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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITECNICA
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
NÚCLEO ANZOÁTEGUI- SEDE SAN TOMÉ
CÁTEDRA BOLIVARIANA II

Profesor:
Alumna:

TTE. José Suniaga


Josisbel Medrano
C.I:
17.883.897
San Tomé, Marzo Del 2020

MANIFIESTO DE CARTAGENA.

Es un Documento escrito por Simón Bolívar en el marco de la


Independencia de Colombia y de Venezuela, luego de la caída de la
Primera República, explicando con gran detalle y precisión las causas de
esta pérdida. Fue escrito en Cartagena de Indias (Colombia), el 15 de
diciembre de 1812. Se dice que es el primer gran documento
de Bolívar entre muchos otros.

Bolívar señala o indica las principales causas que dieron fin a la primera
república (1810-1812). Dos serán los objetivos de este documento: uno,
instruir a la Nueva Granada sobre cómo estabilizar su endeble
independencia; dos, advertirle a Venezuela que no podía volver a caer
en los mismos errores cometidos. “La Nueva Granada ha visto sucumbir
a Venezuela; por consiguiente, debe evitar los escollos que han
destrozado a aquella. A este efecto, presento como una medida
indispensable para la seguridad de la Nueva Granada, la reconquista de
Caracas, dirá expresamente.”

Entres las principales causas señaladas por el libertador podemos citar:

1) gobierno débil y tolerante;


2) falta de sentido de la realidad;
3) impunidad;
4) improvisación en el orden militar;
5) desunión;
6) derroche y burocratismo;
7) subestimación del enemigo;
8) ignorancia.

Algunas de las reflexiones que merecen atención para el momento


actual:

“El más consecuente error que cometió Venezuela, al presentarse en el


teatro político fue, sin contradicción, la fatal adopción que hizo del
sistema tolerante…”.

“… la impunidad de los delitos de Estado cometidos… por nuestros


natos, e implacables enemigos… a cada conspiración sucedía un perdón,
y a cada perdón sucedía otra conspiración que se volvía a perdonar…”.

“El espíritu de partido decidía en todo y, por consiguiente, nos


desorganizó más de lo que las circunstancias hicieron. Nuestra división y
no las armas españolas, nos tornó a la esclavitud”.
“La disipación de las rentas públicas en objetos frívolos, y perjudiciales;
y particularmente en sueldos de infinidad de oficinistas, secretarios,
jueces, magistrados, legisladores…”.
CAMPAÑA ADMIRABLE.

Luego de la pérdida de la Primera República (25/07/1812), Simón Bolívar


se embarcaría en el mes de agosto a Curazao prometiéndose volver a
Venezuela para libertarla del oprobio español. Persiguiendo la llama de
la libertad, decide radicarse en Cartagena donde ofrece sus servicios al
ejército neogranadino y antes de finalizar el año, se le concede la
Comandancia de Barrancas. Entre el mes de enero y marzo de 1813,
Bolívar logra expulsar las fuerzas realistas del bajo Magdalena y
consigue la liberación de la ciudad de San José de Cúcuta. Por sus
méritos en el campo de batalla, el Congreso Unido lo nombra Brigadier
de los Ejércitos de la Unión y ciudadano de la Nueva Granada.

Pero Bolívar tenía un plan más ambicioso, reconquistar Venezuela, por lo


que solicita el debido permiso ante el gobierno neogranadino y sin
mayores obstáculos, a finales del mes de marzo se le concede la
autorización para marchar hacia la población de La Grita, en el actual
estado Táchira. Dos meses más tarde, el ilustre caraqueño obtiene la
extensión del permiso para tomar Los Andes y marchar a Caracas en lo
que se conocerá como la Campaña Admirable. El 23 de mayo, Bolívar
entra victorioso a la ciudad de Mérida y con gran júbilo, los ciudadanos
le otorgan el título de Libertador. El general en jefe del Ejército
Libertador ocupa Trujillo a principios de junio, ciudad donde dictó La
Proclama de Guerra a Muerte. Seguidamente, libera a Guanare, Barinas
y San Carlos en tan solo 20 días. Con la ruta de los llanos centrales libre
de fuerzas enemigas y tras ocupar Valencia, el Libertador entra
victorioso en Caracas el 6 de agosto de 1813.

PROCLAMA DE GUERA A MUERTE.

