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El Enchiridión contiene muchos secretos ocultos de la Cábala, una serie de

oraciones mágicas, de conjuros y exorcismos para preservar de todo mal. La


tradición oculta se le atribuye al Papa León III y sostiene que la colección fue
entregada por el Pontífice al rey Carlomagno como el más caro y más preciado
de todos los presentes, ya que era un libro secreto y exclusivo.

El soberano, propietario de ese libro mágico y sabiendo valerse de él, debía ser
el dueño del mundo, Carlomagno era el verdadero príncipe de los
encantamientos y de los hechizos. Su reinado fue algo así como un acto
solemne y brillante entre la barbarie y la Edad Media, es una aparición en la
tierra, de majestad, grandeza, que recuerda el singular boato y las brillantes
pompas de Salomón, es al propio tiempo una resurrección y una profecía.

En el Imperio Romano unió sus orígenes a los galos y francos, alcanzando un


gran esplendor. En el también, como un tipo evocado y realizado por
adivinación, se muestra anticipadamente el imperio perfecto de las edades de
la civilización madura, el imperio coronado por el sacerdocio y apoyando su
trono en el altar.

LA ERA DE LA CABALLERIA

Carlomagno comienza la era de la Caballería y la maravillosa epopeya de los


romances, donde los pájaros hablan para guiar.

El Enchiridión supone la existencia de una revelación primitiva y universal que


explica todos los secretos de la naturaleza y los pone de acuerdo con los
misterios de la Gracia, conciliando la razón con la fe, por cuanto ambas son
hijas de Dios y concurren a esclarecer la inteligencia con su doble luz.

Después de leerlo detenidamente saqué la esencia del Libro El Enchiridión


para conocimiento y buena utilización de parte de nuestros lectores que desde
hace tiempo anhelaban conocer los secretos mágicos de esta colección y que
solamente habían escuchado de manera breve y con algunas
desinformaciones al respecto.

«Lo que El ha echo era La Vida y la vida de la gracia era luz de los hombres.
Esta luz brilló en las tinieblas y las tinieblas no la comprendieron. En tanto que
la Alta Magia, encerrada en el libro que os envío sea profanada por la maldad
de los hombres, la Iglesia no tendrá otro remedio que proscribirla», escribió el
Papa Leon III a Carlomagno.

Pero la religión amiga de la tradición y fuero interno de su dogma una doctrina


anterior a la Biblia y el Apocalipsis de San Juan y que concuerda y armoniza
por manera admirable los respetos del asado y las loas del porvenir.
Acompañada al Breve transcrito la siguiente carta particular.

«Si creéis firmemente que cada día que recitéis las oraciones que acompañan
a mi carta personal y al Breve con que os la remito y particularmente la
primera, con la devoción debida y la lleváis sobre vuestro pecho con respeto,
sea en la guerra, sea en el mar o donde quiera que os halléis, ningunos de
vuestros enemigos os vencerá, seréis invencible y os veréis libre de las
adversidades, Amén».

La necesidad que se ha tenido siempre de ocultar a la muchedumbre esa


revelación por medio de que abusen, interpretándola y porque no empleen las
fuerzas de la razón contra la fe o el poder de ésta contra la razón, que algunos
seres no comprenden.

«Hubo hombre llamado Juan, enviado de Dios como precursor y testigo de la


luz a fin de que todos creyesen por su mediación», dice el Santo Evangelio de
San Juan». La existencia de una tradición secreta que reservo a los Soberanos
Pontífices y a los dueños temporales del mundo el conocimiento de esos
misterios.

PERPETUIDAD DE SIGNOS, CLAVICULOS Y PANTACULOS

La perpetuidad de ciertos y determinados signos, clavículas y pantáculos,


misteriosos que han sido manifestados en forma jeroglífica conocida solo de
sus adeptos. «Pero aunque dio testimonio de la luz, no era la Luz misma. La
verdadera Luz era la que iluminó al hombre al venir al mundo».

De esta manera El Enchiridión es una colección de oraciones mágicas y


religiosas de gran virtud y fuerza para lograr todas las cosas creadas y el
dominio de las increadas o espirituales y cuya llave son los pantáculos,
(amuletos o talismán) que viene pentaclo o pentágono por la forma de la figura,
más misteriosos de la Cábala.

