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LA MOTIVACIÓN

La importancia de la motivación

La modalidad te sitúa alejado del profesor de tu curso, por lo menos físicamente, debido a
que el medio por el cual puedes trabajar en tus cursos es electrónico, pueden ocurrir
cualquier cantidad de causas por las cuales puedes quedarte sin acceso:
 fallas técnicas
 exceso de usuarios
 el clima
 la falta de energía eléctrica, etc,
Existen además otro tipo de situaciones que pueden poner a prueba tu motivación como
son:
 exceso de trabajo
 dificultades para adquirir el texto o los recursos de aprendizaje para el curso
 problemas familiares entre otras.
Todas estas razones pueden “parecer” suficientes para “abandonar” los estudios. Las
personas fuerte y genuinamente motivadas no opinan así. Te recomendamos que veas a los
problemas como reto (busca darles solución), y no como obstáculos. ¿Te animas?
La motivación escolar

La motivación escolar es un proceso que marca el inicio y la dirección de conductas


orientadas al logro de una meta. Este proceso involucra variables tanto cognitivas como
afectivas. En el siguiente recuadro encontrarás a que se refiere cada tipo:

Cognitivas: se refiere a habilidades del pensamiento

y conductas dirigidas a alcanzar las metas

propuestas.

Afectivas: se refiere a aspectos tales como la

autovaloración, autoconcepto, autoconfianza (Alcalay

y Antonijevic, 1987)

Piensa en ellas periódicamente, como te darás cuenta la motivación guarda una estrecha
relación con el manejo que hagas de tu libertad y del estado interno que guarde tu persona.
Esfuérzate por estar en equilibrio.
El autovalor

Un aspecto clave para tu desempeño en los cursos, es la necesidad que posees de proteger
el valor que das a tu persona. Es importante que tengas claro que existen muchos factores
que influyen en este valor, en ellos se incluye: tu nivel de desempeño, tu autoestima, tus
habilidades y el esfuerzo que imprimas cuando deseas o quieres lograr un objetivo de
aprendizaje. Gráficamente obtendríamos un esquema como el siguiente el cual demuestra
como es la dinámica tras esta explicación.

Habilidad
Valor
Desempeño

Esfuerzo

Figura 1 Teoría del auto-valor

Fuente: Adaptado de Covington, M.V. (1992). Making the grade: a self-worth perspective
on motivation and school reform. EE.UU.: Cambridge University Press.
El esfuerzo

El tema del esfuerzo es riesgoso, ya que se puede prestar a que de manera inconsciente
juguemos un poco. El juego estriba en que si te esfuerzas poco y tienes éxito, eso te dará
una sensación de qué eres brillante (ojo con esto). Si por el contrario, te esfuerzas mucho y
fracasas, esto te hará sentir realmente muy humillado. De acuerdo con esta lógica el
esfuerzo se convierte en un arma de doble filo y en una amenaza para los estudiantes. En la
siguiente figura se representa de manera gráfica lo anterior.

Si te
esfuerzas Tienes Te
Y = Sentirás
poco Éxito orgullos
o
Y
brillante

Si te
esfuerzas Fracasas
mucho Y = Te
Sentirás
humillad
o

La clave para no caer en el juego estriba en hacer el esfuerzo suficiente para resultar
eficiente; por un lado, y por el otro no tomar tareas que sean muy sencillas y buscar obtener
nuestra motivación porque resultamos muy buenos para realizarlas (no represento ningún
reto real). Si las cosas difíciles se hicieran fácilmente cualquiera las haría. La búsqueda del
equilibrio entre el grado de complejidad de la tarea a realizar, el esfuerzo que nos demande,
el reto que nos represente y qué tan eficientemente responsamos; será lo idóneo.

El manejo del tiempo

De acuerdo con Cortese (2002), cuatro son las fases más importantes que se tienen que
tomar en cuenta cuando se intenta realizar un adecuado manejo del tiempo. Como ya lo
habrás identificado este es un punto clave para el estudiante, sobre todo para quienes llevan
sus cursos en modalidad a distancia o en línea; donde no se cuenta con un profesor que esté
dando un seguimiento cara a cara al desempeño del alumno.

Fases:

 Planificar: realiza una lista de objetivos a alcanzar. Esta parte aunque parezca que
consume tiempo a la larga nos da más beneficios. El dedicar tiempo a la planeación
nos asegurará en gran medida una buena administración del tiempo. Un tiempo
adecuado para planificar lo pueden constituir de 15 a 20 minutos. Se piensa que este
tiempo de planificación diario te dará cientos de horas ahorradas al final de un año.

