consideró en un sentido amplio, de manera que, como indicó en su libro Tres ensayos
sobre la teoría de la sexualidad, la sexualidad es una función corporal que
persigue la obtención de placer y que no se halla reducida a los órganos genitales,
por esto consideró que los bebés nacen con necesidades sexuales. Esta idea de
considerar la infancia como la sede de complejas pulsiones sexuales chocó con la
imagen de la imagen de la infancia considerada como un periodo de inocencia y
armonía (Martí, 1991) .