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PRESENTADO POR:
BLADIMIR MONTIEL MONTIEL
C.C. 83.091.206
NORMA CONSTANZA HUEJE MONTELEGRE
C.C. 36.347.613
XII CUATRIMESTRE
Lograr el desarrollo humano para todas las personas no es un sueño sino un objetivo
realizable, en opinión de los expertos del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) que han elaborado el informe correspondiente a 2016, presentado
hace unos días en Madrid y en otras capitales, titulado “Desarrollo humano para todos”.
En 2015 el mundo había superado algunos desafíos que parecían muy difíciles hace 25
años: más de 1.000 millones de personas salieron de la pobreza extrema, 2.100 millones
obtuvieron acceso a saneamiento mejorado y más de 2.600 millones tuvieron acceso a
una fuente mejorada de agua potable. Sin embargo, las carencias básicas siguen siendo
enormes para amplios sectores de población: una de cada nueve personas en el mundo
padece hambre y una de cada tres, malnutrición; anualmente alrededor de 15 millones de
niñas se casan antes de los 18 años; el VIH infecta a 2 millones de personas al año; y hoy
son ya 65 millones de personas las que se ven desplazadas forzosamente de sus
hogares enfrentando condiciones extremas y siendo, a menudo, acosados y violentados
en los países de acogida.
Hace 15 años, en el año 2000, 189 países miembros de la Organización de las Naciones
Unidas se comprometieron a cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que
fueron la plataforma que ha permitido que los diferentes países alrededor del mundo se
comprometieran en el logro de ocho desafíos, considerados el primer escalón del
desarrollo humano. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), el desarrollo humano, es aquel que sitúa a las personas en el centro del
desarrollo, trata de la promoción del desarrollo potencial de las personas, del aumento de
sus posibilidades y del disfrute de la libertad para vivir la vida que valoran. En la
Declaración del Milenio se recogieron entonces ocho objetivos referentes a la erradicación
de la pobreza, alcanzar la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros, la
reducción de la mortalidad infantil y materna, combatir el avance del VIH/sida y el sustento
del medio ambiente, y en respuesta de aquellos que demandaban un cambio hacia
posturas más sociales de los mercados mundiales y organizaciones financieras se añadió
el Objetivo 8, Fomentar una Asociación Mundial para el Desarrollo. Cada Objetivo se
dividió en una serie de metas, un total de 18, cuantificables mediante 58 indicadores
concretos. Y por primera vez, la agenda internacional del desarrollo puso una fecha para
la consecución de acuerdos concretos y medibles, el año 2015.
Los títulos de los ocho objetivos, con sus metas específicas, eran:
Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil. Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y
2015, la mortalidad de niños menores de cinco años.
Objetivo 5: Mejorar la salud materna. Reducir en tres cuartas partes, entre 1990 y 2015, la
mortalidad materna. Lograr el acceso universal a la salud reproductiva.
Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Incorporar los principios del
desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales y reducir la pérdida de
recursos del medio ambiente. Haber reducido y haber ralentizado considerablemente la
pérdida de diversidad biológica en 2010. Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de
personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
Haber mejorado considerablemente, en 2020, la vida de al menos 100 millones de
habitantes de barrios marginales.
Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Desarrollar aún más un
sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio.
Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados.
Atender las necesidades especiales de los países en desarrollo sin litoral y los pequeños
Estados insulares.
Encarar de manera integral los problemas de la deuda de los países en desarrollo con
medidas nacionales e internacionales para que la deuda sea sostenible a largo plazo. En
cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a los medicamentos
esenciales en los países en desarrollo a precios accesibles.
En cooperación con el sector privado, dar acceso a los beneficios de las nuevas
tecnologías, especialmente las de información y las comunicaciones. En este sentido se
logró poner en la agenda de lo público que el bienestar de las poblaciones necesita
esfuerzos articulados desde todos los sectores de la sociedad: academia, sector privado,
gobiernos y la misma cooperación internacional. Colombia se acogió a este compromiso
de desarrollo global a través de los CONPES (Consejo de Política Económica y Social) 91
y 140, y de esta manera se convirtió en Política Pública Nacional este ideal de sociedad,
lo que en términos legislativos posibilitó una oportunidad única para garantizar que cada
ciudadano/a colombiano/a tuviese acceso a bienes y servicios básicos.
De igual manera, el Sistema de las Naciones Unidas emprendió acciones para apoyar al
Gobierno Nacional en el logro de estos Objetivos y priorizó territorios en contextos de
vulnerabilidad, definidos a partir de desigualdades en términos sociales y económicos o
contextos de conflicto armado interno.
Sin embargo, y a pesar de todos los esfuerzos que se han realizado, estos territorios aún
cuentan con cifras muy preocupantes. Por ejemplo, tasas de pobreza por encima del 50%
como Chocó, Cauca y la Guajira (son mayoritariamente poblados por minorías indígenas y
afrodescendientes) mientras otros tienen tasas de 10% como Bogotá.
En este mismo propósito vienen trabajando los distintos Fondos, Programas y Agencias
del Sistema de las Naciones Unidas en el país, implementando soluciones en temas de
hábitat, educación, salud, género, gobernabilidad, desarrollo económico incluyente y
generación de una cultura de paz. Este tipo de procesos se hacen evidentes en proyectos
que se han puesto en marcha en municipios como La Guajira donde se ha impulsado la
creación de alternativas de productividad con comunidades indígenas que buscan mejorar
las condiciones de desarrollo socioeconómico y de su calidad de vida, fomentando el
incremento de sus ingresos a través del fortalecimiento de las capacidades técnicas,
asociativas y empresariales en la siembra de cultivo de cacao (apoyo financiero del Fondo
Koreano). O el caso de los programas conjuntos de Fondo PNUD – España entorno a la
construcción de la PAZ en Nariño, la equidad entre los géneros en Bolívar y Santander, la
adaptación al cambio climático en el Cauca y la Seguridad alimentaria y Nutricional en
Chocó.
Se ha posibilitado entonces el fortalecimiento de la capacidad local, mejorando las redes y
el tejido social, permitiendo incidir en el logro fundamental de los ODM, es decir, la
erradicación de la pobreza extrema y el hambre.
Muchos de ellos reiteran los desafíos planteados en los ODM, pero con metas mucho más
universales que incluyen temas como el Desarrollo Económico Sostenible y la
construcción de sociedades en paz como garantes del bienestar social. Esta agenda se
implementará entre los años 2015 al 2030 y tiene los siguientes objetivos:
Objetivo Propuesto 1. Terminar con la pobreza en todas sus formas posibles en todas
partes.
Objetivo Propuesto 2. Terminar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y
nutricional y promover la agricultura sostenible.
Objetivo Propuesto 13. Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus
impactos.
Objetivo Propuesto 14. Conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y
los recursos marinos para el desarrollo sostenible (Propuesta del Gobierno Colombiano).