Alfaro, Candela.
2020
- Síntesis de la trama:
El relato del poema “El romero de Santiago” comienza con un llamamiento de Berceo hacia
el público para luego comenzar a relatar la historia de un romero, quien estaba lejos de ser
completamente fiel a Dios ya que elegía caminos pecaminosos. Su actitud no cambia ni
siquiera cuando el apóstol Santiago le pide peregrinar, y en lugar de cumplir su penitencia, se
acuesta con su amiga, volviendo a pecar. Luego, al romero se le presenta un falso Santiago
que lo castiga pidiendo que se mutile, y para agravar aún más la situación, también le pide
que se suicide. Con obediencia el romero cumple y los demonios y el verdadero apóstol
disputan hasta que este último pide mediación a la Virgen, quien acude y termina por
sentenciar la resurrección y la curación de todas las heridas del romero. Para finalizar, el
romero termina convirtiéndose en fiel vasallo de Dios.
Aunque cada relato de los milagros se diferencien unos de los otros en pequeñas cosas, en
verdad se pueden distinguir ciertas carácteristicas que todos cumplen, como el marco
narrativo, y el milagro en sí.
En el marco narrativo se ubica el principio y el final, el prólogo y epílogo, en el cual Berceo o
un personaje ficticio comienza narrando y termina alabando a la Virgen para luego dejar una
enseñanza. Por ejemplificar con el milagro ya mencionado, Berceo es quien comienza la
narración pidiendo la atención de su público, y lo culmina narrando la conversión que lleva a
cabo el romero.
Dentro del milagro, se puede encontrar una pequeña introducción a la situación y al personaje,
en la cual se lo describe solamente con el ideal que proyecta y su relación con la Virgen y la
religión en general, ya que es lo necesario para la comprensión del relato. Luego, se da el
nudo, que en este milagro se desencadena con la desobediencia del romero y, a la vez, con la
obediencia al falso Santiago; y por último, se produce el desenlace por el pedido del
verdadero Santiago al pedir ayuda a la Virgen, quien lo hace y nos da el evento mayor de todo
el relato, su intervención milagrosa y santa.
Respecto a los personajes no hay demasiado que decir, ya que el relato se centra en la trama y
no en aportar más que los detalles necesarios de sus protagonistas. Se sabe que existió un
romero pecador (algo que se suponía que no tendría que haber existido, debido a que un
romero debía mostrar una fe sincera a Dios con una profunda obediencia), un apóstol que vela
por la integridad cristiana de sus seguidores, una Virgen poderosa que es piadosa y justiciera,
y por último, un diablo que busca tentar constantemente a los vasallos de Dios para
corromperlos.
Esta última figura, la del diablo, se la narra en general, como alguien que amenaza la
redención cristiana, que busca caos y dolor, y que, en definitiva, es la representación de todo
mal. Su gran función es la de ser tentador, para que los hombres caigan en pecado y les sea
negada la entrada al paraíso, y a la vez, es necesario ya que sin mal, no hay bien, y sin el
diablo, la Virgen no podría ayudar a sus vasallos; es esta relación la que da sentido a su
mediación y protección.
En este poema, el diablo actúa en un principio, sin necesidad de hacer alusión a esto, tentando
al romero para que se acueste con su amiga con el fin de poder culminar con su plan, y para
esta culminación, decide transformarse en el apóstol Santiago ya que sabe que en esa forma,
el romero no dudaría en obedecer.
En este poema se ve por primera vez que el diablo tiene la capacidad de encarnar y usurpar
otra figura.