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 tema de la conciencia empresarial lo encontramos, en foros, publicaciones,

discursos y en la agenda de muchos empresarios.


Consideramos que aún cuando en el léxico de los negocios es un término que
ya es comúnmente utilizado, puede ser de un significado subjetivo y por ello
hoy nos damos a la tarea de abundar en ello.
Es un hecho que el mundo empresarial implica un ambiente cambiante y
complejo. Los negocios se confrontan con una serie de retos internos y externos
cuyos denominadores comunes son la innovación y la actualización. Las
empresas son proyecciones, en primera instancia de la combinación de
personalidades de sus dueños, si son estos más de uno, y también de quien las
dirige.
Hay empresarios quien en este contexto, tienen distintos enfoques: hay quienes
establecen su estrategia en función de impulsar un crecimiento a través de una
mayor presencia en el mercado, subordinando el resto de los factores al
cumplimiento de este objetivo. Algunos otros ponen un especial enfoque en
tomar las mayores ventajas de contribuciones marginales, algunos otros en la
plusvalía del recurso humano y de entre otros muchos escenarios, existen
quienes pretendan hacer una estrategia “equilibrada”, otorgándoles un valor
relativo a todos los aspectos y áreas
Atendiendo al anterior planteamiento, ¿donde tiene cabida y que significa la
“Conciencia Empresarial”?
¿En realidad existe este término y tiene aplicabilidad?
¿Sera solamente un discurso aspiracional?
Si combinamos las acepciones semánticas de las dos palabras ” Conciencia
Empresarial” implica que el empresario se de cabal cuenta de su entorno global
y tome decisiones de cuyos efectos se haga totalmente responsable, cobijando
su actuación bajo una escala de ética de valores.
Como vemos, necesariamente al integrar el concepto de conciencia, implica
que el resultado de la toma de decisiones debiera tener dos efectos, ambos
deseables y adecuados. Primero existir una persona que asume las
consecuencias de sus actos. Segundo, la toma de decisiones se ejerce en base
a una visión integral matizada por una escala de valores.
Así las cosas, ser un empresario consciente, implica ser consistente en el
ejercicio de la toma de decisiones en base a una escala positiva de valores y
además, asumir el resultado o la consecuencia de dichas decisiones.
Mencionamos la toma de decisiones por ser el detonante de la acción, sin
embargo este mismo principio se aplica al diseñar la estrategia que regirá la
actuación empresarial.
Así las cosas, todos los temas o materias en que queramos subdividir la
conciencia empresarial, tales como:La materia laboral, medio ambiente,
impacto social, ambiente de trabajo, etc. Se derivan de la aplicación de estos
principios.
En conclusión, el término no solo si tiene aplicabilidad, sino que resulta
deseable, sin embargo es de evaluación subjetiva, es decir, aun cuando es
posible evaluar ciertos efectos, la conciencia empresarial tendrá que ser el
conjunto de todos ellos aplicados consistentemente.
Lo curioso del caso es que quien es un empresario consciente, comúnmente no
le interesa dicho reconocimiento.
Por: Karla Espinoza

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