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HL. A. HART Profesor de Jurisprudeneia de la Universidad de Oxford DERECHO Y MORAL CONTRIBUCIONES A SU ANALISIS ‘Tradueeién y nota preliminar de Genano R. Carns Sey toveioyes Depalinaa wisos sus 1) EL titulo original det artienlo AT positiiamo juridico y la separacion cutre el derecho ¥ la moral es Positivism and the separation of law Gand morals (‘Harvard Lav Review", vol, 71, n° 4, ps. 593 a 620). Copyright © by Harvard Law Review (1958), 2) BI titulo original det ony natural rights? (° a 101). Copyright © by Philosophical Review (1055) tieulo Hay derechor naturales? ex tre there ‘Philosophien! Review”, vol. 64, n" 2, ps, 175 1 titulo original del trabajo Definicién y teorka on la oiencia juridioa tm Definition and theory &% juriapruence. Copyright © by Oxford University Press (1058 Hecho et depésito de ley. Derechos reservados © tnrcioses Dada ws ames Tateshuano 104 INDICE Prefacio del traductor ........ «IX E] positivismo juridico y la separacién entre el derecho y It mo Hay derechos naturales? E 65. Definicion y teoria en la ciencia juridic 93. XXIL Prevscro Este pequeiio rolumen representa un aporte de alta calidad a Ia Titeratura jusfilosofica de habla esparola. Creo necesario expresar nuestro agradecimiento al pro- jesor Hart, quien, con enorme amabilidad y paciencia, aoporté durante meses ini asedio epistolar, autorizé la publicacién de estos ensayor, me orients en Ta seleccién die los més representatiros, sugivié un titulo para el valu: men: Contributions to the analysis of law and morals (et que hoy Ueva es una versidn ligeramente modifioada) y, finalmente, corrigid la traduccién de tox articulos, librdn- dala de no pocos errores, Gnwano R. Canntd, Buenos Aires, febrerv de 1962. pe EL POSITIVISMO JURIDICO Y LA SEPARACION ENTRE BL DERECHO Y LA MORAL* En este articulo examinaré y trataré de defender un punto de vista que el justice Hoates, entre otros pensa- dores, sostuvo, y a rafz del cual aquél y éstos han sido muy eritieados. Pero antes que nada deseo expresar por ‘qué pienso que cualesquiera sean las vi de su reputaci6n en los Estados Unidos, segui EI jurista inglés que atencién a Horates llega a ver a loge batman Descubrir esto con Horates es hacerlo con un gufa euyas palabras pueden dejarnos no convencidos, a veces incluso convencidos en sentido contrario, pero nunca engatiados. Como nuestro AUSTIN, eon quien Horates compartié mu- * Texto de la confereneia promunciada por el profeyor H. I, A. Hake @@ abril de 1967 en In Harvard Law Seliool (Oliver Wendell Holmes Testare) Denreno ¥ moran, chas ideas y muchos ideals, [HORS] Sta bie Ces Elana mente equivocado; pero también como AvstiN, cuando ello ocurria, Houses estaba siempre equivocado clara- mente. Esto es, por supuesto, wna virtud soberana en. materia de teoria del derecho, Ya sé que se dice que la claridad no basta; ello puede ser verdad, pero todavia existen cuestiones en Ia teoria juridica cuyos temas estén confundidos porque se Ios discute en un estilo que Hor gs hubiera menospreciado por su oscuridad, Quiad esto sea inevitable: Ia teoria jurfdiea vacila tan inciertamente en Ios lindes de muchos tépicos, que siempre ser nece- sario, para usar Ia expresién de BexrHamt, que alguien Sarranque Ia mascara del misterio” de su rostro', Esto vale en grado preeminente, para el tema de este articulo. ‘Vores contemporiineas nos dicen que debemos admitir at go que ha sido oscurecido por los “positivistas” juridicos, cuyos dias se consideran termi a saber, que hay “an punto de interseccién entre el derecho y Ia moral”, ‘© que lo que es y lo que debe ser de algin modo estén indisolublemente unidos 0 son inseparables®, aunque los [Bositivistaslo|hayan|NegAMION ; Qué significan estas enun- jaciones? O mis bien, zcudles de las muchas cosas que ellas pueden significar, efectiamente significan? ;Cufiles de ellas no aceptan Ios positivistas, ¥ por qué estin equi- vorados al adoptar esa actitud? 1 Berman, A fragment on government, en Works, t. 1, ps. 221 y 295, Ed. Bowring, 1859, prefacio, § 41. 2 D'Ewratves, Natural law, p. 116, 2 ed 1062. 9 Four, The law in quest of itelf, p. 12, 1940; Brecnr, The myth of ie ond ought, ("Harvard Law Review", *. 54, p. 811, 1041; Fut, Human purpose and natural law, “J, Philos... 53, p. 607, 1958, SEPAIACION ENTRE DERECHO Y aIORAI. Presentaré el tema como parte de la histor idea, A fines del siglo xvi y a comienzos del siglo xIx Jos pensadores més serios sobre problemas juridicos y sociales y los arquitectos de las mas importantes reformas eran en Inglaterra los grandes utilitaristas, Dos de ellos, BENTHAM y AUSTIN, insistieron constantemente en Ia istinguir, con firmena, y con el maximo de el derecho que es del derecho que debe ser, Este motivo se repite con insistencia en Ia obra de aquéllos, quienes condenaron a los pensadores jusnaturalistas py cisamente por haber hecho borrosa esta distincién aparen temente simple pero de vital imp Por contraste, hoy en dia en los Estados Unidos y en menor grado en Inglaterra, esta separacion entre el derecho y Ia moral es considerada superficial y errénea, Algunos eriticos han pensado que ella impide a los hombres ver Ia verda- dera naturaleza del derecho y sus rafees en Ia vida so: cial #, Otros han pensado que es no sdlo intelectualmente 4 Ver Paimpxann, Legal theory, ps. 154, 204 y 205, 3° ed, 195% ‘También Furmrass diee que Avetix “‘mediente su tajante distineisn centre In cieneia. do ta legisacién y In cieneia del derecho... inauguré tuna era de autosuficieneia y positivisma jurfdieos que posibiité que el emergente Estado nacional afirmara su abtoridad sin verse perturbado [Por dudes jurfdiens’” (idem, p. 416). Este autor afirma, sin embargo, que ‘In existencia de un Estado altamente organizado que reelamabn para af soberania yuna obediencia