Está en la página 1de 14
o- | 7 OCRIOLNAE aA CRS: AS MOy a A ERS Capitulo? LOS MITOS SOCIALES DE LA MATERNIDAD 64 Aclaracién “Los mitos sociales de la maternidad” fue escrito en 1982 y circulé como ficha del Centro de Estudios de la Mujer hasta que fue publicado en la Revista Argentina de Psicologia en 1984 {Por cué publicar un texto que tiene diez afos? Es un escri- ‘to que fue muy consultado en su momento y encuentro —no sin. cierta sorpresa— que atin hoy sigue siendo materiel de consul- ta de muchas personas interesadas en esta temética. Por otra parte, el hecho de haberse pyblicado en una revista —y tantos aos atrés— hace que, cnanda se necesita su refe- rencia, no sea muy sencillo acceder a esta fuente. En au lectura, habré de tenerse en cuenta que en el momen- to de ser escrito faltaban dos largos aftos de dictadura militar. Su elaboracién tiene dos fuertes inseripciones: por un lado, una forma intima de resistencia intelectual, y por otro, 1a resig- nificacién personal de la propia maiernidad —mi hijo menor habia nacido en 1981. ‘También es necesario recordar que para entonces no habia Hegado al pais el grueso de las producciones de la Historia de las Mentelidades, Tampoco se conocia L'amour en plus. Histoire de Vamour maternel (Flamarion, Paris, 1980)’ de B. Badinter. Sole contébamos entonces con algunas ideas de Judith Grai “El ideal maternal”, y de Gloria Bonder, “La ilu- 1, Bditado en castellano con el titulo gExiste ef omor moternal?, Barce- Jona, Paidés, 1981 159 He MADRES BN MAS, MUJERES EN MENOS: CH) EO ) sién de naturalidad y le maternidad”, ambas fichas de circula- cién interna del Centro de Estudios de Ja Mujer —fundado en 1979— que lefamos y discutiamos con sumo interés. El aislamiento en pequefios grupos, propio de la frag- mentaci6n social de la época, y las restricciones para publicar aun para conversar con compatieras de otras instituciones en formacién— hacia que desconociéramos conceptualizaciones cercanas De los debates en teoria social —que atravesaban en otras latitudes los afios 70 y principios de Jos ’80— teniamos algunas referencias a través de Punto de Vista, revista que leiamos 4vidamente, y por algunos viejos amigos que empezaban a vi. sitar el pais con cautela, desde eb exilio, Tampoco contébamos entonces con el impacto de la literatus ra feminista académica, Hoy el recurso a los datos histericos para refutar e] esencialismo de algunas cuestidnes en la tema. tica de la mujer es algo que hacemos habitualmente; en ese entonces resultaba toda una novedad. Para esta publicacién se ha corregido la nocién de Imagi- nario Social que en la versién original se usaba de una forma un tanto naif; muy posteriormente accedimos a autores como Duby, Vovelle y Castoriadis que permitieron precisar el con. cepto, diferenciandolo dela nocién de ideologia y del uso del término “imaginario” en psicoandlisis, Puede observarse tam- bién que en aquella versién, si bien se nota el intento de superar Ja antinomia Individuio-Sociedad, el escrito es tributa. rio de ella en muchos de sus tramos. De todas formas, para una conceptualizacién més actual de esas cuestiones hehra gue leer este capitulo en consonancia con el capitulo 10. Junto a estas aclaraciones, la estructura del articulo se ha mantenido intacta. Los lectores/as —con las salvedades que anteceden—podrén disculpar cierta forma un tanto elemental del uso de las fuentes histérices. Muy posteriormente conoei- mos las polémicas que dentro de la Historia de las Mentalidades generaron las investigaciones de Ph. Ariés. Dentro del feminis. mo académico puede consultarse e] excelente libro de 1 Knibiehler y C. Fouquet, Histoires des Mores (Bd. Montalba, Paris, 1977), con una tesis un tanto diferente, y muy funda, mentada, de la sustentada por Badinter en ;Existe el amor 160 eet maternal! Entre nosotras, Bva Giberti retoma algunas de estas cuestiones en “Parto sin temor: el poder que perdemos”, en La mujeres en la imaginacién colectiva (A. M, Fernandez, comp., Paidés, Buenos Aires, 1992). : Creo que a la fecha mantiene atin cierta originalidad el anélisis de Jaz estructuras internas del mito mujer = madre; estas nociones —como podré observarse~ fueron base concep tual de muchos tramos del capitulo 10. En fin, tantas aclaraciones han de dar cuenta sin duda de la ambivalencia que atin sostiene la decision de la republicacién de este articulo. Introduccién Actualmente, nuestra sociedad organiza el universo de sig- nificaciones en relacién con Ia maternidad alrededor de la idea Mujer= Madre: la maternidad es la funcién de la mujer y a ‘raves de ella la mujer alcanza su realizacién y adultez, Desde esta perspectiva, la maternidad da sentida 2 la feminidad; le madre es el paradigma de la mujer, en suma; la esencia de la mujer es ser madre. 