Hemos llegado a la conclusión de que en este texto, Nietzsche, además de
hacerle una reiterada crítica a su contexto (marcado, al igual que el nuestro, por el desarrollo del pensamiento occidental), nos expone una filosofía que sobrepasa los límites del pensamiento, y permea la integridad del ser humano, llegando incluso a proclamarse como un medio para lograr un adelanto evolutivo.
Entendiendo las artes como un punto de vista irracional sobre la concepción
de realidad que tiene la sociedad en general, se logra hacer frente a ideas fundamentales de la cultura (tales como la moralidad y la trascendencia del alma) las cuales resultan un obstáculo para el desarrollo del modelo de vida que propone el autor: una vida en donde no hay espacio para el sufrimiento y no hay otro fin que una constante búsqueda de subjetividad; sin menospreciar, por eso, otras subjetividades semejantes.