ineondleionsl del eiudadano’? ha sido ccondieion polftiea que posibilité el positivismo analities”? ({dem, p. 102), Dentro de esta versién results, en conseeuencia, un tanto difieil 4 Denecho ¥ atoran I r6tulo “positivismo juridico”, que es ahora peyorativo, ha servido como muchas otras expresiones que se usan a guisa de proyectiles en las batallas intelectuales, par: designar una desconcertante multitud de pecados diferen- ‘do este giro? ;Cuéles son los errores teoréticos de esta distincién? ;Ha tenido en la préctiea malas conseeuencias el subrayar In distincién como lo hicieron {Debemos ahora rechazarla © mantenerla? Al considerar estas preguntas ex menester en dicha distineién, Bstos apoyaron wunque fundados en su propia concepeién ista, todos Jos principios del liberalismo en mate. eterminar euil ex In gallina y eudl el huevo (el positivistno analities © las condiciones politiens). Aparte de ito, no parcee haber mucha Prucba de que algén Estado nacional surgido a partir de 1832 (allo. de publieacién de The province of jurisprudence determined) haya. visto Posibilitada la afirmaeién de su autorided por la influeneia de Acsrrx 0 de ‘a era de postiviame juridieo que éste inauguré” 4% Ver Raunven, Dic Krneuerung dee Rechts, en ‘Die Wandlung??, P. 8, Alemania, 1947; Rapanveu, Gesetsliches Unrecht and eberge setaliches Recht, en “Siddoutsehe Juristen-Zeitung”, t. 1, p. 108, Alemania, 1046, republieado en Ravanvcn, Reehtephilosophic, 3 4 ed, 1950, EI punto de vista do Ravorvett es examinad en is ps 40 1 4D de este articulo SHPARACION ENTRE DERECHO Y MORAL. 5 ria de derecho y de gobierno. Nadie ha combinado ‘Ya 86 que para algunos el punto de vista politico y moral de los utilitaristas es 8 Burman, 4 fragment on government, en Works, & 1, pe 221 y 280, Ea. Bowring, 1850, prefacio, § 16; Busruass, Principles of penal 4a, en Works, t. 1, ps 885, 574/5, 876%, Bi. Bowring, 1859, pave a cap, x1, §§ 8 y 1 1 Bmvrman, Of promulgation of the taws, en Works, t. 1, p. 185 Ba, Bowring, 1869; Bastian, Principles of the evil cole, ea Work, &. 1 pe 207 y 383, Ba. Bowring, 1850, parte, enp. xt, § 2; Bnavane, 4 fragment on government, en Works, 1s ing, 1850, prefaclo, § 35 § Burman, Principles of penal lau, on Works, t. 1, px. $05 y 670, a, Bowring, 1850, parte m1, eap. xx1, §§ 10 y 11. ® Buvrusne, Principles of morals and legislation, on Works, 4. 1 Ps. 1, 84 EA. Bowring, 185 capa 30 Brwruan,, Anarchical fallacies, on Works, *. 2, ps. 480, 511 X 818, Ed. Bowring, 1859, art. var; Bewtuaxe, Principles of morale and Leoislation, en Works, +. 1, ps. 1 y 144, Ed. Bowring, 1859, eap. arm feat i, 1859, cap. xx, 1, 233 nots m, Ea, Bow 6 Dunecuo ¥ atoxab demasiado simple, pero no debemos confundir esta sim piicidad con superficialidad, ni olvidar lo favorecidas que salen estas simplicidades de su comparacién con las pro- fundidades de otros pensadores. Tomad solamente wn ejemplo: la opinién de Bevriast sobre el problema de 1a esclavitud, Dice nuestro autor que no se trata de saber si aquellos que son mantenidos en esclavitud pueden ra- zonar sino simplemente si eufren '. ;No es esto mejor que diseutir el problema en términos de si hay 0 no hombres ‘a quienes Ia naturaleza s6lo ha eapacitado para ser los instrumentos vivientes de otros? Le debemos a BENTHAM, nis que a nadie, el haber cesado de discutir esta y otras cnestiones similares de conveniencia social en aquella forma, BENTHAM y AUSTIN no fueron, pues, estériles ana- Jistas que jugaban con distinciones verbales mientras ardian las cindades, sino que BOMstituyerom—apyamsmardig Ge un movimiento que trabajé con upasionada intensidad y mucho éxito en pro de una sociedad mejor y mejores leyes. ;Por qué, entonces, insistian en la separacién del derecho’ qiie’ ex yel derecho que debeyser?) ; Qué querian decir con eso? Veamos primero qué dijeron: saws: formulé Ia doctrina ast: “Gna cosa es Ia existencia del derecho; otra su mé- vito 0 demérito, Un tipo de investigacién conduce a saber si es o no es; para saber si se adectia o no a un patron asumido, hace falta una investigacién diferente. Una ley que de hecho existe es una ley, aunque ocurra que no nos usta, o aunque esté en desacuerdo con el texto mediante 3 Hem, en 143-0, ap. x0, § 4, 2, SuPARACION NTH DERECHD Y MORAL 7 el cual regulamos nuestra aprobacién y desaprobacién, Cuando se enuncia formalmente esta verdad como uaa proposicién abstracta, es tan simple y deslumbrante que parece ocioso insistir en ella, Pero por simple y deslum- Jbrante que sea cuando se Ia enuncia como una expresion fabstracta, 1a enumeracién de los casos ex los cuales ha Isido olvidada bastaria para Nenar un volumen, “sir WILLIAM BLACKSTONE, por ejemplo, dice en sas Commentaries, que las leyes de Dios son superiores en fueraa obligatoria a todas las otras leyes; que ninguna ey humana debe ser tolerada ¢i est en contradiecion | con aquéllas; que las leyes humanas carecen de validex ssi su contenido es contrario al de aquéllas; y que todas Jas leyes vilidas derivan su fuerza de aquel modelo divino. Grahora bien, Buackstone puede querer decir con esto que todas las leyes humanas deben conformarse a las leyes divinas. Si esto es 1o que quiere decir, estoy de acuerdo con él sin vacilacién alguna. .QBLACKSTONE quiere decir, quiz, que 1os legisladores humanos estén obligados por Jas leyes divinas a hacer concordar las leyes que ellos sancionan con aquel patrén titimo, porque si no lo hacen Dios los castigaré. Esto también merece mi total asen- timiento. Pero el significado de este pasaje de BLACKSTONE, si lo tiene, parece mis bien ser este otro: que ninguna ley humana que esté en contradiccién con la ley divina es obligatoria; en otras palabras, que ninguna ley humana que sea contraria a Ia ley divina es Tey. %2 Avorn, The province of uropradence detrmined, px. 186 ‘185, Library of Tdeas, of. 