La proclama de Trujillo, mejor conocida como el Decreto de Guerra a


Muerte –emitida por el brigadier de la unión neogranadina, Simón
Bolívar, el 15 de junio de 1813, fue la respuesta de los patriotas ante la
ferocidad de la represión española desatada desde la caída de la
Primera República.

En el polémico documento, Bolívar define con perfecta claridad al


enemigo de la Patria: hispanos y americanos, realistas y patriotas, se
articulan y permutan en la balanza de la vida y la muerte. Los
americanos poseen una inocencia absoluta por su origen. Los hispanos
gozan de una inocencia relativa, o condicionada, por el partido adoptado
(patriota o realista). Las diferencias polares se anulan en la unidad de la
Patria y los españoles y canarios se hacen compatriotas para ser
“reputados y tratados como americanos”. Un español que abraza la
causa de América no solo salva la vida sino que se vuelve americano,
adquiriendo una “igualdad ficticia o política”, para usar palabras del
Discurso de Angostura. La proclama de Trujillo, más que una condena a
muerte, es una amnistía general a todos los miembros, por origen o por
elección, de la patria americana. Tres años después, Bolívar suspenderá
unilateralmente la guerra a muerte proclamando el 6 de julio: “La guerra
a muerte que nos han hecho nuestros enemigos, cesará por nuestra
parte; perdonaremos a los que se rindan, aunque sean españoles […]
ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla.”
CONGRESO ANFICTIONICO DE PANAMÁ.
El Congreso Anfictiónico de Panamá se instaló entre el 22 de junio y el
15 de julio de 1826. Crear una confederación de los pueblos
iberoamericanos desde México hasta Chile y Argentina era el objetivo
central.
Su instalación ocurrió en medio de las conquistas independentistas en
Hispanoamérica, tras la liberación del Alto Perú (actual Bolivia) por parte
del Libertador Simón Bolívar y del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio
José de Sucre.
La instalación del Congreso Anfictiónico de Panamá Se constituyó en la
concreción del máximo sueño del Libertador, quien en 1815 expresó
desde Jamaica: "¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuera para
nosotros lo que el de Corinto para los griegos!... Ojalá que un día
tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso...".

Bajo esta perspectiva, Bolívar anhelaba el entendimiento entre todos los


países y buscaba la unidad del continente.

Asistieron La Gran Colombia, México, Perú y la República Federal de


Centro América, mientras que Gran Bretaña envió un observador y los
Países Bajos otro a título personal.

Para debatir temas de interés como lo fueron:

-Afianzar la independencia, la seguridad interna y la no intervención.

-La igualdad jurídica entre todas las naciones.

-Relaciones entre los Estados por medio de un Congreso plenipotenciario


permanente.

-Reforma social basada en la libertad y la paz.

Sin embargo El Congreso Anfictiónico de Panamá no derivó en los


resultados que Bolívar esperaba. La mayoría de las naciones que
asistieron no estaban en condiciones políticas ni económicas para
cumplir con los acuerdos. Además, las divisiones entre ellas derivaron en
conflictos fronterizos.

Con todo, el Libertador se enfocó en la creación de la Confederación de


Los Andes (Colombia, Perú y Bolivia) para oponerse a la política imperial
de Estados Unidos y a las clases dominantes.

Finalmente, se resolvió la mudanza del Congreso a la Villa de Tacuyaba,


cerca de la Ciudad de México, lo cual se debió a la insalubridad del Istmo
de Panamá. Bolívar no estuvo de acuerdo con ésta decisión, ya que
según él "La traslación de la Asamblea a México va a ponerla sobre el
inmediato influjo de aquella potencia ya demasiado preponderante y
también bajo la de los Estados Unidos del Norte. Estas y otras muchas
razones me obligan a decir que no se proceda a la ratificación de los
tratados antes de que yo llegue a Bogotá y antes de que yo los haya
examinado detenida y atentamente con usted y con otros." El fracaso
del mismo no se hizo esperar. Sólo asistieron la mitad de los delegados
presentes en la Asamblea de Panamá y después de una larga espera
sólo se reunieron una vez el 9 de octubre de 1828 en la casa del Dr.
Pedro Gual” donde llegaron a la conclusión de que, no habiendo los
gobiernos aprobado los convenios de Panamá, excepto el de Colombia
que sí los sancionó, estos instrumentos podían considerarse inoperantes
y toda aquella ardua y larga labor del Istmo no había sido más que una
utopía de su glorioso autor." El fracaso del Congreso también se debió a
la indiferencia del gobierno americano.

