Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
Resumen Abstract
El análisis de clase ha sido criticado recientemente Class analysis has recently been criticised from a
desde varios puntos de vista. En este artículo variety of standpoints. In this paper we argue that
sostenemos que mucha de esta crítica está fuera de much of this criticism is misplaced and that, as a
lugar y que, en cuanto programa de investigación, la
research programme, the promise of class analysis is
promesa del análisis de clase está lejos de agotarse.
La primera parte del artículo clarifica la naturaleza far from exhausted. The first part of the paper
y el propósito del análisis de clase, tal y como lo clarifies the nature and purpose of class analysis, as
entendemos, y en particular lo distingue del análisis we would understand it, and in particular
de clase de la sociología marxista. Luego la segunda distinguishes it from the class analysis of Marxist
parte defiende la relevancia actual del análisis de sociology. The second part then makes the case for
clase, en nuestra concepción de éste, revisando the continuing relevance of class analysis, in our
hallazgos de tres áreas centrales de investigación en
conception of it, by reviewing findings from three
curso.
central areas of current research.
Palabras clave: análisis de clase, movilidad social,
educación, política. Keywords: class analysis, social mobility, education,
politics.
Este manuscrito es una traducción al español de i / Current manuscript is the Spanish translation ofii:
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (1992). The promising future of class analysis: a response to recent critiques.
Sociology, 16(3), 381-400. Copyright © 1992 by Sage Publications, Ltd.
i
La traducción de este manuscrito fue desarrollada por Guillermo Palacios (guillermo.palacios@ug.uchile.cl) de la Universidad de Chile con la
autorización de Sage Publications, Ltd. (Lic. 4223730931713). El traductor declara que la traducción se hizo de la manera más fiel posible al
original, salvo en los formatos de referencias y citas que fueron adaptados al formato usado por la Revista de Sociología. Aunque se hicieron
esfuerzos para asegurar que los contenidos de esta publicación son correctos, ni los autores ni los editores aceptan cualquier responsabilidad y,
por lo tanto, expresamente se excluyen en la máxima extensión posible bajo la ley vigente de cualquier responsabilidad respecto de los
contenidos de este artículo incluyendo limitaciones, errores, omisiones, imprecisiones o futuras traducciones o cualquier tipo de consecuencias
que se deriven de ellas. Nada en esta nota debiese excluir las responsabilidades que no se pueden excluir por ley.
ii
The translation of this manuscript was developed by Guillermo Palacios (guillermo.palacios@ug.uchile.cl) from University of Chile with
authorization of Sage Publications, Ltd. (Lic. 4223730931713). The translator declares that the translation was made more faithfully to the
original. Citations and references were adapted to the style of the Revista de Sociología. While every effort has been made to ensure that the
contents of this publication are factually correct, neither the authors nor the publishers accepts, and they thereby expressly exclude to the
fullest extent permissible under applicable law, any and all liability arising from the contents published in this Article, including, without
limitation, from any errors, omissions, inaccuracies in original or following translation, or for any consequences arising therefrom. Nothing in
this notice shall exclude liability which may not be excluded by law.
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
107
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
en el sentido de Lakatos (1970)- dentro del cual resultados que produzca. No suponemos la
diferentes teorías que incluso son rivales preeminencia de la clase. Por el contrario, es
pueden ser formuladas y luego evaluadas en parte del programa de investigación que se
términos de su rendimiento heurístico y considere también que son o se están volviendo
explicativo. de mayor importancia las teorías que sostienen
Puede preguntarse, y los críticos en efecto lo que las relaciones de clases tienen un menor
han hecho (e.g. Holton & Turner 1989) por qué efecto en las oportunidades de vida y en la
tal programa debería ser seguido en primer acción social o que otras relaciones y atributos -
lugar. Podríamos pensar que la respuesta es lo definidos, por ejemplo, por ingreso y consumo,
suficientemente obvia. El programa es atractivo status o estilo de vida, etnicidad o género.
en cuanto representa una forma específica de Debería ser evidente que el análisis de clase
investigar interconexiones del tipo que siempre concebido de este modo difiere
han involucrado a la imaginación sociológica: es significativamente del análisis de clase de la
decir, entre estructuras macrosociales formadas sociología marxista. Sin embargo, polemizando
históricamente por un lado, y la experiencia contra esta última -o desesperanzados de ella,
cotidiana de individuos dentro de sus ambientes varios críticos han supuesto que proporcionaban
sociales particulares por otro, junto con los el golpe de gracia al análisis de clase tout
patrones de acción que provienen de esta court1. Por lo tanto, antes de seguir, pensamos
experiencia. Estas son precisamente el tipo de que es importante detallar cuatro elementos en
interconexiones que, en palabras de Wright particular que el análisis de clase como nosotros
Mills (1959), le permiten a uno relacionar la lo entendemos no implica -aunque estén
biografía a la historia y los “problemas presentes en la mayoría de las formulaciones
personales” con los “asuntos públicos”. Desde un marxistas.
punto de vista analítico, este programa también Primero, nuestra concepción del análisis de
promete una economía explicativa: la habilidad clase no implica una teoría de la historia según
de usar unos pocos conceptos bien definidos la cual el conflicto de clase es el motor del
tales como posición de clase, orígenes de clase, cambio social, de modo que, en el momento de
movilidad o inmovilidad de clase, para explicar crisis de sucesivas etapas de desarrollo, una
en gran parte lo que pasa o no pasa a los clase particular (la clase trabajadora bajo el
individuos en diferentes aspectos de sus vidas capitalismo) asume su “misión” de transformar
sociales y cómo ellos responden la sociedad a través de la acción revolucionaria.
subsecuentemente. De hecho, entre aquellos sociólogos que han
Pero a priori sólo hay atractivo y promesa. Si el estado activamente comprometidos en lo que
programa de investigación del análisis de clase podríamos considerar como el programa de
resulta valioso -es decir es progresivo en vez que
degenerativo- se debe decidir en base a los 1
En francés en el texto. Significa “sin más” (N. de T.).
