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Teología feminista

Elaborado por: Marvin Castañeda

“Jesús le dijo: “Tienes razón al decir que no tienes esposo, porque has tenido
cinco y el hombre que tienes ahora no es tu esposo. “ Juan 4:16

ANTECEDENTES HISTÓRICOS:
A finales del siglo 19 un grupo de mujeres dirigidas por Elizabeth Cady, estudiaban
las sagradas escrituras, específicamente los pasajes relacionados a las mujeres y
sacar sus propias interpretaciones. De aquí nació la Woman’s Bible, publicada en
dos partes en 1895 y 1898, respectivamente. De este proyecto podemos decir que
surge junto a la teología de la liberación, la teología feminista. En el mundo católico
tenemos “Alianza Internacional Juan de Arcos” fundada en Gran Bretaña para el
año 1911, durante muchos años el único movimiento feminista católico que tenia
como objetivo “asegurar la igualdad de hombres y mujeres en todos los campos”

Mary Daly, apóstol del feminismo escribe el libro “Mas alla de Dios Padre” 1973.
Que marca su despedida del cristianismo, al que ahora considera la ideología de la
sociedad machista y plantea un nuevo lenguaje y una nueva cultura. Paralelo a esto
un grupo de mujeres en Estados Unidos y Alemania y Europa del Norte, desarrollan
la “teología feminista”.

INTRODUCCIÓN
Podemos expresar sin temor a equivocarnos que la Teología feminista no es,
propiamente hablando, una “TEOLOGIA DE LA MUJER”. Esta surge como apéndice
de la teología del genitivo, para dar movilidad y concreción al discurso teológico.
Estos genitivos no siempre delimitan, bajo un perfil metodológico, un campo
adecuado de investigación y de reflexión teológica.
En el contexto de la aparición de la Teología del genitivo, hace su aparición la
TEOLOGIA DE LA MUJER, (Gibellini, 1995), que según las feministas está redactada
por hombres teólogos que no elaboraban una correspondiente teología del hombre
y utilizaban esquemas mentales derivados de la cultura patriarcal dominante.
La teología feminista introduce en el circulo hermenéutico la otra mitad de la
humanidad y de la Iglesia, enriqueciendo la experiencia de la FE, su formulación y
sus expresiones. La Teología de la Mujer era un alegre “cuadro de orquídeas” que
se cultivaban en el bosque de la disciplina teológica. La Teología feminista es la
teología de mujeres y cristianas que osan el “viaje hacia la libertad”, esta no quiere
ser unilateral sino reaccionar con eficacia a la unilateralidad de la teología
dominante y de la práctica eclesial. (Gibellini, 1995)
DESARROLLO
La teología feminista no es una Teología del genitivo, (Echavarri, 2007), no es
teología de o sobre la mujer. No es teología en perspectiva de género. Las teologías
feministas aparecen cuando las mujeres se constituyen es sujeto teológico y
empiezan a hacer teología desde su perspectiva y su experiencia, con una visión
crítica en un doble sentido: primero, respecto a los conceptos, valores, normas y
estereotipos de una sociedad patriarcal y excluyente, desde el punto de vista de
las feministas.
La Teología feminista supone la creación de un nuevo paradigma teológico inclusivo
y liberador para toda la humanidad por lo que reivindican la experiencia y el
pensamiento de los otros diferentes del varón acomodado, blanco y occidental con
el fin de generar nuevas posibilidades para todos.

La Teoría critica feminista es consciente de que la igualdad legal es imprescindible


en una sociedad moderna y que deberá existir igualdad entre los sexos, con las
mismas oportunidades entre hombres y mujeres.
También cuestiona las formas de organización y las practicas socioeconómicas y
políticas que sostienen y perpetúan las atribuciones sexuales de los roles. Intenta
deconstruir el paradigma y el orden social.
La teología feminista cristiana, no es tan radical, sino que utiliza la teoría feminista
como herramienta de análisis de la realidad y como fuente de pensamiento crítico
capaz de dignificar no solo a los aspectos de la teología que justifican la dominación
masculina y la subordinación femenina. (Echavarri, 2007)

CONCLUSIÓN
La situación real de las mujeres en el mundo, nos llama a los cristianos a reflexionar
sobre nuestro papel como sujetos transformadores y es obvio que la pasividad y la
la sumisión no son las virtudes cristianas más recomendables para cumplir el
mandato de JESUS de amar al prójimo como a uno mismo. Debemos preguntarnos
qué significa para las mujeres amarse a sí mismas como al prójimo y que virtudes
tienen que desarrollar para construirse como seres humanos, autoestima y
autoafirmación para lograr ser sujetos consistentes, creativos y libres para amar al
Dios de la liberación.
Se trata de construir una Iglesia donde sea real el milagro pentecostal de la unidad,
aun con diversidad, romper con la misoginia y cualquier otra exclusión y recuperar
y actualizar la tradición igualitaria del evangelio, el anuncio de Dios, revelado en
JESUS, que refuerza la dignidad y la emancipación de las mujeres que no se les
impone ser sumisas, se les ofrece vida plena y abundante y se las quiere liberadas
y creadoras de paz y de justicia.
La Teología feminista no es una Hipótesis. Es un fenómeno internacional,
intercontinental e interreligioso. Opuesta a las exclusiones y con el objetivo de
deconstruir las teologías sexistas. Concierne a todos los interesados por el
bienestar y la supervivencia de nuestro mundo.

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