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TRABAJO FINAL: EJECUCIÓ N PENAL Y POLITICA 2018

CARCELARIA. // PREISACH ALDANA

Partiendo de la premisa brindada por la docente se seleccionó el fallo:


"HABEAS CORPUS COLECTIVO A FAVOR DE LAS MUJERES MADRES CON
NIÑOS Y MUJERES EMBARAZADAS ALOJADAS EN LA UNIDAD Nº33 DE
LOS HORNOS", que da cuenta de la condición de 54 niños/as de entre 0 y cuatro
aos, sus madres y 22 mujeres están embarazadas alojados/as en el Unidad
Penitenciara N° 33 de los Hornos. El disparador para elegir esta temática se
enmarca en analizar las problemáticas que atraviesan las mujeres como una
población vulnerable en el marco de su encierro.

Quedando definida esta condición a partir de lo establecido en “100 REGLAS DE


BRASILIA SOBRE ACCESO A LA JUSTICIA DE LAS PERSONAS EN
CONDICION DE VULNERABILIDAD”, más específicamente en su artículo 4:
“Podrán constituir causas de vulnerabilidad, entre otras, las siguientes: la edad, la
discapacidad, la pertenencia a comunidades indígenas o a minorías, la
victimización, la migración y el desplazamiento interno, la pobreza, el género y la
privación de libertad. La concreta determinación de las personas en condición de
vulnerabilidad en cada país dependerá de sus características específicas, o
incluso de su nivel de desarrollo social y económico”.

Para iniciar con el análisis sobre el fallo prealudido lo primero que se puede
visualizar desde una mirada más amplia, es el patrón de selectividad del Sistema
que hace foco en aquellos sectores más desprotegidos, en su mayoría
subsumidos en condiciones de pobreza, reforzando su estigmatización,
etiquetamiento y la perspectiva de criminalización de la pobreza:

“los que son castigados y especialmente van a parar detrás de las rejas son, en
gran medida, delincuentes tradicionales de las clases trabajadoras más bajas (…).
Esto divide la sociedad en improductivos y productivos (…) favorece el desvió de
la atención que podría ponerse sobre los miembros de otra clase; y finalmente
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utiliza una variedad de métodos físicos- y no solo físicos- para estigmatizar a los
miembros de la clase mencionada en primer lugar”1

Adentrándose aún más en el fallo y teniendo siempre un enfoque de derechos


humanos, esta situación se agrava al tener en cuenta que muchas de estas
mujeres se encontraban con una situación procesal de prisión preventiva, lo cual
atenta contra el principio de inocencia fijado por nuestra Constitución Nacional en
su Artículo N° 18 cuando dispone que “ningún habitante de la Nación puede ser
penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado
por comisiones especiales o sacado de los jueces designados por ley antes del
hecho de la causa”,

Sumando el no cumplimiento del principio de legalidad, impuesto en el mismo


artículo:

“la ejecución de las penas impuestas como consecuencia de un delito se realice


de acuerdo a lo previsto normativamente antes de la comisión el hecho ilícito
(garantía de legalidad ejecutiva) y, por este motivo, las resoluciones que definen el
contenido concreto tendrá la pena exigen el cumplimiento de la garantía de la
jurisdicción”2

Más si tenemos en cuenta que desde:


“la aprobación de la Ley 26.472, que incluye a las mujeres embarazadas o madres
de hijos menores de 5 años entre los supuestos en los que procede el arresto
domiciliario, se debería evitar el uso del encierro o sustituirlo, cuando ello no es
posible, por el arresto domiciliario como regla general” 3 , también especificado en
la Ley 24.660 art n°324; y que:
1
MATHIESEN, THOMAS (2003), Juicio a la prisión, Buenos Aires, Ediar, capítulo VI “El futuro del
encarcelamiento”, pág. 224 – 225
2
SALT, MARCOS GABRIEL (1999): Segunda Parte, Capítulo IV “I. La figura del juez de ejecución.
El control judicial y la judicialización de la ejecución penal”, pág. 261, en RIVERA BEIRAS y SALT,
Los derechos fundamentales de los reclusos. España y Argentina. Buenos Aires, Editores del
Puerto.
3
CELS, DGN, PPN (2011): Mujeres en prisión. Los alcances del Castigo, Buenos Aires, Siglo XXI.
http://www.cels.org.ar/common/documentos/MujeresEnPrision.pdf. Pág. 203
4
Clase 4. Pág. N° 13 y 14
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“las mujeres detenidas están procesadas o condenadas en su gran mayoría por