108
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
investigación del análisis de clase, podemos bajo las cuales las relaciones de clases pueden
encontrar una fuerte oposición a ese ser mejor entendidas como un juego de suma-
historicismo, ya sea de inspiración marxista o positiva (o suma-negativa) en vez que uno de
liberal (e.g. Esping-Andersen, 1990, cap. 1; suma-cero3. Y este interés se ha visto reflejado
Goldthorpe, 1871, 19882, 1992; Haller, 1990; mediante estudios sustantivos en una
Korpi, 1978; Marshall et al., 1988, cap. 10). Más preocupación acerca del papel desempeñado por
bien, el énfasis está en la diversidad de los los “compromisos de clase”, por ejemplo, en las
senderos de desarrollo que las naciones han relaciones laborales o en el desarrollo de
seguido hacia la modernidad y en la muy políticas económicas nacionales y estados de
variable naturaleza -porque es esencialmente bienestar (véase los artículos compilados en
contingente- del papel jugado por la formación Goldthorpe, 1984).
de clases y la acción. Además, los argumentos desarrollados desde un
Segundo, el análisis de clase como lo punto de vista liberal, sea por sociólogos
entendemos no implica una teoría de la funcionalistas o economistas neoclásicos,
explotación de clase, según la cual todas las respecto de que las desigualdades de clase son
relaciones de clase deben ser necesaria y propicias para el bienestar mayor de todos a
exclusivamente antagónicas, y desde la cual través de varios mecanismos, pueden ser vistos
provendría directamente la base objetiva para como llamados para realizar investigación
una sociología y una economía “críticas”. empírica en vez que simples rechazos
Aunque algunos exponentes del análisis de ideológicos. Y, a su vez, los resultados de tales
clase tal como la entendemos podrían ver desde investigaciones podrían ser considerados como
luego el conflicto como inherente dentro de las relevantes para cualquier evaluación moral
relaciones de clase, esto no les exige adherir a acerca de las desigualdades de clase. Al
una teoría del valor-trabajo, o en efecto a respecto, la influencia de las teorías marxistas
ninguna otra doctrina que suponga la de la explotación puede ser mucho menor que la
explotación como es entendida en el discurso del “principio de diferencia” formulado por
marxista. Tampoco deben suponer, como es Rawls (1972)4.
sugerido por Sørensen (1991), que lo que es la
ventaja de una clase debe ser siempre y
3 Estos tres conceptos (suma-positiva, suma-negativa y
completamente la desventaja de otra. En efecto, suma-cero) son extraídos de la teoría de juegos (positive-
mucho del interés se ha centrado últimamente sum, negative-sum, zero-sum), y se entienden como los
resultados posibles en una disputa y/o negociación.
en discusiones teoréticas sobre las condiciones También pueden ser traducidos como resultado-positivo,
resultado-negativo y resultado-cero (N. de T.).
4 Sørensen (1991) sostiene que mientras el esquema de
2Se corrigió un error de digitación en la cita original, en la clases desarrollado por Goldthorpe y otros -a diferencia de
cual figuraba el año 1979, por lo anterior, se utiliza en este los desarrollados por marxistas como Wright- no apela
artículo el año del libro en que se publica el capítulo que es explícitamente a relaciones de explotación entre las
1988 (N. del Ed.). diferentes clases, la idea de explotación no puede ser
109
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
Tercero, la versión del análisis de clase que condiciones muy especiales que deben aplicarse
respaldamos no toma en consideración la teoría antes de que dichas acciones puedan pensarse
de la acción colectiva basada en la clase, según como probables -porque sería racional para los
la cual los individuos que poseen la misma individuos concernidos- incluso donde los
posición en la estructura de clase desarrollarán intereses compartidos de hecho son reconocidos.
por ende y automáticamente una conciencia De este modo, cuando Pahl (1989) representa a
compartida de su situación y, a su vez, se les los analistas de clase como quienes repiten
pedirá actuar juntos para defender sus irracionalmente el “mantra” “estructura-
intereses comunes de clase. En efecto, conocer conciencia-agencia”, con los eslabones de esta
los nuevos desarrollos en la teoría general de la cadena siendo “raramente vistos como
acción colectiva, desde el tiempo del estudio problemáticos”, esto es de hecho esencialmente
crucial de Olson (1965) en adelante, ha lo opuesto a lo que ha pasado durante la última
conducido a aquellos comprometidos con el década o más.
análisis de clase en tanto programa de En cambio, podemos añadir que los modelos de
investigación a revertir eficazmente la acción colectiva basada en la clase con los cuales
perspectiva marxista tradicional. En vez de críticos como Pahl, o Holton y Turner operan
esperar que ocurran acciones colectivas basadas han sido en gran medida superados por trabajos
en la clase (y luego tener que recurrir a recientes: es decir, el modelo revolucionario
argumentos de “falsa conciencia” donde no la estilo “asalto al Palacio de Invierno”, o el
hay), ellos se han concentrado en establecer las modelo gemeinschaftlich5 de la acción de la
clase trabajadora basado en las solidaridades
evadida por aquellos que usan el esquema, dado que el locales del lugar de trabajo o de la comunidad.
análisis de Goldthorpe asume “una teoría de la Si tuviésemos que dar un ejemplo
desigualdad de clase que parece necesitar un concepto de
explotación en su base”. Ante esto, debemos responder que paradigmático de acción colectiva de clase para
Sørensen no muestra en ningún lugar por qué este
el análisis “post-Olson”, seguramente
argumento debería sostenerse. De hecho, el autor
subsecuentemente cambia su fundamento para hacer una tendríamos que hablar de las clases
crítica bastante diferente: específicamente que Goldthorpe
trabajadoras bajo las economías políticas neo-
y otros no han desarrollado una teoría de la relación
general entre posición de clase y recompensas corporativistas -por ejemplo, Suecia- que asume
diferenciadas. Podemos aceptar que este es el caso, y esta
relación indudablemente requiere más investigación
en efecto un carácter muy diferente e incluso
sistemática -incluso aunque se haya hecho desde un opuesto. Esencialmente, esta acción (o algunos
comienzo, más de lo que quizás Sørensen reconoce. Así, por
ejemplo, la idea del “salario de eficiencia” no sólo está desearían decir inacción) corresponde a
prefigurada en el concepto de “salario de lealtad” de trabajadores que aceptan la participación de sus
Wright, como reconoce Sørensen, pero además, y más
completamente, en el argumento de Renner (1953) sobre la confederaciones sindicales en políticas
distinción esencial entre la “relación de servicio” y el gubernamentales de regulación salarial, y
contrato de trabajo, que es desarrollado en Goldthorpe
(1982) y provee un elemento central en el esquema de clase
que él y sus colegas han desarrollado (cf. Erikson y
Goldthorpe 1992, cap. 2). 5 Comunitario (N. de T.)
