LIMITES JURISPRUDENCIALES A LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL
ESTADO RUTH STELLA CORREA PALACIO
I. FUNDAMENTO DE LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO
COLOMBIANO Antes de la Constitución de 1991 no existía clausula general sobre la responsabilidad patrimonial del Estado; El artículo 90 de la Constitución Política elevó a canon constitucional expreso la responsabilidad patrimonial directa del Estado por los daños antijurídicos que le fueran imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas, de manera que se estableció como clausula general la obligación de reparar, sin distingo de la actividad por la cual pueda proceder. En tal sentido, con este precepto superior se incorporaron todos los regímenes, de responsabilidad patrimonial del Estado, desde los que exigen la prueba de la culpa (falla del servicio) o que la presuman, como otros en los que la ruptura de la igualdad ante las cargas públicas se atribuye sin falta, esto es, por responsabilidad objetiva. En los últimos años la jurisprudencia ha adoptado el criterio de imputación objetiva construida sobre la posición de garante que ostenta el Estado, criterio conforme al cual un sujeto solo será responsable por la ocurrencia de sucesos que se encuentren dentro de la órbita de su competencia II. LA TIPOLOGIA DEL DAÑO La evolución de la responsabilidad extracontractual del Estado impulsada por su consagración desde la Norma Constitucional, llevo a que para el año 2014 la jurisprudencia del Consejo de Estado aceptara: 1. Un extenso catálogo de daños, agrupados en las dos grandes categorías: perjuicios inmateriales y materiales y 2. Los admitiera, en no pocos eventos, con sustento en presunciones, con el fin de aligerar la carga de la prueba de su existencia y cuantía. Con el fundamento reiterado de buscar la reparación integral del daño, hoy se cuenta con un amplio haz de perjuicios considerados autónomos y por ende indemnizados por separado. Así mismo, como un avance hacia la reparación integral del daño, la jurisprudencia del Consejo de Estado adopto la expedición de órdenes de medidas simbólicas y conmemorativas, de rehabilitación, como tratamiento psicológico y de adelantamiento de investigaciones penales y disciplinarias. La indemnización por perjuicios materiales se concretó en el reconocimiento del lucro cesante y del daño emergente. III. EXTENSION Y CUANTIA DE LA INDEMNIZACION Una revisión de las sentencias en las cuales el Consejo de Estado ha determinado la responsabilidad patrimonial del Estado muestra que el arbitrio juris (amplia autonomía del juez para determinar, conforme a las especificidades de cada caso, el valor de la indemnización) ha sido la regla privilegiada para fijar la indemnización por los perjuicios inmateriales. En aplicación del arbiario juris, la cuantificación de los perjuicios inmateriales se estableció por regla general en un máximo de cien salarios mínimos legales mensuales vigentes como compensación por los morales en su máxima intensidad., cabe advertir que esta regla tuvo excepciones en materia penal y en caso de pérdida de dos o más familiares cercanos, lo cual puede significar un aumento de la indemnización, aunque esto no significa suma matemática. Concurrente con el reconocimiento de indemnización por el daño moral, se reconoció indemnización por el perjuicio psicológico, denominación sustituida por alteración a las condiciones de existencia y tasada en salarios mínimos. En un estado reciente de la evolución en la tesis del perjuicio de alteración grave a las condiciones de existencia se dio paso al daño a la salud, definido como “perjuicio inmaterial diferente del moral, proveniente de una lesión corporal”, esta indemnización se tasa en pesos y a través del arbitrio juris se fundamenta la tasación, sin un referente objetivo. Ahora bien, a pesar de que para cuantificar el perjuicio material -el daño emergente y lucro cesante- se exigió demostrar el daño y su cuantía, en ese campo se observa que la jurisprudencia ha sido proclive a aplicar presunciones que aligeran la carga de la prueba de los reclamantes En síntesis, para agosto de 2014, la cuantificación de la indemnización por el daño inmaterial- perjuicios morales, daños la salud y alteración de las condiciones de existencia- se sustentaban en el arbitrio juris y en la aplicación de presunciones, y no existían los limites hasta los cuales se podía reconocer la indemnización; es decir, dependía del criterio particular del juez a quien correspondía la decisión IV. LOS LIMTES A LA RESPONSABILLIDAD CONTENIDOS EN LAS SENTENCIAS DE UNIFICACION DE AGOSTO DE 2014 En agosto de 2014, la sección tercera del Consejo de Estado profirió un conjunto de sentencias en las que plasmo la decisión de “unificar la jurisprudencia en materia de perjuicios inmateriales” Redujo el