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Clase II – UNPAZ

Michel Foucault – La verdad y las formas jurídicas – Conferencia IV

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Hemos observado en clases anteriores que no hay “una” forma de concebir el derecho ni de
entenderlo. En realidad hay muchas formas de comprenderlo y estudiarlo.

Incluso, podríamos decir que las instituciones que actualmente forman parte del derecho (en
sentido amplio) como la ley, las prisiones, la justicia, los jurados, la figura de jueces y
abogados, el conocimiento de la ley son de una determinada manera debido a que recorrieron
una historia, un proceso por la cual llegaron a ser como son. Por ejemplo, la imagen que
ustedes tienen de un proceso judicial no fue siempre así. Las ofensas y los crímenes se
castigaban de otra manera. Tampoco existió siempre algo así como un “poder judicial”
separado del resto de los poderes, y de hecho este aspecto es especialmente reciente, tendrá
unos 200-250 años.

Es decir, todos lo que vemos con respecto al derecho es una construcción histórica, pudo
haber sido de otra manera. Podemos pensarlo de otra manera ¿Qué explica que el derecho sea
como es, con sus instituciones, con sus castigos, con sus penalidades, etc.? ¿Y sobre todo, qué
explica, y quizás esto sea más importante, que creamos que el derecho y sus procesos son algo
natural que casi no podemos concebir que sea de otra manera? Un poco este fue el tipo de
preguntas que se hizo un autor muy pero muy importante de las ciencias humanas
contemporáneas: Michel Foucault, un importante filósofo francés que vivió entre los años
1926 y 1984.

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La obra de Michel Foucault es realmente muy vasta y es una referencia prácticamente


ineludible de todas las carreras de ciencias humanas. Es casi imposible no toparse con este
autor en las universidades de ciencias sociales y jurídicas tanto latinoamericanas como
europeas.

¿Qué estudió Foucault? ¿Por qué su obra es tan importante? Bueno decirlo en pocas palabras
es muy difícil, pero básicamente Foucault estudia el poder y su relación con el derecho y el
saber. Estudia cómo el poder (y ahora veremos en qué sentido) construye prácticas y discursos
verdaderos, discursos que creemos que son un saber, un conocimiento válido sobre algo y que
legitiman ciertas formas de comportamiento y condena otras. Y esto no es una pavada, cuando
digo “condena otras” me refiero a que en muchos casos estos comportamientos terminan
siendo ilegales, como máximo, o terminan concitando el repudio social, como mínimo.

Hay entonces una triple relación a considerar: la relación entre tres términos. El poder- el
saber- el derecho. El poder construye un saber verdadero que el derecho convierte en ley. O
sea que detrás de todo saber, de toda verdad, de toda ley, existe una relación de poder, una
lucha de poder sobre la que se ampara. O sea que lo verdadero y lo legal depende de una
construcción de poder, de dominación, de fuerzas en pugna. Este es el marco en que piensa
Foucault.
De este modo, el poder “normaliza”, “construye la normalidad”, lo que creemos que es
normal. Y si hay algo que creemos que es normal, también habrá cosas que creemos que son
anormales: actitudes, formas de decir, conductas, preferencias, lo que sea, que serán
consideradas NO normales, o sea, anormales. Y esto que les digo y que parece muy abstracto
Foucault lo analiza de modo muy concreto e histórico estudiando la evolución de una serie de
instituciones que no eran muy investigadas hasta entonces: las prisiones, las escuelas, los
hospitales, los psiquiátricos, la sexualidad, la ciencia, entre otras. Todas estas instituciones son
mecanismos de normalización. Por ejemplo, en la escuela nos enseñan cómo debemos
comportarnos, como hay que comportarse y como no hay que comportarse. A la prisión vamos
si no nos comportamos de cierta manera. La sexualidad debe ejercerse de una determinada
forma y no de otra. Somos locos si actuamos de determinada manera y no de otra. Un discurso
es científico si se dice de determinada manera y no de otra. ¿Y por qué esto es así, se pregunta
Foucault? ¿Cómo llegan estas instituciones a aparecer y a ser legitimadas, a ser consideradas
verdaderas, ciertas, correctas, etc.? ¿Por qué son así y no de otra manera? Bueno, Foucault
estudia eso. Les doy un ejemplo: antes no se encerraba a la gente en prisiones. Se la torturaba
en público por haber cometido un delito adelante del resto de la población. Poco a poco, y
esto lo cuenta Foucault en un libro muy clásico llamado “vigilar y castigar” (libro que les
recomiendo), se construyó todo un procedimiento nuevo cuyo objetivo ya no castigar
mediante la torturar sino encerrar a las personas para controlarlas, corregirlas, adaptarlas a
una forma normal de comportarse.