110
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
aceptan mostrar una gran solidaridad de clase, fue rechazado es, precisamente, la idea de que
absteniéndose del uso del poder de negociación una conciencia y una preocupación acerca de los
localizado o seccional, de modo que sus líderes intereses de clase provengan directamente y
puedan perseguir de mejor manera los objetivos “objetivamente” de la posición de clase. En vez
más generalizados de la clase trabajadora como de eso, la tenencia de las posiciones de clase es
el pleno empleo y políticas de redistribución del vista como creadora sólo de intereses
bienestar, como un quid pro quo6 para la potenciales, de la misma manera que puede
moderación salarial (ver Goldthorpe, 1984: surgir de otras posiciones estructurales.
Korpi, 1983; Pizzorno, 1978; Scharpf, 1984; Entonces, si son los intereses de clase los que
Stephens 1979). Entonces, desde este nuevo los individuos en efecto buscan realizar en vez
punto de vista, la relación conciencia-agencia es de otros intereses dependerá en primer lugar de
a lo menos radicalmente repensada: la las identidades sociales que ellos ocupen, ya que
conciencia de clase, citando la formulación de -citando una máxima atribuida a Pizzorno- “la
Elster (1985), es “la habilidad para superar el identidad precede al interés”. Y aunque en la
problema del free-rider en la realización de los formación de tales identidades importan varios
intereses de clase” (p. 342). procesos sociales, por ejemplo, la movilidad, se
Finalmente, el análisis de clase tal como lo enfatiza que para que los intereses de clase se
entendemos no responde a una teoría conviertan en la base de la movilización política,
reduccionista de la acción política -individual o los movimientos políticos y los partidos deben
colectiva- según la cual tal acción puede ser jugar un rol crucial, a través de sus ideologías,
entendida simplemente como la expresión sin programas y estrategias (ver Esping-Andersen,
mediación de las relaciones de clase y la 1985; Heath et al., 1991, cap. 5; Korpi 1983;
búsqueda de objetivos de clase Marshall et al., 1988, cap. 7; Pizzorno, 1978).
estructuralmente determinados. En un Hindess (1987, cap. 6) ha insistido, usando a
momento en que muchos analistas de clase algunos de los autores citados arriba, en que el
llegaron a un entendimiento muy cambiado de análisis de clase no-marxista, al igual que el
la conexión conciencia-agencia, también marxista, sigue aquejado de reduccionismo en
buscaron moverse a una nueva visión de las su tratamiento de la política. Sin embargo, su
relaciones entre conciencia (o al menos argumento no es convincente, dado que
conciencia de intereses) y estructura, simplemente afirma que los autores en cuestión
nuevamente bajo la influencia de un desarrollo son guiados hacia posiciones reduccionistas, sin
teorético más general (e.g. Berger, 1981). Lo que intentar demostrar este punto, ya sea a través
de citas o referencias específicas. Además, no
ofrece ninguna razón por la cual los no-
6 “Quid pro quo” es una locución en latín que significa “una
cosa por otra”, refiriéndose -según la Real Academia marxistas, que no tienen ninguna teoría de la
Española- a una “cosa que sustituye a algo equivalente o historia en tanto lucha de clases para defender,
que se recibe como compensación por ello” (N. de T.).
111
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
deberían estar atraídos por el reduccionismo o este artículo y a través de la investigación que
tener alguna dificultad para rechazarlo respete un estándar metodológico generalmente
totalmente. Aunque análisis particulares más adecuado para sus dificultades propias que
pueden enfocarse en el rol que juegan los para aquellos definidos anteriormente. Más
procesos sociales en vez de los procesos políticos específicamente, si en el programa de
en la formación -o descomposición- de clase, esto investigación del análisis de clase las
no implica en ningún caso que la relevancia de preocupaciones principales consisten en
estos últimos sea negada. De hecho, todos los examinar la importancia de la clase (y de otros
autores a los cuales Hindess se refiere han factores relativos a esta) en la formación de las
podido enfatizar la autonomía -incluso la oportunidades de vida y los patrones de la
primacía- de lo político, frente a lo que ellos acción social, y en rastrear cualquier cambio al
considerarían como un indebido “sociologismo”7. respecto que pueda ocurrir en el transcurso del
A la luz de estas aclaraciones, el análisis de tiempo, entonces se debe cumplir un número de
clase en nuestro sentido bien puede aparecer requisitos en términos de conceptualización,
como un proyecto mucho más limitado que en su análisis de datos y recolección de datos. Estos
versión marxista, tanto intelectual como tres requerimientos exigen atención aquí, tanto
políticamente. Y en efecto, en ciertos aspectos lo por su importancia sustancial como porque
es, más específicamente en no derivar o ser podrían haber sido insuficientemente
orientada por ninguna teoría general de clase, o apreciados por los críticos.
a su vez aspirar a formar la base de teorías aún Primero, los conceptos de clase deben ser tan
más amplias de la sociedad o de la historia8. Sin claramente definidos como sea
embargo, el análisis de clase como nos gustaría operacionalmente factible, para evadir
defenderlo tiene ambiciones que recaen en una cualquier confusión entre clase y otros factores
dirección diferente. Mientras sus partidarios de posible relevancia. Holton y Turner
pueden adherir a diferentes conceptos y teorías argumentan (1989, p. 172) que “elementos de
de clase, apuntan a ponerlos a prueba buscando status” usualmente están presentes en el
problemas del tipo expuestos al comienzo de “discurso de clase”, pero prestan poca atención a
los esfuerzos hechos durante la última década
más o menos (desde las posiciones marxistas y
7 Así, por ejemplo, Hindess afirma con respecto a Esping-
Andersen y Korpi (1984) que “los intereses de clase son no-marxistas) para producir conceptos de clase
considerados como objetivamente dados en la estructura y categorizaciones de un tipo analíticamente
de las relaciones capitalistas” (1987, p. 99). Simplemente
no hay justificación para esta afirmación, y en efecto en el más satisfactorio. Pahl (1989) nota tales
argumento de Esping-Andersen (1985) existe una visión esfuerzos de parte de Wright y Goldthorpe, pero
diametralmente opuesta.
luego busca devaluarlos porque “tristemente, no
8 En este sentido, podríamos de hecho coincidir con las
conclusiones alcanzadas por Wright (1989) respecto de parecen ser congruentes” (p. 712-713). Que este
proveer una comparación del análisis de clase marxista y pudiera ser el caso no es, sin embargo, ni
no-marxista, desde el lado marxista.
