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Había empezado a leer la novela unos días antes.

La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando


regresaba en tren a la finca
lee cuando tiene tiempo, su vida no está en la lectura, sino en sus negocios, que le importan mucho más. Los
negocios dan de comer, la literatura no, por lo menos materialmente.

y discutir con el mayordomo vemos también que él es rico. Lo tiene todo. Una mansión, un apoderado que se
dedique a sus negocios, un mayordomo, un parque para él sólo, una biblioteca.

Es un hombre mezquino: discute con un subalterno una “cuestión de aparcerías”. Si a él le sobra, qué
necesidad hay de discutir sobre cosas tan mínimas. Esto nos muestra que él no puede separarse de la plata, de
lo material, de los negocios, por eso tampoco puede disfrutar de la literatura.

volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles.Sólo después encontrar
todo en orden, puede sentarse a leer frente al parque de robles. Este lector necesita orden y tranquilidad para
poder leer.

Arrellanado en su sillón favorito Necesita de toda la comodidad, un sillón favorito, que no lo interrumpan,
porque eso lo “irrita”.

que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo El lector acaricia el terciopelo como forma de
disfrutar de dónde está.

La metáfora “irse desgajando línea a línea” El personaje se irá perdiendo en cada línea que lee

“palabra a palabra, absorbido” esta expresión pertenece a la ficción del cuento, es el lector quien se
encuentra absorbido;

“que se concertaban y adquirían color y movimiento” ahora vuelve a la novela que empieza a tomar vida
propia, así lo ve el lector, estos personajes empiezan a moverse por sí solos, muestra la sumisión absoluta del
lector.
Vemos que entramos en la segunda parte porque cambia el ritmo de la historia, y cambia el punto de vista del
narrador. Ahora éste se mete en la cabeza del lector de la novela y desde ahí cuenta lo que está leyendo. Se
presentan a los protagonistas de la novela: la mujer y el amante, y todo se hace vertiginoso.

Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama.
La mujer está “recelosa”, es decir se siente temerosa, desconfiada. Se siente observada, y lo está.

Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos Entre ellos no sólo hay una relación de amantes, sino
que también hay una relación vampiresca. Ella besa a su amante y limpia con ellos la sangre de la herida. La
sangre es símbolo están unidos.

de una pasión secreta Su encuentro es secreto, porque son amantes, sin embargo nada hace suponer que
sean amantes porque exista una relación de infidelidad. En ningún momento se dice que el lector de la novela
sea casado, y por lo tanto nada nos hace suponer que la mujer sea su mujer.

Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes


El diálogo corre como un arroyo, rápido, profundo, imparable, pero este arroyo no es de agua sino de
serpientes, es decir hay referencia al mal, al veneno y a la traición.

“empezaba a anochecer”, es la hora de la novela mientras que en el cuento era el atardecer. Son la misma
hora del día, pero dicho de manera diferente.

Comienza luego la tercera parte de este texto. Es en realidad el segundo párrafo, el primero se ocupaba de la
ficción del cuento y de la novela, presentaba ambas ficciones, ahora se presenta la mezcla, donde lo imposible
sucede.

separaron en la puerta de la cabaña aquí se ve que ya no necesitan estar unidos físicamente para estarlo, lo
están desde la sangre, desde la tarea en común, ,
atados rígidamente a la tarea que los esperaba están unidos por la muerte para la vida de ellos mismos.

“bruma malva del crepúsculo” que le da al paisaje una especie de atmósfera onírica, o extraña, y que sirve
para encubrir al asesino.

Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba.

Así el paralelismo muestra los dos mundos, en el de la novela y el del cuento, y se repite dos veces, la primera
oración responde al mundo de la novela que se coordina con la “y” con el del cuento. Y esta fórmula se repite
en el segundo enunciado. Así, dos enunciados, y cada uno dos oraciones, siempre dos mundos, unidos,
continuados.

Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer:

Ella no está presente pero lo está.No olvidemos que están unidos por la sangre, con todas las connotaciones
que esa palabra conlleva. La mujer conoce la casa, esto ha servido a muchos para decir que ella es la esposa
del lector, pero recordemos que nunca se ha mencionado que él estuviera casado, y que eso rompería la
magia de lo fantástico.

primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la
primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los
ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una
novela.

La narración se vuelve rápida,mse ve desde el punto de vista del asesino.

Y es la referencia al sillón de terciopelo verde es en realidad lo que está pasando realmente. Es allí donde
vemos que quien muere es el lector que está “leyendo una novela”.

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