DAR LA LUZ QUE NO SE CONOCE

El Objeto del Enchiridión es dar al hombre la luz que no conoce. El Papa León
III, expresó-»La Luz estaba en mundo, porque el mundo fue echo por esa Luz,
llegó una día en que esa luz se convirtió en hombre mortal y vino habitar ente
nosotros para que el hombre viera esa luz más de cerca.

Pero el mundo, en su totalidad casi no la ha conocido, «Vino en su propia


herencia y los suyos no la recibieron y la mayoría de los seres no han aceptado
la herencia». El Papa León III envió El Enchiridión al emperador Carlomagno
acompañado del siguiente breve-»Sire, Os envío este libro para que inicies a
vuestro pueblo en el trabajo y en la fe».

«Porque habrá siempre un pueblo como siempre habrá niños que formen parte
de él. Pero cuando vuestros nobles sean sabios y estén iniciados en los
misterios de la Magia, esa nobleza será una madre para el pueblo y las vías de
emancipación estarán abiertas para todos».

Emancipación personal, sucesiva, progresiva, por medio de la cual todos los


llamados podrán por sus propios esfuerzos, llegar al rango de elegidos. Ese es
el misterio del porvenir que la iniciación antigua ocultaba entre las sombras. Es
para los elegidos del porvenir para quienes están reservados los milagros del
hombre, que puede despertarlos con su buen ejercicio.
«El báculo sacerdotal debe ser la varita de los milagros, como lo fue en tiempos
de Moisés y de Hermes y como seguirá siéndolo en lo sucesivo. El cetro del
mago llegará a ser derecho, el primero entre los hombres y el que se mostrará
de hecho, él más fuerte por la virtud y por la ciencia. Entonces la Magia no será
una ciencia oculta para muchos, sino una ciencia incontestable».

Esa primera oración del Enchiridión la hizo escribir el emperador Carlomagno


sobre una placa de oro en memoria del Papa León III y la llevó siempre sobre
el pecho con devoción y respeto. Son pocos los mortales que han podido
descifrar el significado misterioso de algunas palabras que contiene, pero se
afirma que no existe en el mundo persona que llevándola sobre su pecho haya
sido abandonada en sus tribulaciones.

Los antiguos cánones decían que esta oración recitada tres veces seguidas
con una vela encendida y bendita, delante de una mujer que esté en parto, la
hará salir felizmente del trance, que es además mavarillosas contra las
tempestades y sus efectos, el rayo, la centella, el incendio y la destrucción
entre otros beneficios importantes.

LOS SIETES SALMOS PENITENCIALES.

Septenario o siete oraciones misteriosas para los siete días de la semana, que
se dirán una cada día y por el orden que se indica, empezando por el domingo
y que el Papa León III, envió al emperador Carlomagno. Sirven para
preservarnos de toda clase de peligros, asechanzas, males, infortunios,
pérdidas y accidentes. Todos los días se recita por tres veces el Padre Nuestro,
con gran devoción y recogimiento para rezar enseguida la siguiente.

ORACION DE LA JACULATORIA.

Por quien, Señor, produces siempre los bienes y los sacrificios, vivificas y
bendices es por ti mismo, Dios Padre, Todopoderoso, a quien pertenece y
pertenecerá todo el poder, gloria y honor durante todos los siglos de los siglos.
Amén. ¡Dios y Señor mío!, yo te suplico me concedas ser guiado para cumplir
el mandato de tu Hijo el divino Jesús. Mi Salvador y Redentor y para que sea
conducido por el camino que Él me trazó a fin de llegar a Él y no caer jamás en
el pecado ni en la tentación del demonio.

¡Oh poderosa Virgen y madre santísima, amantísima y cariñosa! Haz que


conozcamos también que era madre piadosa, influyendo para que nuestros
humildes ruegos sean atendidos por el que quiso ser vuestro Hijo, para
redimirlos y salvarlos, Amén. (Finalmente se dice la oración que corresponda al
día de la semana en que se hace el Septenario).

