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Análisis de la lectura “El consenso de Washington en México”

La lectura comienza con la división de temporal de la historia económica


mexicana en cinco etapas. La primera de ellas denominada “despegue” y
comprendida entre 1940 y 1954 simplemente se limita a su mera mención dado
que además de no competer al tema del capítulo basta con ver el contexto
internacional durante el periodo y las inversiones previas las cuales vieron su
remuneración en esos años.

En la segunda etapa denominada de “estabilización” se menciona la


importante figura de Rodrigo Gómez Gómez, secretario de hacienda desde 1952
hasta el año de su muerte en 1970. Sus políticas se basaban en la estabilización,
valga la redundancia, considerando una política monetaria restrictiva y una
política fiscal tendiente a controlar el déficit público, básicamente tener una política
responsable en la que sin caer en la intervención excesiva se controla la balanza
de pagos, esto dio como resultado la máxima tasa de crecimiento en la producción
y la más débil tasa de inflación en la historia de México.

Prosiguiendo con la siguiente etapa conocida como de “Populismo y


desestabilización” del año 1970 hasta 1982, no se le puede denominar de mejor
manera a este periodo. Como primer protagonista Luis Echeverría Álvarez, quien
cabe mencionar fue secretario de gobernación de Gustavo Díaz Ordaz y que se le
vínculo a la tragedia del 2 de octubre de 1968, sufría de un índice de
desaprobación bastante alto, por lo que, su sexenio se caracterizó por una política
de gastos masivos financiados con déficit y expansión monetaria.

El gobierno de José López Portillo no fue diferente, algo obvio


considerando que ambos eran amigos desde la adolescencia, lo único que hizo
fue disfrutar de los yacimientos petroleros encontrados y apostar todo a un activo
que pronto vería la crisis. Una vez tratados estos temas que podrían considerarse
como los antecedentes al tema principal se entra de lleno al periodo neoliberal con
los sexenios de Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari (1982-
1988 y 1988-1994 respectivamente).

Denominado como el periodo de “recuperación de la confianza” el sexenio


de Miguel de la Madrid, es donde se implementan las medidas del consenso de
Washington respectivas a: disciplina fiscal, nuevas prioridades en los gastos
públicos, reforma fiscal, liberalización financiera, liberalización comercial, inversión
extranjera directa, privatización y desregularización, en síntesis apertura comercial
y reducción de gastos.

Algo que cabe resaltar es que en este periodo la población sufrió de


recortes en áreas como salud y educación, sin mencionar la caída constante del

Alumno: Tenoch Itzin Flores Rojas


salario real, sin ir más lejos el porcentaje de gasto público respecto al PIB paso de
41.4% en 1983 a 27.7% en 1991. Resulta increíble la diferencia entre una idea
planteada en papel y en la práctica, tal como es el caso de los subsidios, que en
este período en vez de dirigirse a los productos de primera necesidad que
benefician al grueso de la población se dirigieron en bonos hacia los más pobres;
una medida que podría sonar caritativa y de interés social, en un país de
corrupción donde los apoyos ya no se verían reflejados en los precios sino dinero
que tiene que llegar a la vez de un intermediario a la gente de escasos recursos.

Un aspecto sorpréndete en el sexenio de Salinas de Gortari es la cantidad


de privatizaciones que redujeron la cantidad de empresas paraestatales de 1,155
a 223, entre las ultimas que se vendieron destacan empresas muy grandes como
TELMEX o AeroMéxico, se contabiliza que la recaudación total de las
privatizaciones efectuadas desde 1989 superaron 19, 500 millones de dólares, de
los cuales TELMEX aportó 3,330 millones de dólares, una cantidad que según los
medios represento una privatización sumamente exitosa, ya que dos años antes
de su venta (en 1989) la empresa estaba valuada en 207 millones de dólares,
comparados a los 3, 300 millones de dólares al momento del anuncio de su
privatización.

La anterior puede parecer una aportación importante de una empresa en


declive y con un servicio deficiente causado por la mala administración en años
anteriores, pero valdría la pena pensar en que hasta para los analistas
económicos más liberales, un monopolio nunca representa un beneficio para
nadie; ya que en primer lugar acaba con la competencia, que bajo esta lógica es el
motor del progreso y en segundo lugar a donde acuden los consumidores si una
empresa de esa talla provee un mal servicio, en la teoría eres libre de contratar a
la empresa que mejor se adapte a tus necesidades, pero ¿Qué sucede si no existe
tal competencia?

Sin duda podemos observar repetidos ejemplos de que lo que inscrito en el


papel no necesariamente se refleja en la práctica, pues mientras que en 1984
cerca del 20% de las familias se podía considerar que vivían en la pobreza, para
1989 este número alcanzaba el 28%. Repetidos golpes al salario de la clase
media y el crecimiento de una burbuja bursátil provocada por una gestión
sumamente irresponsable muestran el fracaso de este periodo, aunque esto
podría ser algo cuestionable, un fracaso para México sí, pero el objetivo de este
periodo ¿En realidad era ayudar a México?.

Alumno: Tenoch Itzin Flores Rojas

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