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EL MAYOR MAL, EL PECADO

El pecado, en su radicalidad, es una ofensa a Dios que, al mismo tiempo, destruye lo


más hermoso que existe en el corazón del hombre Y es el mal más profundo, más
destructor, más nefasto, más dañino que pueda afectar a un ser humano es el
pecado.

Existirán, ciertamente, otros males: enfermedades, accidentes, injusticias, crímenes,


traiciones, engaños... Pero ninguno de ellos sería pecado, y cualquiera de ellos sería
más serio, más grave, más “mal” que el pecado.

En cambio, cuando aceptamos que somos creaturas de Dios, que estamos orientados
constitutivamente al amor, que tenemos nuestra meta definitiva en la Patria celeste...
entonces sí que podemos reconocer todo el terrible drama que se produce en cada
pecado. Y podemos calificar a tantos males absurdos (guerras, odios, violencias) con
la palabra que mejor los etiqueta: son pecados contra Dios y contra el hombre.

Es verdad: tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que
crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su
Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él” (Jn
3,16-17).

La alegría, la oración, la acción de gracias, inundan el corazón de cada cristiano: ¡Dios


ha hecho maravillas en mi vida, me ha salvado, me ha liberado! Desde el gozo
profundo de quien se sabe perdonado nace un renovado compromiso para no volver a
pecar, para abstenerse de todo mal.

PRUEBA DE APRENDIZAJE
1. Qué es el pecado?
2. Que implica el pecado?
3.

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