delitos no violentos, y se trata de una población penitenciaria primaria (es decir,
sin experiencia previa en el sistema penal), con importantes responsabilidades
familiares, ya que son madres que constituían el único sostén económico en
hogares monoparentales”5.
Este marco normativo permite visualizar que la decisión de la privación de su
libertad es caprichosa e injustificada y solo tiene un fin disciplinador para las
condenadas, ya que “existe una desproporción entre las penas que éstas sufren y
el daño producido por los delitos que se les atribuyen” 6; generando:
“destrucción del grupo familiar y graves costos para sus hijos menores de edad.
Para los más pequeños, a la separación de la madre se suma la separación de los
hermanos; la circulación constante por distintos hogares, a veces padeciendo
maltratos; la institucionalización o el cuidado a cargo de familias sustitutas; la
pérdida de todo contacto, o de contacto regular, con la madre. Con certeza, estas
consecuencias constituyen de hecho una punición extra no contemplada
normativamente, y la omisión completa del deber de velar por la vigencia de los
derechos de los niños”7
Sin embargo, si se tiene en cuenta lo explicitado por Mathiesen acerca de las
funciones que le atribuye a la cárcel, vemos que el objetivo disciplinador no es
solo para estas mujeres, quienes podrían ejercer su maternidad en sus domicilios
y cumplir con la pena impuesta, sino para todas las mujeres que residen en la
sociedad ya que se cumplen de forma efectiva de la cuarta y quinta función de la
cárcel, siendo estas:
La función simbólica: “cuando se encarcela a los capturados por la máquina de
castigar, se les pone un San Benito. El resto de nosotros, por el contrario, desde
afuera podemos definirnos como exentos de tales culpas “y la función ejecutiva:
5
CELS, DGN, PPN (2011): Mujeres en prisión. Los alcances del Castigo, Buenos Aires, Siglo XXI.
http://www.cels.org.ar/common/documentos/MujeresEnPrision.pdf. Pág. 29
6
CELS, DGN, PPN (2011): Mujeres en prisión. Los alcances del Castigo, Buenos Aires, Siglo XXI.
http://www.cels.org.ar/common/documentos/MujeresEnPrision.pdf. Pág. 15
7
CELS, DGN, PPN (2011): Mujeres en prisión. Los alcances del Castigo, Buenos Aires, Siglo XXI.
http://www.cels.org.ar/common/documentos/MujeresEnPrision.pdf. Pág. 158
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“Es el tipo de sanción más visible en nuestra sociedad” 8.

Por otra parte, en el fallo se deja en evidencia claramente las condiciones de


trato cruel inhumano y degradante, en términos de lo declarado en la Convención
contra la tortura y otros tratos o penas crueles, Inhumanos o degradantes, que
define en su artículo 1.1 los malos tratos como “Todo acto por el cual se infrinja
intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o
mentales”9 que se suscitaba en ese complejo penitenciario. Una madre que está
obligada a no poder decidir sobre cuestiones fundamentales, en la vida de su
hijo/a, dependiendo de otros para tomarlas, no pudiendo protegerlo de vejámenes
que se generan a su alrededor y viéndose limitada en los recursos necesarios
para su cuidado sin poder hacer nada, está sufriendo un daño psicológico de gran
magnitud.

Si además se sabe que “el ámbito penitenciario, no podrá alcanzar nunca un nivel
de respeto de respeto del principio de legalidad y derechos fundamentales de los
reclusos equivalente a la vida en libertad porque (…) La cárcel necesita un alto
grado de autonomía para funcionar, no es posible “gobernar” un multitud de
individuos dentro de un espacio reducido sin recurrir a las más clásicas técnicas
disciplinarias. (…) Y las disciplinas son la vertiente oscura de las libertades y
garantías que nacen con el proyecto jurídico de la modernidad”10

Solo con ver en las condiciones de extrema falta de higiene, comodidades en el


alojamiento, falencia de alimentación que por ejemplo tal como describe el fallo al
detallar la existencia de cuevas de gran magnitud pertenecientes a roedores,
ubicación de las camas cercana al inodoro y la no provisión de alimentos frescos,

8
MATHIESEN, THOMAS (2003), Juicio a la prisión, Buenos Aires, Ediar, capítulo VI “El futuro del
encarcelamiento”, pág. 224 y 225
9
RIVERA BEIRAS, IÑAKI (2008): La cuestión carcelaria. Historia, Epistemología, Derecho y
Política penitenciaria, Buenos Aires, Del Puerto. Volumen I, Capítulo V “Los derechos
fundamentales de los reclusos en el ámbito internacional. I) La Organización de Naciones Unidas”,
pág. 158 y 159
10
Clase 7. Pág. N° 3
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vemos como estos tratos crueles no solo están arraigados a la vida en el ámbito
penitenciario, sino que refuerzan un dilema imperante en el mismo:

“se espera que las mujeres cumplan con el rol materno pero no se salvan los
obstáculos para hacerlo desde la cárcel. Aún más, esos obstáculos en ocasiones
son generados por parte del sistema judicial o penitenciario” 11.