7 ~~ Es importante que se diferencie désde el inicio reproduccién de maternidad. La reproduecién esté referida al orden de la especie; la maternidad entra en el orden dé Ta cultura. St bien esta delimitation es bastante relativa, ya que la especie huma- na inkeribe todos sus actos —aun los que podrian pensarse como mas blologicos— como hechos eulturales, habra que pensar la maternidad mas como una funeién social que como un fend: meno natural inherente a las mujeres y adscripto a su sexo biolégico La idea central Mujer = Madre organiza tanto el conjunto de prescripeiones que legalizan las diferentes acciones en concebir, parir y criar la descendencia, como los proyectos de vida posibles de las mujeres coneretas, y también los discurses sobre la Mujer, 161 & El imaginario social Para un abordaje abereativo de la maternidad es necesatio ielulr ciertos aspectos subjetivos que eonstituyen una rodeoee paer2e, de aecién o inhibicidn, de las practicas maternalce Teac lo que hace que una mujer so “vea” como una buena ¢ mon en Tas identifieaciones con su propia madre 0 en’d luge que Goupe en la estructura edipica, es decir, que no se agots en ina Geterminaciones inconscientes clésicamente estudiadus por ol psicoandlisis, Entran aqui en juego fuerzas sociales que operan en la subjetividad de las mujeres, y que podrian ser anelisades = través de lo que aqui se denomina los ‘mitos” sociales de Ie maternidad. Se esté planteando, entonces, Ja produccidn 9 re produccién.de_un_universo de significacignes iene in, ‘ae sl de foe lan eee ene a erman ijetividad de hombres ¥ Masies Ee “Estos mitos son sociales, en la medida en e constituyen un conjunto de creencias y anbe ‘eloracion social que la maternidad tiene en un moments dado de Te Sociedad. ‘Son individuates, en le-medide en_que’—inhi- bidoras-o.movilizadores dela aceién de cada madre— dan Jos parametros de sigr 6 dual de dicha funcién. Avon. adion que dicha madre tiene de su aiclonar y del accionar de los demés. ‘Intervienen también pax, Helpando ‘en la formacién ‘del “estilo” individual de ser mace Jerarquizan, por enide, de determinada manora, se proyecto como madre con respecto a otros proyectos vitales, For supuesto, estas fuerzas sociales estan presentes —com- plementariamento— on los hombres, dando les paracewee fo {a Stenificacién en cada uno de la fincién paterna, conn vate bign en la “Imagen” de la mujer que construyen, sus valorem, nes de uno y otro sexo. Como consecuencia, dichas fuerzas ordenardn la précticas; practtas de Nommbres;-mujeresyuinas. Practice wahedeoe y fotiales, publicas y privadas, Desde la objetividad labeal hones, la subjetividad del amor. Se hace referencia a cierta ideclogia implfcita que jerarquiza 162 lectivos que ordensn Ia lungs valores en detrimento de’otres, Jo permitido y lo no per- inilido, que dara forma a un conjunto de valores Soe weno, Jas més de las veces de manera implicita, Se hace referencia a aguella regién que, sin pasar por muesira reflexion, oe ce acto, sancién, anhelo. Cuestiones del orden de lo no-consciente, implicitas, que funcionando a nivel de jas significaciones ima- ginarias sustentan deseos e ilusiones, y de las cuales no po- driamos dar demasiadas explicaciones. “Me sale asi”, “Asi debe ser”; agui no puede dejar de destacarse me. ta aparente naliralidad egtamos frente s-seepene ee subjetives =yra sv-ver sociales que dibujan los bordes dele ido, actuado, pensado, teorizado, posible. Lo posible dé Ser Imagi deseado, en un momento histérico particular. Estes signifeaciones imaginarias no sdlo “aluden y eluden o real” sino que instituyen realidad; sus producciones no remi- ‘ten @ Tas Fantasias originarias (escena primaria, seduccién, cas. tracién) sino a otro tipo de formaciones: la produecién colectiva de significaciones imaginari Tees Ecias productiones de. sentido histérico social se despliegan ~ discursivamente;y asf como el “imaginario'individual” produce suefios, este “imaginario social” producen ‘mitos, piezas funda- mentalesen el rompecabezas social, que regular -organizan: estipulan;-yno sélo prohiben, ‘en e] dbrar-dé los individuos? En ese sentido es que se incluiria, entre'otras cosas, las prescrip: ciones implicitas y explicitas que legalizan la funeién social que también cumple le procreacién, : Eswo remite, por lo tanto, a la produecién histériea del séntido, ya que constituyen los discursos cientificos, politicas, ideolégi, 0s, ete., por los que una sociedad habla de sus mujeres, A diferencia de los mitos que estudia la antropologia, y a diferercia también de las formacioues iuconscientes que estu- a el psicoandlisis, estos mitos del imaginario social son ex. emadamente sensibles-@ Ie historite.