 Priorizar: esta acción tiene que ver con el decidir cuáles objetivos son los más
importantes para irlos ordenando del 1 (el más importante) al 2 (menos importante)
y 3 (poco importante). Recuerda que las cosas importantes se vuelven además
urgentes cuando no se atienden prontamente. Y las cosas no importantes si las
postergamos demasiado se vuelven urgentes.

 Agendar: esta paso nos permite ordenar lo que planificamos y ya tenemos


priorizado, lo importante es el orden en esta fase. No olvides escribir cada uno de
los objetivos planeados. Recuerda que el viejo proverbio chino dice que “la más
pálida tinta es mejor que la más brillante memoria”, ahora para mantener este
proverbio actualizado decimos: “la más pálida tinta es mejor que la más brillante
memoria electrónica.” A este paso también se le puede identificar como hacer el
horario.

 Seguimiento: Realizar las actividades conforme se han agendado y revisar


periódicamente el estatus de la misma para verificar que se están alcanzando los
objetivos.

10 tips para manejar mejor el tiempo y equilibrar tu vida

Tomado de: http://www.distrogeek.com/2011/02/10-tips-para-manejar-mejor-tu-tiempo-y-


equilibrar-tu-vida/

Después de “No he tenido tiempo”, creo que la siguiente frase más utilizada para resaltar un
hecho que no hemos logrado por falta de tiempo es: “Ahora sí”, basta remitirnos a cualquier
fin de año en el que al hacer los propósitos para el año que comienza la primer frase que se
escucha ya sea de uno mismo o de algún familiar presente en la reunión es: “Ahora sí voy a
dejar de fumar”, “Ahora sí, pasando las fiestas, voy a empezar la dieta”, “Ahora sí voy a
hacer ejercicio”; en fin, la lista puede ser tan larga como la memoria nos lo permita.

El no cumplir estos propósitos, no se aleja tanto como pudiera pensar de la administración


del tiempo. Después de todo, Lakein dice que el Tiempo es Vida, lo cual nos llevaría a
concluir que la Administración del Tiempo es la Administración de la Vida, por lo tanto si
no se cumple lo que se propuso, desde mi perspectiva fue porque no se consideró
importante y porque no se supo administrar la vida.

Piénselo de otra manera, un día tiene 24 horas, lo que no haga en ese día, es irrecuperable,
esto quiere decir que hora no utilizada en algo que impacte o importe a nuestra vida, es
literalmente tiempo perdido, acaso ¿vida perdida? ¡Exactamente! Ese es el punto. La falta
de tiempo no existe, todos tenemos las mismas 24 horas al día, lo que pasa es que no se
tiene equilibrio personal y cuando uno está desequilibrado, todo alrededor se desequilibra.
Por eso a continuación enlisto 10 tips para equilibrar su vida, lo cual repercutirá en
disfrutarla y darse cuenta que no es determinación lo que falta, sino equilibrio.

1. Ubicar la escalera. Dice Stephen Covey que “Si la escalera no está apoyada en la pared
correcta, lo único que hará es llevarnos antes al lugar erróneo” Y así es, ¡¿De qué sirve
hacer muchas cosas, si no nos están dando ningún resultado?! Así, lo primero que hay que
hacer es plantearse metas. Éstas deben ser reales, medibles y alcanzables. El camino más
corto, el más fácil es preguntarse “¿Qué es lo que realmente quiero en la vida?” La
respuesta a esta pregunta sentará las bases de dirección y el lugar en donde se quiere apoyar
la escalera y de esta manera las actividades que se realicen día con día, deberán estar
enfocadas a lograr obtener lo que se quiere de la vida.

2. Escribir pendientes. La escalera nos ayuda a definir el qué, el escribir los pendientes
nos ayuda al cómo. El hacer una lista implica no manejar muchos papelitos, saber en dónde
lo anotamos y tener en un solo lugar las actividades que queremos realizar, incluso las que
no son tan importantes, pero tenerlas anotadas ayudan a ocupar la mente en cosas
importantes y no en los pendientes. Cuando vemos los pendientes enlistados, nos damos
cuenta que en realidad no eran tantos y eso ayuda a descansar la mente.