Aplicando aquí entonces la doctrina de las “Relaciones especiales de Sujeción”:

“la ejecución de penas privativas de libertad "no tenían rango jurídico" sino que se
trataba de normas interiores del Estado, el cual, en la prestación de determinados
servicios establecía una especie de régimen doméstico en un espacio libre del
Derecho. Los reclusos, (…), como los funcionarios, se vinculan con la
Administración mediante unas relaciones especiales de sujeción. A partir de esta
teoría, el estatus jurídico del interno queda reducido a una forma en extremo
sencilla en la que todo son obligaciones y apenas se reconocen derechos” 12.
Claramente las condiciones descriptas por el fallo dan cuenta que las internas se
encontraban sometidas a normas administrativas impuestas por las autoridades
del penal “que como tales no son derechos”13. Por ejemplo: la tenencia de gatos
para evitar que las ratas deambularan por los lugares donde se encontraban los/as
niños/as, en vez de mejorar las condiciones de higiene y salubridad para que esto
no pase, o darles medicamentos vencidos sin opción de acceder a otros.
Tomando a Tedeschi vemos que “la garantía constitucional de non bis in ídem
(art N° 33 de la C.N), prohíbe ser penado, sancionado, más de una vez por el
mismo hecho. Este principio nos deja en claro la imposibilidad de establecer
limitaciones al goce de los derechos sociales que se agreguen a la privación de la
libertad ya dispuesta. (…) la negativa a otorgar una prestación social por contar

11
CELS, DGN, PPN (2011): Mujeres en prisión. Los alcances del Castigo, Buenos Aires, Siglo XXI.
http://www.cels.org.ar/common/documentos/MujeresEnPrision.pdf. Pág. 172
12
RIVERA BEIRAS, IÑAKI (2008): La cuestión carcelaria. Historia, Epistemología, Derecho y
Política penitenciaria, Buenos Aires, Del Puerto. Tercera Parte, Capítulo XX “El estatus jurídico de
los reclusos”, pág. 511
13
Clase 7. Pág. N° 6
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con antecedes penales constituye una nueva pena, pues se le priva a una
persona del goce de los derechos por haber sido condenado anteriormente.”14.
Adentrándonos más en esta situación podemos ver como el fallo detalla en forma
minuciosa como esta doble condena ocurría, “devaluando los derechos”
inherentes a las personas detenidas como lo indica Rivera Beiras:
“Esa “devaluación” de los derechos fundamentales de los reclusos no se produce
debido al estado en que –de hecho- se hallen las cárceles sino que, aún
optimizando semejante situación fáctica, aún pensando en “la mejor cárcel”, la
“devaluación” aludida obedece a un proceso de construcción jurídica” 15

Si nos adentramos específicamente en cada derecho vulnerado podemos utilizar


la categoría de Derechos Económicos, sociales y culturales (DESC), estos se
tratan de la educación, el trabajo y la salud en contexto de encierro 16. Justamente
el fallo comienza relatando la falta de un servicio de pediatría adecuado para la
atención de la/os niños/as y de médicos para las mujeres embarazadas
específicamente, así como la provisión de remedios vencidos y la falta de insumos
para tratamiento. Esto en clara oposición al artículo N° 143 de la Ley 24.660 : “ el
interno tiene derecho a la salud. Deberá brindársele oportuna asistencia médica
integral, no pudiendo ser transferida su accesibilidad a la consulta y a los
tratamientos prescriptos. Los estudios diagnósticos, tratamientos y medicamentos
indicados, le serán suministrados sin cargo”17.
Si a esta situación le agregamos que:
“El incumplimiento de los estándares internacionales para garantizar el derecho a
la salud se agrava por el hecho de que los profesionales médicos pertenecen a la
corporación penitenciaria. Por lo tanto, una necesidad vital para cualquier persona