* Bar tal sentido S=-ere contfardn enormes diferéricias en'la téncepeién de la materni. ded y en la relacin madre-hijo, tanto si se mira por ella lo 2. Se apels aqui « la nocién de “dispositivo", en el mismo sentido que da Michel Foucault en Historia de la sexualidad, México, Siglo XXL, 1978 8. Tal vez, por esto mismo, el término “nite” no'sea el mas adecuado, 163 largo de la historia de nuestra sociedad occidental como si se compara con diferentes formaciones culturales 0 distintos sec- tores sociales de nuestra misma sociedad. En suma, estos mitos no estan por fuera de los individuos produciendo sobre ellos efectos de influencia; tampoco se habla de una interaccién entre individuo y sociedad a través de ee mitos sino que se piensa en éstos como constitutivos del sujeto, complejo proceso através del cual dichos mitos son recreados socialmente en cada individuo: ‘singular. Estas producciones del ima; inario social‘ dan cuenta, estructuran yorganizan Tas relacitaos Moteoes me aera inscritesén un plano de la transubjeuvidad: constituyen una poderosa fuerza material del campo social; tienen efectos de retorno, incluso sobre Jos’ procesos econémicos: cperan come organizadores, dan euerpo a las creencias colectivas de un gr, po social, una cultura, etc., permitiendo e] anclaje de los seres humanos a través de la estructuracién de sus subjetividades en los largos y Ientos procesos histéricos. Los mitos estudiados por la antropologia, en especial a par- tir de le reformulacién producida por el planteo estructuralieta, se cristalizan en un relato, cuya repeticién haré posible los efectos de su eficacia simbélica* En la sociedad actual, se po. Grfa decir que los relatos se han hecho “discursos”, discursos implicitos y explicites. SEE esde Ja mulliplicidad discursiva —discursos populares, cientificos, politicos, ideologicos, ete., sobre la mujer— se organize un_real Mujer = Madre, que no es la realidad, pera mie se consti mo Si lo fuera. Su perteneiicia al orden Simbslico hace posible su capacidad ordenadora de relaciones objetivas, intersubjetivas, subjetivas. Puede rastrearse dicha pertenencia en el conjunto de los discursos por los que wna sociedad habl. cipatifico, legal, ideolégico, politico, creencias populares, y mas afin en los discursos de la vida privada, afectiva, que creemos 4. Tal vez Ia temética del “imaginario secial” sea uno de los ejes por los ‘ue debisra operarse una redefinicion del campo de lo psicslogia social J: LeviStrauss, ©. Antrepologia estructural, Buenos Aites, EUDEBA, 1968, cap. X 164 gue no son politicos... En ese sentido también podria hablarse aqui de eficacia simbélica de las significaciones, imaginarias sociales, herederas seguramente de los antiguos mitos, Dichas significaciones imaginarias producen un real: Mujer Madre, que vuelve imposible una realidad posible: Sujeto de placer erotic Sujeto productive-creativo Sujeto histérico Sujeto de discurso Sujeto de poder Muser En sintesis, ha hecho reversibles dos ecuaciones muy dife- rentes: (Mujer - Madre} - [Madre ~ Mujer) porque una cosa muy-diferente es decir que para ser madre se necesita ser mujer, que decir que para ser mujer se necesita ser madre. Sin embargo, su uso, por un deslizamiento de sentido caracteristics del discurso ideoldgico, se ha hecho equivalente. A la preguntacde si es posible una desmitificacién de la maternidad, en e] sentido de una madre que no abarque toda Je mujer, pueden observarse en los altimos decenios. précticas de matemaje —y por ende procesos subjetives— que darian cuenta de cierta desimplicacién de los términos Mujer y Madre. De todas modos, estas transformaciones, més que poner de ma- nifiesto un eorrimiento de los velos encabridores de una reali- dad, parecieran poner en acto implicitas producciones de senti- do que estarfan instituyendo otros mites sociales en relacién con la feminidad. ; : Que la realidad hoy imposible de la mujer sea una realidad posible, en el sentido dado por la enumeracién de Iineas mas rriba, implicaré pensar otra organizacién socioeconémica que haga lugar a otras formas organizativas de las fuerzas sociales; por ende, otros seran Ios mitos, otros los discursos, otras las practices sociales e