112
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
sorprendente ni perturbador. Lo que Pahl falla que, aunque Pahl (1989), o Holton y Turner
en reconocer es que es precisamente una (1989) aborden este asunto -y, en el caso de
preocupación de los analistas de clase el evaluar Pahl, como si se hubiese ya definido contra el
las aproximaciones conceptuales rivales, y que análisis de clase- ninguno toma seriamente en
hay en efecto procedimientos firmes para consideración los resultados de los estudios en
hacerlo (ver Marsh, 1986; Marshall, 1988; los cuales se han realizado análisis
Marshall et al., 1988; Marshall & Rose 1990). multivariantes relevantes.
Los analistas de clase tienen un interés obvio en Nuevamente, Pahl (1989) en particular da gran
determinar qué categorizaciones son las más importancia al argumento de que la sola
efectivas para mostrar variación de las demostración de que existen asociaciones entre
variables dependientes bajo examen -y en parte clase y variables dependientes “está
porque quienes han deseado restar importancia probablemente vinculando un número de
a los efectos de clase han aprovechado procesos muy distintos que deberían
usualmente resultados derivados de mantenerse analíticamente por separado” (p.
categorizaciones que son menos satisfactorias 716). Pero aquí, simplemente abre un rango de
en términos tanto analíticos como empíricos. problemas con los cuales aparentemente no está
Pahl mismo (1989) provee aquí un buen muy familiarizado. Uno de ellos es cuánto
ejemplo, a la vez que sugiere (1991), muy podemos demostrar en cualquier caso particular
erróneamente, que la aproximación seguida no -digamos, por el camino del análisis causal- que
hace mucha diferencia9. los efectos de clase están mediados por
Un segundo requisito es que los análisis a variables intervinientes. Otro problema surge
realizar deben asumir que son genuinamente respecto de la significancia teorética de los
multivariables y que las preguntas de “textura” factores causales de un tipo menor y más
causal deben ser consideradas cuidadosamente. cercano. Al contrario de lo que Pahl parece creer
Por ejemplo, si se sostiene que el poder (1991), incluso el exitoso “desempaquetar” de la
explicativo de la clase está disminuyendo y que clase en la forma que él la concibe no
ha sido superado por, digamos, diferencias en necesariamente reduce su importancia
los patrones de consumo o estilos de vida, sociológica. Así, nadie podría suponer que las
entonces tal afirmación obviamente llama a un causas inmediatas por ejemplo del bajo nivel
análisis multivariable como base de su educacional, de votar por los laboristas o de
evaluación empírica. Es notable, sin embargo, sufrir bronquitis crónica, son todas las mismas.
Pero en tanto pueda ser rastreado el nexo de
9 Para otro caso, véase Saunders (1990). Una buena cada uno de los diferentes conjuntos de causas
ilustración del modo en el cual el uso de diferentes inmediatas involucradas con la ubicación de los
categorizaciones de clase puede producir resultados
diferenciados en sus implicaciones sustantivas -pero individuos o las familias en (digamos)
también en su validez -se provee en la nota al pie número posiciones de clase trabajadora no
20 de este artículo.
113
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
114
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
generacionales (Erikson & Goldthrope, 1992; segundo, reflejan el hecho de que las diferentes
Featherman & Selbee, 1988; Featherman, clases tienden a ser asociadas con
Selbee, & Mayer, 1989; Marshall et al., 1988; “propensiones” específicas hacia la inmovilidad
Mayer et al., 1989). Así, por ejemplo, las clases o la movilidad independientemente de todos los
de servicio o los asalariados de las sociedades efectos estructurales. Cabe notar que este
modernas tienden a ser altamente heterogéneos último hallazgo es posible sólo gracias a avances
en su composición, pero también tienden a tener técnicos en el análisis de tablas de movilidad,
un gran poder de retención tanto desde el punto que han permitido graficar una distinción
de vista intra- como inter-generacional. En conceptual crucial entre tasas “absolutas” y
comparación, las clases trabajadoras son más “relativas” (véase Goldthorpe, 1980, 1987;
homogéneas en su composición, y las clases Hauser, 1978; Hauser et al., 1975).
agrarias muchísimo más, pero ambas clases Que las clases puedan mostrar tales diferencias
revelan bajo poder de retención, especialmente en las características de movilidad puede
en términos inter-generacionales. En otras entonces sugerir en sí mismo que son capaces
clases, tales como en la pequeña burguesía y los de ser definidas de una manera que no es más
empleados de rutina no-manuales, las meramente arbitraria, y que los “problemas de
combinaciones de homogeneidad, vida laboral y los límites” que algunos críticos han destacado
poder de retención intergeneracional son son en buena parte más manejables que lo que
también diferentes. ellos tratan de implicar. Ciertamente, se puede
Se puede demostrar que tales características de cuestionar las bases de afirmaciones tales como
movilidad tienen un origen doble. Primero, las hechas por Holton y Turner (1989), de que
reflejan el hecho de que las clases -definidas en es “muy difícil combinar la multiplicidad de
términos de relaciones de empleo entre posiciones de clase en categorías, sin recurrir a
diferentes sectores de las economías nacionales- criterios evaluativos culturales” (p. 174)11.
tienden a seguir trayectorias bastante Además, es en términos de tales características
peculiares, o “historias naturales” de de movilidad que la formación de clase puede
crecimiento o disminución en relación con el
Resler 1975, p. 287; Erikson y Goldthorpe 1992, cap. 6).
desarrollo estructural de estas economías (de un Así, donde la jerarquía de prestigio o de status sea tomada
modo en el que los estratos definidos en como contexto conceptual para el estudio de la movilidad,
se mermará probablemente el alcance total de los efectos
términos de status o prestigio no lo hacen)10. Y derivados del cambio estructural en la economía.
