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nunca me contó
Juan Mateo
Prólogo de Santiago Álvarez de Mon
LI I)t,r)rr( )ril l
^¡..('or\,r
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nlP-n@
No está l¡crnritida la rcprodttccirin krt¡l o l¡arcial de cste liblo, r.ri sr¡ tratanricnto irriorrrá-
tico, ni la trarrsnrisirin tlt-. ningrrna fornr.r o cuakluior mcdio, va soa elcctrrinico, nrccrlnico,
por lokropia, por registro u otros rnótoclos, sin tl pcnniso ¡rrevio v por escrilo rle los titu-
l¡res del coyr¡ridrt. Rcservados tr'rclos los dt'rechos, inclLrirlo el clerr.cho tlc vcnla, alqniler',
¡rrclstamo o cualtprier otra fonna de cesión dcl uso dcl ejemplar.
lttlitorial r.lP¡trocinadores rcsPctall íntt'granttt.ttc los tertos dc los autotcs, sitt r¡te cskr
sufonga compartir kr cxprtsado en ellos.
tSUN: 97lt{l4lil5t,(r136
Directora erl itorial: Jeanrre Bracken
lrtlilor clc la coleccirin: Cósar Piernavicja
tldicir'rn: l\{¡itc l{orlrí¡1ucz fíñez
llustraciorrcs: Alcjantl o Decinti
I )iscño: Ma tilcle Ilcrrrando
Pncllocc>
Pncrr¿;sc¡n S¡ru¡'¡¡r;o Át t,q xrz Ilf, MoN..........
INrnouuccrciN
ILIAN Mt\l'Eo.. 11
J. Exrcs¡¡c¡¡... 39
El cnrtúcero t¡ L:l pcrro
4. Mnlos MovnNros 51
El alacrrilt - Los uecittos - E,l cielo y el inJiermt
5. Las CosrunBRES.............. 63
l..,os ntonos - El. burro
6. El ArnuN»rz^llt-.............. 75
Los diez mhrutos - Lo que tú unlcs
7. Tnnea¡o EN EeurPo.. 93
L,os cangrejos - Lo cnrpintaría - Los infiernLrs
8. LIDERAZGo.................. 113
e La mariposa -El cerdo y la gallina - El cerdo y la aaca
AcRe»¡cllr¿IrNTos.......... 137
PRóLoco
w
na de las cualidades que adornan a Juan Mateo,
corno persona y como profesional de la consultoría
y de la formación, es su memoria y facilidad inna-
tas para contar historias, anécdotas y cuentos. Siernpre que
lo hace, atrapa mi atención y curiosidad. Dado su tacto y
sentido de la oportunidad, tengo garantizado un relato
interesante y una valiosa conclusión que extraer para mi
vida y carrera profesional. En Cuentos que mi jefe nunca me
contó, con el objeto de compartir sus pensamientos e
inquietudes sobre el oficio de dirigir, ]uan Mateo hace gala
de esa facilidad natural, Gracias al formato elegido, el lec-
tor sale clararnente ganando. A través de los cuentos y
enseñanzas que el autor mezcla con soltura y criterio, se
consigue aunar reflexión y diversióry dos vocablos tradi-
cionalmente enfrentados en tantos foros y tribunas. Juan
Mateo quiere que el lector se pare, temple y medite, ¡qué
difícil le resulta al ciudadano de hoy pensar, siquiera un
momentof, y para ello le remite al munclo de los cuentos y
las fábulas infantiles, donde vivir es soñar.
Por esta razón, el libro rezuma serenidad y humor,
valores escasos en Llna sociedad tremendista y tensa. Desde
un puente misterioso que une dos orillas felizmente conde-
nadas a respetarse y entenderse, la lógica y la imaginación,
el autor ha escrit<¡ su obra. En ella se mezclan e interrogan
mutuamente la experiencia y el conocimiento del profesio-
nal curtido en mil batallas, con los sueños y deseos más
3 íntimos del niño que lleva dentro.
Una forma alternativa y creativa de mirar la reali-
dad, cuestionando paradigmas periclitados, la necesidad
de aunar exigencia y afecto *una sin otro es vozparalizante-,
la capacidad de ofrecer una respuesta sabia y recia a los
momentos difíciles que la vida inevitablemente depara, el
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t'i,], ,W
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..,,¡.,,..,1;i!;,. Cur^-ros QUE nrr JIFE NrrN(A il[ coNTa) l\rRoDr.ccroN ii;;
'r'$r
dos en el tiempo, la necesidad de soñar despierto con los mucho mayor de lo que imaginé cuando a mis dieciocho
pies.en el suelo, de tener una visión iluminad,rra, son algu- años di, por primerave1 una clase.
nos de los desafíos y conceptos que jalo:ran el texto. Sin embargo, sí puedo decir que este noble oficio
Destacaría el capítulo sobre el trabajo €n €Qurpo, asignatu- me ha dado la posibilidad de ser uno de los pocos afortu-
ra pendiente para tantas y tantas empresas, y para tantos y nados que tienen un trabajo gue, a la vez, es una afición.
tantos españolitos. O pecamos de individualismo narcisis- No sé si es herencia genética o una vocación estrictamente
ta y suicida, o nos instalamos en una clonación grupal que personal, pero esta tarea ha llenado, y espero que siga
resta en lugar de sumar. El autor aspira a ver equipos cohe- haciéndolo, mi vida profesional..
sionados que no ahoguen el genio y talento de cada uno de También soy consciente de que mi caso no es el de
sus miembros. A este respecto, la envidia, deporte y ten- muchos otros profesores, maltratados social y económica-
dencia nacional, es analizada con ironía y elegancia. Sus mente, por los que me gustaría romper unalanza, pues siem-
contrarios, la humildad y el afán de servicio, la compren- pre he pensado que un país que no entienda que debe
sión y tolerancia frente al error del otro, la perseverancia y cuidar a las personas que se dedican a enseñar es un país
disciplina en el entrenamiento, son convicciones que el condenado a fracasar.
autor rescata y propone de la mano de cuentos traídos Ninguno de nosotros, me refiero a los que nos
felizmente a colación. dedicamos por vocación a la enseñanza, buscamos un reco-
En el trasfondo de su hilo ar¡5umental, el reto de un nocimiento económico, puedo asegurárselo. Sin embargo,
liderazgo en permanente renovación, que reposa sobre la creo que sería un acto de justicia empezar a dar un trato
responsabilidad y libertad de la persona humana, genuina socialmente adecuado a tantos y tantos profesores que día
e irrepetible en slr singulariclad, y que se articula en torno a día cumplen con la tarea de educar a nuestros hijos en
a valores edificantes e innegociables. En definitiva, tiene condiciones nada favorables, lo que supone un esfuerzo,
usted en sus manos/ querido lector, un libro entretenido, muchas veces, sobrehumano.
ameno, fácil de leer, no se dormirá entre sus páginas, que a Les propongo recuperar la palabra MAESTRO para
3
lavez le hará meditar y cavilar sobre otras formas de traba- definir a quienes nos enseñan y educan. Aunque, eso sí,
jar y de vivir. Le dejo con el autor, para que los dos charlen arropemos ese tífulo del respeto y la dignidad que merece.
a gusto al calor de historias estimulantes. De mis maestros aprendí muchas veces sin querer-
lo, que si algo hay importante en nuestro oficio es conse-
PHrrrr:soH S¡¡vn,qr;o Áwnnr.z ns MoN guir que los alumnos disfruten mientras aprenden... para
que. aprendan.
l0 'il
Ir
atrtores gentrinos.
