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Introducción
Amados hermanos, Lucas en su narración nos trae la gran verdad de que Jesús no
es alguien más; no es un historiador, no es un revolucionario, No es uno más; Él
es Único. La Vida nos presenta oportunidades únicas que pueden ser
desaprovechadas; si las tomamos como oportunidades comunes; como si fueran
algo más. La Narración de Lucas 2:21-34, en los primeros cuatro versículos nos
está presentando todo el proceso que una madre israelita y su hijo recién nacido
debían seguir según las costumbres y las ordenanzas de la Ley de Moisés. (V. 21).
Después de ocho días de nacido debía ser circuncidado. Era un proceso doloroso
para el bebe, pero le hacía un israelita; identificándose con el pacto de Dios con
Abraham y todo su descendencia como pueblo de Dios. En ese mismo momento
quedaba inscrito, con su nombre. (V. 22a) Contando desde el nacimiento (el
parto) debían transcurrir cuarenta días de purificación para las mujeres. (V. 22b-
23) Además de esto Lucas nos recuerda que todo primer niño varón debía ser
presentado a Dios y separado para El en un servicio especial de adoración en el
Templo. Hasta aquí pudiéramos confundir el relato de Jesús y su nacimiento como
el de un niño más que naciera en la región de palestina. Ud. puede sentirlo en sus
escritos como el usa repetidas veces la palabra conforme (vr.22; 24) dando a
entender así el cumplimiento con la tradición de la Ley. Pero no era Jesús un niño
más.
Lucas en su narración nos trae la gran verdad de que Jesús no es alguien más; no
es un historiador, no es un revolucionario, no es uno más, el es Único. Aunque
para muchos si para otros no; pero me gustaría que nos hiciéramos una pregunta
¿Para quiénes no es Jesús alguien más? Responderemos esta pregunta mirando a
estos dos personajes ancianos que aparecen en el Templo Simeón y Ana. Y
encontraremos 2 verdades que identifican a aquellos que no ven a Jesús como
alguien más sino que reconocen en el al Hijo de Dios.
El evento de la encarnación y la Venida del Cristo fue profetizado 700 años antes
de que aconteciera en boca de profetas como Isaías (9:6) y Miqueas (5). Y
aunque el pueblo tenía un fervor especial por el cumplimiento de estas promesas,
las duras circunstancias a que se enfrentaban traían desánimos. Aun muchos
habían abandonado esa esperanza. Lucas nos presenta a estos dos ancianos que
se mantenían firmes esperando este evento (v. 25b) que traería gran gozo a toda
la nación. Podemos encontrar que el vivir a la esperanza de la venida del Mesías
traía consecuencias visibles en las vidas de estos dos personajes.
(vr25) Lucas nos describe a este hombre y nos deja ver dos cualidades que forman
la esencia de su carácter: justo y piadoso. Alguien decía que la justicia tenía que
ver en nuestro trato recto con los hombres; y la piedad con nuestra vida recta para
con Dios. No hay duda que Lucas nos está presentando un hombre recto en todos
los aspectos ya sea en lo individual en su trato con Dios o en sus relaciones en su
trato con los demás. Ahora en los tiempos en los que llega Jesús a este mundo en
especial a la nación de Israel no había muchas personas así. Pues la religión y la
corrupción habían dañado la fe de muchos (los fariseos en Mateo 23; hipócritas 7
veces). ¿Qué era lo que permitía que Simeón conservara su vida de integridad y
fe a pesar de los tiempos difíciles en los que vivía? La espera de su venida (v. 25c).
La frase Consolación de Israel: Debe ser entendida como la paz y tranquilidad que
el Mesías traerá a la nación cuando se siente a reinar, tomando el trono de David.
Toda la vida de fe, y de piedad de este hombre era generada por su esperanza en
la Venida del Mesías y en su reino. Esperaba: No es simplemente sentarse a que
algo llegue; sino que es vivir a la expectativa de ese algo; tomando medidas que
ayuden para que estar listos al momento que suceda. Lucas usa esta misma idea
de esperar describir en 12:35 (parábola), a un grupo de hombres que esperan a su
Señor, velando y despiertos para su llegada. Por lo que vivir a la espera de su
Venida implicaba vivir en justicia para con los hombres y en piedad para con Dios.
No cabe duda que esta mujer también orientaba y dirigía su vida a la Luz de la
venida del Mesías. Lo cual hacia que dedicara toda su vida y su juventud al
servicio de Dios. (V. 37b) Nos dan dos pistas importantes para conocer a esta
mujer: No se apartaba del Templo y servía. Servía: Literalmente significa
entregarse al trabajo de Dios o para Dios. Y se usaba esta palabra para referirse a
eso a lo que uno dedicaba toda su vida en servicio. Esta mujer había entregado su
vida entera al servicio de Dios en el Templo (v. 37a): ya sea que tuviera 84 años
de edad o 103 como otros suponen. Había dedicado toda su vida después de
viuda para Dios. No se apartaba del Templo: este es un cuadro de su devoción a
Dios; pero considero que también de su perseverancia. Esta mujer no solo servía,
sino se aferraba y persevera en su fe en Dios no importando los problemas, o las
necesidades.
Estos dos ancianos nos hacen ver como el vivir a la luz de la Venida repercute en
cada uno de nosotros; en nuestra relación con Dios, en nuestra relación unos con
otros, en nuestro servicio y Fe. Pero Ud. pudiera decir si pero ya no podemos vivir
como ellos pues ya Jesús vino; pero recuerde que aunque ellos esperaban y vivían
a la luz de su primera venida; hoy nosotros estamos a la expectativa de la
segunda. (1Ts4:13-18; 2ª Tesalonicenses 2:1-2) Jesús nunca será alguien más
para aquellos que viven esperándolo, y hacen de este evento su esperanza
gloriosa; el impulso para la santidad; la razón de su servicio y la fuerza de su fe.
III. Los que reconocen al Salvador (la respuesta de Dios a la condición del
hombre).
(vr32) Salvación Universal. Dios no estaba enviado a Jesús a morir solo por los
israelitas; Simeón reconoce que este Salvador a de restaurar la creación perdida
de Dios; compuesta por judíos y gentiles. Gentiles: Abarcaba a todos aquellos que
no eran parte del pueblo judío.
Hablaba: Luego nos dice que le hablaba de este niño a todos los que también
estaban esperando la redención de Israel; es decir a los que esperaban al Mesías.
Esta palabra también es traducida en otros pasajes como predicar (Marcos2:2;
Hechos 14:25). Esta mujer estaba declarando a todos el mensaje que ellos
esperaban, el mismo de los ángeles: Ha nacido un Salvador; Ya está aquí Él es.
CONCLUSIÓN
Jesús nunca será alguien más para aquellos que reconocemos en el no solo al
Salvador y el plan de Dios para salvar hecho realidad sino a nuestro Salvador, el
que nos libró del poder de Satanás, el pecado y la muerte. Para esos Él nunca
será alguien más. Por lo que nuestra responsabilidad es vivir en gratitud a Dios
pues él hizo por nosotros lo que nosotros solos no podíamos: salvarnos y además
hablar a otros de este Dios tan maravilloso, grande y poderoso que es. Para que
así no lo vean como alguien o como un Dios más. Lucas en su narración nos trae
la gran verdad de que Jesús no es alguien más; no es un historiador, no es un
revolucionario, No es uno más; él es Único.