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Universidad de Pamplona
El deseo sexual no puede entenderse sin las bases hormonales, y la forma de actuar del
sistema nervioso. Las interacciones neurohormonales producen cambios cambios corporales
en diferentes partes del cuerpo incluyendo el sistema nervioso central, que pueden ser
reversibles o irreversibles.
Pueden ser detectadas por receptores en distintos órganos del receptor (p.e. sistema olfatorio,
aparato digestivo).
En mamíferos y no mamíferos (pero no en primates), se han demostrados
varios efectos de feromonas sobre el comportamiento sexual. Varios de estos efectos se
inician por acción de las feromonas sobre receptores ubicados en una porción especial del
sistema olfatorio, el órgano vómero-nasal, este proyecta una vía nerviosa hacia la amígdala.
Existen evidencias experimentales de que la lesión de la amígdala elimina comportamientos
sexuales inducidos por feromonas.
3. Cuáles son los procesos biofísico lógicos prenatales implicados en la conducta sexual
Estos están determinados primero por el programa genético y, posteriormente, por la acción
de las hormonas sexuales.
• El programa genético está contenido en los genes de los cromosomas. Los
cromosomasg son pequeños bastoncillos que están, siempre colocados por pare, en el
núcleo de las células. Su estudio permite conocer posibles anomalías en cuanto al
número o estructura, hacer pruebas de paternidad, etc. La función de los cromosomas
es extremadamente importante ya que todos los caracteres hereditarios se
encuentran en ellos. En los genes de los cromosomas se contiene el patrimonio de
cada persona
• Desde es punto de vista del proceso de sexua- ción, la función del sexo genético (XX o
XY) es producir la diferenciación sexual de las gónadas en testículos u ovarios.
La sexualidad infantil tiene muchas características en común con la sexualidad adulta; pero se
dan en- tre ambas también grandes diferencias. Durante la infancia:
• El sexo gonodal, genital y somático están poco desarrollados.
• La cantidad de hormonas sexuales circulantes en sangre es pequeña.
• La orientación del deseo no se ha definido.
• Los procesos de Deseo, Atracción y Enamoramiento no existen o tienen un carácter distinto:
menos especí- fico y consistente.
• Las actividades sexuales están motivadas más bien por el deseo de explorar o imitar a los
mayores. Sólo en una minoría de ellas buscan clara y directamente el placer sexual, en este
caso casi siempre a través de la masturbación.
• Los tejidos del pene y del clítoris, y toda la plataforma orgásmica, están suficientemente
formados, inerva- dos e irrigados, como para que, desde los primeros meses de vida, sean
posibles las erecciones como res- puesta a la estimulación táctil.
• La mucosa bucal, como demuestra la conducta de succión no nutritiva, y toda la piel son
sensibles al con- tacto suave y cálido.
• Por tanto, desde el nacimiento puede hablarse de capacidad fisiológica y psicológica para
obtener placer en el contacto piel a piel.
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Desde el punto de vista psicosocial
Refuerza y madura su identidad sexual. En este período aprende que ésta no depende de
características superficiales sino de características biológicas permanentes. Por ello sabe que
ésta no cambia y que la identidad es distinta del rol, aunque sigue dando gran importancia al
rol.Interioriza la moral sexual dominante en su entorno, se cree las normas que la sociedad le
exige y se siente culpable si no las cumple.Aprende a ocultar sus intereses, conocimientos y
conductas sexuales si en su entorno no se aceptan bien. Por ello empieza a tener
comportamientos de complicidad con los compañeros. Las preguntas sexuales son menos
frecuentes y sus teorías se conforman cada vez más a las informaciones que haya recibido de
los adultos o de sus iguales. Amplían los juegos sexuales, en los cuales puede aparecer la
malicia y el ocultamiento a los adultos, incluyendo en algunos casos intentos de coitar. Una
minoría recurre a conductas masturbatorias.
5. Describa los factores que se manifiestan en la sexualidad durante la vida adulta
Los factores que más influyen en estas conductas de los universitarios son el curso, el sexo, el
tipo de estudios, la ideología, la práctica religiosa y la anomia.
Otro aspecto que no se puede olvidar, cuando se habla de relaciones maritales, son las
conductas sexuales extramatrimoniales.
Las nuevas condiciones de la vida urbana, la liberalización de las costumbres, el acceso al
trabajo de la mujer, y otros muchos factores, han favorecido dicho cambio. Entre las causas
más personales que se relacionan con este tipo de conductas están: la insatisfacción dentro del
matrimonio, el haber tenido anteriormente a la formación de la pareja otras experiencias
sexuales y sobre todo, un determinado estilo de vida (los horarios prolongados fuera del
hogar, los viajes fre cuentes, y, en general, una forma de vida independiente).
La sexualidad de los solteros es aún más variable que la de los adultos casados. Poco podemos,
por tanto, decir de ella. La edad, sexo, profesión, tipo de vida, ideas y creencias, lugar de
residencia y otra serie de factores provocan condiciones muy diferentes que, a su vez,
condicionan las conductas sexuales.
Convencidos de que en la mayor parte de los casos son factores patógenos y ambientales los
que limi- tan la sexualidad en la vejez, pasamos a citar los más importantes:
Los problemas en relación con la salud, mucho más frecuentes en estas edades. Entre ellos:
• Diferentes procesos reumáticos.
• Frecuentes procesos patológicos que pueden alterar directa o indirectamente la sexualidad:
diabetes, neoplasias, insuficiencias respiratorias, cardiopatías, etc.
• Frecuencia de cuadros depresivos, etc.
• Los cambios biofisiológicos antes presentados.
• El modelo de sexualidad dominante. Este es juvenil, genital, heterosexual, al servicio de la
procreación dentro del matrimonio. Muchos viejos no cumplen varias de estas condiciones del
modelo.
• La falta de disponibilidad de pareja sexual. Sólo los casados suelen disponer de pareja sexual
en la ve- jez.
• Una historia sexual inadecuada. El inicio tardío de las relaciones y la falta de mantenimiento
de la acti- vidad sexual y la propia actividad sexual y, como consecuencia, las capacidades
sexuales.
• Las relaciones inadecuadas, monótonas o conflictivas en la pareja, disminuyen normalmente
el deseo sexual y la propia actividad sexual y, como consecuencia, las capacidades sexuales.
• Las dificultades económicas o sociales que conlleva, en muchos casos. La jubilación limita
también el interés y la actividad sexual. La jubilación provoca, sobre todo en los hombres, una
especie de "muerte social".
• Las condiciones físicas inadecuadas por fatiga física o mental, exceso de comida o bebida,
obesidad, falta de higiene, etc.
• El miedo a no ser capaz de tener relaciones sexuales, limita la propia capacidad. Este factor
es esen- cialmente importante en los varones.
• La resistencia y rechazo de la sexualidad de los padres por parte de los hijos, sobre todo si se
trata de relaciones extramatrimoniales.
• Las resistencias y rechazos del personal que cuida a los viejos en las residencias, así como la
falta de espacios adecuados dentro de ellas.
• Algunas dificultades específicas de las mujeres vieja, Son muchas más que los varones. Hay
más viudas.
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