Mi única esperarlza, por últirno, es hacerles pasar un
buen rato mientras, cluizá, corrsigo transmitirles algunos
conceptos útiles. I.es aseguro que en ningúrr nrornelrto he
a pretencliclo tlue este libro sea una leccicln de nada en parti-
cular: ya que, cor"no clecía un gran maest(otlas lecciotttts ttunca
se dan, en totlo caso st ttttnnn.
Gracias por su confianza.
luaN Merr.o
12
Los PuNTos DE VIsrA
/'
(
-%; *%,ace tiempo me encontraba dando un curso a un
I ',..*
grupo de altos directivos. La empresa a la que per-
''\ : / fu;-""""",':%
.% )%-tenecíanhabía detectado que, al parecer, necesita-
ban profundizar sobre conceptos como liderazgo, trabajo en
I
-)
,J
equipo, motiaación, etc. Llevábamos unas cuantas horas
empeñados en aquel esfuerzo cuando me di cuenta de que
las discusiones qtle surgían solían colocar a cada «conten-
diente» en posturas muy inflexibles, de forma que, más que
un diálogo para encontrar soluciones, eran dos monólogos
incapaces de escuchar cuál era el razonamiento de la otra
parte. En un momento determinado, una de esas discusio-
nes subió de tono por culpa, una vez más, de la intransi-
gencia de los que discutían, ya que se negaban a admitir lo
))-.,
que el otro proponía. Esperé unos momentos para ver si
.) eran capaces de llegar a alguna conclusiónr p€ro, como
ocurre casi siempre en estos casos, la emoción puede a la
raz6n y las posturas en vez de acercarse se distanciaban
cada vez más.
Muy bier¡ les dije, voy a contaros una historia que
3 nos permitirá determinar quién tiene razón. Esta fórmula
siempre funciona, pues no hay nada que nos guste más que
«vencer» al contrario... y más si es delante de unos cuantos
compañeros.
t5
F
l(, 17
-t
CueNros euE MI Jr.rE NUNcA Nrr coNtó Los PtJNios I)n VISfA
- ¡Espern! -gritó el rttltino justo cunntltt cl jooen estal,o de la misrua. Cuando sale n wto está litt¡rio y el otro está sttcio. La
nltrit:rttlo la ¡tuertn para sslir-. ¡Te ln'oltougo un troto! prregunta es: ¿quién de los dos aa a lnztarse?
El jotten se uoluió q, de itmteLlioto, stt encntnitui ¡l El jooen núró al rabino entre escé¡ttico y segwo. Ln res-
etkltentro dt:l raltino. Una uez estu¡¡iaron jutttos, t¡ttluierott a sett- ¡tuestn ntt sólo ern obztia, era ntuy fácil.
tnrse y el raltitto le rtiio: - Rabino -contcstó-, es euidettte que el que está sttcio.
- Ntt quiero que te mnrclu:s nsí. Cou.ttt tc expliquó, - No es así atnigo tttío -le corrigió el rabilto dibujando
yo estot¡ al seruicio de los dentús y no nle gustn... -se qucdó una pícara el ¡tunto de uista de la REALI-
sorrist-, porque tlesde
tttt instmtte pensntiz;o-. Así que te ptro¡touge que lleguun()s tt utl DAD,lo que ocurrirín es que el que está sucio ntirnría al que está
ncun'tlo. linrytio y pensaría «no fite he nmnclrudo". Sin embargo, el que está
¿Qtú acuerdo? lint¡tio miraría al quc está sttcio y pensaría: «me he manchado,'.
- Verás -rotttittttti el rnbitto*, te httré utotro pregwúns. Así que íría a lauarse el que cstá LIMPIO'
k nseguro Erc ningunt de ellas tietrc una difitultad téctúca o
conce¡ttunl que no pucdns resoluer. Es dccit', son ¡rraguntas fticiles
pnra los qua estñs per.fcctanrcute pre¡tarndo.
' El jooen le esutchabo atentnntente U en sus ttjtts se ueía
ln necasitlnd dL, qtrc el rnbino le dijese t:.ott raptidez cuál ern el trato.
EI .iouen. de inmcdinto estrccltó lo tttnno dd raltino y éste contratl ecirl e. Atin Ie quedabart trcs o¡tttr turtidades.
conrctuó las ¡tre gutúas. *Si tú lo dices, raltitto... -asitttió el iouen.
-
Mut¡ ltictt, tyuiero que tc ct¡ncentres t¡ que sólo cuttttdo - Bien, cotttittuetnos. La segundn ¡tregwtta es la siguien-
) te: dos deshollinadores iudíos estrín linryiando unn chimencn r¡ se
estés y'eparorlo nrc des ln contestación a la pregunta. Lltilizn todo
cl tiem¡to quc necesites partt rcsponder. ¿Estús ¡treporndo? caen Llor el hueco de ln misma. Al salir, uno está litnpio t¡ el otro
Sí, rnbino, cuando quierns -contestó el jouen mientras está sucio. ¿Quién de los dos tta a laasrse?
sr ttcomodnlto ett. el bonc<t cn un gesto de neruiosisttttt. El chico le miró coÍt tt,to ex¡tresiórr que delntolta no snber
Lt ¡,r:i¡¡¡"¡",¡ ¡trtrrnrttt es ltr siguicutc: dos deshollittsdo- trtur¡ bien qué estaba ¡tasandtt, tto sttbía si debía contestat', decirle al
jrttlíos csltirr litttpittttio tut¡ chintt:ttctt V se cocn ¡tor el ltueco rabit.to que le estaba trttttttndo el pelo, o sitttplenrcrúe irse v buscar
"rrs
I l.t
19
CuENTos euI Mr IErE NUNcA ME coNró Los PuNTos DE VIsrA
n otro rnltinr¡. F,l proltlenril as qu( hil'ín lrccho uno prüttesa r¡ dcltítr
currplirlo. Así quc dcciditi ct»ttestsrle.
* Según lo tyue nrc lns dicho antes, irú t lsunrsc al tyue
rcln línryio.
- No s¿ñor <spctti cl rnbino tnirtittdolc n los ojos-, ¡tor-
ryrc desdt: cl pttluto de uistn dc la VE'tlDAL), lo quL: ¡tlsnrín ts quc
cl que estri linryio se nirnrín n sí ntistno y dirín nno nte lrc
ntttcltmulttr. El que esttí sucitt st'mirnrít:t n sí ntisnn q diríLt <<trrc
lrc rmtrchndor. [¡teqct iría n lnuttrsa al ryta t:stá SUCK).
- Muv bítu rnbino, si tú ltt diccs. . . -cl cltico yo no sobío
qié lrucer, ni Etti tlecir, ¡tero su truriosiLlntl la nninnlttt n scgrrir Lo que tú quieras rabino... Si tú lo dices -Ia desespe-
-
el jucgo.
ración del chico iba creciendo por mornetxtos.
