Como tal, la solidaridad en sociología puede ser vista como la adhesión de
cada uno de los miembros a unos mismos valores y a unos mismos principios. En este sentido, según el sociólogo Francés Emile Durkheim puede ser vista de tres maneras:
La solidaridad en la comunidad, es el sentimiento de unidad basado en
intereses o metas comunes, compartido por muchos individuos, para pertenecer a un mismo grupo social, para trabajar unidos, para lograr una misma meta o para luchar juntos por un mismo motivo. La solidaridad orgánica, vista en una empresa, es la interdependencia que existe entre los diversos individuos debido a la fuerte especialización de cada uno de ellos y a la irrupción de la división técnica del trabajo en diferentes funciones. En contraposición a la anterior, la solidaridad mecánica se caracteriza por una total competencia e independencia de cada individuo en la mayoría de los trabajos, y por tanto, no hay una necesidad del otro. En virtud de lo anterior, la solidaridad es saber comportarse con la gente, es un acto social, y también se refiere a la cohesión o a los lazos sociales que unen a los miembros de una sociedad entre sí.