En suma, el poder construye la verdad. La verdad no existe por sí misma. Es una construcción
del poder. Es una construcción de discursos y de prácticas que se creen verdaderas. Y esto
repercute de forma enorme en la ley, porque a partir de lo que se cree verdadero, de lo que se
cree normal, será lo que podamos hacer y lo que no podamos hacer. Será lo que es prohibido y
lo que es permitido.

Esto es lo que estudia Foucault entonces. Y antes de meternos en el ejemplo que tenemos
para hoy, esto es, en el texto, definamos un poco los conceptos estos de los que hablamos.
Definamos qué entiende Foucault por Poder-Saber-Derecho.

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1) Poder. Usualmente cuando hablamos de poder lo entendemos como una facultad de


grandes instituciones o de personas poderosas que tienen el poder y lo ejecutan. Hablamos del
poder del estado, del poder de las corporaciones, en fin, de una posibilidad que sólo tienen
“los poderosos” que ejercen el poder sobre los “no poderosos”. Pero Foucault no piensa así el
poder. Para él, más que de poder, debemos hablar de “Relaciones de poder” que se
encuentran atravesando toda la sociedad. Todas las relaciones sociales son relaciones de
poder. La sociedad es una gran red de relaciones de poder y de dominación, un gran conjunto
complejo y entrecruzado de relaciones de fuerza, de relaciones asimétricas (o sea,
desniveladas). Por eso, dice Foucault, el poder no se tiene o se deja de tener. No es una
posesión. El poder se ejerce, se usa, se aplica. Como el poder se usa y se aplica, a Foucault lo
que le interesa son los mecanismos del poder, le interesa saber cómo se usa el poder. Qué
mecanismos y procedimientos tiene el poder, tienen las redes de poder y que es lo que
produce, que es lo que surge de ellas.
El poder está estrechamente ligado al 2) Saber: el saber es una producción del poder. Es el
poder el que produce discursos verdaderos. A Foucault le interesará entonces mediante qué
procedimiento el poder produce discursos verdaderos. No hay verdad, hay discursos
verdaderos construidos por mecanismos de poder que, a su vez, validan a ese poder. Por
ejemplo: creemos efectivamente que lo mejor que se puede hacer con un paciente
psiquiátrico es encerrarlo, y escuchamos la voz de los médicos especialistas, voz que
entendemos como verdadera. Entonces hay todo un discurso médico verdadero para ejercer
un poder sobre determinadas personas a las que se cataloga como locas. Y ojo, esto no
significa que sea todo un engaño o algo así. Foucault simplemente destaca como en realidad
son procesos de poder los que generan una determina forma de ver las cosas, de entender lo
que está bien y lo que está mal o lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer.

3) el derecho, entonces, entra en este plano consolidando estos aspectos. El derecho


entendido en sentido amplio. Asienta todavía más el poder, determina lo prohibido y lo
permitido que ese saber verdadero y esas relaciones de poder instituyen. Piensen por ejemplo
en la homosexualidad. Tal vez no lo sepan, pero hasta no hace mucho, ser homosexual te
condenaba al encierro en un hospital psiquiátrico. Recibías tratamiento psicológico por ser
homosexual. Recibías tratamiento psiquiátrico por incurrir en determinadas prácticas sexuales
porque se las consideraba “anormales”.

Esta relación entonces entre poder-saber-verdad nos construye como sujetos, nos construye
como personas. Estamos insertos en grandes y pequeñas redes de poder que producen y que
dan marco a nuestro conocimiento del mundo. Y ojo, no es que el poder sea malo, el poder es
productivo, construye, pero también puede constreñir. No es algo que deban ver como malo
pero si es importante cuestionar los discursos verdaderos, reflexionar sobre ellos, construir
formas de resistencia. Por ejemplo Foucault, cuando trabajo sobre las cárceles y los institutos
psiquiátricos preparó junto a un grupo de intelectuales reformas para esos institutos, iniciando
así una serie de reflexiones sobre la salud mental o las condiciones carcelarias que incluso hoy
en día pueden verse reflejadas en leyes. Por ejemplo, las relativamente actuales reformas de la
ley de salud mental, por citar un caso.

En suma, poder-saber-derecho son tres conceptos en relación reciproca analizados por


Foucault y que, según él, producen en la sociedad una idea de normalidad y de anormalidad.
Dicho esto, que es realmente muy simple tal vez, muy breve, muy con sabor a poco, nos
permitirá acercarnos, y sólo acercarnos, al texto en cuestión.

