricantes en EEUU.

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Por ultimo y dentro de las reformas, podemos encontrar las modificaciones manuales
de los martillos, tendientes a limar parte de la cresta.

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2° Parte – Signo “De la corredera”.

Esta herida es producida por el violento retroceso de la corredera en las pistolas


semiautomáticas. Este mecanismo, característico del momento del retroceso, se observa en forma
particularmente frecuente y casi excluyente, en las armas sin martillos externos, como ser las
pistolas Glock de primera generación, las que pueden provocar heridas lineales ocasionadas por las
aristas postero - inferiores de la corredera. Estas heridas aparecen con mayor frecuencia en tiradores
noveles, al realizar malos empuñes o en aquellos que desenfundan velozmente y sometidos a gran
presión. Se verifica también la mayor incidencia en aquellos tiradores de manos grandes, en los que
empuñan a dos manos o haciendo un empuñe “alto”.

La herida aparece en la zona dorsal de la mano que empuña en ubicación


aproximadamente paralela al eje imaginario de la mano en posición de empuñe, comenzando a unos
3 cm del pliegue ínter dactilar Pulgar – Índice como una, dos o mas líneas rectas de unos 10 mm de
largo aproximadamente por unos 0.5 mm de ancho aproximado y con una separación entre ellas
correspondientes al ancho de la corredera, pudiendo encontrarse en distintas intensidades en función
del daño infligido.

Respecto de la evolución y características medicas cabe repetir lo expuesto


anteriormente en el signo “Pellizco del martillo” (Pág. 6 –2°,3° y 4° párrafo de este mismo trabajo).

En casos excepcionales, podría aparecer en el dedo pulgar de la mano contraria a la


que empuña por interposición de este en el camino de la corredera según se ilustra a continuación.
Cabe señalar que esta circunstancia no ha sido nunca observada por el autor.

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Revista GUNS AND AMMO

Mas frecuentemente, se observa en el dorso de la mano, la aparición de 2 líneas


rectas, o grupos de ellas, del mismo ancho de la corredera, acompañadas de restos de lubricantes y
residuos carbonosos provenientes de la corredera.

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GLOCK

BERETTA 92

Obsérvese en la primera foto como discurre la corredera rozando la mano a diferencia de la segunda
fotografía.

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EMPUÑE “ALTO”

SIGNO DE LA CORREDERA

Obsérvese la perfecta correspondencia en ancho con los 23 mm de la corredera.

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Su gran valor pericial reside en que enfrentada al arma en cuestión coincidirá
perfectamente en su ubicación y forma con los de la estructura y mecanismos del arma, tal como
ocurre con el signo de Puppe - Werkgartner. Al mismo tiempo, podrá verificarse una mayor
permanencia en el sujeto que los restos de deflagración de pólvoras.

Los usuarios de armas han introducido una variedad de soluciones para evitar este
tipo de lesiones. Las que incluyen los aditamentos y las reformas. Puede encontrarse en Internet una
gran variedad de paginas sobre el tema, bajo las palabras clave “slide bite”

Dentro de las soluciones de diseño figura el cambio de los formatos de los frames y
las correderas las cuales fueron redondeadas en las nuevas generaciones.

Glock Primera Generación Glock Cuarta Generación

En lo referente a los aditamentos, los mas conocidos son los “beavertails” o colas de
castor comerciales o artesanales.

BEHAVERTAIL COMERCIAL

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BEHAVERTAIL ARTESANAL

Por ultimo, dentro de las reformas podemos encontrar las modificaciones manuales
redondeando los cantos vivos de la parte posterior de la corredera.

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Finalizando:
Se ha comprobado en ensayos de campo que el accionamiento manual de las armas
no posee la energía suficiente para provocar las lesiones descriptas en este trabajo; Con lo que
podría afirmarse que, en caso de aparecer, son fruto inequívoco del accionamiento mecánico del
arma.
El análisis de estas heridas debe ser siempre realizado con la mano en posición de
empuñe ya que de otro modo, podrían verse afectadas las características por el movimiento natural
de la piel.
La ausencia de estos signos no descarta la utilización de un arma de fuego por parte
del sospechoso, pero su presencia es una clara evidencia de que el individuo ha producido disparos.

A raíz de los estudios y observaciones realizadas a lo largo del presente trabajo


ofrezco las siguientes:

Conclusiones:
Los signos descriptos en el presente trabajo y a modo de resumen responden a los
siguientes puntos:

1) Obedecen a una mecánica perfectamente conocida, habitual, comprobable y repetitiva

bajo condiciones controladas.

2) Permiten aportar un nuevo indicio para identificar al autor de disparos de arma de

fuego (pistolas semiautomáticas)

3) Sus características son perfecta e indubitablemente demostradas por corresponderse

perfectamente al enfrentar la herida al arma en cuestión como en el conocido signo de

Puppe-Werkgartner.

4) Los indicios permanecen en el cuerpo por un periodo mucho mayor que los restos de

deflagración.

La no aparición de estos signos no descarta de ningún modo la autoría de disparos


de arma de fuego, pero su presencia es un signo inequívoco de haber disparado. Puede así
mismo reforzar los exámenes habituales o dudosos de restos de deflagración en manos del
sospechoso.

Maximiliano Ríos

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