CARTA DE JAMAICA.

La Carta de Jamaica es un texto redactado por El Libertador Simón


Bolívar el 6 de septiembre de 1815 desde Kingston, capital de Jamaica,
en respuesta a una misiva de Henry Cullen, un ciudadano británico que
residía en Falmouth, al noroeste de esa isla.

Bolívar expone las razones que provocaron la caída de la Segunda


República, que se dieron luego de recibir la negativa de las autoridades
de Nueva Granada de colaborar con una nueva ofensiva contra el
Ejército español.

Esto obligó a Bolívar a dirigirse a Jamaica con la finalidad de conseguir la


cooperación del Gobierno inglés para proseguir la lucha por la libertad
americana.

“Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande
nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su
libertad y gloria. Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi patria,
no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el momento regido
por una gran república; como es imposible, no me atrevo a desearlo; y
menos deseo aún una monarquía universal de América, porque este
proyecto sin ser útil, es también imposible”, indicó el Libertador en uno
de sus frases más emblemáticas.
El texto es uno de los escritos fundamentales de El Libertador, por su
claridad y visión política ante los acontecimientos que se estaban
generando en las antiguas colonias españolas.

Más allá del análisis sociológico, político y cultural, Bolívar plasma varios
elementos que son necesarios tomar en cuenta a la hora de evaluar qué
tanto han avanzado los pueblos latinoamericanos y caribeños en la
unidad, su identidad, la independencia y el rompimiento definitivo de las
cadenas del colonialismo.

CONSPIRACIÓN DE PÁEZ Y SANTANDER.

El general Páez, jefe superior de Venezuela, fue acusado ante el


congreso por la municipalidad de caracas, debe haber cometido actos
arbitrarios contra la población al ordenar a la tropa allanar los hogares y
reclutar por la fuerza a los ciudadanos.

El 25 de septiembre d 1828 se produjo un atentado contra la vida del


libertador conocido como la conspiración septembrina. Bolívar se
encuentra recluido en su habitación del Palacio de San Carlos en Bogotá,
Colombia, preso de un terrible resfriado y es víctima de un atentado del
que logra salvarse gracias a la ayuda de Manuela Sáenz, su compañera
en la vida. Un grupo de radicales Santanderistas (seguidores de
Francisco de Paula de Santander a quien el Libertador había sustituido
como vicepresidente de la Gran Colombia) dirigidos por el colombiano
Florentino González y el militar venezolano Pedro Carujo, intentan
asesinarlo. Bolívar al huir del Palacio se refugia bajo el puente de San
Agustín. Grupos de gente armada pasan sobre donde él está dando
mueras a su nombre. Una descarga cerrada en el otro extremo hace huir
a sus enemigos. Son tropas adictas que dan vivas al Libertador. Sale de
su escondite rodeado por las fuerzas leales y regresa al Palacio de San
Carlos. Llama a Manuela y le dice: "Manuela. Eres desde ahora la
Libertadora del Libertador".

Santander fue acusado de haber organizado el atentado, pero debido a


la falta de pruebas en su contra le fue conmutada la pena de muerte a la
que fue sentenciado por destierro.

LA COSIATA.

El 30 de abril de 1826 tuvo lugar en Venezuela un movimiento


separatista conocido con el nombre de la Cosiata dirigido por José
Antonio Páez, que se presentó como una reacción contra el gobierno de
Bogotá, el centralismo y Simón Bolívar. El nombre de la cosiata deriva
de la cosa esa, que era como calificaban los detractores de Bolívar
después de la rebelión, la amnistía llegando finalmente de Perú (y
nuevamente rebelión). El 25 de noviembre de 1826 Bolívar marcha con
la élite de sus tropas a Venezuela y persuade a Páez de deponer su
sublevación contra la Gran Colombia, a cambio de ser reconocido como
jefe civil y militar de Venezuela.