arbitrio juris y en cambio introdujo elementos objetivos que han de tenerse en cuanta al fijar la cuantía de las indemnizaciones por perjuicios inmateriales. Para tal efecto además incorporo unas tablas que predeterminan la tasación de la indemnización para cada evento. También señalo la necesidad de exigir la demostración de la certeza del daño material, en especial tratándose de lucro cesante, en el que las presunciones genéricas se venían aplicando como fundamento para la liquidación. La tipología del perjuicio se abordó con fundamento en la clasificación tradicional en inmaterial y material. En la primera categoría se agruparon los perjuicios morales, el daño a la salud y el proveniente de la afectación relevante a bienes o derechos convencional o constitucionalmente amparados. También puede deducirse la pervivencia del perjuicio de afectación a las condiciones de existencia, proveniente de causa diferentes de la afectación corporal. Los materiales se mantuvieron en el lucro cesante y daño emergente. En principio son acumulables las indemnizaciones por todos estos daños, con excepción de: 1. La prohibición perentoria de acumular indemnizaciones por daño la salud y por afectación relevante a bienes o derechos amparados y 2. La improcedencia de reconocimiento de estos últimos cuando la medida de reparación está comprendida en los perjuicios materiales o inmateriales reconocidos. Con la pretensión de unificar unos criterios objetivos, alejados en lo posible del arbitrio juris para tasar el perjuicio moral se clasifico a los reclamantes en cinco niveles según la cercanía efectiva entre la víctima y los reclamantes, los cuales son consecuentes con los que en materia de perjuicio moral venían aplicando la jurisprudencia; Para la indemnización de perjuicios morales en caso de muerte, se estableció el límite de cien salarios para el primer nivel. La indemnización de perjuicios morales por privación injusta de la libertad se taso también sobre dos pautas: 1. El nivel de cercanía afectiva del reclamante con la víctima y 2. El termino de duración dela detención. Comenzando con cian salarios mínimos para los integrantes del primer nivel, incluida la victima En cuanto a la indemnización por el daño a la salud, merecen destacarse tres aspectos que se precisaron o modificaron en las sentencias de unificación. El primero, una tasación preestablecida según la gravedad de la lesión, que no debe superar cien salarios, aunque se autoriza que frente a circunstancias de mayor intensidad y gravedad, la indemnización pueda alcanzar hasta cuatrocientos. El segundo, la limitación al arbitrio juris que aunque se sigue aceptando como sustento del reconocimiento, se sujetan al análisis, en cada caso, de una serie de variables determinadas en las sentencias de unificación para que las tenga en cuenta el juez, con el fin de determinar la gravedad de la lesión y pr tanto el monto de la indemnización. El tercero, su reconocimiento solo en favor de la víctima directa Las sentencias de unificación también incorporaron una tabla para fijar la indemnización por el daño a la salud. En conclusión, las sentencias de unificación se enderezaron a establecer límites en la tipología del daño, su acumulación, el monto de la reparación, incluso predeterminando las indemnizaciones y en el tratamiento de la carga de la prueba, que redunda en la disminución de la aplicación de las presunciones. V. LA NECESARIA REGULACION LEGISLATIVA DEL TEMA El papel de la jurisprudencia del Consejo de Estado ha sido primordial en la evolución del tema de la responsabilidad patrimonial del Estado, en la que además ha definido límites e particular en la tipología del daño y en la cuantificación de la indemnización. Sin embargo, esto no impide señalar que es necesario promover la regulación legislativa de la responsabilidad patrimonial del Estado. Aunque es notable la contribución del Consejo de Estado en las sentencias de unificación a fijar patrones claros y objetivos para tipificar el daño y cuantificar las indemnizaciones, argumentos como la autonomía judicial, el sometimiento del juez solo al imperio de la ley o el constante cambio en la conformación del Consejo de Estado no auguran vocación de permanencia a esas decisiones. Por ello, hoy es forzosa la conclusión de que el escenario adecuado para debatir sobre la forma como tiene que aplicarse el sistema de reparación en favor de las víctimas y afectados es el Congreso de la Republica, fijando los límites de la posición de garante, conceptualizando las nociones de daño antijurídico y de reparación integral, establecer su alcance, definir si la reparación debe ser justa o integral, establecer una tipología clara del daño y los criterios para cuantificar la indemnización, en aplicación de principios de razonabilidad y proporcionalidad, entre otros temas.