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Iglesia Alcance Mundial - Participantes del propósito eterno 2020 19 de enero de 2020

JESÚS ORO PARA QUE SEAMOS PERFECTOS EN UNIDAD


AP. MOISES ZAPICO

La semana pasada estuvimos hablando acerca de que no podemos permanecer firmes en


Cristo, sí no permanecemos en una vida de oración, ya que orar es a la vida espiritual como
el respirar a la vida natural. Y hoy vamos a hablar acerca de que el propósito de la oración
de Jesús en juan 17, no es que seamos perfectos en cuanto a una unidad que surge de
cosas externas o naturales, sino de ser perfectos en el ser UNO en el Espíritu en la medida
que desarrollamos del carácter de Cristo.

Veamos como el deseo expresado en la oración de Jesús en Juan 17 es una realidad


consumada en la confesión del apóstol Pablo en su carta a los Gálatas.

Jesús ora para que seamos UNO como Dios y Él son UNO.
Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado;
glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; Y ya no estoy en el mundo; más
estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu
nombre, para que sean uno, así como nosotros. Mas no ruego solamente por estos, sino
también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean
uno; como tú, oh, Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros;
para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para
que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos
en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos
como también a mí me has amado. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer
aún, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos.
Juan 17:1,11,20-23,26 RVR1960

La oración de Jesús de ser UNO no estaba basada en que alcancemos la perfecta unidad
en lo natural o en la carne, sino de que seamos perfectos en la unidad que surge de estar
unidos a un mismo Espíritu.

En Cristo el deseo de Jesús es una realidad por medio de la fe. Leer todo el contexto.
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois UNO en Cristo Jesús.
Gálatas 3:28 RVR1960

El apóstol Pablo nos deja bien claro de que ser UNO no tiene que ver con la nacionalidad,
ni con el género, ni con la condición social, sino que somos UNO por la fe en Cristo Jesús

Solo podemos ser UNO sí estamos unidos al mismo Espíritu.


Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
1 corintios 6:17 RVR1960

Porque ser perfectos según efesios 4.13,14 tiene la connotación, espiritualmente hablando,
de ser maduros corporativamente, ósea, de ser perfectos en cuanto a la madurez del
carácter de Cristo. Es por ello por lo que necesitamos entrar en un proceso de madurez, de
ser conscientes de que sí queremos que la vida de Cristo crezca en nuestro interior,
debemos dejarnos perfeccionar por medio de la obediencia a la Palabra, que es
Cristo. Porque en la medida en que vamos madurando en el Señor, será la medida en la que
iremos experimentando esa perfecta unidad, que Jesús expresó al Padre, de ser UNO como
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el Padre y Él son UNO. La evidencia de que Jesús y El Padre eran UNO era la obediencia a
la voluntad de Dios, pues Jesús habló e hizo todo lo que oía y veía hacer al Padre.

Ahora bien, sabiendo que debemos crecer y madurar en el carácter de Cristo, para poder
llegar a la perfecta unida como iglesia, entonces debemos hacernos la siguiente pregunta.

¿Y cuál es el carácter de Cristo?


Que estén siempre llenos del fruto de la salvación, es decir, el carácter justo que Jesucristo
produce en su vida, porque esto traerá mucha gloria y alabanza a Dios.
Filipenses 1: 11 NTV

El apóstol Pablo nos revela que el carácter de Cristo es un carácter justo, y que este carácter
(justicia) es el fruto visible que la salvación produce en nuestras vidas. El apóstol usa esta
alegoría del fruto para representar naturalmente que, el propósito del por qué se planta la
semilla de un árbol frutal es el alimento que se obtiene de su fruto, sino no tendría sentido
plantar el árbol. Ya que el fruto que da el árbol es el resultado de un proceso largo de cultivo,
cuidado y riego, que inicia desde que se siembra la semilla, hasta que se cosecha el fruto.
Este proceso de cuidado del árbol se hace con el fin de poder alimentarse y alimentar a otros
de su fruto, y el fruto es la evidencia de la madurez del árbol.