1954. ae Derrono y MORAL. La protesta de AUSTIN contra In coufusion entre el derecho que es y el derecho que debe ser es general: tal ‘etitud es un error, cualquiera sea nuestro patron de io que debe ser, cualquiera sea “el texto por el cual re- vlamos nuestra aprobacion o desaprobacion”, Sus ejem ieren siempre a una confusion entre e} derecho que es y el derecho que de acuerdo cou Ja moral debiera ser MRHRUENMSmEsgedebemoserecenslat Oy Jos preceptos fandamentales de la moral son Jos manda- mientos de Dios, de los cuales 1a utilidad es un “indice” ; ademds esti 1a moralidad efectivamente aceptada por un grupo social o moralidad “positiva’” BENTHAM insiste en esta distincion pero no CAFEC cia a Dios sino solamente, a los principios de utilidad. plos, sin embargo, se rel teriza a la moral por refere por supuesto, por referencia ‘La raz6n bisica de la insistencia de ambos pensadores fue capacitar a los hombres para ver con certeza los proble- mas precisos que plantea la existencia de leyes moral mente malas, y para comprender el cariicter especifico ae la autoridad de un orden juridico. La formula general de Bantuast para la vida bajo el gobierno de leyes era simple: “obedecer puntualmente; consurar con liber- tad” ™, Pero BeNTHAM, en cuanto espectador ansioso de la revolucién francesa, sabia bien que esto no bastaba: en cualquier sociedad podia Negar el momento en que Tos mandatos de las leyes fuesen tan malos que hubiera que enfrentar el problema de la resistencia, y era esencial que las cuestiones en juego a esta altura de Tas cosas no fueran simplificadas en forma excesiva ni oscure- tn Brsua, fragment on government, en Works, t. 1, pe 22L 1 830, Ba. Bowring, 1888, prefacio, § 16 SHPARACISN ENTRE DERECHO Y atonal 9 cidas™, Bste, sin ste, sin embargo, era precisam: ‘ amente el efecto de Jn vp fusinenate ef derecho 3 anor — leseubri « confusié lip simon deseubri6 que 1 confusion se habia extend wimétrew- tente en dos direeciones diferentexoPor una parte nue &g_autr. inal presente al anarquista que razona ast, = lebe ser el derecho, en consecuencia no 10 es < a en Tibertad, no sdlo de censui tambign de desobedecerlo'¢ Po rte, Bi Sac ae \ parte, BENTHAM. pensaba en el_reaccionario que Tazona asi: “Esto es ere ; 2 “Esto es el derecho, enumseuenca eo gue debe ey sfonde oe mode tod eis ea wu aneiiento, Bev eva que amon 10) ver Gres se podian ver en BLACKSTONE: en su imprudente frmacion de que las leyes humanas eran invilidas estaban en contradiecién con Ia ley de Dios _ aquel espfritu de quictismo obseeuente que parece see eietoa nte que parece con énito en ese autor”, el enal “apenas si le permite ree M4 Yer Bay, Print ve Bin lei eit i de B que debe ser; si contradic abiertamente el cpio de uilitad; dsb obedcrio (Denes vil! Biases parsecsee te sl derecho, que non one um wal 3 moral ee praibet nap = én BeNTHam, A fragment on government, 4 Wo rs , 287 y 888, Ba. Bowring, 1850, cap. 1, §§ 20 0.25. 16 Biaokstone, Comme - “ ns i at acne, Gomntant,§ 4 ina ee op oe iciendo que ‘la tendencia natural de tal d aa a a hombre, por la fuerza de In conciencia, a levants Ges fete cate nye no rete dou agro; Basra rap snot on grant nor 1, pe 2087 8% Ba Bowing, 15, 00, 2, 38, Ver tambien Brun comment on the Comment all 128 cn. am. Pare wan exrein el tomar 86 goo Ta dovtian ria Yer Rcams ah ety 8 ec ee tiempo reeanoee que. Tn Sampo ‘tte In resistencia. puede allarse justitienda por la Denwento ¥ MORAL 0 noger una difereneia entre To que es y 10 que del at ea era en verdad para BENTHAM la enfermedad profe flonal de 10s juristas: “A los ojos de los juristas — par he hablar de sus ineautas vietimas, es decir, la generali- dad de los legos— el ex y el dete ser... son uno indi- vreible” 27 La insistencia en 1a distineién, por lo tantoyy vey gerd itil para orillar estos dos peligros: el pelisto tle que el derecho y su autoridad puedan disolverst la ronveperén que tiene el hombre del derecho que debe ss yl peligro de que el derecho vigente pueda reemplazar a J moral como eritevio final de conducta y eseapar 85° nin erftica. ‘En vista de las objeciones recientes es wunbiGn in" portante Tistingiir varias cosas que los utilitaristas no Ppropuaieron decir cuando insistian en st peperacién ‘entre el derecho y 1a moral. Ellos aceptaban, por cierto muchas de las cosas que pueden quedar aludidas por la expresiOn “Ta InterseccTon entre el denechory Ja moral”. (Pa primer término, lox ntlitaristas nanea negaron que, Home hecho historico, el desarrollo de los sistemas juri ‘teow ha estado poderosamente influido por It opinion ia inversa, que los patrones morales han sido el derecho, de modo tal que ‘ag juridicas refleja prinei- pre fiteil moral, ¥; profundamente influfdos por el contenido de muchas norm fpios norms morales, No es de hecho sion investigar esta conexién historic: fetaba ciertamente pronto a admitir su existencia; Ja causal, pero BENTHAN del te Buwrwan, A fragment on government, en Workss t 3, PS 1 204, Ba, Bowring, 1859, eap. %» § 10. TT Besruas, 4 commentary on Humphreys” con Works, 1.5, p. 280, Eat, wring, 184. Beal Property Code, BPARACIGN HEIN DERECIIO ¥ MOHEAL it mismo modo, AvstiN también hablaba de la “coinciden freeuente” * del di lerecho y de Ia morali ren 3 calidad, precisamente a ello la confusién entre el derech y el derecho que debe se cepeeien 3 En segu ' is gE segundo Ingar, ni BENTHAM ni sus epigonos hi negudo que por wistud de presripeiones ur fer besas prineipios morales pneden ser incorpo canta versos puntos a un sistema juridieo y formar parte de istema juridico y for a tn y formar e a =a ; 0 que con deze o mis so ono ea a EEO rencia de AUSTIN, que aun el poder legisla Ee dia hallarse sometido a Timitaciones dic Poca y no habria negado que principios de los Estados Unidos, pod - E ] podian formar el conte- pag tales Iinitactonen