11 Nótese que nosotros aquí no estamos argumentando a
favor del procedimiento, defendido por Brieger (1981) y
10 Las escalas de prestigio o de status tienden a juntar - otros como esencialmente “weberiano”, en el cual los
muy adecuadamente en sus propios términos- límites de clase son realmente determinados sobre la base
agrupaciones laborales o de otro tipo que tienen lugares del análisis de movilidad. Si esta aproximación puede o no
muy dispares dentro de los mercados del trabajo, las encontrar algún respaldo serio en el trabajo de Weber es
unidades de producción y los sectores económicos; y estas en nuestra opinión excesivamente empirista y
agrupaciones tienen probablemente trayectorias muy posiblemente llevaría a problemas interpretativos
diferentes de crecimiento o declive (véase Westergaard y mayores.
115
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
116
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
117
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
118
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
una historia más larga que en cualquier otro como si el “nuevo estructuralismo” ahora
lugar, y luego de los triunfos electorales de los proporcionara el paradigma a tener en cuenta
conservadores de 1979 y 1983 fue (Holton & Turner, 1989; Pahl, 1989). Sin
entusiastamente revivida por una serie de embargo, lo que fallan totalmente en reconocer
autores (e.g. Butler & Kavanagh, 1984; Crewe, es el punto en el cual tanto el “nuevo
1984; Franklin, 1985; Robertson, 1984; Rose & estructuralismo” como la afirmación subyacente
McAllister 1986)20. Entre los últimos, se creía de la desalineación de clase han sido
que la contraparte al efecto decreciente de la cuestionados empíricamente y sobre la base de
clase sobre el voto era una tendencia de los investigaciones y análisis que han elevado
conflictos políticos de partido a organizarse significativamente los estándares técnicos en el
alrededor de “temas” más que alrededor de campo.
“intereses” socialmente estructurados. Sin Más importante aún, Heath y sus colegas han
embargo, en opinión de otros comentaristas, la mostrado la necesidad de introducir en el
clase estaba cediendo frente a nuevas fracturas debate sobre la desalineación una distinción
estructurales como la base del apoyo de partido entre tasas absolutas y relativas respecto del
-en particular, clivajes que separaban a voto de clase, análoga a aquella entre tasas
individuos y familias, considerados tanto como absolutas y relativas de movilidad social
productores o consumidores, según su posición (Evans, Heath, & Paine 1991; Heath, Jowell, &
en el sector público o privado de la economía Curtice, 1985; Heath et al., 1991). Al aplicar
(véase Duke & Edgell, 1984; Dunleavy, 1979, esta distinción a los datos sobre votaciones en
1980; Dunleavy & Husbands, 1985; Saunders, las elecciones británicas desde 1964 a 1987,
1984). muestran que los cambios en los patrones
Los críticos del análisis de clase tales como absolutos de votación de clase (o, esto es,
Pahl, o Holton y Turner aparentemente han realmente observada) son casi totalmente
mirado poco más allá de este rango de atribuibles a dos factores: por un lado, a
literatura. Escriben como si la tesis de la cambios en la “forma” de la estructura de clase,
desalineación de clase estuviera fuertemente sobre todo el crecimiento de la clase de servicio
establecida dentro de la sociología electoral y o asalariada y la disminución en tamaño de la
clase trabajadora industrial; y por otra parte, a
consideran parte de esta, desalineándose de la misma (N. cambios en el número de partidos políticos
de T.). disputando elecciones y en su efectividad
20 El énfasis central estaba puesto por supuesto en los general (esto es, su capacidad para ganar
factores que tendían a reducir el apoyo por el Partido
Laborista entre la clase trabajadora -tal como en el período respaldo “transversalmente en el ajedrez
posterior a la tercera derrota electoral sucesiva sufrida por político”, en igual grado de miembros de todas
los laboristas en 1959. Sin embargo, la versión de 1970 de
la “desalineación de clase” se concentraba más bien en las las clases). En contraste, los cambios en la
causas de la disminución del apoyo de la clase media hacia votación relativa de clase -o, en otras palabras,
los conservadores.
119
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
en la asociación neta entre membresía de clase décadas recientes las clases sociales en Gran
y votación- resultan ser bastante leves. Además, Bretaña -incluyendo a la clase trabajadora-
en la medida que tales cambios pueden ser hayan mostrado algún debilitamiento, tanto en
detectados, no muestran una tendencia secular su cohesión social como en su carácter
de disminución en la asociación clase-voto, y ideológico. Esta conclusión también es
parecen más abiertos a una explicación en consistente con una variedad de otros hallazgos
términos políticos en vez que sociológicos (véase por ejemplo en tendencias (o ausencia de éstas)
especialmente Heath et al., 1991). Aunque para respecto de los patrones de movilidad de clase,
algunos estos hallazgos han resultado ser respecto de los niveles de identificación de clase,
inquietantemente contra-intuitivos, es y respecto de las diferencias de clase
importante notar que están confirmados en sus relacionadas con actitudes políticas y valores
fundamentos por otros análisis bastante (Heath, 1990; Heath et al., 1991)22.