Líbrame, Señor, yo te le ruego de todo corazón, de cuantos males pasados,


presentes y futuros, tanto el alma como del cuerpo, pueden aquejarme,
concediéndome por vuestra bondad la paz, la salud, la tranquilidad y cuanto
puedan redundar en la honra y gloria vuestra.
Sedme propicio, Dios y Creador mío y acordarme la paz y la salud durante mi
vida, haciendo que esta vuestra criatura logre siempre estar asistida del
socorro de vuestra misericordia y que no sea jamás esclava del pecado ni del
temor de ninguna turbación, por el mismo Jesucristo Vuestro Hijo, Nuestro
Señor+ que siendo Dios vive en la Unidad del Espíritu Santo por todos los
siglos de los siglos.

Así sea. Que la paz del Señor, que has dejado a tus discípulos, permanezca
siempre firme en mi corazón y sea siempre entre mis enemigos y como muralla
infranqueable. Que la paz Señor, su cara, su cuerpo me ayuden y protejan mi
alma y mi cuerpo. Así sea. Cordero de Dios, nacido de la Virgen María, que al
estar en la cruz has lavado al mundo de sus pecados.

Ten piedad de mi alma y de mi cuerpo, Cristo Cordero de Dios, inmolado por el


bien del mundo, ten piedad de mi alma y de mi cuerpo, Cordero de Dios por el
cual todos los fieles han sido salvados, dadme tu paz eterna así en la vida de la
muerte como en la muerte de la vida. Así sea.

Estas siete oraciones del Septenario se aplican contra toda clase de males y
adversidades, para conseguir sus virtudes y eficacia, es necesario recitarlas
cada una en su día correspondiente, de preferencia antes de la salida del sol,
llevando sobre el pecho un pergamino no usado antes, en el cual se deberá
escribir con tinta celestial

La Jaculatoria anterior, haciendo las cruces en ella marcadas con sangre


extraída del dedo cordial. Esa sangre se tomará preferentmente de la mano
izquierda y con tinta áurea de dibujará la Clavícula o Pantáculo, quien observe
y practique todo l o indicado será siempre protegido y amparado por la Divina
Gracia.

Este es uno de los más efectivos remedios contenidos en El Enchiridión Leonis


Papae, sereníssimo imperatorio Carlomagno in munus prestiosum datun
nuperrime mendi omnibus purgatum, tan estupendo.

Es muy importante saber que las oraciones y cruces que se escriban en el


pantáculo, como las figuras que componen el mismo serán convenientemente
trazadas con una pluma del ave Auca, según explica el Libro de San Cipriano o
manual del hechicero, por ser muy grande su virtud para toda clase de
operaciones mágicas. Sólo en el caso de no poder conseguir una pluma de
esas, se usará una pluma de acero de las de manguillo que será
completamente nueva.

La pluma de acero se usará únicamente para un solo escrito y tinta de un solo


color, debiendo renovarla en cada nueva operación que se haga.

La pluma del ave del Auca en cambio puede servir para siempre pues es tal su
virtud que no la pierde jamás, Unicamente se tendrá cuidado de lavarla con
agua clara de río o pozo al cambiar de tinta o en cada nueva operación que se
escriba. En las plumas de acero se recomienda que se usen preferentemente
gruesas.
Cuando las operaciones se hagan sobre plancha de oro en lugar de pergamino
han de ser grabadas precisamente con la lanceta del Arte y no con otra clase
de instrumento. En el caso de hacerlo con buril, sería preciso hacerlo en la
forma que se indica para el puñal y la lanceta en el Libro de San Cipriano.

PANTACULOS Y PLANETAS

Los Pantáculos deben hacerse en las horas que dominen los planetas más
favorable y teniendo presente las indicaciones contenidas es ese libro indicado.
En cada operación ha de procurarse aplicar aquello que sea más adecuado,
poniendo toda la fe y voluntad de que se pueda disponer y pidiendo a Dios
Nuestro Señor que se digne suplir con su sabiduría y bondad infinita aquellas
cosas que nuestra pobre inteligencia no alcance comprender, ejecutar y
concluir.

Una vez terminada la operación se darán gracias a Dios por habernos


permitido que la concluyéramos y confiando en su divino poder actuaremos.
Materiales para Conjuros, azúcar piedra, goma arábiga, anilina roja, anilina
amarilla, espíritu de vino, agua clara de rió o pozo, todos los ingredientes se
tendrán preparados oportunamente a fin de que no se interrumpa la operación
una vez empezada.

