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“Todos somos genios por lo menos una vez al año. El genio de verdad tiene ideas
originales más frecuentemente” G.C. Lichtenberg.
“Estoy satisfecho de haber sido capaz de responder rápidamente: no sé” Mark Twain.
Una idea es un proceso creativo que implica definir el problema, reunir información,
buscar la idea, olvidarse del asunto y poner la idea en acción. Una idea no es una idea
hasta que algo ocurra.
Lo clave para tener ideas es combinar cosas, realizar la proeza de asociación y darle
un sentido que sólo es posible en una persona que ha organizado sus experiencias y
conocimientos para lograrla.
Pero el ejercicio de crear ideas exige contar con unas habilidades individuales o
grupales. Lo primero es querer desarrollar una idea y disfrutarla, lo segundo
consiste en cultivar la inclinación a las ideas.
No es un don especial de una persona generar ideas, todos lo hacemos a menudo, pero
pocos se dan cuenta que son buenas y persisten en que alguien las desarrolle o
en ejecutarla personalmente. Es convencerse que encontrará una idea, es la
seguridad de la capacidad de cada uno.
Así que si quiere cultivar su inclinación a las ideas, debe aceptar dos cosas: primera,
que lo que piensa de usted mismo es el factor más importante de su éxito. Su
personalidad, sus acciones, la forma como interactúa con los demás, la manera como se
desempeña en el trabajo, sus sentimientos, sus creencias, su dedicación, sus
aspiraciones, inclusive su habilidad y talento, son controlados por la imagen que tenga
de usted mismo.
Uno actúa como el tipo de persona que imagina ser, así de sencillo. Henry Ford estaba
de acuerdo: “si piensa que puede, como si piensa que no puede, usted tiene la
razón”
El mejor ejemplo para producir ideas son los niños, porque no tienen miedo a
exponer lo que piensan, a preguntar lo que no entienden, porque no se encuentran
atados al qué dirán, por esto si desea una buena idea trate de pensar como un niño.
Está demostrado que hay una relación indisoluble entre palabra y pensamiento. A
mayor número de palabras conocidas mejores serán nuestros pensamientos y por tanto
mejores serán nuestras ideas. Para ello es necesario vencer la rutina, leer temas que
no eran de mi interés, escuchar una emisora nueva, leer lo que dicen los avisos en la
calle, en las páginas amarillas, en resumidas cuentas hacer cosas diferentes permitirá
ver otros mundos interesantes.
Otro camino es aprender a observar, esto implica recordar más detalles de lo que
se ve. Diferente es mirar, pasar las calles hacia el trabajo o el estudio y recordar muy
poco. Observar al comienzo es un gran esfuerzo, pero luego será costumbre. Trate de
recordar que vio antes de llegar hoy aquí e intente mañana recordar más cosas.
No hay malas ideas pero se necesita perder el temor para expresarlas. El rechazo
de una idea puede ser el comienzo de una idea mejor. Por tanto ante un problema
intente dar el mayor número de soluciones, así podrá escoger la mejor idea. Hay
que sentir la sensación de una buena idea.