independientes, aunque más restringidos (ver Además, al mismo tiempo que la tesis de la
Hibbs, 1982; Marshall et al., 1988; Weakliem, desalineación de clase ha sido cuestionada,
1989)21. también lo han sido las afirmaciones del “nuevo
Mientras Heath y sus colegas continúan estructuralismo”, al menos en sus versiones
argumentando, sus resultados resaltan más ambiciosas. Es importante reconocer aquí
claramente los peligros del “pensamiento que el argumento de que el partidismo político
histórico dual” en el problema de la formación puede estar influenciado, sobre y por debajo de
de clase, en el cual críticos del análisis de clase los efectos de clase, por factores tales como si un
han tendido a participar. Hasta ahora al menos individuo está empleado en el sector público o
en relación con el partidismo político, no hay
razón de hecho para suponer que durante las 22 Lo que fue considerado -al nivel del diario sociológico
dominical- como el ejemplo más obvio de la descomposición
de la clase trabajadora fue la propensión distintiva de los
21 Las críticas del trabajo de Heath y sus colegas sobre la “trabajadores cualificados” de abandonar a los laboristas
asociación clase-voto (e.g. Crewe 1987; Dunleavy 1987) no por los conservadores. Sin embargo, la evidencia citada
han sido impresionantes, por decir lo menos, y han para apoyar esta afirmación podría ser un producto de la
recibido poca atención (Heath, Jowell & Curtice 1987a, composición cambiante de la categoría MRS “C2”. Aunque
1987b). Algunos comentarios posteriores en el debate (e.g. usualmente se refiere a esta como la de los trabajadores
Edgell & Duke 1991, p. 55-58) muestran una inquietante cualificados, la categoría es en términos de clase bastante
falta de comprensión de los procedimientos seguidos por heterogénea, incluyendo en adición a los trabajadores
Heath y sus colegas, así como de los asuntos involucrados. asalariados de base, supervisores manuales y artesanos
También es perturbador el continuo uso del “Índice de auto-empleados. Estas últimas agrupaciones siempre han
Alford” como una medida de “votación de clase” como por tenido una mayor tasa de votación conservadora que las
ejemplo en Clark y Lipset (1991, fig. 1), cuando las graves primeras y, desde finales de 1970 en adelante, pueden
deficiencias de éste han sido conocidas por mucho tiempo haber sido un factor de crecimiento de la categoría en su
(e.g. Korpi 1983, p. 97-99; Heath, Jowell & Curtice 1985, p. conjunto. Si se adopta una clase trabajadora cualificada
40-41). En contra de los resultados reportados por Clark y definida más adecuadamente, no emerge ninguna
Lipset se pueden presentar los de Weakliem (1991), que tendencia clara respecto de que sus miembros sean más
derivan de análisis muchos más apropiados y muestran propensos que los miembros de otras clases de votar por
que una asociación clase-voto más o menos estable no es de los conservadores en vez de los laboristas (véase Heath,
ningún modo una peculiaridad británica. Jowell, & Curtice 1986).
120
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
121
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
consumo. Por una parte, los “problemas de poderosamente planteadas contra el primero
límite” aquí son verdaderamente formidables, simplemente no aplican para el segundo. Esto
ya que muchos, si no la mayoría de los no es muy sorprendente, dado que el análisis de
individuos, estarán ampliamente involucrados clase visto como un campo de investigación
tanto en el sector público como en el sector sociológica empírica liberado de enredos con la
privado simultáneamente. Por otro lado, los filosofía de la historia y la “teoría crítica” se
regímenes de movilidad determinan el grado de desarrolló de hecho como una reacción contra el
asociación en el tiempo entre individuos o marxismo. Segundo, hemos intentado mostrar,
familias, y las diferentes posiciones sectoriales en referencia a tres tópicos centrales, que el
parecerían ser mucho más fluidas que aquellas programa de investigación del análisis de clase
que aplican en el caso de la clase.25 Así, se ha producido resultados, permitiendo rechazar
puede señalar que las dudas que Pahl, o Holton rotundamente las afirmaciones de Pahl, o de
y Turner expresan respecto a la formación de Holton y Turner de que la clase como un
identidades colectivas y respecto de una concepto ya no es útil, y conserva sólo un valor
comunidad percibida de intereses sobre la base retórico y no científico.27
de la clase deberían aplicar a fortiori26 en la Finalmente, podemos notar que las dos líneas
medida que los clivajes de consumo estén principales de argumentación que hemos
involucrados -aunque esto es de hecho un punto seguido convergen en cierto modo. Para los
que ellos pasan por alto. marxistas, el análisis de clase era la clave para
comprender el cambio social a largo plazo: las
relaciones de clase y específicamente el conflicto
CONCLUSIONES
de clase proporcionaban el motor de este
cambio, y el estudio de sus dinámicas era
Hemos buscado en este artículo responder a las
crucial para alcanzar la comprensión cognitiva
críticas recientes del análisis de clase en dos
deseada respecto del movimiento de la historia.
áreas principales. Primero, afirmamos que los
Sin embargo, el análisis de clase en tanto
críticos no han distinguido adecuadamente
programa de investigación no sólo es una
entre el análisis de clase en sus versiones
empresa intelectual de un tipo muy diferente al
marxistas y el análisis de clase como programa
del análisis de clase del marxismo, sino que
de investigación. Varias objeciones
también genera resultados que dan una nueva
perspectiva sobre la significación sustantiva de
25 Que esto en efecto es así con la vivienda, ha sido
mostrado por Savage, Watt y Arber (1990) para un área las relaciones de clase en la sociedad
del Sud-Este de Inglaterra, y sus resultados son
confirmados por análisis preliminares de datos a nivel 27 En esta conexión vale la pena notar que hemos citado
nacional actualmente realizados por Maireád Reidy en
una veintena de libros, monografías y documentos de
Nuffield College, Oxford.
investigación recientes, ejemplificando el análisis de clase
26 “A fortiori” es una locución latina que, según la RAE, tal como nosotros lo entendemos, el cual, por alguna razón,
significa “con mayor razón” (N. de T). virtualmente no recibió ninguna mención de estos críticos.
122
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
REFERENCIAS
Bauman, Z. (1982). Memories of class. London: Breiger, R. (1981). The social class structure of
Routledge and Kegan Paul. occupational mobility. American Journal of
Berger, S. (1981). Organizing interests in Sociology, 87, 578-591.
western Europe. Cambridge: Cambridge Butler, D., & Kavanagh, D. (1985). The British
University Press. general election of 1983. London: Macmillan.
Blau, P. M., & Duncan, O. D. (1967). The Clark, T., & Lipset, S. M. (1991). Are social
American occupational structure. New York: classes dying?. International Sociology, 6,
Wiley. 397-410.