3. Descansar la mente. La mente igual que el cuerpo, necesita descansar. Si está


acostumbrado a trabajar jornadas interminables, pregúntese: “Si me quedo, ¿lo termino y se
me quita un pendiente?”, si la respuesta es afirmativa, entonces vale la pena quedarse,
terminar y quitarse un pendiente; ¡Ah! Pero si la respuesta es negativa, el quedarse no lo
vale. ¿Por qué? Porque si no se va a acabar, no se va a comer bien, se va a salir tarde, se va
a cansar, se tiene que llegar temprano para terminar y por si fuera poco se va a dormir mal
por la preocupación de no haber terminado lo que sea en lo que estuviera trabajando ¡¿Para
qué quedarse?! Vale más descansar la mente, disfrutar a los seres queridos, cenar a gusto,
dormir para descansar y llegar temprano descansado y despejado.

4. Una sola cosa a la vez. No se trata de hacer una sola actividad, sino de tener la mente en
un solo lugar. El hecho de estar en casa pensando en la oficina o viceversa, o de estar en
alguna reunión esperando o atendiendo una llamada lo único que hace es desequilibrarnos
porque ni estamos en un lugar, ni en otro y por lo tanto perdemos vida con nuestros seres
queridos o con nosotros mismos. En fin, se pueden hacer tantas actividades como intereses
o capacidades se tengan, el secreto está en no mezclar pendientes ni actividades, es decir,
un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

5. Limpiar para descansar. Este punto se refiere a que hay que mantener el escritorio o el
lugar de trabajo despejado de papeles, tener únicamente lo que se está ocupando, porque un
lugar saturado cansa la mente y además genera estrés. ¿Qué hacer para lograr tener un lugar
despejado? Hay que hacer uso de lo que he llamado DATT y que se refiere a no mover un
papel si no se tiene la intención de hacer algo con él. Esto es, cada vez que nos llegue un
documento (o e-mail, aplica igual) lo que se puede hacer se reduce a: Delegar, Archivar,
Tramitar o Tirar. Pero haga lo que haga, maneje los papeles UNA sola vez para mantener el
lugar de trabajo y la mente despejados.

6. Empezar por el principio. Suena tan obvio, que precisamente por eso no se realiza.
¿Cómo saber cuál es el principio? Muy fácil, la respuesta está en tener claro a dónde quiere
llegar al subir la escalera. El saberlo determinará actividades que serán importantes pues lo
llevarán a donde quiere, todo aquello que nos aleje por urgente que sea, sólo nos quitará
vida. Aprenda a enfocarse en la meta.

7. Aprender a decir que NO. Cuando tenemos claro el rumbo a donde se va ¡es tan fácil
decir que NO! que lo único que tendrá que hacer es preguntarse, ¿Qué pasa si no hago esto?
Si la respuesta es nada, ¡No lo haga!, y usted podrá disfrutar su vida. Decir que NO es
mucho más importante si el pendiente es de alguien más y no propio.

8. Usar la agenda. El secreto no es programar actividades, sino cumplir las programadas.


Una agenda no es sólo de trabajo, dado que ya vimos que lo que se administra es la vida,
llevar una agenda se vuelve una programación personal y entonces se vuelve tan importante
agendar un café con un(a) amigo(a), asignar tiempo para el deporte, para algún pasatiempo,
para actividades familiares, o simplemente tiempo para uno mismo. Lo más importante en
este punto de la agenda es el aprender a decir que NO a actividades que interrumpan esta
programación.
9. No posponer. El decir “al rato lo hago” es tan grave como no saber decir que no.
Imagine un gran contenedor denominado “Al Rato” y después imagine que todo aquello
que decide no hacer en el momento se va a ese contendor. No dudo que finalmente al
tenerlo frente a Ud. y ver la cantidad de cosas que se dejaron ahí haga que en lugar de vivir
afuera de dicho contenedor, en equilibrio; viva inmerso en “Todo lo que se tiene que hacer”
y que generalmente resulta que era “para ayer”.

10. Administrarse a sí mismo. Finalmente el hecho de que no es lo mismo administrar “el


tiempo”, que administrarse a uno mismo, implica que si se hacen o no las cosas, depende
únicamente de uno y de nadie más. Y desde esta perspectiva si se decidió no hacerlas es
porque uno está determinando que no valen la pena en la vida y desde mi perspectiva, uno
no “se da el tiempo para hacerlas”.

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