14
TEDESCHI, SEBASTIÁN (2012): “Los derechos sociales de las personas privadas de libertad y
el sistema penitenciario”, en GUTIÉRREZ, MARIANO, Lápices o rejas, Buenos Aires, Del Puerto,
pág. 201 y 202
15
Clase 7. Pág. N° 9
16
Clase 10. Pág. N° 3
17
Clase 10. Pág. N° 10
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se vuelve una herramienta más de la mencionada lógica de gobernabilidad


adentro de la cárcel”.18
Tenemos como consecuencia daños irreversibles que pueden ser sufridos de por
vida por las internas y sus hijos/as.
También indica la falta de lugares y estímulos adecuados para la formación de
los/as niños/as, en donde se visualiza la restricción del derecho a la educación,
garantizado por la ley 24.660 en su artículo N° 133: “el estado, las provincias y la
CABA tienen responsabilidad de garantizar el pleno acceso a la educación en
todos sus niveles y modalidades”19
Esta situación no puede ser explicada ni justificada por cuestiones administrativas,
ni de mala articulación entre los organismos del Estado encargados para su
provisión, como lo indica el Comité de derechos humanos de la Organización de
Naciones unidas, que “al decidir el caso “Munkong c/ camerun”. Insistió sobre la
universalidad del derecho de todo interno a un trato digno y humano, rechazó la
escasez de recursos como excusa para el incumplimiento de este derecho y
resaltó el valor de las Reglas Mínimas para el tratamiento de los Reclusos como
estándar en la interpretación del contenido de este derecho, en especial, en lo
atinente a las condiciones materiales en que se cumple la pena” 20
Además y pensando exclusivamente en los/as niños/as que no se encuentran
condenados por ningún delito y si embargo sufren estos vejámenes afectando la
“garantía constitucional de intrascendencia de la pena (artículo 5.3 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, con jerarquía constitucional
[artículo 75, inciso 22, CN]). (…) Sostienen que la trascendencia de los efectos del
poder punitivo respecto de terceras personas ajenas a la comisión del delito que
legitimó la imposición de la pena es, en alguna dosis, inevitable. Ello así, por
cuanto la comunicación, el efecto estigmatizante, la pérdida de nivel de ingresos,
18
CELS, DGN, PPN (2011): Mujeres en prisión. Los alcances del Castigo, Buenos Aires, Siglo XXI.
http://www.cels.org.ar/common/documentos/MujeresEnPrision.pdf. Pág. 196
19
Clase 10. Pág. N° 3
20
CESANO, JOSE DANIEL (2007): Derecho penitenciario: aproximación a sus fundamentos,
Córdoba, Ediciones Alveroni, Capítulo segundo, apartado III, 3º “Derecho a la integridad corporal
de la persona detenida” y 4º “Respeto a la dignidad del interno”, pág. 186
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etc., son todos efectos que trascienden a la familia y a otras personas cercanas o
dependientes del condenado [...]. Si esto no se puede sortear con carácter
absoluto, es necesario, por lo menos, tratar de evitar 'que la trascendencia a
terceros exceda del marco de lo razonable y que constituya una sanción también
para éstos' [...]".21
Es por esta razón que se destaca el impulso del habeas corpus colectivo iniciado
por La Comisión Provincial por la Memoria, en tanto suelen ser organizaciones de
la Sociedad civil las que encabezan reclamos de derechos de este tipo, por ser un
“nexo importante con el resto de la sociedad civil para lograr el acercamiento de
esta al conocimiento del problema22” y contribuyendo “ al control de la actividad de
los órganos encargados de hacer cumplir la ley y a una progresiva eliminación de
estas prácticas23”

Por último es importante destacar que el habeas corpus correctivo, el cual tiene
como objetivo “generar un procedimiento rápido y desprovisto de formalidades
para que una autoridad judicial pueda remediar, lo antes posible, cualquier
agravamiento ilegitimo de las condiciones en que se ejecuta la privación de
libertad”24, es una herramienta fundamental para la “ disminución y reducción de
prácticas estructurales que agravan las condiciones de detención y la injerencia
en la implementación de políticas públicas que permitan promover y proteger los
25
derechos humanos de las personas privadas de libertad”