“Es por ello por lo que el maduro, espiritualmente hablando, es aquél del que otros
se alimentan.”

¡Por eso Jesús decía, por su fruto los conoceréis!


18 un buen árbol no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos
buenos. 19 por lo tanto, todo árbol que no produce frutos buenos se corta y se arroja al
fuego. 20 así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes
identificar a la gente por sus acciones.
Mateo 7: 18-20 NTV

Todo lo que hemos recibido de Dios es como una semilla, y esa semilla debe ser
cuidada y crecer hasta dar fruto. Y el fruto que Dios espera en nosotros es el carácter
justo de Cristo, porque esto es le da mucha gloria a Dios. La madurez del carácter de Cristo
se ve en medio de las circunstancias adversas, porque es ahí cuando se ve, sí estamos
arraigados y cimentados en Cristo. Un hombre maduro espiritualmente es aquél que está
fortalecido en la fe en el Señor, es aquél que por revelación y experiencia ha desarrollado
una fuerte convicción e identidad en Cristo.

“La madurez (carácter de Cristo) es el resultado de invertir tiempo en trabajar en lo


interno, de ser perfeccionados en la obediencia a la vida del Espíritu.”

La humildad unas de las características del carácter de Cristo.


28 venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Mateo 11: 28-30 RVR1960

Ser mansos y humildes es una de las evidencias de estar creciendo y madurando en ser
UNO con Cristo. La humildad es la evidencia de un alma fundida (unida) a su Espíritu.
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Jesús era manso y humilde de corazón.


Y está humildad no se trata de pobreza, ni de ser una persona retraída o callada, sino del
deseo de aprender y seguir aprendiendo a obedecer a Dios. Eso era lo que Jesús les quería
decir, pero más que decirlo, Él lo modeló y manifestó con su vida.

Jesús aprendió obediencia y por ella fue perfeccionado.


8 y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido
perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
Hebreos 5: 8-9 RVR1960

• Humilde es el que escucha para obedecer la palabra de Dios. Porque la obediencia es la


evidencia del que se ha humillado ante Dios. Y es por medio de la humildad como el
hombre es perfeccionado.
• Humilde es la actitud del corazón que ha entregado y rendido su vida en sumisión
absoluta a la voluntad de Dios.

Ser UNO es ser obedientes a la voluntad de Dios por causa del desarrollo de un
espíritu humilde, de un corazón dispuesto a obedecer al Señor.

Por eso lo que hace UNO a la iglesia es amar y obedecer a la misma verdad. Y Jesús se
proclamó así mismo como la verdad. Él dijo: ¡Yo soy la verdad! La humildad nos llevará a
abrazar la verdad y a renunciar al tener la razón.

El enemigo número uno de la humildad es el orgullo.


Este siempre está al acecho de separar todo lo que Dios ha unido. Por eso la única forma
de ser UNO es desarrollar el carácter de Cristo, un carácter manso y humilde de corazón.

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los
unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la
paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre
todos, y por todos, y en todos.
Efesios 4:1-6 RVR1960

La humildad nos lleva a vivir una vida digna del llamado de Dios.
Fuimos llamados a llevar una vida digna del llamado de Dios, y para ello debemos aprender
a vivir en humildad y mansedumbre, porque será así como podremos permanecer en un
mismo Espíritu. Ser perfectos es aprender a soportarnos unos a otros en amor. Porque
no podemos soportar a quien no amamos. Y para ello debemos aprender a amarnos como
Dios nos ama. La esencia interna de la humildad es mirar a los demás como superiores a
nosotros mismos, y la manifestación externa será la honra mutua. Sí mi hermano me ve
como superior, y yo lo veo como superior a mí, entonces nos honraremos mutuamente.

La arrogancia va delante de la destrucción; la humildad precede al honor.


Proverbios 18:12 NTV

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