Las denuncias son un indicador importante sobre actividades mal
intencionadas, es evidente que la cantidad de denuncias dan combate contra los hechos de corrupción, Aunque en Colombia hay entidades y mecanismos contra la corrupción y penas de ley severas, en la práctica la justicia se queda corta, ya que los delincuentes obtienen beneficios y no devuelven el dinero robado, ni entregan cómplices y en la mayoría de los casos los corruptos condenados no pagan siquiera un solo día de cárcel por estos hechos es que no se promueve a la ciudadanía el interés de denunciar con saber que no pasara nada prefieren ahorrar tiempo. Una de las características de la corrupción en Colombia es crear caos económico privando a la población de educación, salud y servicios públicos un defecto crucial es que así se logre un buen gobierno pueden pasar años tratando de recuperar fondos necesarios para reparar el daño social y económico causado por sus corruptos gobernantes. La corrupción interrumpe el desarrollo económico, promueve la desigualdad y el conflicto social, la justicia y pone en peligro el desarrollo sostenible y el estado de derecho. La corrupción a mi parecer es una clase exclusiva e ineficiente donde solo y gracias a ella se puede acceder a posiciones tanto fuera como dentro del gobierno, si pensamos que este dilema se soluciona solo con luchar contra la corrupción estamos errados, nos falta conciencia porque de la única manera que se curaría este mal seria con valores éticos como la educación desde el colegio, brindarles información a los chicos para que por sí solos indaguen y también desde casa darles valores, debemos atacar de manera directa la impunidad que perpetúa a la gran corrupción. Para esto, es necesario resolver prioritariamente los vacíos de transparencia y ética en el acceso al poder, especialmente en el financiamiento de campañas políticas. Igualmente importante es recuperar la confianza en el sistema judicial y los órganos de control que se han visto más afectados por escándalos internos de corrupción con bajas opciones de acceso al poder por parte de actores corruptos y con altas garantías de sanción, la corrupción puede ser fuertemente desincentivada. Estas acciones deben acompañarse de dos grandes decisiones que debemos tomar como sociedad: lograr un gran pacto por blindar el empleo público de la vulnerabilidad de los intereses, y controlar de manera efectiva el uso de recursos públicos mediante sistemas de control fiscal, disciplinario y penal.