eonaiticlonslen Atami, mbio, pensaba que las restricei arene ieciones sobre legit anprenn tea tren dae 1 que eran len politica ples barreras_ morale E les ba norales 0 polfticas *; POF OF Tae Fon nee por siemplo, podia conferir un poder legislative delegi Es stringir el area de su Serene cipios morales, Tanto Brxrian PNTHAM como AUSTIN teng i ae: n IN tenjan sumo i en subraya estas don simples eee ea ausencia de una preseripcién legal eonstitefonal x: io por referencia a prin- mal ex: 3 osm oh iy m2, p10 EMA, A frapmen ag 2 BEEN A Faomen om goverent Werk ¥ 290, Ed. Bowring, 1851 ome ™ eee 48; 1859, cup. Iv, §§ 33 y 4. ot Cee es ke Dunecno ¥ MORAL presa, del mero hecho de que un sala viele putas me aes no xe infiere que ella no es una regla de derecho GInversmente, del mero hecho de que una regla see realmente deseable no se infiere que es una regla de Horecho. ’ La historia de esta elemental doctrina en el siglo os demasiado extensa y complicada para exponerla aqui. Permitidime que la sintetice diciendo que tras haber sido propuesta al mundo por AausmNpestedoctainaeslomind 16 teoria juridiea inglesa y constituye parte de la estructura de la mayoria de esas producciones curiosamente brit: nicas, quiz insatisfactorias, a saber, los eximenes glo- bales de todo el eampo de Ia teorfa general del derecho. Tina sucesion de ellas se publies despues de que el texte completo de las conferencias de Austin aparecié final: en 1863. En cada una de esas producciones Ia separacion de los utilitaristas entre el derecho y 1a moral es eonsiderada como algo que permite a los juristas obte- ner una nueva claridad, AMos, uno de los epigonos in- leses de AUSTIN, ha dicho que éste “ha liberado al dere: eM tps nrta de amelie todavia gravitas y el mismo MAtNp que tanto critics a mente sobre agnél” +, 1883. Vor también ManKry 2 Awos, The arene of la, v4 remenin of ta, pout y 8 9 ty T8H6 ren eet Jitineén entre el derecho positiva y 18 mors Acer acne Tow fandamenton para une sineia dl dee ables Muar In oneal derecho» de un nGmero de cose al evabas aw leper positivas, com itfeamenteobligatria, y n0 abstante {rei he mit que i ley mis nuestro daber moral dese feuencins pernieiosas a Ins 4 his ensehado AUSTIN, han de ser ju filo, una Hey puede ser injusta ‘yo easo pele que puede ser inmoral, Tedecerla. Ctr. HoLtaxn, Jurigpradenc px 1 a 20, 1880 SerARACION HSSTIEE DRIEOHD Y AMORAL 13 AUSTIN en_mnchos puntos no impugna esa parte de su loctrina, Em los Estados Unidos, hombres como N. 81 ‘oun Gueex®, Gray y Honates han considerado que la insistencia en esta distineién ha hecho posible que la comprensién del derecho como un medio para el control social tenga un nuevo y fruetffero punto de partida; ellos la recibieron como algo al mismo tiempo autoevidente ¢ iluminador, como una reveladora tautologia. Esta distin- ci6n es por supuesto uno de los temas prineipales del mas famoso ensayo de Horates, La senda del derecho™, pero el Ingar que ella merece en la consideracién de estos autores norteamericanos se aprecia mejor en lo que GRAY escribié hacia fines del pasado siglo en La naturaleza y las fuentes del derecho, Dijo GRAY : “BI gran avance en sus concepeiones fundamentales que Ia teoria general del derecho experiment6 en los titi mos cien afios fue el reconocimiento de la verdad de que ¢1 derecho de mm Estado ... no es wn ideal sino algo que realmente existe... No es lo que debe ser, sino lo que es. Pijar esto en forma definitiva en la teoria general del common Tar, tal Ia hazaiia que Ansty enmplig” 22 Ver Gam, Sevcién bibliogrdfiea, ‘Am, L. Rov.", t. 6, ps 5 4 61, 1871, reproducido en Grex, Kasay aad notes on the Taw of tort ‘and rime, pa. 31 ¥ 285, 1982 2 Harvard Law Review’, t, 10, p. 457, 1897 i OM, The star ond sures ‘of the Yas, p. hy 1 a, 108 (a). SrSggrY”™”™” i } = u Vrageenw ¥ s10Ka IL ius fadas a Io que antecede las referen ‘ala doctrina durante su perfodo de esplendor. Volvamos hora nuestra ateneiOn a alguna de las eritieas, Sin duda alguna, cuando BENTHAM y Al cin entre el derecho que es y tienen presentes leyes particulares cuyo 8 aro y por Io tanto no se halla en diseusion, y su preoet pacién consiste en sostener que tales Teves, suunque sean moralmente inadmisibles, siguen siendo leyes. Sin mis tarde surgieron rigen esrin insisten en la distin 41 derecho que debe s nificado es largo, al considerar las critieas qne ar nuestro andlisis a las que se di nos Hegar no debemos limita contra aquel punto particular, si es que querem r ‘a Ja raiz de Ja insatisfaccién que la distincién provoeay ‘levemos hacernos cargo también de Ja objecion de qué ‘uunque fuera exacto Io que los utilitaristas expresan res: peeto de aquel punto particular, su insisteneia en él, usin terminologia que sugiere una ruptura genera! entre lo que es y 10 que debe ser derecho, ha oseurecide fel hecho de que en otros seetores se da un esencial punto de contacto e has cosas. De tal modo, en To ane signe me oew n diri gido contra aq tenian en m xe uma conexion eseneia do uni te a 16 no solo de las eritieas que se hi quel aspecto particular que los utilitaristas sino también de la pretension de que su al entre el derecho y la moral 10 son interpretadas y aplicadas » significado es cuando examinamos e en Tos easos concretos aquellas leyes ct discutible; conexién que también se pretende que surge exando ampliamos nuestro punto de vista y nos pregun- SEPARACION ENTIRE DERECHO.Y MORAL 6 tamos, no ya si una regla particular de derecho debe sa- tisfacer un mfnimo moral para ser una norma juridiea, sino sium sistema de reglas que no legue en modo alguno anzar ese minimo puede ser considerado un sistema dle derecho. n embargo, una complejidad inicial de im- a que ha servido para coufundir al anilisis erf- Lico, Debemos recordar que los utilitaristas combinaron su insisten separacién del derecho y Ia