En el año de 1826 tuvo lugar en Venezuela el movimiento separatista


conocido con el nombre de “La Cosiata”, el cual se manifestó como una
reacción al gobierno de Bogotá, contra el centralismo y contra el
Libertador. El General Páez es acusado ante el Congreso de la República
por haber cometido actos arbitrarios contra la población al ordenar el
allanamiento de los hogares para reclutar a los ciudadanos para la
formación de ejércitos. El Senado suspende a Páez de sus funciones de
Comandante General del Departamento de Venezuela, y le ordena
comparecer ante la comisión nombrada al efecto, a responder por los
cargos en su contra. Páez entregó el cargo; se negó a comparecer ante
el Senado y tomó una actitud de abierto desacato a la autoridad
nacional.

Las municipalidades de Valencia y Caracas tomaron la iniciativa y


aprovecharon el incidente para promover la agitación y protestar por la
orden de suspensión de Páez. A raíz de esto Páez asumió el gobierno de
Venezuela y se comprometió a no obedecer órdenes del Gobierno
Central de Bogotá. Ya para el año de 1826 había la amenaza de una
guerra civil. Bolívar se traslada a Venezuela para Buscar una solución
directa. Ratificó a Páez como jefe Civil y Militar y otorgó una amnistía
general. Ofreció convocar una convención nacional para que decidiera
sobre el destino de la Gran Colombia.

En 1827 Bolívar regresó a Bogotá. La guerra civil se había evitado pero


la idea de separación quedaba latente. Páez quedaba al mando del
departamento de Venezuela.

LA CONVENCIÓN DE OCAÑA.

El 23 de Noviembre de 1829 el gobernador de Carabobo reunió una


Asamblea popular en Valencia. Esta aprobó por mayoría, la separación
de Venezuela de la República de Colombia. Allí se acordó que Venezuela
no debía continuar unida a Nueva Granada y Quito “debido a que las
leyes que convienen a aquellos territorios no son a propósito para éste,
enteramente distinto por sus costumbres, clima, producciones y por qué
en la gran extensión pierden la fuerza y energía” de esta manera acaba
el gran sueño de Bolívar nuestro Libertador.

CONGRESO ADMIRABLE.

20 de enero de 1830 se instala en Bogotá el último Congreso de la Gran


Colombia, bajo la presidencia de Antonio José de Sucre. El Libertador
consideró que en él se reunía «la sabiduría nacional, la esperanza
legítima de los pueblos y el último punto de reunión de los patriotas...»;
por esta razón, por la calidad de los diputados que concurrieron, se
llamó Congreso Admirable.

Debía asistir 67 diputados electos, pero sólo se presentaron 48. Por


Venezuela fueron elegidos 18 congresantes, pero faltaron 10. Entre los
asistentes figuraron Briceño Méndez, José Laurencio Silva, Sucre (fue el
Presidente del Congreso), etc.

Ante este Congreso bogotano, que sesionó hasta el 11 de mayo, Bolívar


renunció definitivamente a la primera magistratura de Colombia. El 4 de
mayo fue elegido el nuevo Presidente de la República, Joaquín
Mosquera, con Domingo Caicedo como Vicepresidente.

En su mensaje el Libertador expresó: «Colombianos. Hoy he dejado de


mandaros. Veinte años ha que os he servido en calidad de soldado y
magistrado. En este largo período hemos reconquistado la patria,
liberado tres repúblicas, conjurado muchas guerras civiles, y cuatro
veces he devuelto al pueblo su omnipotencia, reuniendo
espontáneamente cuatro Congresos Constituyentes. A vuestras virtudes,
valor y prestigio se deben estos servicios; a mí la gloria de haberos
dirigido».

ULTIMA PROCLAMA DEL LIBERTADOR.

El 10 de diciembre de 1830 es el día de la última proclama del


Libertador, dictada desde su lecho de moribundo. Firmó el testamento y
recibió los Santos Sacramentos de manos del humilde cura de la aldea
de Mamatoco, quien llegó en la noche con sus acólitos y varios
indígenas.
Luego, rodeado de sus más íntimos amigos, como José Laurencio Silva,
Mariano Montilla, Joaquín de Mier, Ujueta, Fernando Bolívar, etc., el
notario Catalino Noguera empezó a leer el histórico documento, pero
apenas llegó a la mitad, porque la emoción y el dolor le ahogaron la voz.
Continuó la lectura Manuel Recuero. La última Proclama dice así:

Simón Bolívar, Libertador de Colombia. A los pueblos de Colombia


Colombianos:

Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde


reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi
fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí
que desconfiábais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de
vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y
mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han
conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.

Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo


hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria
que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien
inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno
para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus
oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las
garantías sociales.

¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi


muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión,
yo bajaré tranquilo al sepulcro.

Hacienda de San Pedro, en Santa Marta, a 10 de diciembre de 1830.


Simón Bolívar.

VALORES ETICOS DE BOLIVAR.

•Libertad: Bolívar estaba en contra de la concentración del poder, el


buscaba establecer un régimen constitucional que adoptara la división
de las ramas del poder, que garantizará los derechos de los ciudadano,
centrándose en la soberanía popular mediante algún tipo de elección.

•Igualdad: Para Bolívar todos los hombres nacían con los mismos
derechos sociales, sin importar su color de piel o etnia deberían ser
iguales ante la ley, dichos derechos debían ser garantizados por el
gobierno, puesto que este se derivaba del pueblo, no obstante, hacia
clara referencia que cada individuo tiene su fortalezas desventajas, por
lo tanto las personas con virtudes sobresalientes generalmente gozaran
de mayores beneficios por su trabajo.

•Justicia: el ejercicio de la Justicia es el ejercicio de la libertad, Bolívar El


libertador proponía un poder Judicial independiente a cualquier acción
política, mediante la justicia es que considera realizable la esencia de la
igualdad " la unidad nacional.

IDEAS ADMINISTRATIVAS DE BOLÍVAR.

“Primero el suelo nativo que nada, él ha formado con sus elementos


nuestro ser. Nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro
propio país. Allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los
creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la
educación”. Simón Bolívar.

1- Control de la entrada económica (Trabajo)

Principios macroeconómicos de Simón Bolívar:

 Justa distribución de la riqueza como fórmula para mitigar la


miseria.

 Reparto de los bienes nacionales, primordialmente tierras.

 Aumentar los rendimientos de las rentas igualándolos a los


consumos públicos.

 Principio inquebrantable de nacionalización de las riquezas


mineras por ser partes del subsuelo de la nación y de sus
ciudadanos.

“Las minas de cualquier clase corresponden a la República”. Simón


Bolívar.
2.- Confiscación de Bienes.

Medida adoptada por Simón Bolívar para contrarrestar la corrupción


imperante en la administración de hacienda pública en la que declara:

“Todo aquel que fuere convencido de haber defraudado los caudales de


la renta Nacional del tabaco, o vendiéndolos clandestinamente fuera del
estanco, o dilapidándolos con el robo o manejos ilícitos, será pasado por
las armas, y embargados sus bienes para deducir los gastos y perjuicios
que originen”. Simón Bolívar.

3.- Correcta administración de Bienes.

Medidas adoptadas por Bolívar para la reorganización administrativa:

 Supresión de supernumerarios en las oficinas de la Hacienda


pública.

 Severas penas a los defraudadores de la renta del tabaco, que


contrabandean ese producto decisivo para las entradas fiscales

 Consecuente lucha contra la corrupción y el saneamiento de la


administración públicas.

 Reorganización de las rentas nacionales. “Se han incrementado y


corregido algunos abusos, se han puesto penas terribles contra los
agentes del tesoro que contribuyan a defraudar las rentas. Yo sé
que penas capitales participan de la crueldad; pero la existencia
del Estado es preferente a todo”.

“Todo ciudadano tiene derecho a velar sobre la Hacienda Pública


Nacional; su conservación es de interés general. Los que defrauden son
declarados enemigos capitales, y en este caso la traición de degradar al
que la hace, es una prueba de su ardiente celo por el bien público”.
Simón Bolívar.

4- Medidas adversas para corruptos.

Consecuente con su lucha contra la corrupción. En enero de 1824, en


Lima (Perú), Simón Bolívar declara su decreto más severo contra la
corrupción administrativa.
• Todo funcionario, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber
malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos
arriba, queda sujeto a la pena capital.
• Los jueces a quienes según la Ley compete este juicio, que en su caso
no procedieran conforme a este decreto, serán condenados con la
misma pena.
• Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos por delito.
• Se fijará este decreto en todas las oficinas de la República, y se
tomará razón de él en todos los despachos que se libraren a los
funcionarios que de cualquier modo intervengan en el manejo de los
fondos públicos.

5- Medidas de emergencia.