-Vontos a uer hijo, dabes conceutrnrfc en ln ¡n'cgrtntn y
- Te queda la última oportunidad -le recordó el rabino
l,(tt.slt: tuttes tlc cotttestttrln. Llcuns ln rnitnd tle lrc o¡tortuttidtttlcs
con cierta sorna-, y ya sabes lo que me has prometido: si no acier-
.fnllndns, nsí t¡ue no te das¡tistes -le ¡tidió cl robhrc cott tttt tt'nto
tas ninguna pregunta, deberás abandonar la idea de ser judío.
sunüc y palerrrnlistn.
- rabino,lo recuerdo perfectamente, no te preocupes.
- Sí, sí, rttbitut, no tc prcoctt1res -l tnurnturó (n tono Sí, sí,
ntuq ltnjo-, nlnrn t¡tt no nrc ¡tillns... - Muy bien, cuarta y última pregunta. Dos deshollina-
* E,stñ lrit:tt, pnseuttts o ln tercet'n ¡traguntn: dos dcslnlli- dores judíos están limpiando una chit:nenea y se caen por el hueco
findttrt's iudíos están linryinndo tttttt clt.intcnen ll s(t ctlcn ¡rttr cl de la misma. Uno sale limpio y otro sale sucio, ¿Quién de los dos
hucco dt: lo misrnt. l-ltn sole lim¡tio r¡ cl otro snlc sucitt. ¿Quién oa a laaarse?
dc los dos pa n lnttsrse? - Mira rabino, está muy claro. Desde el punto de aista
Al clico sc le diltujó utta sonriso en ln cnrn r¡ corttastLí de la realidad: el limpio, Desde el punto de ztista de la aerdad: el
rti¡tidorrrertte:
sucio. Y desde un punto de aista metafísico tenemos que decir que
- Está mur¡ clttro, rnbino. Llrtn uez cl litn¡tio r¡ otra utz cl
esta situación es imposible, por lo que no tien.e solución.
sut'io.
La cara del chico reflejaba la sensación de triunfo y de
3 El rnltitto nrquaó lns cejns hncit orrilrn r¡ ru'gti t'ou ln
coltcztt.
desafío al mqestro, algo así como: <<Ahora aerenrcs qué me
dices...>>.
-- No scñor. Dt:sdc un
¡trrttto tla oistn M\:TAF|SICO cs
int¡t¡5ilfr' qttt'tlt: tlos ¡rtrxtrt,rs t¡trt lrtut tnítlo pot't'l tnisnto ttgtljc- - Hijo mío -sttspiró. el rabino-, no has entendido abso-
ro, untt silgn linr¡tirr r¡ oltt lnlgt strt'irt. () solttt ftrs ¿/os linryrios o lutamente nada, porque, según y coffio piensas tú, lo que jamás
sttlttt ltt:: r/()s sl/r'i{)r;, ltrt,,¡rt r':.ltt ¡iltt,tt'iritt cs int¡t¡5ifi1¿. aeras en tu aida es a dos judíos que sefln deshollinadores,
20 21
CuENTos euE Mr JErE NUNcA ME coNTó Los PuNTos DE VIsrA
Los dos asistentes que habían discutido sonrieron El marido no salía de su asombro. A él ni siquiera I,e
(en realidad fueron todos), pero sus caras me pedían a gri- había preguntado. Sin embargo, el rabino se dirigió hacia él y
tos una explicación. ZQué tenía que ver aquella historia con le pidió que, por faaor, le contase ahora su aersión. De nuet¡o,
el liderazgo? el rabino escuchó con atención el relato que el hombre le
- No habéis entendido nada -les dije. hacía. Cuando hubo terminado, el rabino le confesó:
- La historia está muy bien, ¿pero qué tiene que ver - ¿Sabe lo que le digo?, que tiene usted toda la razón
con lo que estamos hablando? -me preguntó uno de ellos. tlel mundo.
- Está bien, os contaré otra y veremos si, entre las Atin ttttis ¡ter¡tlejo, si cnlre, el mnrido se rlirigió nl
dos, sois capaces de sacar alguna conclusión -les propuse r nLt i tt.o tl i ci é n d ol e :
mientras la mayoría se apoyaba en el respaldo de la silla - Pcrdón rabino, con todos mis res¡tettts, esttt ttt't
eiperando lo qtre les iba a contar. puede scr. O yo tengo TODA LA RAZÓN DEL MUNDO, o
ella tiene TODA LA RAZÓN DEL, MLINDO, ¡tero los tlos a
ln aez es inrposible.
22 23
Cueuros euE Mt JEFE NUNcA I\,rt coHró
^*)ta*
^#,ñ f A(A C'ɧfloÑA(
i 4'-^lr,ÉsT(A CAf
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A'CIDAO'
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AñrÉ(lo(.
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z. CnTATTvIDAD
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- Ya lo sabemos Juan -me aclaró Pablo-, pero sólo
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se conforma si lo que le damos es absolutamente nuevo y
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eso es muy difícil. Nosotros somos consultores y no creati-
vos de una agencia de publicidad.
- ¿No será *le pregtrnté- que en realidad no esta-
mos poniendo en marcha nuestra capacidad creativa?
Los chicos me observaban entre asustados y rendidos.
3 * Es que -me contestó Ricardo- para ser creativo
hay que nacer...
- Dejadme que os cuente una historia.
Me miraban como deseando que aquello les permi-
tiese dar con la solución que necesitaban y quitarse la enor-
me.preocupación que tenían encima.
2()
Cururos euE Mr JEFE NUNca Mr co¡tó CREATIvTDAD
w ,u
- Pucs bitn. 'le rtpito' dinta cómo ntediríos ln nlÍuro tradecirle, supuso que el enfado de su profesor no era como
r/r' r'sc cdi.ficio (on tut ltttrtitntLro. para.andar con bromas.
30 3t
Cus¡{r0s euE Mr JErI NUNCA ME coNTó CnEATIvIDAD
a& w
:12 .r t
I
en la fachada del edificio. Cuando Don losé y don Ricardo seguían sin salir de su asom-
lo tenga así nxarco en la pared cln la bro y sin saber muy bien qué hacer con ñquel chico.
tiza el sitio donde acaba el barómetro. - Pero, ¿saben una cosa? Ninguna de ésas es la mejor de
Vuelao a colocar el barómetro contra la pared, las respuestas... -+entenció Pablo sonriendo maliciosamente.
pero esta aez con la parte inferior del mismo - ¿AH, NO? -dijeron al unísono.
coincidi:endo con la marca de tiza que acabo de - No, eaidentemente. La mejor de las respuestas es
hacer y uuelao a tilarcsr con la tiza el lugar tloncle que yo cogiese el barómetro y fuese a la empresa que cans'
me
acnltn el ltartimetro. Y nsí lo hngo ttttttrts ttt:ccs coulo sco truyó Torre Picasso. A la primera secretaria que aiese le diría:
nccessrirt lrnstrr llcgnr tt lo nús nlfo dal cdificio. Etttttttct's ,<si rfle dices la altura de Torre Picasso, TE REGALO ESTE
mttlti¡tlico cl tttinrcro dc ntnrcns ¡tor lo qrre rrtidc el l¡nróntatro BARÓMETROo,
y yn sé cuLil cs su nlturn.