moral (On otras dos doctrinas ignalmente famosas, aunque dis- tintas[{J7na_es Ja importante verdad de que un estudio jnuranente analitieo de Tox coneeptos ‘os, un estudio del gMITICHTO Tel vocab pio det derecho, es tan para nuestra conipr n de Ta naturaleza de ést como Tos estudios histéricos y sociolégicos, aunque por ipnésto no puede reemplazarloxELa otra doct Torka imperativa del derecho, 1 idea de que et derecho es, en esencia, una orden Estas tres doctrinas constituyen a tradieién utilite- rista dentro de la teoria jurfidiea; sin embargo, son doe- trinas distintas. Es posible apoyar Ia separacién entre el derecho y 1a moral y valorar positivamente las investiga. ciones analiticas acerca del significado de los conceptos juridicos y, sin embargo, pensar que es erréneo eoncebi que el derecho es, esencialmente, una orden. La de que la falsedad de alguna de estas tres doct integran Ia tradicion utilitarista mostraba que las otras dos eran falsas, ha sido una fuente de gran confusion en las eriticas a la separacién entre el derecho y la moral. Mas grave atin fue que no se advirtiera que habfa en realidad tres doctrinas totalmente diferenciables dentro 16 Denucuo ¥ MORAL de aquella tradicién, El uso indiseriminado del rotulo ‘épositivismo” para designar en forma ambigua cada una qprestas tres doctrinas diferentes (junto con algunas otras que los utilitaristas jamés profesaron) ha eonfune ‘ido quizi el problema mis que cualquier otro factor Individual ®. Algunos de los primeros criticos norteame Tieanos de 1a doctrina de AUSTIN, sin embargo, vierdl fate preciso punto con admirable claridad. GRAY, Dit jemplo, agrega al final del elogio a AUSTIN que YY | creado, tae siguientes palabras: “Austr pede haber i rte Seon gue ony has aboot. Vr 3235 2 peta del siglo) a son tin aa) so ae vale Ia peta hacer 28) algo a fo en un sistema. Logie ) La pretensién de que vn sistema jurid mente cerrado"? en el que las deeisiones: juni cas panes rae erie tedi logicos de novinas juraieas predeterminades, deducidan or ponitos sociales, Kneas fe ovientacion, standards morale Wer ps. 28 0 20 3) tm preteasign do que Tos jusios morales no pueden ger etabieidoy a denadhtve como To te los julefos ie heeho, por argumentos, practi © ueitivas'” ex tien). Ver lemosteaciones telouales (teorins ‘80 0 pe 56-2 60, Thewruanr y AUSTIX sostuvieron los puntos de vista deseritos en 1 ay 2 pero no len deneriton on 4.7 5, L4 opiniin indiendn en # o» 06 Fe eae wade, a Tow jority annlitieon (ver pe. 28 n 30), pero mo coseo winggin “canaista?” que 1 has sostewidon SRPANACION ENTRE DERECHO T MORAL: 1 currido en error al tratar el derecho de un Estado como si fuera la orden del soberano”*, y, con perspieacia, se Fiala muchos puntos en que Ia teoria de la orden es insu jciente, Pero otros eriticos vieron con menor claridad el problema, y han pensado que las insuficiencias de la teoria imperativa, cada dia més evidentes, bastaban para demostrar la. falsedad de la separacién entre el dereehe y la moral. Esto es un error, pero un error explicable, Pa euin explicable es debemos examinar un poco mas de rea la concepeién imperativa, Ta famosa teoria de gue 1 derecho es una orden, forma parte de una pretensién o s ambieiosa. AUSTIN deefa que la nocién de-un imperativo era “la clave de las ciencias del derecho ¥ de Ta moral”, y Tos intentos contemporsineos de act ‘arTos Juieios morales en términos de expresiones “impe ivas” o “prescriptivas” constituyen um eco de aquella mibiefosa pretensién, Pero la concepeién imperativa, aun considerada como un esfuerzo para identifiear s6lo la esencia del derecho, no digamos 1a de Ta moral, parece sobrecogedora en su simpleza y totalmente inadecuada, ‘Aun en el més simple de los sistemas jurfdicos, es mucho Jo que resulta deformado, si se lo presenta como nn impe . Sin embargo, los utilita ban _que podta esencia de un sistema juridieo si se com: nk de un imperativo con la de mn éstes ,Qué ex 0 expresién por parte de m GaaY, The nature ond sonrees of the Taw, ps 04 y 95, 2° o% en, Avany, ob, eit, 12, p. 18 Is Derzeno y stoKat ona del deseo de que otra haga o se abstenga Tacer algo, acompafiada por una amenaza de que la dlesobediencia ser’ probablemente seguida de un castigo. Las Grdenes son normas juridieas si satisfacen dos requi- ‘0, deben ser generaleypsegundo, deben ema- ar de algo que, segiin BENTHAM y AUSTIN, existe en toda wlitiea cualquiera sea su forma constitueional, a saber, ima persona o un grupo de personas que reeiben obedieneia habitual de la mayoria de los componentes de la sociedad y que, a su vez, no deben obediencia a otros. Estas personas son sus soberanos, Asi, el derecho es 1a orden de los que ordenan sin recibir 6rdenes en la socie- dad, 1a ereacién de la voluntad jurfdieamente no limitada 1 soberano, quien esté, por definieién, fuera del derecho. Se ve facilmente que esta version de tm sistema jurt- Aico es harto precaria, Podemos incluso darnos cuenta dle por qué se podria pensar que su insufieiencia es atribuible a que se ha pasado por alto alguna conexién esenieial con la moral, La situacién que Ia simple trilogia “orden, sancién y soberano” consigue deseribir si se to- nociones con alguna precision, se asemeja a Ta saltante que dice a su vietima “La bolsa nica diferencia radiea en que en el caso de ui sintoma juridico el asaltante se dirige aun miimero de personas que estim acostumbradas a Ia intimi- dicta y habitualmente le prestan acatamiento. Por su: fiaesto el derecho no ex In situacién del asaltante en eseala mayor, ni el orden juridieo puede ser simplemente dentifieato con 1a compulsién A pesar de los puntos de obvia analogia que ex ley y una orden, este esquena on sociedad entre um SEPARACION ETRE DERECILO Y atOHEAL 19 los elementos max earacteristicos del derec| aque cite unos pocoxfEs equivo Intura_(y con mayor