Para el Libertador, como hombre de Estado, siempre fue la corrupción


una preocupación principal. Su visión del fenómeno tuvo varios
aspectos:
• El problema de la burocracia que complica la administración, que
resulta tan costosa y presenta bajos rendimientos.
• El contrabando que producía estragos a la Hacienda Pública.
• El flagelo del peculado, consistente en la apropiación de dineros
públicos por parte de funcionarios, que en el presente es denominada
corrupción administrativa, Y la venalidad de los jueces en la aplicación
de justicia.

Fueron estas, entre otras, los aspectos que llevaron a la ruina a la


hacienda pública nacional, al no poder costear los gastos generados por
el estado y que se necesitaban para continuar la gesta libertadora. Estas
fueron algunas de las medidas de emergencia que tomó Bolívar ante la
crisis:

• Impresión de papel moneda por la escases de dinero, sin otra garantía


que la fuerza y las rentas imaginarias de la Confederación el cual era
mal visto y al cual no se le tenía confianza.
• Creación de un impuesto directo a los bienes raíces, latifundios y
capitales.
• Cobro de impuestos de importación a las mercaderías de los buques
en tránsito y a los aguardientes.
• Eliminó los impuestos de las aduanas provinciales con el fin de
estimular la producción y facilitar el tránsito de dinero eliminado el
derecho de las aduanas interiores (5% que debían pagar los frutos de
una provincia a otra).
• Se aumentan los impuestos de aduanas exteriores; se utiliza el arancel
aduanero como instrumento de política económica.
• Se mantiene el estanco (monopolio) del tabaco, y se grava su
importación con un derecho de 50%.
• Restricción a contraer empréstitos extranjeros, que era la forma de
penetración del capitalismo europeo en el siglo pasado, advirtiendo los
peligros de la deuda como enajenante de la soberanía nacional.

6- Simón Bolívar como Ejemplo.

La conducta ejemplar del Libertador, en el sentido de la pulcritud


administrativa, constituye un paradigma invaluable para todos los
pueblos americanos, especialmente para aquellos que libertó. En
Colombia donde la corrupción había llegado a límites inconcebibles pues
muchos generales victoriosos que querían obrar fuera de las
estipulaciones de la Ley, las ejecutorias de sus sables y de sus lanzas,
Bolívar mostraba las manos limpias, para que desde lejos mirasen como
señal de aviso, como bandera agitada sobre una cumbre solitaria, a fin
de que el pueblo tuviere en su conducta una guía segura de moralidad y
de fe.

Al presidente del Congreso de Colombia, el 9 de enero de 1824, dice


“renuncio desde luego a la pensión de treinta mil pesos anuales que la
munificencia del Congreso ha tenido la bondad de señalarme; yo no la
necesito para vivir en tanto que el tesoro público esté exhausto”.

A Santander, el 27 de noviembre de 1823, señala que los congresantes


del Perú “me han señalado cincuenta mil pesos de sueldo pero yo he
contestado que no los admito, porque no es justo ni noble que yo me
ponga a sueldo del Perú”.

Así mismo, a los legisladores de Lima que, el 12 de febrero de 1825,


acordaron asignarle un millón de pesos por sus servicios, respondió,
“Sería una inconsciencia monstruosa que ahora yo recibiese de manos
del Perú, lo mismo que había rehusado a mi Patria”. Y como los
representantes insistieran agregó: “sea cual sea la tenacidad del
Congreso Constituyente, no habrá poder humano que me obligue a
aceptar un don que mi conciencia repugna”.

IDEAS SOCIALES DE BOLÍVAR.

El pensamiento liberal del Libertador, formado en las ideas de la


Revolución Francesa, lo inclinaba a favorecer los derechos y la igualdad
social. Desde los primeros años de la independencia, el Libertador
comprendió claramente que el problema de las desigualdades e
injusticias sociales heredadas del período colonial debían ser resueltas
para atraer a las grandes masas populares a la causa de la
independencia.

La experiencia de la primera y segunda República había demostrado


que la mayoría de los esclavos, pardos e indígenas se habían sumado a
las tropas realistas de Monteverde y Boves, gracias al mensaje
demagógico que estos caudillos transmitían a un pueblo sencillo.
Además, las clases populares no se sentían identificadas con el proyecto
independentista de lo mantuanos, pues para el pueblo, los mantuanos,
dueños de tierras y de esclavos, eran sus opresores. Ante esa situación,
Bolívar tomó una serie de medidas para favorecer a los esclavos, a los
indígenas y en general a todas las clases populares.