[)orr losé y dort llicardo ltobítut dejndo t.|t: ttstnr rtcostn- - Esta anécdota -les expliqué sin darles tiempo a
dos ctt el res¡tnldo tle sus nsitnlos t:ott los brnzos cruzndos Ttmn reaccionar-, la contaba Sir Ernest Rutherford, Premio
ptsor n,tcttt:r losltrnztts soltre ltt m(:sn 1/ ln ntiradn ma¡ nlctttn. Nobel de Química en 1908. El estudiante, en realidad, se
Prtr cjtmplo -siguió Psblo-, nte subo a ln ¡torte clc llamaba Niels Bohr, un físico danés que fue premio Nobel
nrriltn dcl edificio con un crrtttrintetro ty un bnrórttt:tro. Ett lt de Física en1922, discípulo y amigo de Rutherford. Yo sólo
tttntto tltt"ccltt el cronóttu:tro, crt ln izt¡tticrda el ltoróntctro. Mc os la he nrodernizado.
lrot'tgo cn ls cornisn t¡ sut'lto el bsróntctt'o, nl tnistltt'r tiant¡trt - ¡Claro! -exclamó Tito socarronamente-. ¡Premios
quc ¡rulso ln ¡tttcstn en mnrchn dcl cronóntctro. Custtd¡¡ cl Nobel!
bnr(nnatrLt se dt'stroce crutfrn cl sttclo, ltulso cl strt¡r. (¡¡1 ¡n - Sabía que en cuanto os lo dijera buscaríais esta
ftirnnrln: h-'ll2 g 12, r¡n puedo cnlculnr ln alturo dcl edi.ficio. excusa para esconder vuestro problema. Vamos a ver -con-
Los r/os ¡trofesttrt:s scguíatt ltoquinlticrtos tttit'tttrns tinué-, ¿me podéis decir por qué ese estudiante era tan
P nltl o st gu í n lt nltl o tt do. creativo?
- ¿Quicrcn otrn? -lcs ¡treguntrí Poblo, - Porque nació así -volvió a insistir Ricardo.
- Sí, sí, yor sttl¡ucsto *t:otttcstaron al uttísontt ios ¡/ol; * No. Y con eso no quiero decir que el componente
pro-fesortts. genético no tenga algo que ver. ¿Qué es la creatividad? -les
3
- Mt: ¡tttngrt .frente nl ¡trirnt:r cscnlón de la escn-
Vnlc. pregunté.
lcra princi¡tsl dt'l edi.ficio, eso sí *nttttizti Pnltlo cttrt t'it'rtn Una forma de pensar -me contestó Pablo.
-
sorilrl-, r:tttt el ltnrómefro ett cl bolsillo pnr¡ que no sc nu'en.fa* Una forma de pensar distinta -añadió Ricarclo.
-
dL:tt, Así quc sttbo tttdas lns r'scnlcros, rntrltiplico el ntittert¡ dtt - ¡Claro! -les dije-. La creatividad es la CAPACI-
cscnlottcs ¡tor ln riistnttc.itt quc htry tntrc rllos, lc descttattto al DAD PARA PERCIBIR LA REALIDAD DE FORMA DES-
t'sr:olt:r0, ! Vn s( tnntbitttt ¡trtírtttt tttidtt Torrt Iricasso. ACOSTUMBRADA.
.cfi'clo
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Al
poco rato pasó un autobtis, pero el perro no se El perro descansó unos segu?tdos y des-
moaió. Pocas minutos después apareció otro de una ruta pués se dirigió frente a unñ tapia que había al lado
distinta y el perro subió rápidantente por la puerta trase' de la fachada de la casa, dio un salto y se colocó
ra parn que el conductor no le t¡iese. El carnicero, que "sobre la repisa de la tapia. Sin pensárselo dos ueces,
seguía sin dar crédito a lo que estabs aiendo, subió tam- aoluió a saltar hasta que se colocó en el nlféizar
bién al autobtis. de una aentana consiguiendo golpear aarias oeces
el cristal, Inmediatamente hizo el camino contrario
y aoluió a colocarse frente a la puerta de la casa.
A los pocos segundos la puerta se abrió y tras ella
apareció un hombre que sin.mediar palabra empezó
a golpear al perro mientras le gritaba lo inútil que
erq.
Al aer aquella escefla, el cnrnicero se fue
hacia al hombre y sujetándole las manos para que no pegn-
Tt'as ¡ttrrnrlns des¡tttés al Ttcrrtt se nlzó sttltre srrs ¡tntns se más al animal exclamó: «¡Por faaor, deje de pegar al
troseros y tocó el tintltrc p{tr0 quc cl contlttt:tor sc Lletuuit'sc att perro! ¿No se da cuenta de que está cometiendo una injus-
ln sigtriente ¡rnrntln. LIttn ucz nllí rl ltcrro st lttió y, dctrás dt: ticia? Este perro es un genio».
é1, el csrtticero. «¿Un genio?», repitió el hombre en an tono profun-
damente irritado: «¡Este imbécil de perro es la segunda aez
esta setnana que se olaida. las llaaes!o.
44 45
-"t
Í:
":)''( NUNCA ]\l€ coNT') Ex¡cENcIA
,i,,r'''.'" CuENTos QUt lrl fErI
a.!!..1
t
Vamos a ver Fernando, que seas exigente me tros. Es más, la exigencia sin afecto es tan poco útil
-
parece perfecto, es más, es una obligación cfr: todos aque- el afecto sin exigencia.
llos que nos dec{icamos a gestionar personari. Si no fuese - iNo, si ahora tendré que besarles al llegar al qui-
así, traicionaríamos el verdadero trabajo en equipo y el rófano! -me dijo en tono de broma.
propio desarrollo de las Personas que trabaian en é1. " - No. No seas tan ladino. Dar afecto es simplemen-
- ¡Lo ves! -me espetó sin dejarme acabar la frase. te reconocer que tenemos con nosotros a un ser humano
que sufre, se ríe, tiene problemas/ que se equivoca como
- ¡Pero...! -añadí rápidamente-, eso no es excusa
para no saber que todo ser hurnano necesita algo más que nosotros, etc., y actuar en consecuencia. Todos, tú el prirne-
la exigencia para poder llegar al máximo de rendimiento' ro, necesitamos que ese lado humano también sea entendi-
Fernando me miraba atentamente esperando saber do y cuidado por quienes nos rodean.
qué lo que le iba a decir. La conversación se alargó casi una hora y, poco a
"s poco, Fernando fue dándose cuenta de que su error partía
- ¿No te imaginas qué es? -le sugerí.
Arqueó las cejas hacia arriba y subió sus hombros de no haber aplicado algo tan simple como eso.
exageradamente. - En fin -se despidió- me voy al hospital a dar
haces habitualmente fuera del traba- mimos a mi ¡;ente.
-Algo que tú
jo y que siempre, aunque no te hayas dado cuenta, te da - Fernando, espera, un último consejo.
muy buenos resultados. - Tír dirás.
- No se a qué te refieres |uan. - Hace tiempo un gran entrenador de fútbol me
dio un consejo que creo te puede ser útil: Si quieres repren-
- Muy sencillo, al AFECTO. Ser exigente no está
reñido con proPorcionar afecto a ld gente que trabaja con der a alguien por algo mal hecho, primero recuérdale algo que ha
hecho bien y felicítale por ello. Luego dile lo que ha hecho mal y
cómo debe corregirlo. Te aseguro que damuy buen resultado.
Al volver a mi oficina intenté recordar toda la con-
versación y sacar conclusiones sobre ella. Como decía un
gran profesor que tuve en la universidad: Unabuenn conaer-
saciórt nos descubre que sabemos ntuchas más cosas que las que
* creemos saber.