individuales, tanto ptiblicas como privadas. Para dar un ejeniplo, resulta muy dificil imaginar las orga- 165 nizaciones de homosexuales que proliferan hoy en San Franci co (Estados Unidos), en la ciudad donde se organizé la conaui: ta del Oeste norteamericano un siglo atrés... Con esto quiere significarse que aqui no hay azar. Ante determinadas “necesi. dades” sociales, entran en juego, en el cuerpo social, los dispos sitives pertinentes con los mitos, diseursos, practicas sociales précticas de sf —tanto piblicas como privadas— que diches “necesidades” requieren. Es probable que en un futuro, euando el cuerpo social nece- site dar tun uso diferente —més diversificado— del “capital femenino” se articule otro mito sabre lo que significa ser mujer Otros serdn entonees los discursos, incluso Jos cientificos, y otras serdn Jas conductas e ideales de las mujeres y de los hombres coneretos, tanto.en lo referente:a la maternidad como 2 todas Sus précticas sociales ¢ individuales. Este otro mito sobre lo que es ser mujer es obvio que impli- caré que —-complementariamente— se restructure el mito-de lo ‘que es ser-hombre. Asi como.no pueden entenderse las transformaciones de es: tos:mitos si novse los inscribe‘en lz materialidad de la estruc- tura econdmico-social, tampoco sé los entenderé si se busca la relacién directa entre estas instancias. Complejidad del orden de las determinaciones, a las que es necesario agregar la rece, sided de articularlo con un orden de significaciones. Por otra parte, {eudnto de ilusorio hay en aquello que creemos que es la realidad, y.es —en rigor— produccin ideoldgica? Bstas signi. ficaciones imaginarias se inscriben asi en un orden de mat. lidad al que justifican, explican’ y expresan. Juego de espejos deformados. Duro golpe a la omnipotencia Gel cientifico que creyendo atrapar la verdad sdlo atrepabe lo posihle tia cCuél es la relacién de necesidad entre modo de produeceién, Imaginario social, discursos? Entre estructura econémica y formas histéricr oe sudjetivided? (Entre estracturas descontes j, Politicas? ¢Eutre produccién cientifica y poder? Poder...; pa. labra vaga. Poder de clase, poder entre paises, poder entre he bres y mujeres, poder entre padres e hijos, poder explicito, vi, 166 sible, implicito, invisible... Relaciones de poder recurrentemen- te denunciadas y otras rigurosamente silenciadas, Respecto de la Mujer, si bien no son directas las relaciones entre el orden de la materialidad econémica y el orden de los discursos de las practicas, no ofrece dudas que la manera como Sauna sociedad determinada el “capital femenino” (objeto de intercambio, reproductora, etc.) constituye una categoria fundante, sello de origen:de los mitos que sobre la mujer esa sociedad elabore. Lo que interesa subrayar es que esto ng onera como una causalidad directa, lineal en la relacion causa-efecto 8 dificultad radia, fustamente, en clahorar la especificidad de Sus mediaciones. ~~ Yipara complicar mas le cuestién, si dicha relacién no es directa tampoco lo es la que existe entre diseiirso y mito, por un lado, y prattitas concretas por eI otro, ya que el mito propicia y organiza determinadas précticas, y encubre 6 hace invisibles dgterminadas otras, hasta’ el punto de que no ofrezcan contra: ‘diccién: con-el- discurso-eh CueStiOn=ASh por ejemplo,-en-el ento cientifico en que se conteptaaliza a la mujer y al nifio como fragile’ y necesitados de proteccién, se incerpora a las mujeres'y-2 los nifies pauperizados.al trabajo en las minas de Inglaterra ‘y‘Alemania, » ¢Como se estructura, entonces, Ta interdependencia entre los ideales y las practicas dentro-de un mismo mito? El mito, en tanto conjunto de creencias que opera como organizador social, ‘Pareceria que estructura una relacién que nunca és simétrica 0 equidistante de los ideales, por un lado, y las prdcticas concre- tas, ror el otro. i Asimismo, se ignora, por el- momento, si la capacidad orga- nizadora de) mito Mujer - Madre opera con igual eficacia en los diferentes estratos sociales. {Son iguales los instrumentos en cada ano de ellos? ;Podria en ese sentido hablarse de una es- Pecificidad de clase del mito? {Cémo se articulan las pertenen- clas de clase y de género en cuanto a la eficacia del mito? Prente a Ja presencia cada vez mayor de mujeres que tra- hajan_estudianganan Gero es decir, organizan-su-vida en BB proves L_no circunscrito exclusivamente ala materni- dad, estas practicas se acumulan como transgresiones, Zo son también elementos disruptivos que acumulan potencialidades a 167

También podría gustarte