Como Gobernante y estadista Bolívar demostró una gran preocupación


sobre las clases populares y tomo medidas destinadas a eliminar
privilegios e injusticias mediante la igualdad de todos los ciudadanos
ante la ley. El pensamiento y la obra social del libertador sirvieron de
fundamento al modelo democrático Venezolano que vivimos
actualmente.

1- Libertad de los esclavos.

Simón Bolívar, Jefe Supremo de la República y Capitán General de los


Ejércitos de Venezuela y de Nueva Granada, etc.

“Un ejército provisto de artillería y cantidad suficiente de fusiles y


municiones está hoy a mi disposición para libertaros. Vuestros tiranos
serán destruidos, o expelidos del país, y vosotros restituidos a vuestros
derechos, a vuestra patria y a la paz. La guerra a muerte que nos han
hecho nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonaremos a los
que se rindan, aunque sean españoles. Los que sirvan la causa de
Venezuela serán considerados como amigos, y empleados según su
mérito y capacidad”.

“Las tropas pertenecientes al enemigo que se pasen a nosotros, gozarán


de todos los beneficios que la patria concede a sus bienhechores.
Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla. Ningún
americano sufrirá el menor perjuicio por haber seguido el partido del
rey, o cometido actos de hostilidad contra sus conciudadanos. Esa
porción desgraciada de nuestros hermanos que ha gemido bajo las
miserias de la esclavitud ya es libre. La naturaleza, la justicia y la
política piden la emancipación de los esclavos; de aquí en adelante sólo
habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos”.

“Luego que tomemos la capital convocaremos el Congreso General de


los representantes del pueblo, y restableceremos el gobierno de la
República. Mientras nosotros marchamos hacia Caracas, el general
Mariño a la cabeza de un cuerpo numeroso de tropas, debe a Cumaná.
El general Piar sostenido por los generales Rojas y Monagas ocupará los
Llanos, y avanzará sobre Barcelona, mientras el general Arismendi con
su ejército victorioso ocupará la Margarita”.

Desde los albores mismos de la Independencia, en 1810, los hombres


más liberales de Venezuela pensaron en abolir la esclavitud, esa
ignominia que pesa sobre ciertas conciencias humanas.

No sólo la nueva Junta de Gobierno había prohibido la trata de negros,


sino que el Generalísimo Francisco de Miranda llamó a los esclavos a
formar filas en el ejército patriota ofreciéndoles la libertad. Por su parte,
Simón Bolívar, aunque mantuano y propietario de haciendas y de
esclavos, fue el primero en liberarlos, dando ejemplo de magnanimidad.
Tal como se lo prometió a su amigo y protector en Haití, el Presidente
Petión, apenas llega a Carúpano, el 2 de junio de 1816 decretó “la
libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español
en los tres siglos pasados”.

El 6 de julio de ese mismo año de 1816, al desembarcar en Ocumare de


la Costa dicta una Proclama en que dice, al referirse a los esclavos:
“Esta porción desgraciada de nuestros hermanos que han gemido bajo
las miserias de la esclavitud, ya es libre. La naturaleza, la justicia y la
política piden la emancipación de los esclavos: de aquí en adelante sólo
habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos”.
Pese a estos decretos e intenciones nobles, pasarán todavía muchos
años, hasta que en 1854 el Presidente José Gregorio Monagas venció la
tenaz oposición de los terratenientes y esclavistas y decretó la definitiva
abolición de la esclavitud. Después de varias discusiones en el Congreso,
en base a un Proyecto de Ley presentado por 31 diputados el 3 de
marzo de 1854, superadas las objeciones de que la agricultura se
quedaría sin mano de obra, se terminó por acallar la voz de Vicente
Amengual, uno de los más empecinados opositores, quien sostenía que
el proyecto era anticonstitucional y que “conduciría a la República a un
abismo espantoso”.

Así se pudo llegar a una mayoría y el Congreso sancionó la Ley el 23 de


marzo. El Presidente José Gregorio Monagas se apresuró a ponerle el
“ejecútese” al día siguiente, 24 de marzo de 1854. Y con eso pasó a la
historia, porque el resto de su gobierno fue bastante incoloro. Monagas
dejaba libres, con su firma, a unos cuarenta mil ciudadanos, que habían
cargado por generaciones las cadenas del oprobio. Un artículo de la Ley,
tajante, basta para definirla: “Queda abolida para siempre la esclavitud
en Venezuela”.