Mi resumen fue:
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4. Mal,os MoMENToS
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MAIos MoMENT.,s ,',Mi
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..;.'M CUTNTos QUE )\ft JETT NUNCA ML CONTÓ MALos MoMENros
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lfttmnestro oriental que aio cómo tttt alacrátt se iQué fácil es decirlo ctrando no es a ti a cluien le
-
ha pasado! -exclamó mientras levantaba y abría sus rnanos.
estabq ahognndo decidió sacarlo dcl agut pero, cttttttdo lo
hizo, el alncrán le picó. - No, Io que quiero decirte es que construyas un
nuevo proyecto, aprendas de lo que te ha ocurrido y sigas
Reaccionattdo al dolor que le produio la lticndurn,
sienclo como eres, esa persona a la que tus amigos y mucha
el mtcstro sctcudió su mfino y soltó al nnimnl que coyó nl
ngua y, de nueuo, cotnenzó a ahogarse. ¡;ente quiere por ser colno es.
El mttestro intentó sacarlo otrn aez y, de nuetto, el - ¡Claro, claro! -me respondió-. Y que estos dos se
vayan de rositas.
alacrán le ¡ticó.
Alguien que hnbía estado obserztandc, se acercó nl - ¿Me dejas contarte otra historia?
mnestro y le conrcntó: - No sé cómo me voy a negar.
<rPerdone, fi1e parece que flo está entendtendo que cnda
uez quc usted intenté sncnr nl ala*án del agua, le picará".
EI tnttestro le ruiró t¡ le cxplicó: oLa t nturnleza del
l ,*t¡; 't/r,;t..:l l,t,; tl
nlacrán es ¡ticar, V eso no pucde cantbiar ln mía que es oytt-
Ett ttn barrio de una gran ciudacl oittían dtts aeci-
J dar». Y eiltrtnces, ayudáttclose de una hoia, el ntnestro sscó
nos que se odiaban ferozmente. Uno de ellos snbió cierto
al slacrán tlel agua q le saluó ln aida.
día al desvátt de su casa a buscar nlgo que necesitsbo. Al
miró y me p-rreguntó:
abrir una de las cajas le sorprendió el brillo de un objcto.
Mi amigo n'¡e
Lo sncó y lo frotó con la nmno para limpiarlo, En ese
¿Quieres clecir que no l'raga nada y me quecle
rnontento, una nube de humo salió pttr uno de los ttrificios
pensand<l que las cosas son 4sí?
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¡Exacto!-espetó-, eso es lo que siempre me dicen: El abuelo había com:ryrado un lturro ytara que les
«aquí siempre hemos hecho las cosas asír. ayudase en algunas de las tareas que cada día tenían que
- Lo que significa solamente eso, p€r') ellos le dan hacer en el campo. Lo había hecho más pensando en su
otra i4terpretación... nieto que en él mismo. Además de la dureza de la tarea que
- Las cosas se han hecho siempre así'¡ así seguirán realizaban, todos los días debían caminar aarios kilóme-
para siempre... tros hasta llegar al lugar de trabajo, lo que unido a las
- Y no pensamos cambiarlas -añadí. inclemencias del tiempo hacía que, muchos días, se sintie-
- ¡Pues sí que estamos buenos! -resopló con deses- ra mal aiendo el cansancio de su nieto en el camino de
peración. regresl a casa, Este burro, pensaba, podrá hacer a mi nieto
- Sólo hay una solución -le propuse. la uidn más fácil.
- ¿Cuál? Aquella t,arde, cuando uolaían a casa, el abuelo
- Piénsalo. ¿Por qué cambias tú? camina.ba con la satisfncción de aer a su nieto montado en
- No lo sé -dijo mientras seguía pensando*, qttizá el burro... y descansando. Sin embargo, cuando pasaron
porque es mejor lo nuevo. por una cnlle del pueblo oyeron que unos oecinos decían al
- ¿Y por qué es mejor? -le interro'gué mientras me aerles pasar:
rniraba solicitando con urgencia una respuesta-. Por una - ¡Esta juaentud es increíble! El chico tan cómodo
) única razón. Tú aceptarás el cambio sólo si te demuestran subido al burro mientras el pobre abuelo tiene que hacer el
que es beneficioso para ti. Si no, ¿por qué vas a cambiar? camino a pie,
- ¿Quieres decir que si no soy caPaz de demostrar- Para eaitar aquellos comentarios tan molestos el
les que eso les beneficia será difícil que cambien? abuelo le propuso a su nieto que cuando entrasen en el pue-
¿Tír aceptarías cambiar de casa si la que te ofre- blo se cambiasen y fuese él quien estuaiese montado en el
cen es peor? ¿Aceptarías qu€ te cambiasen el coche si el burro.
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Wffi CusNros QUE ñlI JErE NUNCA ME coNTo
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- Eso hacen conmigo -asintió con la cabeza-, cla
igual que 1o haga de una forma o de la contraria. Sienrprt'
hay críticas.
- ¿Sabes por qtré ocurre eso?
- Por la incultura -certificó muy seguro.
- No, conozco a gente muy culta que le gusta est'
deporte. Eso ocurre porque la gente tiene muy pocas cosas
que hacer. En toclas las organizaciones en donde a la genlc
le sobra tiempo, el pasilleo y la crítica se convierten en el
Así ltícieron nl dín siguiertte. Sin enúargo, cttfitt- deporte nacional. Cuando tienes tu tiempo ocupado y la
do pasnrttn ¡tor la nlisÍtttl zotta oyeron stts críticas: obligación de cumplir con unas metas... Por eso -añadí- yo
nul'lca me creo las historins qtte vienen a contarme sobre
- Destle luegtt, parecc ntentirn. El uieio tnn des-
ctutsado y el ¡toltre chico,0Sotado tlcl trob0jtt del dín, tiene alguien. Sólo me creo aquello clue yo corlozco de esa perso-
que, ir cnmittnndo. na, lo demás siempre es interesado o con malicia.
Lrts tlt¡s se miraron extrañndos, llero decidiarott - Si strpieras lo que me contaron ayer de vosotros...
cntrtbinr ln estrntttgia pttra cuitor, dc nututt, l<ts ittctitttttdos -me apuntó sonriendo.
comentarios. [.n decisititt cottsistió en que nl día siguiente - Otra cosa -le dije sin interesarme por esos comen-
irínn los dos ntontotltts ett el burrtt nl ¡t¡75n¡ ¡tor aquclln tarios-. No te olvides de que lo mismo que nos molestan
zofit7. los profesionales de la crítica, debe molestarnos la falta de
Sitt unltargo, nl ¡tasnr nl tlín siguiante por ese sitio au.tocrítica de nosotros mismos.
les oyerott mnldecir: - Lo cle Ia viga en el ojo propio, ¿no?
¡Qué fnltn dc ottt()r v res¡tt:ttt rt los onitnnles!