Blossfeld, H., & Shavit, Y. (1992). Persistent Crewe, I. (1984). The electorate: Partisan
inequality: Changing educational dealignment ten years On. En H. Berrington
stratification in thirteen countries. Boulder, (Ed.), Change in British politics. London:
Colarado: Westview Press. Frank Cass.
123
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
Crewe, I. (1987). On the death and resurrection Goldthorpe (Ed.), Order and conflict in
of class voting: some comments on how contemporary capitalism. Oxford: Clarendon
britain votes. Political Studies, 34, 620-638. Press.
Duke, V., & Edgell, S. (1984). Public Evans, G., Heath, A., & Payne, C. (1991).
expenditure cuts in britain and consumption Modelling trends in the class/party
sectoral cleavages. International Journal of relationship 1964-87. Electoral Studies, 10,
Urban and Regional Research, 8, 177-201. 99-117.
Dunleavy, P. (1979). The urban bases of Featherman, D. L., Selbee, L. K. (1988). Class
political alignment: social class, domestic formation and class mobility: A new
property ownership, and state intervention approach with counts from life history data.
in consumption processes. British Journal of En M. Riley, & B. Huber (Eds.), Social
Political Science, 9, 403-443. structure and human lives. Newbury Park:
Dunleavy, P. (1980). The political implications Sage.
of sectoral cleavages and the growth of state Featherman, D.L., Spenner, K. I. (1990). Class
employment. Political Studies, 28, 364-383. and the socialisation of children: Constancy,
Dunleavy, P. (1987). Class dealignment in change or irrelevance?. En E. M.
Britain revisited: Why odds ratios give odd Hetherington, R. M. Lerner, & M. Perlmutter
results. West European Politics, 10, 400-419. (Eds.), Child development in life-span
Dunleavy, P., & Husbands, C. T. (1985). British perspective. Hillsdale, New Jersey: Erlbaum.
democracy at the crossroads. London: George Featherman, D., Selbee, L. K., & Mayer, K. U.
Allen and Unwin. (1989). Social class and the structuring of the
Edgell, S., & Duke, V. (1991). Measure of life course in Norway and West Germany. En
thatcherism. London: Harper Collins. D. Kertzer, J. Meyer, & K. W. Schale (Eds.),
Elster, J. (1985). Making sense of Marx. Social structure and aging. Hillsdale, New
Cambridge: Cambridge University Press. Jersey: Erlbaum.
Erikson, R., & Goldthorpe, J. H. (1992). The Franklin, M. N. (1985). The decline of class
constant flux: Class mobility in industrial voting in Britain. Oxford: Clarendon Press.
societies. Oxford: Clarendon Press. Ganzeboom, H., Luijkx, R. & Treiman, D. J.
Esping-Andersen, G. (1985). Politics against (1989). Intergenerational class mobility in
markets. Princeton: Princeton University comparative perspective. Research in Social
Press. Stratification and Mobility, 8, 3-55.
Esping-Andersen, G. (1990). The three worlds of Goldthorpe, J. H. (1971). Theories of industrial
welfare capitalism. Cambridge: Polity Press. society: reflections on the recrudescence of
Esping-Andersen, G., & Korpi, W. (1984). Social historicism and the future of futurology.
policy as class politics in post-war capitalism: Archives Euopéennes de Sociologie, 12, 263-
Scandinavia, Austria and Germany. En J. H. 288.
124
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
Goldthorpe, J. H. (1988). Intellectuals and the west comparisons of social structure and
Working Class in Modern Britain', Fuller mobility. London: M. E. Sharpe.
Bequest Lecture, David Rose (Ed.), Social Halsey, A. H. (1977). Towards meritocracy? The
Stratification and Economic Change. London: case of Britain. En A. H. Halsey & J. Karabel
Hutchinson. (Eds.), Power and ideology in education. New
Goldthorpe, J. H., Llewellyn, C., & Payne, C. York: Oxford University Press.
(1980). Social mobility and class structure in Hauser, R. M. (1978). A structural model of the
modern Britain. Oxford: Clarendon Press. mobility table. Social Forces, 56, 919-953.
Goldthorpe, J. H. (1982). On the service class: Hauser, R. M., Dickinson, P. J., Travis, H. P. &
Its formation and future. En A. Giddens & G. Koffel, J. M. (1975). Temporal change in
Mackenzie (Eds.), Social class and the occupational mobility: Evidence for men in
division of labour. Cambridge: Cambridge the united states. American Sociological
University Press. Review, 40, 279-297.
Goldthorpe, J. H. (1984). The end of Heath, A. (1990). Class and political
convergence: Corporatist and dualist partisanship. En J. Clark, C. Modgil & S.
tendencies. In modern western societies. En Modgil John H. Goldthorpe:
(Eds.),
J. H. Goldthorpe (Ed.), Order and conflict in Consensus and controversy. London: Falmer.
contemporary capitalism. Oxford: Clarendon Heath, A., & Clifford, P. (1990). Class
Press. inequalities in education in the twentieth
Goldthorpe, J. H. (1985). Soziale Mobilität und century. Journal of the Royal Statistical
klassenbildung. zur erneuerung einer Society, Series A, 153, 1-16.
tradition soziologischer Forschung. En H. Heath, A., Jowell, R., & Curtice, J. (1985). How
Strasser & J. H. Goldthorpe (Eds.), Die Britain Votes. Oxford: Pergamon.
analyse sozialer ungleichheit. Opladen: Heath, A., Jowell, R., & Curtice, J. (1986).
Westdeutcher Verlag. Understanding electoral change in Britain.
Goldthorpe, J. H. (1992). Employment, class Parliamentary Affairs, 39, 150-164.
and mobility: A critique of liberal and Heath, A., Jowell, R., & Curtice, J. (1987a).
marxist theories of long term change. En H. Trendless fluctuation: a reply to crewe.
Haferkamp & N. Smelser (Eds.), Modernity Political Studies, 35, 256-277.
and social change. Berkeley: University of Heath, A., Jowell, R., & Curtice, J. (1987b).
California Press. Class dealignment and the explanation of
Gorz, A. (1982). Farewell to the working class. political change: a reply to dunleavy. West
London: Pluto Press. European Politics, 11, 146-148.