sicigu_caimMrante 0. Dejadie do concebir a una legis én aun electorado), de compo: como wn grupo de personas habitual- nple se adeciia solamente a un monarea que haya reinado lo suficiente como par que se gen esa objecisn derecho, Pero aun pasando por alto jda_de lo que los Jegisladores hacen es 108 que den cumplimiento a ciertas reglas fifndamentales acepiadas, que especifican los procedimien cox de Ia legislaci6n. Esto vale incluso para u lo de una constitueién mnitaria simple com» reglas fundamentalmente aceptadas qu» debe hacer una legislatura para legislat Vitualmente obedecidas, ni pueden ser “PFERATAS Como hibitos de obediencia a personas. Dllas cnentran en Ja raiz de un sistema juridico, y lo que mils s¢ echa Te menos en el esqnema de los utilitaristas ex ‘nandlisis de To que significa para un grupo social y sus Srganos adoptar tales reglas. Esta idea, y no Ia de un , es Ta “clave de Ta del derecho”, 0 por lo menos una de las claves. En el caso de una democracia, ASTIN ya mas alli del legislador y Hega hasta el cuerpo de electores par. encontrar al “soberano” (o en Inglaterra, una parte de 4U). Avstix pensaba que en lox Estados Unidos el con: junio de electores para lax legislaturas estaduales y ol Congreso federal eran el soberano, cuyas 6rdenes emanadas le sus “representantes” en los cuerpos legislativos, cons tituian el derecho, Pero sobre esta base tiene que desa- parecer totalmente la iden det soberano como entidad 20 Dergeno y MORAL, fuera del derecho, que es “habitualmente obedecido” por * de la poblaciin: porque en este caso obedece a la “mayoria”, esto es, se obedece 3 notorio que la aceptacién general de Ia J de un procedimiento de elaboracién del der cho, con independencia de Ios exmbiantes individuos que Jo ponen en préetica de tiempo en tiempo, no puede sino resultar deformada por un anilisis en téminos de la obediencia masiva habitual a ciertas personas que estita por definicién fuera del derecho, del mismo modo que el fenémeno afin pero mucho més simple de Ia aceptacion social general de una regla, por ejemplo la de quitarse el sombrero enando se entra a una iglesia, quedarfa desfi- gnrado si se Jo representara como Ta obediencia habitual por el grueso de las gentes a personas determinadas. Otros eriticos han pereibido osenramente wn defecto ‘adicional mi del imperativo, aunque han restado agudeza a una objecién importante al dar por sentado que el defecto se debe a que no se ha insistide cerea de alguna conexién importante entre el derecho Ia moral. Este defecto mAs radical es el siguiente, El ‘cuadro de la vida bajo.el derecho que la teorfa del impe rativo nos presenta es esencialmente el de una simp!> relaci6n entre el que ordena y los que recten las érdenes, cnére el superior y los inferiores, entre la parte de arriba ; se establece una relacién vertical entre Jos que dan las érdenes, 0 sea Tos ereadores del derecho, conecbidos como esencialmente fuera de él, y aquellos que reciben las brdenes y que est4n sometidos al derecho, Eu este enadro no hay eabida, o s6lo Ta hay en forma acei dantaTy sibordinada, para nme distinciém entre tipos de Ja “may si misma grave de SnpanaciOn ENTE DERECHO T WORAL a1 reglas juridicas que son de hecho radicalmente diferentes, Algunas normas obligan a los hombres a actuar de cierto modo 0 a abstenerse de actuar, lo deseen 0 10. que se presentan a 1a sociedad en formas muy diferentes Y que tienen funciones totalmente distintas. Ellas acuer: dan posibilidades més o menos elaboradas para que los individuos ereen estructuras de derechos y deberes a los fines de la eonduccién de la vida dentro del enadro coee- citivo del derechoales son as reglas que habilitan a Jos individuos para eelebrar contratos, otorgar testamen- tos, crear “trusts” y, en general, para moldear sus rela- ciunes juridicas eon los demis. Tales reglas, a diferencia de las del derecho penal, no son factores enderezados a dleseos y elecefones de naturaleza antisocial. Por ario, esas reglas facilitan la realizacién de deseos g,gierones. Ellas no nos deen (eno Tos Hp / esto quieras 0 n0”, ambio “si quieres esto, he agi Ia manera de hacerlo™ De aguer con estas eglas ejercemos potestades, deducimos pretensiones, y hacemos valer derechos. Hstas frases desiacan_perfiles caracteristicns de lan norma que contigs ote poiesties: ella son nosmas que esti, por decir a, coToraTAS @ disposicién de los individuos de 1m modo que ‘ig apavece en Tas normas del derecho penal Mucho Tse ni se Fa olrao en Ta tren de eee” Tox norma de cota senda especie a alguna varfante compleja de Ts de Ta primera clase, I} esfuerzo para demostear nas que confieren derechos son “en realidad” rativos) ino en 2 Drrgono y moat, s6lo estipulaciones condicionales de sanciones a ser im- puestas sobre quienes se encuentran bajo un deber jurt buena parte de la obra de KuLses *. Sin este punto de vista es en realidad én dogmatica de suprimir un as peeto del sistema jurfdico, para mantener 1a teoria de que a estipulacin de una ‘én, como el imperative de AUSTIN, representa la quintaesencia del derecho, Con el mismo criterio se podria argumentar que las reglas det paseball son “en realidad” s6lo instruceiones complejas Ditro y que esto muestra st exhibir una determi condicionales dirigidas al 4! real o “esencial” naturaleza. Uno de los primeros juristas en Tuglaterra en romper con Ja tradicién austiniana, Sataronp, objeto que el ant lisis en términos de imperativos dejaba a la nocién de derecho subjetivo sin Imgar adecuado™, Pero en este punto Sararoxp incurrié en una confusién, Sostiene pr mero, correctamente, que si las Jeyes son nada mas qu Grdenes es inexplicable que hayamos Hegado a hablar derechos subjetivos y de potestades como conferidos por fo emanados de aquéllas. Pero seguidamente concluye en forma errénea que las reglas de mn sistema jurfdieo deben