- - Eso es. Te contaré un chiste que me contaron hace
Mírales, ltts dos encitna del poltre bttrro, ttcabarán reu(n- poco para que no se te olvide. Dos mnigos estnbon bebiendo
tnndole. en un bar y turo le dice sl otro: luar¡ no bebas nús que se te está
Desas¡terrtdos y dispuestos a ncnltnr de unn 7t(z cott poniendo la cara borrosa.
los comentaritts decidicron ¡toner cn morcltn la últimn Tardó unos segundos en reaccionar y empezar a
alternotiua ¡tosible. Al dín siguiente, t¡ cunrrdo pasaron reírse hasta que se dio cuenta de lo absurdo de la recomen-
por nquclla zonn los dos iltnn a ¡tie junto nl burro' dación.
Sin eniltargot oyer(),l chismc¡rrenr n los uecitttts: Es más -le aconsejé-, no te fíes de nadie que no
-
sea capaz de reírse de sí mismo.
- I'lnce .fnltn ser itlíttttts. Tienen ttn burro u oatt
tndando.
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r.- AOuí sÉ$?g.É llÉ,r^os ilEcHo LAs
cosAs Así, sdlo srq^,rÍtcA 6so: 0r;6
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-¡Venga, stga-
cliie-' ¿Ctrál es la ¡'rrimera mos! -rogó Blanca vien-
-Vale, Para ahí -le
ción? do que str artículo Podía
te octtrre pttecles apretrder' empezar a tomar forma'
- Qtre cle todo lo que
incluso aullque sea malo -me
diio Blanca' - Antes de se-
primero' La vida es ttu cotrti-
- M'y bien' Eso es lo guir -les qtrise Ptrntuali-
gente no le saqtte partido zar utl detalle-' Hace
ntro aprentliza¡e, atrrlque mucha
le st'tJde''' Por tr.a sinrple'fa1ta ,r-"-pl, solía d iscuti r con guien' Oii"1..:
a rnuchas de las t;';;t'q"" Tl:'::,Lt: :;
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/:. Cururos euE Mr JEFE NUNCA.ME coNró EL APRENDIzAJT r'
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de diagnosticar tt-r propia enfermedad, ¿cómo la vas a curar Todos los ntinistt'os se núrnron entre sí creyctrdo
o cómo vas a pedir y aceptar ayuda? que Clturcltill había terminntlo, ¡rero corttinuó ¡tnrn reuc-
- ¿Algún consejo? -solicitó Blanca con el bolígrafo lnrles el secrcto:
dispuesto para escribir. * El truco está en no sobra¡tnsnr ese límitc.
* A Churchill se le atribuye una anelcdota que te
contaré y te puede servir:
- Es decir -agregué-, o aceptamos que, POR LO
MENOS, somos imbéciles diez minutos al día o estamos
perdidos. ¿Sabéis cuál es el problema?
Ninguno de ellos contestó, sólo me miraban fija-
mente.
- El problema es doble. El prirnero es que muy
poca gente acepta esa premisa, que se agrava en el mundo
de la empresa cuanto más alto subes en el escalafón. El
segundo consiste en que, además de no aceptarlo, no tene-
: mos a nadie a nuestro alrededor al que le permitamos
decirnos: «Estás dentro de los diez minutos>». O sea, tener un
Dttron te un conscjo de tninistt'os qtte presidín amigo o a alguien de confianzat una especie de Pepito
Chttrchill dos de sus ministros discutíon sttbre un error Grillo, al que le consintamos la crítica pura y dtrra.
qua utt() dc cllos ltqbín come tido. ¡Os vais a enterar! -les avisó Blanca a los dos.
- ¡Prrrt'cc metttirn qua nlguicn tnn itrtaligtnlc - Sigamos, dale al play -le dije a Tito en un intento
hnt¡n cometidtt sentcjnnÍe cstrt¡tídez! -lc t:s¡t¡l¡i utto nl otro. de quedar tecnológicamente bien.
* ¡Clnro! -se dcferrdió el ogretlido-. lJo rnc dnbn
cuenttt de qtte ustad nuttcfi se (:quittoctt. «Vay miráttdonrc en los cltarcos
¡Scriores, ¡tor fauor! -cortó drásticntnente yo tlo necesito espe jo.
Clturt:ltil-. Estt: cortt¡tnrtnmiento es indigrro dt' dos mícnt Sé que sor¡ mucho más guapo,
l bros del Gobicrno de Su Mnjcsltd. Dóit:ttnre que lcs digt cuntttltt tlo me sieuto -fco».
nlgo que nl pturet:er descottttt:ctt /os ¿7os.
Un silaucio ttttnl se ¡trodu jo e n lt snls. Entottccs - ¡Mira hombre! -le strgirió Tito a Pablo-, eso es lo
Churcltill oñ¡dió: que tenemos que hacer tú y yo.
- Todo st:r hunt¡no as itttltócil, ¡tor lo utcnas dit:z - ile, je, je! -contestó l'ablo.
ntinuttts tl tlís. - Venga chicos, en scrio.
82 IJ3
CuENTos euE Mr JErE NUNcA ME coNTó El APRENDTzATE
. estnba su hijo. a una deudn que si no pfigo nos Ttodría lleaar a ser entbargatlos,
- Lq aerdnd, mnntd, es que no ntuy bien *le confesó - ¿Cufutto pitlo por él ntamú?
mientras se incor¡rornba y se sentaba en el sofa apoyatño los - Debes olttener la mayor cantidod posible pero, co,tto
. codos en las rodillns y sujetándose ln cflra con lns tnnnos. míninto, no aceptes nrcnos de 2.000 euros. La deuda ztence matin-
- ¿Qué pnsa hijo? -pregtnttó la mndre dejttndo lns llnt¡es na por la matiqnn así que, ¡tor faaor, ue inmediatamente.
encinm de la nrcsa t¡ sentándose cercn de é1. El chico se leuantó, cogió su nltrigo, dio urt beso a su
- No lo sé nmmá, llero me sienttt tan poca cosfl. quc n.o madre v se fue.
tctrgo ganns de hacer nada. Yo creo que ntuchn gente ¡tiensn de mí Al llegar a ln calle se tlirigió lmcia la estaciótt de nrch'o
que no hngo nada bien, que srtt¡ media tonto. El problerna es tlue mris cercana, pensó que era la forma más rá¡tida de llegnr a la
no sé qué hacer, tto sé cótno mejorar, cónrc lmcer que los detnris me zona donde se ubicaban aquellas <,,tiendas»'.
3 ztaloren. Nada ntás llegar enryezó a ofrecer el anillo tienda ¡tor
Su nmdre se querló nirúndolo rttictttrns le acnricialts el tienda, Los tnsatlores lo núrabntt cu.t sLts lupas, pero cuando el
cnbello t¡ su ricttrs dclatnbn ln tristezs de z¡er sufrtr a su hijo. cltico les decío lo que pedía ¡tor él nadie lo quo'ía.
Cuánto ltt siento, cariño. Lo quc más rne duelc es que Después de ofrecer ln joya en todas las tiendns tle la zona
creo qua no puedo nyutlnrte , no sólo no sé cónto lmcerlo, sitto y ser rechazado en todas ellas, rcgresó a su casa muy triste. Lo que
arlcnuis debo resolt,t'r ttn ¡trobJenrn urgeute -se quedó un rnto nús ltubiera deseado era hnberle resuclto el ¡troltlenut s su madre.
r.t4
"qtte
85
CLTBNToS euE Nrl JEFE NUNCA ME coNTó El ATRENDIzAIE
86 fi7
.l auENr()s euE N.rr JF,rE NUNCA NrE (:oNr() Er ATRENDTzAJE
¿Dónde se han quedado tus sueños? darse, pero que muy cerca de vosotros, en 10 cotidiano,
Tienes el alnta desnuda. hay muchas oportunidades de aprender también cosas
Después de romper la ola, muy importantes para la vida. Aquel qtre utilice mejor
sólo nos quedó la espumarr. esas oportunidades de aprendizaje tendrá una ventaja
competitiva muy importante. No se os olvide aquello que
decía Michael Porter; Si no tienes unn aentaja competitiua,
no compitas.