Haller, M. (1990). European class structure: Heath, A., Mills, C., & Roberts, J. (1991).
does it exist?. En M. Haller (Ed.), Class Towards meritocracy? Recent evidence on an
structure in Europe: new findings from east- old problem. Joint unit for the study of social
125
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
trends, SCPR-Nuffield College, Oxford Jonsson, J. O., & Mills, C. (1991). Social class
Working Paper 3. and educational attainment in historical
Heath, A., et al. (1991). Understanding Political perspective: A Swedish-English comparison.
Change: The British Voter, 1964-1987. Swedish Institute for Social Research.
Oxford: Pergamon. Kerr, C. (1983). The future of industrial society.
Hibbs, D. (1982). Economic outcomes and Cambridge, Massachusetts: Harvard
political support for British governments University Press.
among the occupational classes. American Kerr, C., Dunlop, J., Harbison, F., & Myers, C.
Political Science Review, 76, 259-79. (1960). Industrialism and industrial man.
Hindess, B. (1987). Politics and class analysis. Cambridge, Massachusetts: Harvard
Oxford: Basil Blackwell. University Press.
Hobsbawm, E. (1981). The forward march of Korpi, W. (1978). The working class in welfare
labour halted? and observations on the capitalism: Work, unions and politics in
debate. En M. Jacques & F. Mulhern (Eds.), Sweden. London: Routledge.
The forward march of labour halted? London: Korpi, W. (1983). The democratic class struggle.
New Left Books. London: Routledge.
Holton, R. J., & Turner, B. S. (1989). Has class Lakatos, I. (1970). Falsification and the
analysis a future? Max Weber and the methodology of scientific research
challenge of liberalism to gemeinschaftlich programmes. En I. Lakatos & A. Musgrave
accounts of class. R. J. Holton & B. S. Turner (Eds.), Criticism and the growth of
(Eds.), Max Weber on economy and society. knowledge. Cambridge: Cambridge
London: Routledge and Kegan Paul. University Press.
Hope, K. (1981). Trends in the openness of Lipset, S. M. (1960). Political man. London:
British society in the present century. Heinemann.
Research in Social Stratification and Lipset, S. M. (1981). Whatever happened to the
Mobility, 1, 127-169. proletariat?. Encounter, 56, 18-34.
Jones, F. L. (1991). Common social fluidity: A Lukes, S. (1984). The future of British
comment on some recent criticism. European socialism?. En B. Pimlott (Ed.), Fabian
Sociological Review, 8(3), 233-237. essays in socialist thought. London:
Jonsson, J. O. (1991a). Towards the merit- Heinemann.
selective society?. Swedish Institute for Macdonald, K., & Ridge, J. (1987). Social
Social Research. mobility. En A. H. Halsey (Ed.), Trends in
Jonsson, J. O. (1991b.). Class formation: The British society since 1900 (2a ed.). London:
holding power and socio-demographic Macmillan.
composition of social classes in Sweden.
Swedish Institute for Social Research.
126
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
Marsh, C. Occupationally-based
(1986). International Journal of Urban and Regional
measures of social class. London: Social Research, 13, 709-720.
Research Association. Pahl, R. E. (1991). R. E. Pahl replies.
Marshall, G. (1988). Classes in britain: official International Journal of Urban and Regional
and marxist. European Sociological Review, Research, 15, 127-129.
4, 141-154. Pizzorno, A. (1978). Political exchange and
Marshall, G., & Rose, D. (1990). Out-classed by collective identity in industrial conflict. En C.
our critics?. Sociology, 24, 255-67. Crouch & A. Pizzorno (Eds.), The resurgence
Marshall, G., & Swift, A. (1992). Social class of class conflict in Western Europe since
and social justice. British Journal of 1968 (Vol. 2). London: Macmillan.
Sociology, 44(2), 187-211. Rawls, J. (1972). A theory of justice. Oxford:
Marshall, G., Newby, H., Rose, D., & Vogler, C. Clarendon Press.
(1988). Class in modern Britain. London: Renner, K. (1953). Wandlungen der modernen
Hutchinson. gesellschaft: Zwei abhandlungen über die
Mayer, K. U., Featherman, D., Selbee, L. K., & probleme der nachkriegszeit. Vienna: Wiener
Colbjornsen, T. (1989). Class mobility during Volksbuchhandlung.
working life: A cross-national comparison of Robertson, D. (1984). Class and the British
Germany and Norway. En M. Kohn (Ed.), electorate. Oxford: Blackwell.
Cross-national research in sociology. Rose, R., & Mcallister, I. (1986). Voters begin to
Newbury Park: Sage. choose. London: Sage.
Mills, C. W. (1959). The sociological Saunders, P. (1984). Beyond housing classes:
imagination. Oxford: Oxford University the sociological significance of private
Press. property rights in means of consumption.
Müller, W., & Karle, W. (1990). Social Selection International Journal of Urban and Regional
in Educational Systems in Europe. Trabajo Research, 8, 202-227.
presentado para la ISA Research Committee Saunders, P. (1990). A nation of home owners.
on Social Stratification and Mobility, Madrid. London: Unwin Hyman.
Offe, C. (1985). 'Work: the Key Sociological Savage, M., Watt, P., & Arber, S. (1990). The
Category?' in his Disorganized Capitalism. consumption sector debate and housing
Cambridge: Polity Press. mobility. Sociology, 24, 97-117.
Olson, M. (1965). The logic of collective action. Scharpf, F. W. (1984). Economic and
Cambridge, Massacnusetts: Harvard institutional constraints on full employment
University Press. strategies: Sweden, Austria and West
Pahl, R. E. (1989). Is the emperor naked? Some Germany, 1973-1982. En Goldthorpe (Ed.),
comments on the adequacy of sociological Order and conflict in contemporary
theory in urban and regional research. capitalism. New York: Clarendon Press
127
Goldthorpe, J. H., & Marshall, G. (2017). El
prometedor futuro del análisis de clase: Una
respuesta a las críticas recientes. Revista de Sociología
32(1), 106-128. doi: 10.5354/0719-529x.2017.47888
128