rads con reglas morales 0 con de estar necesariamente conects 1 Ver, por ejemplo, KEnses, General theory of taw and state, ps. 58 a, 149, 1s 1945, Begin RELSEX, todas las leyes, no s6lo Tas que aeverd: potestades, son redueibles 9 tales ‘norma primarias’” famelones en forma eondicion ‘SALMOND, The first. principles of jurispradence, ps. 07 ¥ 98 3802, Este autor “objeta el eredo do la denominada eseueln inglesa de fearia. Juridica”, porque ‘“intenta despojar a In idea de derecho de aiuel signifiends étieo que ew amo de. sux mis eseneinies elementos”? ‘idem, pa ® y 10) 1am derechos 0 ‘que estipalan PAINCIN ENTE DERECLIO Y MOHAL 23 prineipios de justicia y que s6lo sobre esta hase fendmeno de lon derechos subjtivor reli: mecnada espliiin, Ht fee pene Sax, haa ge decir que los conceptos de “derecho subjetivo juridieo” (legal vight) y de “ 10 su; + morn right) cot: Ign por ua tera “ooichlentia verter Del mismo modo, los os mii ristas, siempre atentos a Ia compleji derecho subjetivo, han insistide en que la teoria del i perative no Te da cabida, Hiaeesrriw sostiene que si las eyes tueran realmente jmperativos Ia nocién del derecto un individuo seria reahuente inexplicable, porque los imperativos son, como él expresa, algo que obedecei ‘lesobedecemos; ellox no confieren derechos ™, Pero tam- HacersrndM concluye que Ia moral o, como ét di ones de justicia, tienen que estar, en. consecnencia, ncesariamente impli tol ans de ualgnie soars Be leeceewemes elaborada como, Estos aryumentos, empe tos arguuentos, empero, son ciertamente confusos Jas reglas que confieven derechos, aunque sean distint le los imperativos, no tienen por qué ser reglas morales con elas, Hay derechos subjetivos, después de Teeipelde de fon (1 derecho te dvt ftstnente det in te qu elds rte ln Suits plea een Ge Gerson solves deb ee je la noeisn vulgar de justia entiende estan " a Mem, p. 218, ° “n ce 4 Denreno ¥ Mowat, rm Jurgen de reglas de ceremonia, de reglamentos ‘odo, que surgen de reg ssferas reguladas por disposiciones emis de justicia 0 por lo qu 1 no se preocupan por problemas de jus ‘Merch debe ser. Tampax neceaitn Tas teas que cOn fren derek, ser justaso estar moralment justificads ieren derechos, ser jus fiend, m los derechos de un amo s Slt s merto 6 demeste como dein AUSTIN, \ chos en In émo estin distribuidos los derechos depende de emo estén di i ale vofedad y de wobre qué o quién son efercidos. Esta ee ticas en reahidad han revelado ta insufieencia de las isis del derecho; en muchos jnmtos es evidente que Ia aeeptal 0 de una panta de auto ‘ada mis que por et miedo, © me que vor Ia supersticiin 0 ne apose en Tn inereia), eee i ‘ilisis, y no puede en sf ser aa ser objeto de andlisis, y no puede dosha 0 nos, Nada de esto, emp juellos dos. siniples términ rt, empero, ees del derecho y sus “méritos” esté equi de juegos, y en mucha aceptacién social de una 1 ridad (aunque no esté moti inereia entre la existence vocada. I Paso @ yeuparme de wna criti distntivamente now teamericana de Ta separaetén entre el derecho que es ¥ e derecho que debe ser. Bila ha sxgido del estudio crite del proceso judicial eon que li teoria Juridica norteame provechosamente oct ricana ha estado, en general, tan pr I bad, Los ms esépticos de estos eriticos Ios vagamente denominndos “realises” de ta dgcada de 1980 u 1040— aceptaron quiz en forma demasiado ingenua In estruc: tura conceptual de las cieneias naturales como adecuada para la caracterizacién del derecho y para el ansilisis de Ja conducta guiada por reglas en la que consiste, por Io menos parcialmente, un sistema de derecho vivo. Pero ellos abrieron los ojos de los hombres a lo que efectiva mente ocurre euando tos tribunales deciden los casos, ye contraste que mostraron entre los hechos efectivos de decision judicial y la terminologia tradicional que 1 describe como si fuera una operacién totalmente 16 ha sido por regla general, esclarecedor; porque pes ile algunas exageraciones los “realistas” nos hicieron a damtente coneientes de una caracteristicu fundamental del Jenguajey del pensamiento humanos, euyo éufasis es vital no solo para Ia comprensién del derecho sino también en del fia que estin muy alejadas de los limites deTe teoria jui 3 2jemplo puede exhibir |i que con penetracién vio esta escuela, Una norma juri troducir un velfeulo en un parque pitblico, ohibieién rige claramente para un automdvil, pero igué decir de lus bicicletas, patines, automoviles de ju- wilete? ZQUE decir de Tos aviones? ¢Deben o no ser consi. ; los “vehiculos” a los fines de la regla? Si hemos de } “municarnos de algtin modo con los dems, y ei, como (sel caso en Ias formas ids elementales del derecho, hemos de expresar nuestras intenciones para que un cierto tipo de condueta esté reglado por normas, entonces ex hecesario que las palabras generales que usamos —tales como “ehieulo” en el supuesto que considero— tengan 'g’in ejemplo tipico respeeto del cual no existan dudas acerca de la aplieacion de aquéllas. Tiene que haber un ‘cleo de significado establecido, pero tamblén habtt inn 26 Dengeno ¥ sora sox diseutibles en Tos que las palabras no i es ni obviamente no aplica- fesultan obviamiente aplieables ni obviamen : ee Chan tn de caton caron tend slgunas nots en Ce. con et ejemplo tiieo; Ts falar atas 0 pare Conn eh ellos earaeteraticas qe no extn present sud, Ta insentiva uma toe procesos macrates sortan ex forma contin fale vasiaciones respect de 1 fan, 81 hemos de dei qe eta else de nechos cue o no bajo lo preserito por Ie reglan existent, en tices quien clasiien tiene que adoptar una decisions puesta, porque los hechos y los fenémenos a los {que conformamos nuestras palabras, ya los que pean tata eles Son, como en de, mos, BL autemGvi de juguete no puede hablar y dee: say un veel Si fines de esta rea jie”, wt los pines poten iuvir en coro: "Nosotros no woos un vehicul”, situaciones de hecho no nos aguar ne atlas © plegadas; ou elastic rien no ent exit ev ‘eltas para que los jueces simplemente i len, Terie tontrario al aplicar las reglas juridieas alguien i le : ir que las pal penumbra de ci ro le es efferen 0 no a cierto ens, con tals i esta decision implica, practicas que esta ae Podemos denominar “problemas de la penunbra’ los que surgen fuera del micleo rigido de ejemplos tipicos 6 de significato establecido; estos problemas ja ola abandonan, ya sea que_nos las yeamos con cosas tan iales como la reglamentacién del uso de un_parqw multidimen: Diico, o con Jas generalidades mul ionales le al constitucién. Si todas las reglas de joarestolee has estar cireundadas por una penumbra de incertidumbre, entonces su aplicacién a casos especiticos en el area de penumbra no puede ser materia de deduccién logic asi él razonamiento deductivo, que durante genel ha sido admirado como 1a perfeceién misma del namiento humano, no puede servir como :nodelo de lo que los jueces, 0 en realidad cualquier otro sujeto, debe hacer al colocar los casos particulares bajo reglas geno- les. En esta fizea los hombres no pueden vivir exelusi vamente dle deducciones. Y se sigue de aqui que si controversias y decisiones ju de Ia penumbra han de s tiene que sustentarse en al into de una relacién J6gica con las premisas. De tal modo, si es racional “fundado” sostener y decidir que a los fines de esti regla un avién no es un vehiculo, esta alegacién ha de ser fundada o racional sin estar dotada de conclusividad logiea. ,Qué es lo que hace entonces que tales decisiones as dicas acerea de cuestiones ionales, su racionalida:l sean correctas 0 por To menos mejores que las decisiones « alternativa? Agus, de nuevo, parece adecuado afirmay que el criterio que hace que wna decisién sea fundada en tales easos es algin concepto de lo que el dere Serj es ftcil pasar répidamente de esto a la afir de que dicho eriterio ha de consistir en un juic agerea de lo que el derecho debe ser. De tal modo, se concluye, tocamos aqui un punto de “interseccion nece- saria entre el derecho y 1a moral” que demuestra ta fal sedad 0, en todo caso, el earicter equivoco de Ia enfitie insistencia de Jos utilitaristas sobre In separacién ent el derecho que es y el derecho que debe ser. Por supuesto —se dice—, Bentiaxt y AUSTIN s6lo pueden haber es crito Io que eseribieron porque Tes falté comprensién o \ | i i | 2s Derncuo ¥ s10Rat interés respecto de esta faz del proceso judicial, porque ignoraron los problemas de la penumbra, Ta desinterpretacién del proceso judi los frovlemas de Ja penumbra, y que considera que aquél consiste fundamentalmente en wn razonamiento dedue tivo, es estigmatizada a menudo como el error de “for smo” o “literalismo”, Mi pregunta ahora es: ;c6mo ida Ia demostracion de este error prueba jal que ignora yen a {que la distincién de los utilitaristas es equivocada o eng flosa? Hay aqui muchos problemas que han sido confun- didos; solamente puedo tratar de desenmaraiiar algunos La acusacién de formalismo apunta tanto a los tedricos depecho “positivistas” como a los tribunales, pero, por supnesto, los argos tienen que ser muy diferentes en uno y otro caso, Dirigida al tedrico del derecho, la acuss cign pretende que éste incurre en un error teorétieo acer ca de Ia naturaleza de la decisién judicial: coneebir al razonamiento alli involucrado como consistente en wii dednccién a partir de premisas en que las elecciones pricticas de los jueces o sus decisiones no desempeiian papel alguno, Seria cosa fGeil demostrar que AUSTIN no incurrié en este error; solo una completa desinteligen de lo que es la jurisprudencia analitien y de las razones que tenia AUSTIN para considerar que este enfoque es importante, ha Nevado a pensar que aquél, o cualquic otro analista, creian que el derecho es un sistema légiea- mente cerrado en que los jueces deducen sus decisiones de premisas*, Por el contrario, AvStIN conocia muy bien 33 Esta desinteligencia de la teoria juridien analitiea aparecr, entre ‘en StONE, The provinee ond function of law, p. 141, 1950: “on resumen, al techiwxnt la suposieiin implieita de’ que to otro yas tas SSWPARACIGN sOV7RE DERECHO Y tonaL 29 el eariicter det lenguaje, su vaguedad 0 naturaleza abier- ta®. Pensaba que en las situaciones de la penumbra los jueces estén forzados a legislar, y, con tonos que algu: nas veces recuerdan los del extinto jue Tewowe Faas recrimina a los jueces del common law por legislar tim aamente y sin vigor, y por apoyarse en forma ciega en analogias reales 0 supuestas con los casos del pasado, en lugar de adaptar sus decisiones a las crecientes necesi ropoision perteecletos a todos tos metres dad Mogicamente eonsitentes, ».. Al (Cavloo) niega que el derecho tea sentado que es'”. aot ‘er tambien itm, p. 4 68,138 y 140; Pazowasy 1. 20, Bed IDEN, Eat deotlgenca price uncer Sola ee {iy tu de ariel sults we Sant lr mio ureeeran np shat Pn er aecistones fundadas en los casos partculacs,hiciera falta algo mix que a eapuidad prs raseamictey Iie forues'¢perir pre progoterminndas, elaras y exentas do ambigiledad. * oS tote a vagntit'y alta do tea nel derecho, ver Aram, ob. 8, n.12, pa 202 8 208 y 207, quien reconce que, come consecveel ie tvguide gen somnitrarne strife ‘siones generale “en nadie que haya considerado el tems scasteal Sabra pido bitrates nes bia te tec. Cone civ un een at lis tu paren pants evita “mc” Opt obra i le mencién las siguientes observaeiones hechas por ASTIN: | “a sec}, fat sex gue drei hw pled Pls st soa ‘leompetenan fe aualogin on ent” yu el en pc Sete iu fr priate gh apn ira ldo 7 oon iy ea en gh gl se becca ne pa Ary ae tra, © ved) Cet Sees a ded ee ¢ ite a ars emutrayendo™ on tat a wan varedad de fdamnenten sels

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