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Tienen para leer el texto “la verdad y las formas jurídicas”, de Michel Foucault. El texto no es
un libro escrito por el autor. Es la transcripción de una serie de conferencias pronunciadas en
1973 en una universidad de Rio de Janeiro en Brasil. Lo notarán por el tono coloquial del
escrito. Son cinco conferencias, de la cual nosotros veremos solamente la cuarta. Las
conferencias son básicamente lo que les he venido diciendo hasta ahora pero aplicadas al
campo del derecho penal. Y lo hace con este mismo método: partiendo de la idea de que
existen relaciones de poder, condiciones políticas que hacen surgir determinados discursos
sobre lo que hay que hacer, sobre lo que es verdadero, sobre lo que las personas deben hacer.
Mas concretamente investiga las prácticas judiciales que dieron lugar a cómo hoy en día
pensamos lo jurídico en el campo penal.

Veamos la cuarta conferencia, entonces, que describe un gran proceso de transformación


social que ocurre a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX y que se desarrolla durante
todo ese siglo XIX, durante todo el 1800, digamos y que es la aparición de lo que llamará “la
sociedad disciplinaria”. Para describir la formación de la sociedad disciplinaria (que ahora
explicaremos que es) analiza los cambios en los regímenes jurídicos y penales en Inglaterra y
Francia.

Comienza describiendo los debates y proyectos de distintos intelectuales acerca de qué hacer
y de cómo organizar el sistema penal. Y dice Foucault: la prisión ni siquiera estaba dentro de
esos proyectos. ¿Entonces cómo fue imponiéndose como la solución más importante? ¿Por
qué la solución que sucedió de hecho fue el encierro? Bien, hay todo un cambio social que lo
explica, dice, porque poco a poco se va construyendo una idea del control social. Importa más
controlar y reformar a los individuos que castigarlos. Importa más “normalizar” a los
individuos, ajustarlos a un comportamiento normal, vigilar que lo cumplan, evaluar su proceso,
que efectivamente castigarlos.

Esto lo encuentran entre las páginas 89-91 del texto, que son páginas muy importantes. Allí
describe la construcción de todo un aparato de instituciones destinados a la vigilancia y a la
corrección de los individuos y sus conductas. Por eso hablamos de “sociedad disciplinar”,
porque se va construyendo una sociedad que consta de una enorme cantidad de redes de
poder cuyo fin es el control y vigilancia de los individuos, de sus conductas y de la adecuación
de esas conductas a unos parámetros de normalidad. Esto es importante. Y la cárcel es sólo
UNA de esas instituciones. Esta el hospital, la escuela, el asilo, todas instituciones de encierro
dedicadas a, dice Foucault, “corregir las virtualidades”, o sea, la posible peligrosidad, los
posibles desvíos, de la conducta de los individuos. Por eso Foucault habla de una sociedad
disciplinar que también podríamos calificar como una sociedad de “ortopedia social”.
Entiendan la metáfora: ¿la ortopedia que hace? Corregir los defectos físicos, tratar de arribar a
un cuerpo normal, corregir las desviaciones. Bueno, lo mismo pero con la sociedad: implantar
todo un sistema de vigilancia, corrección, para normalizar las conductas.

(OJO acá. Esto es importante. Esto es un proceso social, un devenir a lo largo del tiempo. No es
el fruto consciente, el plan macabro de un gobierno, o de una institución o de una asociación.
Es algo que va sucediendo un poco sin el control consciente de los individuos intervinientes.
De hecho Foucault cuando lo cuenta vemos claramente que la sociedad disciplinar no nace
intencionalmente, sino que se vincula a distintos procesos y factores históricos, uno de los
cuales es también el capitalismo y la necesidad de disciplinar para el trabajo).

Ahora bien, la sociedad disciplinar que se va construyendo y de la que es expresión una serie
de instituciones de vigilancia y control se observa mejor en un tipo de construcción, en una
arquitectura. La forma típica en la que aparecen estas instituciones se llama “Panóptico”, y por
forma entiendan algo tan simple como una forma de construir estos edificios: los hospitales,
las escuelas, las cárceles. Es algo que podemos ver en nuestro tiempos incluso. La forma
panóptica es una construcción (pueden buscar fotos en Google) cuyo estructura típica es una
gran torre en el medio desde la cual se puede observar todo alrededor sin ser visto. Es una
construcción donde uno puede vigilar sin ser vigilado, donde uno puede controlar y observar el
comportamiento. La construcción puede tener variantes, pero el objetivo es siempre el mismo:
el control del comportamiento con vistas a la normalización del mismo, con vistas a su
reajuste. Todas las instituciones de gran parte de la vida cotidiana por las que transita un
sujeto tendrán esta forma: escuelas, hospitales, reformatorios, asilos, cárceles, etc.