2- Protección al indio y al Campesino.

La posición de Bolívar fue tajante en lo que respecta a la esclavitud, y


así lo pone de manifiesto cuando escribe: “Me parece una locura que en
una revolución de libertad se pretenda mantener la esclavitud”.

Bolívar, desde su viaje a Haití, llega a un acuerdo con el Presidente


Alexandre Sabés Petión, de liberar a los negros esclavos de Tierra Firme,
y a partir de ese momento no dejó pasar una sola ocasión para expresar
su ideal abolicionista.

En el caso de los indígenas, por la pureza y sencillez de sus costumbres.


Los consideraba la parte más vejada, oprimida y degradada de la
población, se interesó en su suerte y tomó medidas como las siguientes:

 Prohibición de la explotación de los indios.


 Distribución de tierras entre los indios.
 Eliminación del tributo indígena.

Bolívar, gracias a las grandes influencias del continente viejo, las nuevas
ideas independentistas, de libertad, y de igualdad social, fueron las
grandes causas para que Bolívar se preocupara muy intensamente de
los indígenas y los esclavos, debido a que se consideraban como la clase
más baja de la colonia. Para ello tuvo que firmar muchos decretos y
manifiestos, con el fin de defender los derechos de todas esas personas,
que simplemente lo que servían eran para ser peones y trabajadores de
las grandes plantaciones y a favor de los grandes ganaderos.

Bolívar tenía la razón, de defender a ese sector de la población, ya que


en realidad (en los indígenas, específicamente) son los primeros
pobladores que tuvo América, y para ello deben tratarse como seres
humanos americanos, pero los españoles en momentos de conquista no
hicieron nada de eso. Uno de sus grandes logros fue la proclama de la
libertad de todos los esclavos, lo cual lo hizo el 6 de julio.

3- Creación de hospicios y Escuelas.

Bolívar Expidió un decreto para que se recogiesen los niños pobres de


ambos sexos... “no en casas de misericordia a hilar por cuenta del
estado; no en conventos a rogar a Dios por sus bienhechores; no en
cárceles a purgar las miserias o los vicios de sus padres; no en
hospicios, a pasar sus primeros años aprendiendo a servir, para merecer
la preferencia de ser vendidos, a los que buscan criados o esposas
inocentes”.

Los niños se habrían de recoger en casas cómodas y aseadas, con


piezas destinadas a talleres, y éstos surtidos de instrumentos y dirigidos
por buenos maestros. Los varones debían aprender tres oficios
principales, Albañilería, Carpintería y Herrería, porque con tierras,
maderas y metales se hacen las cosas más necesarias y porque las
operaciones de las artes mecánicas secundarias, dependen del
conocimiento de las primeras. Las hembras aprendían los oficios de su
sexo, considerando sus fuerzas; se quitaban por consiguiente, a los
hombres, muchos ejercicios que usurpan a las mujeres. Todos debían
estar decentemente alojados, vestidos, alimentados, curados y recibir
instrucción moral, social y religiosa. Tenían, fuera de los maestros de
cada oficio, agentes que cuidaban de su persona y velaban sobre su
conducta, y un Director que trazaba el plan de operaciones y lo hacía
ejecutar. Se daba ocupación a los padres de los niños recogidos, si
tenían fuerzas para trabajar; y si eran inválidos se les socorría por
cuenta de sus hijos: con esto se ahorraba la creación de una casa para
pobres ociosos, y se les daba a los niños una lección práctica sobre uno
de sus principales deberes.
Tantos alumnos, como sus padres gozaban de libertad -ni los niños eran
frailes ni los viejos presidiarios- el día lo pasaban ocupados y por la
noche se retiraban a sus casas, excepto los que querían quedarse. La
intención no era (como se pensó) llenar el país de artesanos rivales o
miserables, sino instruir, y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres
útiles, asignarles tierras y auxiliarlos en su establecimiento... era
colonizar el país con sus propios habitantes. Se daba instrucción y oficio
a las mujeres para que no se prostituyesen por necesidad, ni hiciesen
del matrimonio una especulación para asegurar su subsistencia.

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