21
CESANO, JOSE DANIEL (2007): Derecho penitenciario: aproximación a sus fundamentos,
Córdoba, Ediciones Alveroni, Capítulo segundo, apartado III, 3º “Derecho a la integridad corporal
de la persona detenida” y 4º “Respeto a la dignidad del interno”, pág. 190
22
ALES, BORDA, ALDERETE (2005): “Sobrepoblación y violencia carcelaria en la Argentina.
Diagnóstico de experiencias y posibles líneas de acción”, en CELS Colapso del sistema carcelario;
Buenos Aires, Siglo XXI, pág. 56
23
ALES, BORDA, ALDERETE (2005): “Sobrepoblación y violencia carcelaria en la Argentina.
Diagnóstico de experiencias y posibles líneas de acción”, en CELS Colapso del sistema carcelario;
Buenos Aires, Siglo XXI, pág. 56
24
SALT, MARCOS GABRIEL (1999): Segunda Parte, Capítulo IV “I. La figura del juez de ejecución.
El control judicial y la judicialización de la ejecución penal”, pág. 279, en RIVERA BEIRAS y SALT,
Los derechos fundamentales de los reclusos. España y Argentina. Buenos Aires, Editores del
Puerto.
25
Clase 10. Pág. N° 14
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Siendo utilizada para garantizar el principio de judicialización de la ejecución


penal: “competencia del poder judicial para para resolver determinados incidentes
que suceden durante la etapa de ejecución en un proceso en el que se respeten
las garantías previstas en el proceso penal” 26. Obligando a los jueces a tomar
decisiones para restituir los derechos vulnerados, que de otra forma no harian, en
este caso a las madres, sus hijos y la mujeres embarazadas de penal N|33 de os
hornos.
Hasta aquí, el fallo resume y describe una situación de derechos vulnerados en el
marco de una recorrida institucional por un agente externo, como lo es la
organización civil, pudiendo poner en evidencia las falencias de un Sistema
dependiente del Poder Ejecutivo, que lejos está de cumplir con lo determinado en
“el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y a la Convención
Americana de Derechos Humanos -entre otros instrumentos internacionales- los
cuales establecen que la pena privativa de libertad tendrá como finalidad esencial
la reforma y readaptación social del condenado (art. 10 y 5 respectivamente). (…)
a los cuales la reforma constitucional de 1994 reconoció jerarquía constitucional
(art. 75, inc. 22) Por su parte, la Ley 24.660 establece la finalidad de reinserción
27
social de la ejecución de la pena privativa de libertad (art. 1)”. Desde esta
perspectiva/óptica, hay suficiente doctrina en el corpus normativo vigente, tanto
local como internacional, para dar cuenta que las instituciones totales de encierro,
de ser necesario su existencia, lo cual también está en jaque por el paradigma del
abolicionalismo, deben sí o sí tener un enfoque de derechos humanos,
garantizando la posibilidad de reintegración efectiva del sujeto a la Sociedad.

¿Qué reintegración es posible para una mujer, madre no solo del hijo menor que
habita con ella en ese espacio de encierro intramuros, sino de otros/as hijos/as
que quedaron por fuera, única jefa de familia, con hogares uniparentales, en

26
SALT, MARCOS GABRIEL (1999): Segunda Parte, Capítulo IV “I. La figura del juez de ejecución.
El control judicial y la judicialización de la ejecución penal”, pág. 262, en RIVERA BEIRAS y SALT,
Los derechos fundamentales de los reclusos. España y Argentina. Buenos Aires, Editores del
Puerto.
27
Clase 5. Pág. N° 4
TRABAJO FINAL: EJECUCIÓ N PENAL Y POLITICA 2018
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condiciones de pobreza estructural?. Hay un debate pendiente acerca de las


medidas alternativas a la prisión, siendo este fallo un ejemplo claro de lo que
sucede cuando se ignoran los derechos no solo básicos sino los derechos
especiales que gozan estas poblaciones desprotegidas.

En conclusión, este fallo permite poner en evidencia al atravesamiento de una


multiplicidad de factores que atentan contra los derechos de esas/os 54 niño/as y
--- 22 mujeres embarazadas, que debieron tolerar un Sistema del Poder judicial
basado en la estigmatización y compulsión a prisiones preventivas, ignorando
todas las recomendaciones internacionales vigentes sobre la materia,
incorporadas en la Constitución Nacional. A su vez, un Sistema del Poder
Ejecutivo que sostiene instituciones de encierro desde una mirada feudal, donde
se considera a la población encarcelada sin derecho a acceder a condiciones
básicas de vida. Los sistemas carcelarios en la Argentina, promueven una
dinámica funcional de disciplinamiento a los sectores más pobres, a través de sus
cuerpos y de quienes los rodean en su núcleo más cercano.

Este fallo es un avance para sentar jurisprudencia en favor de aquellas mujeres


con hijos/as o embarazadas que atraviesan por situaciones de procesamiento
judicial, que por su condición de pobreza y necesidad tienen dificultades para
acceder al ejercicio pleno de sus derechos.

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