Otro aspecto interesante de esta nueva forma de sociedad, de esta nueva forma de circulación
del poder en la sociedad son los nuevos tipos de conocimiento que desató, y que son los
típicos de las ciencias sociales: la psicología, la sociología, y también las ciencias medicas
psiquiátricas, que construyeron un saber, un discurso verdadero sobre lo social, un discurso
especializado sobre lo social que se toma como verdadero que está en función de esta forma
disciplinar de controlar la conducta de los individuos.

Para recapitular: sociedad disciplinar – ortopedia social – panoptismo – ciencias sociales. Estas
son las principales ideas desplegadas por Foucault en esta conferencia. En la sociedad
disciplinar el poder se expresa, como vemos, en la circulación de un conjunto de
procedimientos e instituciones de control social, legitimadas por un saber, un discurso de
verdad sobre la sociedad y, fíjense algo interesante, están de algún modo por fuera de lo
penal, del derecho penal. Nada tiene que ver el hecho de ser condenado por un crimen con el
hecho de habitar una cárcel. Ya no se trata simplemente, como era antes, de castigar a un
individuo por infringir la ley, sino que ahora se trata de disponer un montón de instituciones
para vigilar y corregir la peligrosidad probable o potencial de los comportamientos
inadecuados.

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Luego de estas importantes páginas Foucault describe el curioso proceso que da origen a las
cárceles. No quiero detenerme sobre la descripción tanto en Inglaterra como en Francia de las
instituciones carcelarias pero no dejen de observarla ni disfrutarla. Lo importante de esto lo
encuentran en la página 103, porque la introducción de la prisión introduce una novedad
dentro de lo que Foucault llama “la penalidad”. Me permito leer el texto:

[Con el origen de la prisión, “aparece también la idea de una penalidad que no tiene por
función el responder a una infracción sino corregir el comportamiento de los individuos…Esta
forma de penalidad aplicada a las virtualidades de los individuos [es decir a sus posibles
desviaciones]…no pertenece en realidad al universo del Derecho, no nace de la teoría jurídica
del crimen…” (103, de la edición que les doy)

¿Qué dice Foucault acá? Que estas formas nuevas de castigar no nacen producto de una
infracción que se castiga sino que actúa antes, actúa sobre el comportamiento que
virtualmente podría un individuo tener. Piensen en las escuelas (y recuerden que antes la
mayoría eran escuelas pupilas o escuelas donde se pasaba mucho tiempo): allí se nos evalúa,
se nos dice quien entendió, quien obedeció, se nos insta a actuar de una determinada manera.
Ahora quizás es menos palpable pero sin duda esta forma institucional sigue funcionando.

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Para concluir, me gustaría leer una parte del texto que ustedes no tienen para leer pero que
hace clara referencia a lo vertido durante esta clase:

“En nuestra época todas estas instituciones —fábrica, escuela, hospital psiquiátrico, hospital,
prisión— no tienen por finalidad excluir sino por el contrario fijar a los individuos. La fábrica no
excluye a los individuos, [128] los liga a un aparato de producción. La escuela no excluye a los
individuos, aun cuando los encierra, los fija a un aparato de transmisión del saber. El hospital
psiquiátrico no excluye a los individuos, los vincula a un aparato de corrección y normalización.
Y lo mismo ocurre con el reformatorio y la prisión. Si bien los efectos de estas instituciones son
la exclusión del individuo, su finalidad primera es fijarlos a un aparato de normalización de los
hombres. La fábrica, la escuela, la prisión o los hospitales tienen por objetivo ligar al individuo
al proceso de producción, formación o corrección de los productores que habrá de garantizar
la producción y a sus ejecutores en función de una determinada norma.” (118-119)

Bien esta es la cita. Según Foucault, estas son instituciones de “secuestro” que buscan captar al
individuo e incluirlo en una nomina de comportamiento normales. Es un tipo de penalidad
diferente a la esbozada típicamente por la ley penal, cuya función es más bien la exclusión del
individuo de su medio social, su apartamiento. Aquí se aparta para incluir, para corregir, para
normalizar.

Para finalizar esta clase entonces digamos lo siguiente: cuando pensamos el derecho, debemos
siempre recordar que existen relaciones de poder, discursos que se presentan como
verdaderos, que son fruto de luchas, de fuerzas en pugna, y que el modo en el que vivimos,
nos educamos, nos curamos, el modo que creemos normal de comportarse y de no
comportarse, así como lo prohibido y lo permitido, tienen relación estrecha con esta vasta
circulación del poder que se ejerce sobre nosotros.

Entenderlo, reconocerlo, es el primer paso para elaborar formas eficaces….de resistencia.

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