Se adquirirán también dos vasijas o cazuelas de barro sus primeros rayos por
el Oriente. Se pondrán en una vasija las limaduras, el espíritu de vino y las
anilinas y en el otra azúcar de piedra, la goma arábiga y el agua. Tanto en una
mano como en otra preparación se meneará bien con objeto de que se
disuelvan bien los ingredientes que puedan hacerlo.

Usando para ella la paletilla de madera que se ha indicado, luego se dejarán


las vasijas en sitio donde reciben de lleno los rayos del sol, retirándose por la
tarde cuando el sol se oculte. En la mañana del domingo al rayar el alba se
mezclará el contenido de las dos vasijas o cazuelas y se colará, empleando un
pedazo de tela blanca o un cedazo fino de cerda.

La preparación se pondrá a la lumbre en el momento en que el sol aparezca en


el horizonte, procurando que los rayos del astro caigan de lleno sobre la vasija,
luego se pondrá al fuego lento durante media hora, cuidado de menear de
cuando en cuando y recitando lo siguiente.

«Esta tinta que preparo en la hora del sol y que contiene los metales rojos y
amarillos así como igualmente los colores idénticos de los mismos metales,
deseo quede impregnada de los misteriosos efluvios y virtudes del luminoso
astro que en forma esplendorosa extiende la vida y la salud sobre cuantos
seres orgánicos e inorgánicos viven y moran sobre este planeta que yo habito».

«También ruego humildemente a la Suprema Divinidad, que rige y gobierna a


cuando existe en el universo y fuera de él, la imprima sus dones a fin de que
surtan los efectos maravillosos y sobrenaturales que por su mediación espera
conseguir».
Una vez hecha la tinta se retirará del fuego y se colocará en sitio donde reciba
los rayos solares durante todo el día, dándole una vuelta de cuando en cuando
con objeto de que quede bien impregnada de los mismos. En el momento de
ocultarse el sol se echará la tinta de un frasco que se tapará perfectamente,
guardándolo en sitio oscuro para cuando haya de usarse, en forma semejante,
aunque variando los días, ingredientes y el astro se hace la Tinta Celestial.

ELABORACION DE TINTA CELESTIAL

Para elaborar la Tinta Celestial, se utiliza limadura de plata, hierro y estaño,


azúcar piedra, goma arábiga, anilina azul, anilina amarilla, espíritu de vino y
agua de río o pozo, todos estos ingredientes se tendrán preparados según se
indica en la receta de la tinta áurea.

El agua de río o de pozo se tomará en un viernes de luna llena a la caída de la


tarde, después de ponerse el sol y antes que aparezca la luna. Se pondrán los
ingredientes en dos vasijas y haciendo idénticas operaciones como las que
hicieron para hacer la tinta anterior, teniendo presente que éste ha de ser
preparada en la noche del viernes de luna llena.

La preparación de las dos vasijas se hará antes de que la luna salga,


procurando que cuando ésta aparezca en el cielo caigan sus rayos de lleno
sobre ambas vasijas, que se dejarán expuestas toda la noche a las influencias
de esos mismos rayos lunares. Por la mañana antes de la salida del sol, se
retirarán, colocándolas en sitio oscuro y reservado. En las noches de sábado y
domingo volverán a exponerse donde reciban los rayos.

El lunes por la tarde un poco antes de salir la luna, se mezclará el contenido de


ambas vasijas del modo indicado en la tinta áurea y se colará después,
poniéndola al fuego cuando la luna aparezca en el horizonte, procurando que
los rayos lunares la bañen con su luz. Durante la operación se recitará la
siguiente plegaria y una vez concluido todo se colocará la vasija en donde
reciba los rayos lunares y en la mañana se envasará y guardará bien.

«¡Oh, astro solitario y misterioso, que viajas eternamente por el espacio infinito,
cumpliendo así los cultos designios del Supremo Creador!. Impregna con tus
rayos celestiales e inviste de tus dones mágicos esta tinta que estoy
preparando a fin de que se adquiera las virtudes maravillosas para surtir los
efectos sobrenaturales que por su mediación espero conseguir». Estas recetas
no se encuentran en El Enchiridión, pero pertenecen a otros textos sagrados.

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