Ya me iba cuando recordé que no les había pedido
algo importante, así que volví y les dije:
- ¡Por cierto! -todos se volvieron-, enviadme un
correo con las conclusiones que habéis sacaclo.
- Vale tío -concluyó Pablo.
Me fui pensando qué hubiese pasado si yo hubiera
-Ya lo tengo -señaló Tito-. Valoremos a la gente no contestado así a mi padre. Aunque, la verdad, estoy con-
por lo que tiene, sino por cómo lo ha conseguido. Es decir, vencido de que ahora la relación es más mucho más sana.
el esfuerzo, el sacrificio, el espíritu de lucha. Eso que tantas Al día siguiente recibí un correo con un resumen
veces nos repetís. de sus conclusiones:
- Los sueños -añadió Pablo-, eso te lo he oído decir
muchas veces: todo comienza en un sueño. Si no tenemos
pasión por lo que hacemos, al final se nos queda el alma des-
nuda.Tenen'tos que soñar con lo que queremos y apasionar-
nos con ello.
- Sólo una cosa más -les aclaré-. Recordad que los
sueños de los que hablamos no son los sueños que nos slteítan,
o sea, esos que tenemos cuando estamos dormidos, sino
aquellos que conscientemente creamos.
j En ese momento sonó mi móvil.
- Bueno chicos, os tengo que dejar, aunque veo que
ya estáis encaminados.
* Gracias -me dijeron al unísono.
Sólb os pido que os acordéis de que para apren-
der tenéis que estudiar, lo q¡e por cierto nunca debe olvi-
Irttt f.r9
..:3t,tsl),Jt\C$l¡,hlt.rt:Fq¡Íbra¡:rLdrttl ia?trrr¡rlllLknr'.r { r¡,,1.-,.!,Ji-, I ,, .,rir I
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* L)ígttrue, dígnrne . Ignacio era algo más que un amigo. Lo conocí a
- ¿Puede decirme por qué u?l cubo lo tiene finales de los ochenta cuando un banco español me encar-
tapado y el otro, en cantbio, Permanece destapado? gó unos cursos para sus directivos. Poco a poco aquella
- ¡Ah! -sonrió el pescador-. Es muy senci' relación se convirtió en una arnistad que me proporcionó
l.lo. El cubo tapado corxtiene canSreios alemanes, en conocer a un ser humano excepcional y, sin duda, a quien
cambio el destapado tiene caflSreios espsñoles. mejores consejos me ha dado a lo largo de mi vida profe-
- Ya *balbució el científico no muy cotxoen- sional. La desgracia de una maldita enfermedad nos impi-
cido-, Pero, ¿por qué a los alemanes los tapa y a los de, a quienes le queríamos, seguir disfrutando de é1.
españoles no? - Te refieres a la envidia, supongo -le dije mientras
* Muy sencillo señor -esgrimió el pesca' abríamos una bolsa de higos secos que había comprado.
clor-. lLna rez dentro del cubo los cangreios ñlema- - Claro Juan, la envidia. Como decía no sé quién:
fles pueden escallarse porque üan subiéltdose unos En el club de la enaidia la entrada es libre; la compañía, amplia;
encima de otros haciendo como una escalera hasta la.s consumiciones, gratuitas; la cont¡ersnción, ininterrumltida.
que consiguen salir. Pero no hay salida. La maldita envidia que nos atrapa en
- ¿Y los españoles? *inquirió el científico. cuanto alguien puede destacar.
Con esos no hay peligro *respondió con * O destaca -maticé.
-
rotundidad el pescador'. En cunnto uno empieza a - Desde luego -recalcó ofreciéndome otro higo-.
subir, otro tira de é1. hacia abaio, y así con cualqttie- Para mí es el cimiento de nuestra incapacidad para trabalar
ta que lo intente, con lo que nunca escapan. en equipo.
- ¿Tú crées? -le animé a hablar sin interrumpirle
demasiado.
- Ese es nuestro problema Juan -afirmó - Lo que quiero decir es que es un cimiento que
Ignacio después de contarme esta h.istoria. permite construir muy bien el individualismo y machaca la
Paseábamos una tarde por la ciudad de Filadelfia, posibilidad de hacer un buen trabajo con otros. Trabajar en
adonde habíamos ido a realizar un curso sobre banca equipo es un ejercicio continuo de humildad y servicio a
en una prestigiosa escuela de negocios-. Una gran los demás.
incapacidad para trabajar en equipo que, aderezada - ¿Cómo se traduce esto en una empresa, Ignacio?
con nuestro gran pecado capital, nos impide llegar - Más bien deberías decir cómo se debería traducir,
más lejos. porque encontrar personas que lo hagan es realmente muy
complicado -puntualizó mientras entrábamos en una
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CutNros etJI Ml Jr:FI NUNCA l\{¡ r'onló LIDERAZGO .b'ftv.,t"
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Todos rieron. Esa es una de las ventajas de dar cur- p_or el bosque recogiendo ramas caídas para encender el
sos a gente joven, es un público siempre agradecido. fuego del horno, aio un capullo de gusano colgado de un
- Lo que quiero deciros es que aunque os enseño tallo quebrado. pensó que sería más seguro para la pobre
liderazgo, nunca se me olvida que todo debe estar enfoca- laraa lleaarla a casa y adoptarla pnra su cttidado" Al
llegar,
do hacia la maximización del beneficio. Sin embargo, os la puso bajo una lámpara para que le proporcionase
calir y
recuerdo que si queréis seguir respirando muchos años es la arimó a una aentana para que el aire no te
importante que comáis sano, hagáis ejercicio, dejéis de
faltari.
fumar, etc. Eso es el liderazgo para el beneficio empresa-
rial,la mejor comida, el mejor ejercicio y la mejor vitamina.
De repente, una voz se oyó al fondo de la clase.
No vendría mal que se lo recordases al de plani-
ficación financiera. No creo que esté muy de acuerdo con {(
)
esta teoría.
. . Quien decía aquello era Guillermo, al que todos
- llamaban Kurt. Un filósofo metido a temas empresariales
que siempre nos ofrecía un enfoque inteligente.
