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el registro clínico.

 
Una vez que hiciste una valoración exhaustiva y consciente de la herida de 
tu paciente, pues todo hay que registrarlo. 
Además, en la disciplina de enfermería nos distinguimos por escribir 
todo lo que observamos. 
Y todo lo que no está escrito, pues no existe. 
Por ende, es necesario que empieces a hacer una descripción detallada 
del paciente como tal pero también de su herida, 
obviamente porque ese es el tema que estamos ahorita abordando. 
Es muy importante que las instituciones cuenten, 
por protocolo o por guía institucional, que tengan una hoja dedicada para qué, 
para las heridas, porque ahí es donde nosotros tenemos que identificar en qué 
parte anatómica está la herida. 
Esa hoja que está documentada, la puedes encontrar en tus instituciones, las cuales 
están avaladas por todos los procesos de garantía en la calidad del mismo. 
En las redes, tú también vas a encontrar muchas herramientas 
que te ayuden a documentar este tipo de registros. 
Entonces, punto número uno, es importante, es totalmente indispensable que cada 
vez que tú tengas la cita con tu paciente, hagas un nuevo registro en la hoja 
que realmente tu institución te ofrezca para hacer este tipo de anotaciones. 
Entonces, ¿cuándo debes de registrarlo? 
Cuando vas a cambiar el apósito, como cualquier cambio significativo también de 
la herida y, obviamente, del paciente. 
También vamos a identificar cómo es la piel perilesional, 
que espero que tengas las herramientas para que lo identifiques. 
A la fecha, no existe un formato manual estandarizado para el 
registro de la valoración de las heridas, pero, como you te comenté, 
en la red puedes encontrar varias opciones para que las adaptes a tu institución. 
Ten en cuenta que para hacer ese registro de la herida de tu paciente, es necesario 
que tú también involucres al paciente y a tu familia, como te lo mencioné. 
Porque ahí tú vas a escribir en ese registro las explicaciones, 
las evoluciones y cómo se siente el paciente y cómo se siente su 
cuidador con el proceso de cicatrización. 
Muy bien, entonces ahora vamos con la valoración del dolor. 
La valoración del dolor entonces es obviamente para valorar la herida, 
para mirar la intensidad del dolor del paciente. 
Dos, la evaluación cuidadosa de ese dolor. 
Y tres, la repercusión que tiene en la calidad de vida del paciente. 
Recordemos que la calidad de vida, según la OMS, es la percepción que un 
individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura, 
el sistema de valores con los cuales convive el paciente, la relación con los 
objetos, los objetivos, las expectativas, normas, inquietudes. 
La calidad de vida de una persona con una herida, 
es el impacto que tiene la herida y su tratamiento en su vida. 
Muy bien, ahora continuemos con el dolor. 
El dolor relacionado con las heridas se clasifica en dos 
y depende de la temporalidad. 
Es lo mismo que el otro tipo de dolor que conocemos, que es el crónico y el agudo. 
El agudo, es solamente en el momento de la manipulación de la herida de 
nuestro paciente. 
El crónico, es el que se mantiene en el tiempo. 
Durante la evaluación, además de la localización de la intensidad, 
descripción y duración, existen varias escalas para evaluar el dolor. 
Una de las más conocidas es la escala visual análoga. 
Esta escala permite que el paciente ubique el dolor con base en su propia estimación. 
Es un rango de nulo a uno de mayor intensidad. 
Este método es aceptado para adultos y niños mayores de seis años. 
Entonces, consiste en una línea horizontal o vertical, 
de diez centímetros más o menos, el punto inicial significa, el dolor; y el extremo, 
el dolor insoportable. 
Para interpretarlo, los números uno, dos y tres, el dolor es leve. 
Si es cuatro, cinco y seis, el dolor es moderado. 
Siete, ocho y nueve, dolor severo. 
Continuemos con la escala numérica. 
La escala numérica es una de las más fáciles de manejar. 
En esta escala, igualmente, el paciente ubica una escala de dolor que siente, 
donde se le dice que indique de cero a diez cuál es la intensidad del dolor. 
Cero es ningún dolor, uno; y donde nueve y diez serían un dolor insoportable. 
Muy bien. 
Y ahora, la escala visual. 
Esta escala es muy favorable para qué, para los niños 
y también para aquellos pacientes que se les dificulta la comunicación. 
Entonces el paciente, aquí you tenemos una escala que es de caritas, 
y él debe seleccionar la palabra que mejor describe 
el dolor o la intensidad que siente en este momento. 
Con el desarrollo de este módulo, aportamos las herramientas totalmente 
básicas para qué, para que hagas una valoración consciente de tu paciente, 
de esa herida, de cómo la ves. 
Recuerda entonces que una valoración inicial adecuada 
y general del estado de nuestros pacientes brinda elementos para 
iniciar un proceso de valoración exclusivamente en las heridas y, 
por ende, realizar intervenciones adecuadas y efectivas.

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