- Kurt -le dije-, el día que no reivindiques algo
pensaré que estás enfermo. Durante las siguientes horas mi madre permaneció
al lado
- Lo que tu digas camarada -me contestó con ironía. de su protegida esperando el gran momento. Después
de
* Bneno sigamos *les propuse-. ¿Me dejáis que os una larga upera, que no terminó hasta la mañana
iiguien_
cuente una pequeña historia? Veréis, el otro día leyendo un te, la joaencita aiq cómo el capullo se rasgaba y uná
pati_
libro de Jorge Bucay me llamó la atención una historia que ta larga y aelluda asomaba desd.e dentro. Todo era
mágico
relata en él y que creo nos viene muy bien para hablar de y mi madre nos contaba que tenía la sensación de estar
liderazgo. Dice así: presenciando un milagro. pero, de repente, el
milagro
pareció aolaerse tragedia. La pequeña mariposa parecía"no
tener ln fuerza suficiente para romper el tejido.de
'f ,r, f,,1
su cáp_
o ,.1 ¡¡ i iti ,r1,,,'1 sula. Por más que hacía fuerza no conseguía salir por la
pequeña perforación de su efímera casita. Mi ntadre
no
Mi mndre crn lri jn dc una ¡tart:ja dt: camptesinos de podía quedarse sin hacer nada. Corrió hacia el c,arto
de
Entre Ríos. las herramientas y regresó con un por de pinzas
delica¡las
. Nnció y creció en cl cnnryto eutrc nnirnnlt:s, ¡ttijuos y una tijera larga, fina y afilada que mi abuela usaba en el
t¡ .flores. F,lls tttts ctttttti quc uqn tunñnrtn, rttit rrtrts yuscnltt bordado. Con mucho cuidado, para no tocar el insecto,
fue
l20
12t
h7- LfDERAzco *tf ;'
k'{,r;} Cur¡¡ros QUE NtI JErE NUNCA M¡ c<l¡r¡rÓ
n.'*..', i,Wr
tl
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l,o§-',,',
u,' casa, de otra for- es el reto del líder, ayudar a su gente para que consiga
ma hubiera muerto, mantener el esfuerzo.
r' pero luego se paso de - Si volvemos al ejemplo de la mariposa *señaló
la raya y pretendió hacer Natalia-, lo que quieres decirnos es que no sólo basta hacer
lo que le correspondía a la ese gran esftrerzo parasalir del cascarón...
nrariposa. - No sólo basta con hacer un gran esfuerzo y apro-
- ¿Es decir? -le aninré a bar este MBA -le solté interrumpiéndola.
continuar. Ella sonrió entendienclo la intención de mi
- Que en el mundo de la comentario.
empresa, cuando nos toque liderar, lo - Lo que quería decir -continuó argumentando-,
que debemos hacer es ayudar a nuestra es que luego hay que volar todos los días, y eso significa
gente a conseguir sus propias metas, pero que debemos batir las alas para conseguirlo y no pensar que
dejando que sean ellos quienes las alcancen. otro las batirán por nosotros.
Muy bien Kurt. ¿Quién aporta algo más? - Perfecto Natalia, perfecto. No sólo debéis hacer el
- No he acabado -protestó Kurt. esfuerzo de aprobar este curso, sino que eso no es más que
- Ya lo sé, pero los demás tambiér-r deben inter- el principio de un camino en el que cada día deberéis man-
venir. Ltrego sigues. tener esa constancia.
Borja levantó su mal1o. A veces seguía sorprendiéndome cómo siendo tan
,
- Yo creo que el gran fin de un líder, con mayúscu- jóvenes mezclaban tan bien el ímpetu de su juventud y la
la, es hacer que su gente sea Ia mejor y eso sólo se consigue madurez en los razonarnientos.
si dejas que el talento de cada uno se desarrolle. - iQué misión tiene el líder entonces? -me interro-
- Me parece perfecto lo que has dicho, Borja. Pero, gó Irene con cierto espíritu de reto.
-y fijándote en la historia de la mariposa, - Ahora iremos a ese asunto -le contesté-. Lo que
¿qué condición es
absolutamente imprescindible para que eso ocurra? me importaba ahora es que vieseis qrle es imposible
Supongo que el esfuerzo, ¿no? -afirmó Borja. que alguien nos lidere si nosotros no ponemos todo de
- Mry bier¡ pero ¿qué tipo de esfuerzo? -le pregunté. nuestra parte. Yo puedo ayudarte a tener mejor técnica
- No entiendo qué quieres decirme -me respondió. para que hagas las cosas mejor, y poner todo tipo de
. Los demás, al parecer, tampoco sabían qué contestar. herramientas a tu alcance, pero quien tiene la responsa-
- Vamos a ver chicos, lo que quiero deciros es que bilidad de utilizarlas y esforzarse en conseguir la meta
"no ionsiste sólo en hacer un gran esfuerzo en un rnomento eres tú.
puntual. Para llegar a alcanzar las metas que os marquéis, - Es decir, que hay gente que no puede o no quie-
el esfuerzo debe ser continuo, pegmanente, constante y, ése re ser liderada *remachó inmediatamente Kurt.
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Macarena-, pero en el bar el proyecto podrás decir que lo que te dieron lo l-rirs
- De acuerdo -asintió
nrunclo real nos exigen resttltados, y eso a veces hace que convertido en algo mejor, eso, y sólo eso, es LIDEITAZ(:().
mucha gente prefiera el restlltaclo al mantenimiento cle los - Así clue huyamos cie los líderes de palabra fácil y
valores. pocos resultados -señaló Borja.
- -le responclí-, pero también es cierto
Es verdac{ - La demagogia siempre es fácil, lo clifícil cs ¡-11-'¡¡11¡¡-
que eso sólo nos puede servir, y no sienrpre, ell el corto se frente a un proyecto y un ecluipo y ser capaces de alcarr-
plazo. A medio y largo plazo,la realidad nos demuestra zar, en la mayor medida posible, todo lo que lremos clicho.
qr¡e un conrportamiento que desprecie a los seres lrtlma- ¿Estáis cle acuerdo? -les pregunté.
nos que te aytrdan a alcanzar las metas, uo consigtte nacla Todos asintieron.
más que fracasos. Y descle ltrego tanrbién consigtte el reclra- - Mry bien -finalicé recogiendo mis papeles-. I'ara
zo áe la gente con la qr-re trabajas y eso, p:ara lní, ya es strfi- mañana quiero un resumen de los últimos días. Qtricro
ciente castigo. saber qué habéis aprendido.
- ¿Entonces todo lo que he leído sobre liderazgo es - ¡Lo difícil qtre es hacer una estantería! -exclanra-
falso? -!nsistió Macarena. ron Borja y Kurt a la vez.
No, I'lo, para nada. Déjame qr"re te expliqr-re.
Irnagínate clue ttt misión es construir tltta estatrtería con ttn
.
eciuipo cle gente. Tu capacidad como lícler se demostrará en
la medida elt que esa estantería se cotrstrtlya, eso demostra-
rá que l-ras sabido t¡tilizar los rectlrsos de la meior forma tzt)i'|
.,i ,",t'.
,-fu
posible. Al¡ora bien, eso no es suficielrte. También es nece-
sario cltre ttt eclttipct, clesp-rués c{e este proyecto, esté más i'1"'qa'a
unido, nrás motivado y tenga rnás y mejores capacidacles
para hacer nuevas y mejores estanterías. ¿De actlerdo?
Macaretra me miró como esperanclo algo más'
- Para qtte las cosas seall nrejor y más fáciles en ese
trayecto -proseguí-, tú debes saber elegir para ti las nrejo-
a res herranrientas posibles como lícler (cornunicación, per-
suasión, etc.), es decir, todas esas cosas que dicerr en los
libros y clue son importantísimas. Pero también debes de
elégirlas para tu gente (clotarles de la técnica y la iltrsión
necesarias para que hagatr lo que tienen que llace'r) y todas
ellas trtilizarlas elr la construcci§r-r de la estantería. Al aca-
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